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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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El texto incluye niveles extraños, cambiantes y sutiles. La memoria étnica <strong>de</strong> la posesión <strong>de</strong> la tierra no tiene porqué gozar<br />

<strong>de</strong> formalidad <strong>de</strong> escribano. Simplemente allí don<strong>de</strong> nacieron los padres, que <strong>de</strong>bió ser don<strong>de</strong> lo fueron también los abuelos, genera el<br />

<strong>de</strong>recho legítimo <strong>de</strong> posesión. Pero el capitalismo argentino en ebullición no podía tolerar tal principio. 366 Los hombres blancos se<br />

presentaron en tiempo y forma, crueles y bárbaros, pero todo fue olvidado por las etnias. La conquista tenía <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> sí un andamiaje<br />

administrativo-jurídico cuya prescripción es cancelada por el olvido <strong>de</strong> los clanes. Fontana a<strong>de</strong>más se refiere a su civilización como la<br />

<strong>de</strong> los hombres blancos, es <strong>de</strong>cir sin obviar la tonalidad colonialista racista diseminada por el mundo mo<strong>de</strong>rno a partir <strong>de</strong> la explotación<br />

<strong>de</strong>l Africa. Una vergüenza que es menester seguir recordando. Las etnias olvidaron incluso la primer crueldad y las primeras<br />

humillaciones. Ambos olvidos, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> expropiación y el crimen, se anulan entre sí. Legitimarían la reapropiación étnica <strong>de</strong><br />

sus tierras y la paz con los blancos. Pero ello <strong>de</strong>jó no obstante una intuición, un sedimento en la psicología profunda, un acceso <strong>de</strong><br />

furia inconsciente sublimado por aquella pérdida <strong>de</strong> la libertad. De allí que cuando el hombre civilizado (tal vez el propio Fontana) les<br />

tien<strong>de</strong> una mano, erizados disparan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el antiguo pánico y el ya atávico odio.<br />

"De este modo, el indio chaqueño quiere ser in<strong>de</strong>pendiente; jamás llegará a someterse por completo; la libertad es su único culto, es<br />

su Dios; ser libre como las aves es su solo anhelo, la sola ambición <strong>de</strong> su alma; el cuerpo es nada para él, lo expone a cada paso que da y<br />

pier<strong>de</strong> la vida en cualquier instante, con sentimiento, cuando se encuentra libre y absoluto en sus campos". 367<br />

¿Cómo se inserta la libertad en el ecosistema? Fontana relata el caso <strong>de</strong> un indio prisionero al que se le ató al cuello un cor<strong>de</strong>l<br />

cuyo otro extremo iba asegurado al caballo <strong>de</strong> un soldado. El indio no daba un paso esperando que el cor<strong>de</strong>l lo ahorcase. Fue<br />

arrastrado y <strong>de</strong>bieron <strong>de</strong>jarlo en libertad para no tener que matarlo. A otro indio <strong>de</strong>tenido y llevado en 1873 a colonia Rivadavia,<br />

cuando el oficial le amenazó con quemarlo vivo, él mismo contestó introduciendo su pie en el fuego. 368<br />

Entre cincuenta y cien mil indios calcula Fontana habitando entonces el Chaco. Los divi<strong>de</strong> en seis gran<strong>de</strong>s tribus según sus<br />

lenguas: tobas, mocobíes, chunupíes, matacos, payaguás y chiriguanos. Para Seelstrang en cambio, serían ochenta mil almas, lo<br />

que daría por resultado diez mil hombres <strong>de</strong> armas llevar o lo que es lo mismo diez indios armados por legua cuadrada. 369 Mientras<br />

para Fontana la <strong>de</strong>mografía es un auxiliar <strong>de</strong> la etnología, para el explorador que <strong>de</strong>bía ubicar los sitios fundantes <strong>de</strong> los primeros<br />

pueblos <strong>de</strong>l Chaco, la <strong>de</strong>mografía es un soporte <strong>de</strong> la estrategia militar. Sin embargo, Seelstrang anota con bastante clarivi<strong>de</strong>ncia los<br />

