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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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El indio califica aún más el uso <strong>de</strong>l caballo como arma <strong>de</strong> guerra. Sin necesitar espuelas ni freno, se "lanza en pelo<br />

sobre el padrillo más fogoso, y, con ayuda <strong>de</strong> dos palos cruzados, uno <strong>de</strong> los cuales atraviesa la boca <strong>de</strong>l animal, lo reduce a la<br />

obediencia en pocos minutos; toma el caballo más pesado, y, con sólo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> sus piernas, le obliga a correr hasta<br />

reventarlo". 298 Esto posibilitaba a los jinetes indios una velocidad sorpren<strong>de</strong>nte en sus evoluciones. Al partir, permitía al animal sólo<br />

un amplio bocado <strong>de</strong> pasto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo cual lo ponía al trote hasta que, masticado, y con una ligera <strong>de</strong>tención <strong>de</strong>jaba que renovara<br />

el bocado. El equino avanzaba así días enteros sin que el hambre agotara sus fuerzas. Las bandas indias cruzaban el <strong>de</strong>sierto con una<br />

rapi<strong>de</strong>z sin competidores. Los correos más ligeros, aún con caballos <strong>de</strong> recambio y excelentes caminos <strong>de</strong> postas era superados por un<br />

aborigen.<br />

El sistema <strong>de</strong> marchas y contramarchas <strong>de</strong>sconcertantes en torno <strong>de</strong>l objetivo, envolvía con una masa <strong>de</strong> espanto a los<br />

<strong>de</strong>fensores. 299 Se hacía evi<strong>de</strong>nte que el sistema <strong>de</strong> fortines no podía contra la sutilidad <strong>de</strong> las nuevas estrategias <strong>de</strong> bandas. Para el<br />

aniquilamiento hacían falta no partidas (que seguían a un enemigo imposible <strong>de</strong> alcanzar), sino un gran ejército que barriese el<br />

territorio sin <strong>de</strong>jar espacio para la fuga. Pero ello ocurriría tres lustros más tar<strong>de</strong>.<br />

Al sudoeste <strong>de</strong> El Bracho una inmensa pra<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> gramíneas: El simbol, alimento predilecto <strong>de</strong> los rumiantes, junto a<br />

la cebadilla, el trébol o alfalfa silvestre con el color amarillo <strong>de</strong> su flor diferenciada, y la cola <strong>de</strong> zorro.<br />

"El suelo que produce esta vegetación fuerte y nutritiva está formado por una tierra negra, extremadamente blanda, casi humus<br />

puro, cuya capa por todas partes profunda, tiene en algunos sitios un espesor extraordinario; una paja seca <strong>de</strong> simbol penetra en ella fácilmente<br />

hasta más <strong>de</strong> dos pies sin romperse ni doblarse". 300<br />

El francés permanece azorado ante una tierra virginal, feraz, que en Europa sería imposible siquiera imaginar. El<br />

Salado todavía obraba a la manera <strong>de</strong> Nilo.<br />

El conocimiento etnológico <strong>de</strong> los clanes sigue importando poco o nada. 301 Pero se anotan en cambio fenómenos que<br />

tienen que ver con las dificulta<strong>de</strong>s para el exterminio. La piel <strong>de</strong>l indio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto chaqueño es para el inglés Hutchinson tan<br />

gruesa como la <strong>de</strong>l toro.<br />

"Tienen una dureza sorpren<strong>de</strong>nte para morir, pues pelean aún <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tener el cráneo atravesado por las balas <strong>de</strong> rifle, y el<br />

cuerpo saturado <strong>de</strong> heridas <strong>de</strong> bayoneta". 302<br />

Para pelear los aborígenes se <strong>de</strong>snudaban totalmente. En las persecuciones, los soldados apenas tenían tiempo para<br />

colocar un pedazo <strong>de</strong> carne al fuego, al que llamaban churrasco. La ceniza <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ra quemada se usaba como sal. Pero los indios<br />

saqueaban sólo cuando eran acosados por el hambre. 303 La guerra, el continuo movimiento <strong>de</strong> los clanes, y el Chaco ro<strong>de</strong>ado,<br />

quebraban el débil sistema étnico <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> alimentos.<br />

La ceremonia <strong>de</strong> casamiento étnico consistía ahora casi enteramente en que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ser aceptado el novio por la<br />

amada, le traería aquel un animal cazado en el monte. 304 En la primer noche, la pareja <strong>de</strong> recién casados <strong>de</strong>l Chaco santiagueño,<br />

dormiría bajo un cuero <strong>de</strong> caballo, con la cabeza hacia el oeste para que el sol brillase sobre sus pies a la mañana siguiente. 305<br />

El <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> la frontera <strong>de</strong>l Salado <strong>de</strong>scripto por los viajeros era un damero <strong>de</strong> zonas <strong>de</strong> ecotono. Fronteras entre el<br />

monte y la pra<strong>de</strong>ra, orillas <strong>de</strong>l río, cambios <strong>de</strong>l pantano al bosque. Zonas transicionales <strong>de</strong> tensión, don<strong>de</strong> las avanzadillas <strong>de</strong> cada<br />

comunidad natural se <strong>de</strong>sarrollaban en ambientes cada vez menos favorables. Pero también, y a consecuencias <strong>de</strong>l Salado, áreas<br />

don<strong>de</strong> los factores físicos que ejercían la regulación cambiaban <strong>de</strong> continuo, con transiciones bruscas entre las comunida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong><br />

298<br />

Jacques, op. cit, 126.<br />

299<br />

I<strong>de</strong>m, 126.<br />

300<br />

Í<strong>de</strong>m, 132.<br />

301<br />

A veces las <strong>de</strong>scripciones étnicas son <strong>de</strong> una primitivez absoluta: "Muchos <strong>de</strong> ellos hablan el castellano, sin duda reliquias <strong>de</strong> la educación dada por los<br />

jesuitas en los tiempos antiguos. No tienen ni idolatrías ni sacrificios supersticiosos. Los tobas adoran al sol". Hutchinson, op. cit, 224.<br />

302<br />

Í<strong>de</strong>m, 224.<br />

303 Ello era comunicado a Hutchinson por el propio general Taboada. Í<strong>de</strong>m, 224.<br />

304 Í<strong>de</strong>m, 224.<br />

305 Í<strong>de</strong>m, 225.

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