JESUS y EL ESPIRITU

¿Fue Jesús carismático? 143
cuanto tal (Roma), sino que proclamó el reino escatológico, y sólo
en esa medida fue hostil a todas las estructuras de poder humano.
La comunidad de Qumrán también podría ser descrita de algún
modo como «carismático-escatológica»; pero fue una comunidad
muy organizada y cerrada con condiciones estrictas para la entrada
en ella (cf. particularmente 1 QS 2, 3-9; 4 QD 6), mientras
que el círculo en torno a Jesús se caracterizó precisamente por
su apertura. La proclamación de Jesús era para los pobres (es
decir, los aplastados y oprimidos: Mt 5, 3/ Lc 6, 20; Mt 11,
5 / Lc 7, 22; cf. también Lc 14, 13. 21 ). Jesús fue conocido
despectivamente como el amigo de publicanos y pecadores, porque
les aceptaba con gusto a su mesa (Mt 11, 19/ Le 7, 34; d.
también Mc 2, 16 s. y par.; Lc 7, 37. 39; 15, 1 s.; 19, 7). El
discipulado para Jesús se distinguía por la apertura a la gracia 69.
Esto nos lleva a nuestra segunda consideración.
No es totalmente cierto si debiéramos hablar de los discípulos
de Jesús como una «comunidad». No es evidente la división entre
los que literalmente siguieron a Jesús y el amplio círculo del
discipulado que, al parecer, incluía a quienes respondieron a su
mensaje, aunque permanecieron en casa. «Quien hiciera la voluntad
de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»
(Mc 3, 35 y par.) 70. Si Jesús o sus discípulos empezaron bautizando
a los conversos Un 3, 22. 26; 4, 1 s.), abandonaron pronto
esta práctica, quizás porque no deseaban ningún acto ritual
o cúltico que pudiera convertirse en una dificultad o barrera
insuperable. Ciertamente su comunidad no implicaba en ningún
sentido un ritual o ceremonia de la que los no discípulos eran
excluidos. De la misma manera, «la "oración del Señor" no es la
oración de una comunidad eclesiástica cerrada, sino la oración
de todos aquellos cuyo único deseo es que el reino de Dios venga,
y que ellos mismos estén preparados para él» 71. Sin duda
alguna, fue elegido un grupo de doce, que tuvo, al parecer, unas
relaciones estrechas con Jesús en términos de enseñanza y mi-
68. M. HENGEL, Nachfolge 63-67.
69. .T. JEREMIAS, Theology 1 párr. 17.
70. Véase también, por ejemplo, Mc 2, 15; 5, 18 ss. paral.; 9, 40
paral. y el empleo indiscriminado de akolutheln (seguir) en este punto.
Véase, además, W. G. KÜMMEL, Kirchenbegriff und Gescbicbtsbetousstsein
lit der Urgemeinde und bei [esus, Gottingen 21968, 28 ss.; también Tbeology
37 s.
71. N. A. DAHL, Das Volk Gottes, Darmstadr 21963, 159.