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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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onca) <strong>de</strong> esta zona. Al disminuir la adaptabilidad disminuyeron también las probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sobrevivir frente a las condiciones<br />

<strong>de</strong>sfavorables y tampoco pudo adaptarse con rapi<strong>de</strong>z a la aparición <strong>de</strong> condiciones favorables. Por el contrario, una población mayor<br />

con muchos más biotipos tiene más probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> contener algunos individuos que puedan hacer frente a las condiciones<br />

<strong>de</strong>sfavorables y aprovechar las favorables. Ello explica en parte la circunstancia <strong>de</strong> que la población <strong>de</strong> yaguaretés no pudo<br />

expansionarse más. Pero a<strong>de</strong>más una pequeña población, no sólo pue<strong>de</strong> ser incapaz <strong>de</strong> crecer rápidamente y exten<strong>de</strong>rse, sino que<br />

también, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse reducido por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> un nivel crítico, pue<strong>de</strong> ser ya incapaz <strong>de</strong> conservarse. Esta última posibilidad<br />

introduce el principio <strong>de</strong> la población mínima que establece que, para que una población pueda sobrevivir in<strong>de</strong>finidamente en un<br />

ambiente <strong>de</strong>terminado, su número <strong>de</strong>be conservarse por encima <strong>de</strong> una frecuencia crítica. 332<br />

De hasta 2.50 m <strong>de</strong> largo y unos 140 kg <strong>de</strong> peso, <strong>de</strong> pelaje bayo anaranjado, una hembra yaguareté necesitaba para sí un<br />

territorio <strong>de</strong> 25 a 38 km 2 y un macho unos 90 km 2 , superponiéndose a los <strong>de</strong> varias hembras. Pero en el Chaco seco estos requisitos<br />

territoriales eran con seguridad más significativos. 333 Los "tigreros" los cazaban observando el cielo, buscando a los cuervos que les<br />

señalaran don<strong>de</strong> estaba la carnada <strong>de</strong>l tigre. El yaguareté sintonizaba mejor que cualquier otra especie la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong> los medios<br />

naturales y el corrimiento <strong>de</strong> la frontera silvestre <strong>de</strong>l Chaco hacia zonas toda vez más profundas. Humboldt indicaba a comienzos <strong>de</strong>l<br />

XIX que dos mil pieles <strong>de</strong> yaguaretés se embarcaban por año <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el puerto <strong>de</strong> Buenos Aires rumbo a Europa. 334 En el año 1824,<br />

D'Orbigny comunicaba la exportación <strong>de</strong> 9.138 <strong>de</strong> estas pieles. 335<br />

Los viajeros franceses notan que el Chaco empezaba a ser ro<strong>de</strong>ado por circuitos mercantiles que incorporaban a su vez<br />

población. La feria <strong>de</strong> Sumalao en Santiago <strong>de</strong>l Estero, todos los años a fines <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> marzo, se <strong>de</strong>dicaba a la venta <strong>de</strong> mulas y<br />

asnos y convocaba a comerciantes y gana<strong>de</strong>ros. Por su parte, cada expedición punitiva que regresaba <strong>de</strong>l Chaco daba lugar a gran<strong>de</strong>s<br />

festejos, en los que las ciuda<strong>de</strong>s consolidaban su espíritu triunfalista y la simbología cultural. Se emban<strong>de</strong>raban las casas ricas,<br />

aclamándose a los que llegaban trayendo trofeos ("indiecitos perdonados" y mujeres) y botín (correas trenzadas, pieles y plumas <strong>de</strong><br />

avestruz quitadas a los clanes). En la fiesta, la élite con<strong>de</strong>coraba a los legionarios. Había música, canto y baile hasta la madrugada.<br />

El imaginario triunfalista se corría hasta capturar el entusiasmo <strong>de</strong> los propios indios transculturalizados.<br />

23. ONTOLOGÍA DEL CHACO<br />

De la concepción <strong>de</strong>l Chaco monstruoso <strong>de</strong>l XVII/XVIII se pasaba a la tesis <strong>de</strong> inferioridad <strong>de</strong>l espacio, clásica <strong>de</strong>l XIX.<br />

Una <strong>de</strong>sconfianza automática por los territorios bárbaros. Reflejos conspiradores puros; corazonada; inspiración burguesa;<br />

exhortación soberbia; <strong>de</strong>sfachatez e irreverencia. Azuzamiento; por momentos irreflexión, y todo a cuenta <strong>de</strong> la guerra a lo anómalo,<br />

a la imperfección, a la falla llamada Chaco. A fines <strong>de</strong>l XIX sin embargo, geólogos, ornitólogos, naturalistas y etnógrafos, iniciaban<br />

<strong>de</strong>scripciones bastante minuciosas y cargadas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as sugerentes. Una biosfera espectacular e indios con un "alto grado <strong>de</strong><br />

inteligencia". 336<br />

Todavía, Chaco daba pábulo a la vieja i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> América como continente surgido apenas <strong>de</strong> las aguas, mal <strong>de</strong>secado y<br />

pantanoso. Alexan<strong>de</strong>r von Humboldt negaba la imagen fantástica <strong>de</strong> un continente nuevo, intranquilo, <strong>de</strong> tierra senescente e inerte.<br />

Se complacía sí en admirar la furia americana alterna y los retorcidos connubios <strong>de</strong> sus fenómenos naturales. Lo seducía no la placi<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> los estratos geológicos, sino la variedad inagotable <strong>de</strong> la vida americana, el juego <strong>de</strong> su violencia elemental y la agitación. 337 Otro<br />

332 Í<strong>de</strong>m, 384.<br />

333 Juan Carlos Chebez: Los Que Se Van. Especies Argentinas en Peligro. Buenos Aires, Editorial Albatros, 1994, 269-280.<br />

334 R. Lehmann-Nitsche: "El hábitat austral <strong>de</strong>l tigre en la República Argentina". Revista Jardín Zoológico, Bue-nos Aires, 2° época, n° 3, 19,1907. J.B.<br />

Ambrosetti: "La leyenda <strong>de</strong>l yaguareté-abá (el indio tigre) y sus proyecciones entre los guaraníes quechuas". Anales Sociedad Científica Argentina, n° 41, Buenos<br />

Aires, 1896, 321-334<br />

335 En 1968 ingresaban a los EE.UU. 13.516 pieles <strong>de</strong> yaguareté, y en 1969 la cifra era <strong>de</strong> 9.831. En la década <strong>de</strong> 1950 la Argentina exportaba legalmente 200<br />

pieles anuales. En el "impenetrable" <strong>de</strong>l Chaco salteño el yaguareté se extinguió; en el Parque Nacional Calilegua, extremo oriental <strong>de</strong>l Chaco jujeño, se cazó un<br />

ejemplar en 1990; en el Chaco santiagueño está próximo a la extinción; subsisten algunos ejemplares en el Parque Nacional Pilco-mayo <strong>de</strong>l Chaco <strong>de</strong> la provincia<br />

<strong>de</strong> Formosa. En Chebez, op. cit, 278.<br />

336 Jorge Luis Fontana: El Gran Chaco. Buenos Aires, Imprenta <strong>de</strong> Ostwald y Martínez, 1881 (2° edición, Solar-Hachette, 1977).<br />

337 Antonello Gerbi. La Disputa <strong>de</strong>l Nuevo Mundo. México, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 1960, 375.

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