11.04.2013 Views

Etnias y árboles - Escuela de Historia

Etnias y árboles - Escuela de Historia

Etnias y árboles - Escuela de Historia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

1.4. Lo Sólido<br />

Para la colonia <strong>de</strong> blancos se hacía necesario evitar la confusión entre <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y or<strong>de</strong>n; anular su combate y<br />

contradicción. Crear una lógica sin interferencias, don<strong>de</strong> el caos estuviera ausente. Una ontología <strong>de</strong> lo probable, <strong>de</strong> lo medible y en<br />

catalogación. Era evi<strong>de</strong>nte que sólo así podría dominarse al Chaco. En sus conciencias, la búsqueda <strong>de</strong> información a través <strong>de</strong> las<br />

asociaciones, funcionaba <strong>de</strong> una manera más abarcativa que en los clanes. La memoria difusa aceleraba respuestas asociativas<br />

<strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la experiencia en espacios y culturas disímiles (Europa, Asia, África). En esta ontología era menester la <strong>de</strong>sparticipación<br />

<strong>de</strong> la poesía. Para el Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales, el Pilcomayo venía a ser la corrupción <strong>de</strong> Piscomayu o río <strong>de</strong> los<br />

pájaros. Pero en el Paraguay se lo llamaba Araguay o río <strong>de</strong>l entendimiento. Los jesuitas no tuvieron dudas que la traducción <strong>de</strong>l<br />

último nombre era la acertada. La magnitud <strong>de</strong> la conquista anticipaba en el fondo <strong>de</strong>l mundo al siglo <strong>de</strong> la razón.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los estudiosos -y entre ellos los <strong>de</strong>l Chaco-, trataban <strong>de</strong> no extraviarse en cuestiones secundarias o<br />

sencillamente <strong>de</strong>svaríos. Un trazado <strong>de</strong> objetos finitos en un universo finito era lo recomendable. La información olvidada y perdida<br />

no <strong>de</strong>bía regenerarse, ni re<strong>de</strong>scubrirse a riesgo <strong>de</strong> que las evi<strong>de</strong>ncias se pusiesen en tensión. La piedra rosetta <strong>de</strong> Champollion, el<br />

mensaje dormido durante siglos, no requería ser <strong>de</strong>spertado. En los ríos tampoco había que buscar mucho más allá que lo que la<br />

experiencia europea tenía tabulado. La naturaleza fronteriza <strong>de</strong>l Chaco emitía señales, cuya traducción a la praxis europea se convertía<br />

en el único, y verda<strong>de</strong>ro por tanto, sistema <strong>de</strong> signos.<br />

El estilo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo ibérico se realizaría con extraordinarios costes sociales y ambientales. 13 El bioma <strong>de</strong>l Chaco<br />

era lentamente <strong>de</strong>scrito para su <strong>de</strong>spedazamiento. Sólo que ello era frenado por la ontología <strong>de</strong> la monstruosidad. En este caso, la<br />

estrategia <strong>de</strong> ocupación <strong>de</strong>l espacio y la futura apropiación <strong>de</strong> los recursos naturales, sería lejana a la ordinaria para el resto <strong>de</strong> la<br />

América Latina templada y minera. Lo general fue el apoyo en una i<strong>de</strong>ología heredada <strong>de</strong> la Reconquista española. 14 Aquí no había<br />

Diablo sino enemigos concretos. A lo sumo infieles.<br />

Para Lozano, como para sus contemporáneos, cada árbol <strong>de</strong>l Chaco tenía un compartimento estanco especial, que<br />

categorizaba su consumo y rentabilidad. Pensar en la producción parecía la única forma <strong>de</strong> abandonar los sentimientos <strong>de</strong> terror<br />

nacidos en los tercios españoles cada vez que se <strong>de</strong>cidía una entrada. Aún así los cálculos <strong>de</strong> pérdidas resultaban enormes, comparados<br />

con la riqueza <strong>de</strong>slizada por la conquista andina.<br />

Los cogollos <strong>de</strong> las palmas se comían cocidos; las hojas <strong>de</strong>l vinal mascadas curaban el mal <strong>de</strong> ojos; con el palo<br />

borracho se labraban artesas y bateas; el cocimiento <strong>de</strong>l palo santo sanaba enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>sahuciados; la resina <strong>de</strong>l guayacán<br />

tomada en agua caliente <strong>de</strong>tenía la disenterías; el lapacho tendría un uso en los aserra<strong>de</strong>ros, pero también el quebracho y el<br />

algarrobo. Había "infinitos algarrobos", <strong>de</strong> los que se anotaban cuidadosamente las posibilida<strong>de</strong>s: las vainas que alimentaban a los<br />

animales eran también convertidas en harina para pan o patay en el Tucumán, y chicha para beber. 15 Una bebida alcohólica se obtenía<br />

con el fruto <strong>de</strong>l molle; para el corazón extremadamente duro <strong>de</strong>l mistol se le asignaba un futuro promisorio en la mueblería; la corteza<br />

<strong>de</strong>l ceibo era utilizada contra las <strong>de</strong>sgarraduras producidas por el tigre; los nogales cargaban nueces más gran<strong>de</strong>s que en Europa; en la<br />

corteza <strong>de</strong> los cebiles se observaban propieda<strong>de</strong>s únicas para el curtido <strong>de</strong> suelas; los llamados ciruelos eran tan altos que cortados por<br />

medio podían dar dos <strong>árboles</strong> <strong>de</strong> navío... Se <strong>de</strong>cía <strong>de</strong>l caraguatá que la "naturaleza lo había <strong>de</strong>stinado para cerco <strong>de</strong> los huertos". Sus<br />

pencas, fuertes y armadas <strong>de</strong> largas espinas, habían sido <strong>de</strong>finidas así por la Creación para cuidar <strong>de</strong> robos a las propieda<strong>de</strong>s agrícolas.<br />

Era la <strong>de</strong>finición más sintética <strong>de</strong> una moral. La naturaleza se habría creado para el servicio y dilapidación <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s. 16 La<br />

<strong>de</strong>secologización <strong>de</strong>l mundo suponía la entronización <strong>de</strong>l individualismo. El homo sapiens <strong>de</strong> la conquista se consi<strong>de</strong>raba en forma<br />

aislada; sólo responsable en el caso hispánico ante el Estado y Dios. Pero sólo así este individuo percibía que la gloria podía ser<br />

superior al estado <strong>de</strong> contingencia. En los trapiches <strong>de</strong> la gran fábrica <strong>de</strong> la conquista se echaba la naturaleza entre los dientes, y<br />

13 Luis Jiménez Herrero: Medio Ambiente y Desarrollo Alternativo. Madrid, Editorial Iepala, 1989, 251.<br />

14 N. Gligo y J. Morello: "Notas sobre la <strong>Historia</strong> Ecológica <strong>de</strong> América Latina" en Estilos <strong>de</strong> Desarrollo y Medio Ambiente en la América Latina. México,<br />

1976, 136-137.<br />

15 Pedro Lozano: Op. cit., 40.<br />

16 Nicolás M. Sosa: Ética Ecológica. Necesidad, Posibilidad, Justificación y Debate. Madrid, Libertarias, 1990, 25-26.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!