nuevos procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sestructuración <strong>de</strong> los clanes. El miedo, el amor propio, la <strong>de</strong>rrota, las diferentes lenguas, no permiten<br />

agrupaciones aborígenes mayores. Pero a<strong>de</strong>más, las bandas colocan a todo indio bajo sospecha. Se mueven por el Chaco <strong>de</strong> otra<br />

manera, escapando. Son fugitivos <strong>de</strong> su gran territorio. Los más valientes guerreros o hábiles diplomáticos, reúnen a su alre<strong>de</strong>dor a<br />

seguidores más que a clanes. Por lo mismo, la muerte <strong>de</strong>l cabecilla <strong>de</strong>sintegra con facilidad al grupo. 370 Las tribus empiezan a no<br />

llamarse por la etnia sino por los caciques: la tribu <strong>de</strong> Juan Gregorio, la <strong>de</strong> Cambá, <strong>de</strong> Inglés, <strong>de</strong> Leoncito...<br />

Retroce<strong>de</strong>n continuamente, mientras la región <strong>de</strong> cañadas <strong>de</strong>l este <strong>de</strong>l Chaco es entregada en concesiones, se fundan colonias,<br />

y aparecen gran<strong>de</strong>s propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>stinadas a la gana<strong>de</strong>ría, el obraje o la producción <strong>de</strong> azúcar. 371 Sin ríos o bosques, a muchas tribus<br />

les quedan dos alternativas: el bandidaje semiguerrillero (en condiciones <strong>de</strong> una guerra perdida) o la inclusión en el trabajo asalariado<br />

periférico (obraje, ingenio y estancia).<br />

La ocupación <strong>de</strong> los territorios fue tan rápida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1880, que nuevamente apareció la necesidad <strong>de</strong> incorporar brazos<br />

baratos aborígenes. En particular porque los inmigrantes que llegaban a Buenos Aires y oían los relatos <strong>de</strong> explotación humana en el<br />

Chaco, <strong>de</strong>cidían evitar el conchabo hacia esa región. 372 La realidad <strong>de</strong> hombres privados <strong>de</strong> sus condiciones materiales <strong>de</strong> existencia<br />

y que sólo pue<strong>de</strong>n obtener medios <strong>de</strong> vida mediante el trabajo asalariado, creaba las condiciones para el capitalismo en el Chaco.<br />

366<br />

En agosto <strong>de</strong> 1994 fue aprobada la nueva Constitución argentina, basada en reformas a la original <strong>de</strong> 1853. Recién entonces se sancionó el <strong>de</strong>recho indígena a<br />

las tierras que ocupan. Pero cuando las etnias, que sobreviven dificultosamente, fueron barridas ya hacia los últimos espacios <strong>de</strong>l país. Cuatrocientos años más<br />

tar<strong>de</strong> que las primeras invasiones blancas al Chaco.<br />

367<br />

Í<strong>de</strong>m, 93.<br />

368<br />

Í<strong>de</strong>m, 93.<br />

369<br />

Seelstrang, 1876, 62.<br />

370<br />

Í<strong>de</strong>m, 61-66.<br />

371<br />

Nicolás Iñigo Carrera: Campañas Militares y Clase Obrera. Chaco 1870-1930. Buenos Aires, Centro Editor <strong>de</strong> América Latina, 1984, 11.<br />

372<br />

"En el Gran Chaco, tierra boscosa asolada por sequías y otras veces gran<strong>de</strong>s inundaciones, por lo general trabajan mestizos en los obrajes. (...) La<br />

colonización europea ha tenido aquí poco éxito". Las tentativas <strong>de</strong> colonización fracasaban "a causa <strong>de</strong> las atroces condiciones socia-les imperantes, <strong>de</strong> la<br />

corrupción administrativa y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spotismo <strong>de</strong> los latifundistas". Germán Ave Lallemant (1895): Selección <strong>de</strong> Artículos. Buenos Aires, Anteo, 1974, 154 y 156.

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