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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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por sauces que las fijaban al suelo, junto con otros <strong>árboles</strong>, aves, cuadrúpedos y anfibios. Unas eran <strong>de</strong>struidas por la fuerza <strong>de</strong> las<br />

aguas. Dobrizhoffer vio hundirse algunas, otras oscilar como un barco, flotar bajo el viento entre las olas y <strong>de</strong>saparecer. 202 El Paraná<br />

se <strong>de</strong>sbordaba anualmente dos veces; la mayor inundación comenzaba en diciembre y concluía a fines <strong>de</strong> febrero. El menor <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>sbor<strong>de</strong>s se iniciaba a mediados <strong>de</strong> junio y duraba unos treinta días.<br />

Cuando en Europa sonó el nombre <strong>de</strong>l río <strong>de</strong> la Plata, adon<strong>de</strong> <strong>de</strong>saguaba el Paraná, hubo una avalancha <strong>de</strong> españoles<br />

hacia el Paraguay. 203 Era el sonido <strong>de</strong> los metales. Arrancárselos a la naturaleza. Y aún cuando el Chaco se <strong>de</strong>mostró bien pronto<br />

impotente en dar metales preciosos, <strong>de</strong> todos modos en cualquier conversación <strong>de</strong>l XVIII la posibilidad <strong>de</strong> su hallazgo seguía haciendo<br />

exquisitos a los discursos metalíferos. Lo ignoto, lo posible <strong>de</strong> vaciar; la inmensidad volvía ridículo el pensamiento <strong>de</strong> que la región<br />

no escondiese metales. El agua serviría para llegar a ellos. Hasta tanto, se era hacendado o comerciante. El español que fracasaba<br />

en ambos se autoconvertía en médico. Cuanto más transcurría el tiempo y más se disipaban las dudas <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> metales, más<br />

se sucedían aquí y allá rumores, aseveraciones breves <strong>de</strong> la probabilidad <strong>de</strong> las ahora sí minas y hallazgo <strong>de</strong> piedras preciosas. Se<br />

hablaba <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s guairenses como Jerez, Ciudad Real y Villa Rica señaladas en otros tiempos como fuentes <strong>de</strong>l oro y la plata,<br />

transformadas en inexplicables centros <strong>de</strong> pobreza. La concepción <strong>de</strong> la naturaleza como prostituta no se había apagado. Una mujer<br />

lasciva que guarda metales y se ven<strong>de</strong> por ellos. El hombre trababa relación con una puta cósmica.<br />

Una preocupación por imanes, por saber el porqué <strong>de</strong> su acción, o el cómo <strong>de</strong>l rayo, y sobre sus fuerzas y propieda<strong>de</strong>s.<br />

Si había piedras -como las Ytacurú- que por contener un poco <strong>de</strong> hierro atraerían tal vez los rayos. Se hablaba <strong>de</strong> los hombres<br />

distinguidos en conocimientos naturales. Es obvio que América seguía <strong>de</strong>spertando más <strong>de</strong> un interrogante científico. No se estaba<br />

totalmente seguro <strong>de</strong>l peligro, pero se prefería dormir sin cargar artículos <strong>de</strong> hierro como las espadas para no atraer a la electricidad <strong>de</strong>l<br />

espacio. Pero en este punto las disquisiciones se <strong>de</strong>tenían, y los misioneros preferían <strong>de</strong>jar las respuestas a los naturalistas: las<br />

estrellas científicas <strong>de</strong>l mundo. Los que podían <strong>de</strong>scribir el universo, or<strong>de</strong>narlo, clasificarlo, darles nombres genéricos, plantearse<br />

gran<strong>de</strong>s preguntas sobre el ser <strong>de</strong> lo natural, realizar los experimentos a<strong>de</strong>cuados y encontrar soluciones. Detrás <strong>de</strong> los naturalistas<br />

iban generalmente los ejércitos <strong>de</strong> ocupación o las compañías extractivas. A veces, como en el XIX, los propios naturalistas eran<br />

representantes <strong>de</strong> ellas.<br />

En las sierras <strong>de</strong> Córdoba, en la periferia <strong>de</strong>l Chaco, se excavaba un talco llamado lápiz specularis o lunaris en latín. 204<br />

Para separar entre sí sus hojuelas con un cuchillo, se las ablandaba en agua. Bajo un fuego mo<strong>de</strong>rado adquiría la suavidad <strong>de</strong>l papel y<br />

el color <strong>de</strong> la plata. De él se cortaban imágenes u otras figuras para adornar las iglesias pobres. Las mejores se usaban para linternas y<br />

ventanas en vez <strong>de</strong> vidrio. Cuando los jesuitas alemanes llegaron a Paracuaria a mediados <strong>de</strong>l XVIII, era muy raro encontrar vidrio.<br />

Sumamente caro. En las reducciones <strong>de</strong>l Chaco no había una sola ventana <strong>de</strong> vidrio.<br />

Las iglesias llevaban hacia el Sur, en lugar <strong>de</strong> un vidrio, una piedra traslúcida, dura, <strong>de</strong> color blanco, parecida al<br />

alabastro. Se traía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Perú, por lo tanto cargaba altos precios. Es que en Chaco austral el viento Sur soplaba con ímpetu<br />

furioso, rompiendo lo que fuera <strong>de</strong> vidrio. "El viento voltea casas enteras, <strong>de</strong>stroza los palos mayores <strong>de</strong> los barcos más gran<strong>de</strong>s y<br />

arranca <strong>de</strong> raíz los cedros elevados hacia el cielo". 205<br />

Pero en el Chaco no había yeso ni piedra <strong>de</strong> talco. Los guaraníes quemaban cal <strong>de</strong> conchas y caracoles para enlucir sus<br />

pare<strong>de</strong>s. 206 Los jesuitas pintaban sus iglesias con ceniza mezclada en sangre <strong>de</strong> buey. La sangre <strong>de</strong> buey se utilizaba para todo. Pero<br />

en particular como una suerte <strong>de</strong> cola o adherente.<br />

14. EL GANADO<br />

"La increíble cantidad <strong>de</strong> caballos, mulas, vacas y ovejas". Así subtitulaba Dobrizhoffer 207 a uno <strong>de</strong> sus capítulos.<br />

Había tantos vacunos libres en el Chaco austral, que era menester abrirse paso en los caminos mediante jinetes enviados <strong>de</strong>lante. 208<br />

202<br />

Í<strong>de</strong>m, 287.<br />

203<br />

Í<strong>de</strong>m, 301.<br />

204<br />

Mica?<br />

205<br />

Í<strong>de</strong>m, 313.<br />

206<br />

Í<strong>de</strong>m, 313.<br />

207 Dobrizhoffer, op.cit, 319.

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