JESUS y EL ESPIRITU

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176 Jesús y el Espíritu afirmativamente, y de este modo señaló claramente la manifestación del Señor ascendido a los cielos (en cuerpo espiritual) con tales «visiones y revelaciones», y experiencias inspiradas por el Espíritu en su interior (con las que también él era familiar) 30. Entonces, es evidente que el mismo Pablo hizo una firme distinción entre la experiencia de su conversión y sus experiencias espirituales subsiguientes. Su experiencia en el camino de Damasco no fue simplemente la primera de algunas o de muchas experiencias de la misma clase; para Pablo se trataba de la últimq de un número de experiencias de una categoría única. 19. La peculiaridad de la experiencia de la conversión de Pablo. Una manifestación de Jesús ¿Dónde se sitúa lo distintivo de la experiencia de la conversión de Pablo? Una parte de la respuesta puede ubicarse en el elemento ver y en lo que fue visto. Esto es explícito en 1 Co 9, 1: «¿No he visto a Jesús nuestro Señor?», y está implícito en opbtbe de 1 Co 15, 8: «El se me apareció también a mí». Peroestos pasajes plantean las cuestiones siguientes: ¿De qué clase de visión se trata?, y ¿qué fue lo que realmente vio?; ¿cómo fue visto?, y ¿qué fue visto? Y las respuestas a estas dos cuestiones no son en ningún sentido evidentes. 19.1. ¿De qué clase de visión se trata? El problema inmediato es que el verbo «ver» tiene una gama muy amplia de significados 31. a) Por un lado puede significar percepción mental; la comprensión intelectual de alguna verdad o conocimiento por medio de la lógica o de la intuición (o revelación). b) Por otro lado, según su campo semántico denota percepción física; la visión con los ojos fisiológicos de un objeto tridimensional presente al sujeto en un nivel espacio-temporal. e) Entre (o más allá) de estas dos consideraciones del espectro está la percepción visionaria) donde queda implicada una visión real, aunque se discute el estado de 30. Cf. M. GoGUEL, Tbe Birtb 01 Cbristianity, ET Allen & Unwin 1953, 80; K. WEGENAST, Tradition 62 s. Véase también aquí 443, 521. 31. Cf. las tres clases de revelación de que hablaban los teólogos medievales: corpórea, imaginativa e intelectual; J. LINDBLOM, Propbecy 36.

Manifestaciones de la Resurrección 177 10 que se ve; la acción de ver, ¿tiene lugar en la mente, solo interiormente, como en un sueño? La acción de ver, ¿es la proyección de imágenes mentales, como en algunas formas de visión? O ¿se da aquí una realidad exteriormente presente al vidente que los demás, por alguna razón, son incapaces de ver? a) Percepción mental. W. Marxsen, como ya hemos advertído, argumenta, desde el uso análogo de apokalyptein (revelar) en Ca 1, 16, que Pablo hablando de su experiencia de conversión está pensando en el descubrimiento de una verdad más bien que en el acto de ver a una persona; percepción mental más bien que percepción visual. Anteriormente, W. Michaelis en su estudio sobre las manifestaciones de la resurrección y en su artículo del Diccionario Kittel sobre óráo (ver) intentó deshacer el nudo negando que óráo se refiriera de alguna manera al modo de ver. En su opinión, opbtbénai (ser visto) significa la presencia de la revelación, no la percepción sensible; no expresa la cualidad visual de la experiencia. «Cuando óphthe se usa como un término técnico para significar la manifestación de la resurrección no se da ningún énfasis primordialmente al ver, como percepción sensible o mental. .. opbtbe Kepbá, etc., significa... ellos experimentaron su presencia... Esta presencia es, en realidad, no visionaría» 32. Sin embargo, en contra de Michaelis y Marxsen, se debe subrayar que en los pasajes anteriormente considerados, opbtbéna: difícilmente puede tener otro sentido fuera de percepción visual. En el griego bíblico opbtbénai significa siempre la acción de ver con los ojos 33. Esto se aplica igualmente a la acción física de ver objetos, teofanías, visiones y sueños; el que ve, realmente ve 34. Esto no implica, por supuesto, negar el carácter revelacionario de las manifestaciones de la resurrecdón para Pablo, sino afirmar simplemente que en 1 Co 15, 8 como en 1 Co 9, 1 Pablo pretende realmente haber visto algo 35. 32. W. MICHAELIS, Erscbeinungen 104-9. 117-21; TDNT 5, 326 s. 356-61 (la cita es de 358 s.). 33.. K. H. RENGSTpRF, Die Auferstehung [esu, Witten·Ruhr 41960, 56 ss. 117-27; J. LINDBLOM, Gesicbte 86-89. 34. Véánse, por ejemplo, teofanía: Gn 16, 13; Ex 3, 2; 16, 10; 24, 11; Lv 9, 6. 23; 16, 2; Nm 14, 10; Jr 6, 12; Sal 102, 16; Is 60, 2; sueño: Gn 26, 24; 1 R 3, 5; 2 Cro 1, 17; 7, 12. En el NT, aparición física: Heh 7, 26; transfiguración: Me 4, 4 par.; un ángel: Le 1, 11; Heh 7, 30. 35; sueño: Heh 16, 9; visión: Ap 11, 19; 12, 1. 3. 35. ]. WEISS, Earliest Christianity, ET 1937, Harper 1959, 26: «No hay duda sobre lo que quiere decir: lo he visto real y verdaderamente, '12

