JESUS y EL ESPIRITU
JESUS y EL ESPIRITU JESUS y EL ESPIRITU
148 Jesús y el Espíritu te, Jesús poseía aquel misterioso discernimiento de los pensamientos de los hombres que caracteriza 10 distintivo, la donación de autoridad carismática. El otro aspecto carismático más diferenciativo de Jesús como profeta fue su convicción de que en ciertas ocasiones le había sido concedido el conocer el futuro: la previsión profética. Aquí debemos tener cuidado en no pretender demasiado. Jesús ciertamente previó su muerte y, probablemente, también la expiación 94, aunque casi con plena seguridad sus predicciones fueron presentadas con una precisión mayor a la luz de los hechos concretos 95. Pero esta expectativa particular parece haber formado parte de su amplia esperanza apocalíptica, esto es, que la consumación del reino estaba próxima (v. gr., Mc 8, 31; 9, 1; 14,22 ss. 27; Mt 23,37-39; Lc 13, 33; 22,35-38)96. Existen, sin embargo, otras profecías de Jesús que tienen más bien el carácter de revelaciones momentáneas del futuro (Mc 10, 39 y par.; 13, 2 y par.; 14, 8 y par.; 14, 25 Y par.; 14, 30 y par. d. Me 5, 36. 39 y par.) 97. En estos casos, no vemos las consecuencias lógicas que brotan de esperanzas más amplias, sino las premoniciones parcialmente obscuras, en parte detalladas, con respecto a individuos particulares o lugares, que son la señal del profeta carismatico e inspirado 98. Una última palabra debemos añadir sobre 10 distintivo de la conciencia profética de Jesús. Como ya queda dicho, él no fue el único profeta que se manifestó después de siglos de silencio, y de este modo no fue el único heraldo de la plenitud de los tiempos. Además, si Mc 6, 14 es una buena transmisión (la creencia atribuida a Herodes de que Jesús era Juan el Bautista resucitado), 94. Véase aquí nota 122; d. Mart. Policarpo 5; Mart. de Perpetua y Felicidad 1, 3; 4. 95. Véase, en especial, J. JEREMIAS, Tbeology 1 277-86. 96. Cf. J. JEREMIAS, Tbeology 1 241 ss. Sobre la creencia en los «dolores mesiánicos» véase BiIlerbeck 4, 977·86. 97. Mc 11, 2 s.: 14, 13 ss. se presentan como anuncios proféticos, pero parece que son más bien fraguados sea históricamente o por la tradición. 98. Sobre paralelismos modernos véase A. GUlLLAUME, Propbecy and Dioination, Hodder & Stoughton 1938, 116; C. WILSON, Occult 43 s. 47. 101 ss.; R. MONTGOMERY, A Giit 01 Propbecy: The Phenomenal Jeane Dixon, New York 1965 - a Jeane Dixon se la conoce especialmente por su predicción del asesinato del Presidente J. F. Kennedy. Sobre la famosa redondilla de Nostradarnus (1503-66) véase E. CHEETHAM, Tbe Propbecies 01 Nostradamus, Spearman 1973.
¿Fue Jesús carismático? 149 entonces, como advierte G. Friedrich, «allí debía haber existido una conciencia de que Juan era único» 99. Sin embargo, permanece la distinción decisiva entre Juan y Jesús, pues Juan miraba siempre más allá de sí mismo a uno más grande que estaba para llegar (y a pesar de la veneración que sus discípulos tenían al Bautista, no tenemos ninguna tradición contraria); mientras que Jesús centraba consistentemente la revelación final en sí mismo y en su ministerio, y en ninguna otra parte (d. pp. 90 s. y 100). La misma cuestión surge de su sentido de misión. El expresó esto no sólo con la palabra apestálen (yo fui enviado), sino también con la palabra más directa élthon (yo vine, Mc 2, 17 y par.; Mt 11, 19/ Lc 7, 34; Lc 12,49; d. también Mc 1, 38 y par.; 10,45 y par.; Mt 5, 17; 10,34 ss.). Como sugiere C. H. Dodd: «Quizás podamos nosotros trazar aquí la misma transición desde lo profético a lo más-que-profético, que se caracteriza por la diferencia entre: «Así dice el Señor», y «Yo os digo a vosotros» 100. En resumen, existe una conciencia clara de que Jesús, el profeta, era único, porque sólo con su ministerio llegó la revelación final, la plenitud de los tiempos (Mt 13, 16 s./ Le 10, 23 s.; Mt 12, 41 s.), y era lo único de lo que Jesús fue consciente. 15. ¿Fue Jesús extático? 15.1. ¿Fue Jesús algo más que una figura carismática? ¿Puede ser presentado también como un extático: uno cuya inspiración le venía de la experiencia extática? Aquí entiendo por «éxtasis» un estado sentimental extraordinariamente exaltado; una condición de tal absorción o concentración que el indivduo llegue a abstraerse de todo lo que le rodea, y de otros estímulos cualesquiera; una experiencia de arrebato intenso o un estado como hipnótico en el que las facultades quedan interrumpidas por un tiempo más corto o más largo, y el sujeto capta visiones o experiencias de «habla automática», como en algunas formas de glosolalia. Pablo tuvo algunas experiencias semejantes, como sabemos (2 Co 12, 1 ss.: d. 1 Co 14, 14. 18; d. SS 40,3 y 41,7). ¿Las tuvo también Jesús? 99. Friedrich, TDNT 6, 838 s. 100. C. H. DODD, Propbet 63; d. H. SCHÜRMANN, Untersuchungen 89 s.
