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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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<strong>de</strong>sorganización permanente, espontánea, <strong>de</strong> la fuerza laboral étnica, surgió la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> exterminar a la mayor cantidad <strong>de</strong> indios<br />

posibles. Siendo "refractarios a la civilización", se traerían coolies chinos para la explotación <strong>de</strong>l suelo. 429<br />

Con el éxito <strong>de</strong> la militarización, el obraje se extien<strong>de</strong> sin trabas. Resistencia es en 1888 un gran aserra<strong>de</strong>ro. 430 Quince<br />

establecimientos <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ra, entre los que sobresalía el dirigido por el coronel retirado José María Avalos. La especulación <strong>de</strong> tierras<br />

adquirió un ritmo frenético. Los colonos eran confinados a los bañados y cañadones. 431<br />

Al iniciarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Resistencia la navegación por el río Paraguay, lo usual es que los pasajeros <strong>de</strong> los vapores "provistos<br />

<strong>de</strong> rifles, <strong>de</strong> revólveres y <strong>de</strong> escopetas, se diviertan haciéndoles fuego" a los yacarés. Unos permanecen inmóviles, otros se sumergen<br />

rápidamente y los terceros "heridos por las balas, entreabren sus formidables mandíbulas y agitan la cola, a los gritos <strong>de</strong> los viajeros<br />

que se cambian ruidosamente sus impresiones (...) En algunas puntas arenosas, se amontonan docenas, asemejando un bosque <strong>de</strong><br />

troncos <strong>de</strong>rruidos. ¿No habría alguna manera <strong>de</strong> utilizar industrialmente a esos animales?" 432 Chaco convertido en un alegre polígono<br />

<strong>de</strong> tiro <strong>de</strong> civiles, y mientras no se sabía qué cosa hacer con los yacarés, se los mataba. Un turismo <strong>de</strong> estilo <strong>de</strong> viajes <strong>de</strong> caza al Africa<br />

negra. Del río Paraguay los yacarés <strong>de</strong>saparecieron rápidamente. Al remontar el Pilcomayo el viajero insiste que "el río hierve en<br />

yacarés; nuestros fusiles <strong>de</strong>spiertan con su estampido el eco <strong>de</strong> las selvas". 433<br />

Para muchos civiles <strong>de</strong> la época, los informes militares exageraban la belicosidad <strong>de</strong> los clanes. El representante <strong>de</strong>l<br />

Censo <strong>de</strong> Agricultura y Gana<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> la República Argentina en viaje por el Chaco, reclamaba aunque sin <strong>de</strong>masiado ímpetu, por la<br />

innecesaria matanza <strong>de</strong> indios en la expedición dirigida por el comandante Racedo, o por el genocidio en el pueblo <strong>de</strong> San Antonio <strong>de</strong><br />

Obligado sobre indios "ya civilizados". 434 Irrumpía un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> exterminar indios como se mataban yacarés. Nadie sabía cómo, en<br />

qué momento pudo originarse esta perversión. Pero era evi<strong>de</strong>nte que la aceleración <strong>de</strong>l capitalismo estaba en sus fuentes.<br />

El representante <strong>de</strong>scribe maravillado las costas <strong>de</strong>l alto Paraná con bosques <strong>de</strong> <strong>árboles</strong> gigantes:<br />

"¡Qué grandioso espectáculo se verá en el futuro cuando la República poblada por cien millones <strong>de</strong> hombres, ofrezca a la<br />

contemplación <strong>de</strong>l viajero bellísimas ciuda<strong>de</strong>s, aquí don<strong>de</strong> sólo existen seculares bosques!". 435<br />

El paradigma urbanístico <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad capitalista. El bosque no <strong>de</strong>bía coexistir con la ciudad, ese era el nervio<br />

maestro. Un positivismo maduro que concluye que bios y polis son excluyentes. La militarización prepararía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cantones la<br />

sensibilidad urbanística. Gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s sin los "bárbaros" bosques. Civilización o selva. La biocenosis natural podía<br />

arrinconarse en las ciuda<strong>de</strong>s, y empobrecerla a un extremo tal que <strong>de</strong>sapareciera. Se soñaba ya con gigantescas megalópolis sin<br />

reliquias <strong>de</strong> vida vegetal y animal. O a lo sumo encarcelada. Zoológicos y botánicos. Es <strong>de</strong>cir, el bosque reducido a bonsai. La<br />

utopía <strong>de</strong>l acero. Apenas residuos domesticados que mostraran a los habitantes, mediante parques, plazas, jardincillos enjaulados y<br />

macetas, el disciplinamiento forzado y brutal <strong>de</strong> la naturaleza. Un cuartel ver<strong>de</strong>. Tal vez en la metautopía prescindir incluso <strong>de</strong> los<br />

constituyentes primarios, sol, agua y aire. Un oikos físico hecho <strong>de</strong> piedras, ladrillos, acero y vidrios. Calles empedradas, fábricas,<br />

motores y ferrocarriles cruzando en elipses las urbes. Una tecnosfera (Friedmann, 1953) a<strong>de</strong>lantada. Ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> producción,<br />

ciuda<strong>de</strong>s sanitarias, ciuda<strong>de</strong>s luz, don<strong>de</strong> la vida humana respondiera a los principios <strong>de</strong> la libertad y la creación. Pero en ningún caso<br />

la imaginación <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s sin ley, <strong>de</strong> subsuelos posmo<strong>de</strong>rnos librados a un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> exclusión social y crímenes; ciuda<strong>de</strong>s jungla, <strong>de</strong><br />

competitividad; ciuda<strong>de</strong>s cantones <strong>de</strong> hombres enca<strong>de</strong>nados a la vigilancia y al trabajo forzado. 436<br />

Alineadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mediodía hacia el septentrión a orillas <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s ríos, las colonias Avellaneda, Las Garzas,<br />

Ocampo, Las Toscas, Florencia, Resistencia, Las Palmas, río <strong>de</strong> Oro, Puerto Bermejo, Victoria, Ñacurutu. Se las imaginaba un<br />

429<br />

Í<strong>de</strong>m, 40-41. Alejo Peyret, republicano francés que participó en la revolución <strong>de</strong> 1848 en Francia, emigró en 1852 a América para poner en práctica sus i<strong>de</strong>as<br />

<strong>de</strong> colonización. Entre 1889 y 1892 fue Inspector General <strong>de</strong> Tierras y Colonias <strong>de</strong> la Argentina. Representó a los obreros argentinos en el Congreso Constitutivo<br />

<strong>de</strong> la II Internacional.<br />

430<br />

Gabriel Carrasco: Cartas <strong>de</strong> Viaje por el Paraguay, los Territorios Nacionales <strong>de</strong> Chaco, Formosa y Misiones. Buenos Aires, Imprenta Jacobo Peuser, 1889,<br />

46.<br />

431<br />

Manuel Obligado. Carta al Ministro <strong>de</strong>l Interior Benjamín Paz. 8/10/1885. En Manuel Meza: El Chaco Austral. Años 1884 a 1893. Resistencia, 1958,<br />

15.<br />

432<br />

Í<strong>de</strong>m, 75.<br />

433<br />

Í<strong>de</strong>m, 105.<br />

434<br />

Í<strong>de</strong>m, 132 y 134.<br />

435<br />

Í<strong>de</strong>m, 135-136.<br />

436<br />

Una ecología <strong>de</strong> los actos (Moles, 1968), <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as (Vikers, 1968), <strong>de</strong> la auto-eco-interpretación <strong>de</strong> acciones e i<strong>de</strong>as (Morin, 1989).

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