JESUS y EL ESPIRITU

¿Fue Jesús carismático? 155
sión de Jesús sobre sus exorcismos como manifestaciones de su
poder y la comprensión de su ministerio a los pobres como el
cumplimiento de ls 61, 1. El testimonio inequívoco de estos
pasajes se confirma por la evidencia de que Jesús era un carismático
y, probablemente, por el relato de la experiencia de Jesús
en el Jordán. La evidencia, de hecho, es más amplia de lo
que con frecuencia se reconoce 117. Es posible, ciertamente, como
postulaba Windish, que hubiera un elemento neumático mucho
más fuerte en las tradiciones más antiguas de Jesús, un elemento
que nuestra presente tradición sinóptica habría suprimido en
cierta medida 118. Pero no hay ninguna prueba de una tendencia
contraria en las tradiciones más antiguas: las experiencias neumáticas
de las comunidades primitivas no parecen haber sido
releídas a través de la vida de Jesús. y Jesús no está retratado
simplemente como el primer carismático. 119. En consecuencia,
parece evidente la conclusión de que los rasgos neumáticos de la
tradición sinóptica son auténticos. La experiencia de Jesús acerca
de Dios fue un poder sobrenatural que le impulsaba a hablar y
a actuar.
16.2. Las manifestaciones del Espíritu para Jesús fueron manifestaciones
de poder, de poder efectivo: los demonios obedecían,
los ciegos veían, los leprosos quedaban limpios, el pobre y
el pecador experimentaban el perdón y la acogida. En una palabra,
un poder que implicaba la totalidad de la mente, del cuerpo
y de las relaciones. Las demás características carismáticas de
su ministerio, presumiblemente, también fueron comprendidas
como manifestaciones del Espíritu. Pero estas dos, la curación y
la proclamación del Evangelio a los pobres, son los únicos charismata
que Jesús atribuyó específicamente al Espíritu, que nosotros
sepamos. Ciertamente, no existe ninguna sugerencia de que
Jesús pensara que Dios sólo podía ser conocido en experiencias
de éxtasis; pero no parece haber rechazado tales experiencias
cuando le fueron concedidas a él, aunque nunca las buscó o cultivó.
Por el contrario, de los dos charismata, la curación y la
proclamación, fue el último, menos sensacionalista y más racional,
el que consideró más altamente (Mt 11, 5). Incluso, dicho
117. Cf. G. R. BEASLEy-MuRRAY, Rigaux Festscbrijt 475 s.
118. H. WINDISCH, [esus und der Geist 231 ss.
119. Schweizer, TDNT 6, 402 s.; también The Spirit 01 Power, Interpretation
6 (1952) 264.