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te, Jesús poseía aquel misterioso discernimiento de los pensamientos<br />
de los hombres que caracteriza 10 distintivo, la donación<br />
de autoridad carismática.<br />
El otro aspecto carismático más diferenciativo de Jesús como<br />
profeta fue su convicción de que en ciertas ocasiones le había<br />
sido concedido el conocer el futuro: la previsión profética. Aquí<br />
debemos tener cuidado en no pretender demasiado. Jesús ciertamente<br />
previó su muerte y, probablemente, también la expiación 94,<br />
aunque casi con plena seguridad sus predicciones fueron presentadas<br />
con una precisión mayor a la luz de los hechos concretos 95.<br />
Pero esta expectativa particular parece haber formado parte de<br />
su amplia esperanza apocalíptica, esto es, que la consumación<br />
del reino estaba próxima (v. gr., Mc 8, 31; 9, 1; 14,22 ss. 27;<br />
Mt 23,37-39; Lc 13, 33; 22,35-38)96. Existen, sin embargo,<br />
otras profecías de Jesús que tienen más bien el carácter de revelaciones<br />
momentáneas del futuro (Mc 10, 39 y par.; 13, 2 y<br />
par.; 14, 8 y par.; 14, 25 Y par.; 14, 30 y par. d. Me 5, 36.<br />
39 y par.) 97. En estos casos, no vemos las consecuencias lógicas<br />
que brotan de esperanzas más amplias, sino las premoniciones<br />
parcialmente obscuras, en parte detalladas, con respecto a individuos<br />
particulares o lugares, que son la señal del profeta carismatico<br />
e inspirado 98.<br />
Una última palabra debemos añadir sobre 10 distintivo de la<br />
conciencia profética de Jesús. Como ya queda dicho, él no fue el<br />
único profeta que se manifestó después de siglos de silencio, y<br />
de este modo no fue el único heraldo de la plenitud de los tiempos.<br />
Además, si Mc 6, 14 es una buena transmisión (la creencia<br />
atribuida a Herodes de que Jesús era Juan el Bautista resucitado),<br />
94. Véase aquí nota 122; d. Mart. Policarpo 5; Mart. de Perpetua<br />
y Felicidad 1, 3; 4.<br />
95. Véase, en especial, J. JEREMIAS, Tbeology 1 277-86.<br />
96. Cf. J. JEREMIAS, Tbeology 1 241 ss. Sobre la creencia en los «dolores<br />
mesiánicos» véase BiIlerbeck 4, 977·86.<br />
97. Mc 11, 2 s.: 14, 13 ss. se presentan como anuncios proféticos,<br />
pero parece que son más bien fraguados sea históricamente o por la<br />
tradición.<br />
98. Sobre paralelismos modernos véase A. GUlLLAUME, Propbecy and<br />
Dioination, Hodder & Stoughton 1938, 116; C. WILSON, Occult 43 s. 47.<br />
101 ss.; R. MONTGOMERY, A Giit 01 Propbecy: The Phenomenal Jeane<br />
Dixon, New York 1965 - a Jeane Dixon se la conoce especialmente por<br />
su predicción del asesinato del Presidente J. F. Kennedy. Sobre la famosa<br />
redondilla de Nostradarnus (1503-66) véase E. CHEETHAM, Tbe Propbecies<br />
01 Nostradamus, Spearman 1973.