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Jesús y el Espíritu<br />

afirmativamente, y de este modo señaló claramente la manifestación<br />

del Señor ascendido a los cielos (en cuerpo espiritual) con<br />

tales «visiones y revelaciones», y experiencias inspiradas por el<br />

Espíritu en su interior (con las que también él era familiar) 30.<br />

Entonces, es evidente que el mismo Pablo hizo una firme distinción<br />

entre la experiencia de su conversión y sus experiencias<br />

espirituales subsiguientes. Su experiencia en el camino de Damasco<br />

no fue simplemente la primera de algunas o de muchas<br />

experiencias de la misma clase; para Pablo se trataba de la últimq<br />

de un número de experiencias de una categoría única.<br />

19. La peculiaridad de la experiencia de la conversión de Pablo.<br />

Una manifestación de Jesús<br />

¿Dónde se sitúa lo distintivo de la experiencia de la conversión<br />

de Pablo? Una parte de la respuesta puede ubicarse en el<br />

elemento ver y en lo que fue visto. Esto es explícito en 1 Co<br />

9, 1: «¿No he visto a Jesús nuestro Señor?», y está implícito en<br />

opbtbe de 1 Co 15, 8: «El se me apareció también a mí». Peroestos<br />

pasajes plantean las cuestiones siguientes: ¿De qué clase<br />

de visión se trata?, y ¿qué fue lo que realmente vio?; ¿cómo<br />

fue visto?, y ¿qué fue visto? Y las respuestas a estas dos cuestiones<br />

no son en ningún sentido evidentes.<br />

19.1. ¿De qué clase de visión se trata? El problema inmediato<br />

es que el verbo «ver» tiene una gama muy amplia de significados<br />

31.<br />

a) Por un lado puede significar percepción mental; la comprensión<br />

intelectual de alguna verdad o conocimiento por medio<br />

de la lógica o de la intuición (o revelación). b) Por otro lado,<br />

según su campo semántico denota percepción física; la visión con<br />

los ojos fisiológicos de un objeto tridimensional presente al sujeto<br />

en un nivel espacio-temporal. e) Entre (o más allá) de estas dos<br />

consideraciones del espectro está la percepción visionaria) donde<br />

queda implicada una visión real, aunque se discute el estado de<br />

30. Cf. M. GoGU<strong>EL</strong>, Tbe Birtb 01 Cbristianity, ET Allen & Unwin<br />

1953, 80; K. WEGENAST, Tradition 62 s. Véase también aquí 443, 521.<br />

31. Cf. las tres clases de revelación de que hablaban los teólogos<br />

medievales: corpórea, imaginativa e intelectual; J. LINDBLOM, Propbecy<br />

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