Etnias y árboles - Escuela de Historia

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que ello era imposible. En todo caso se trataba de una carrera contra reloj. Convertirlos antes que los planteles se acabasen. Se modificaban los hábitos alimentarios. La carne de vaca era ahora el único sustento: "a cuia falta se sigue el desparramo, y la epidemia". 157 En la reducción de Belén se mataba una res diaria, de la que debían alimentarse 21 familias cristianas, 13 capitanes mbayás y la sangre que correspondía a los niños. 158 La vida es, a la vez, una forma de la transformación de la energía y una forma de su degradación, aunque esta degradación se realiza en la biosfera en condiciones de una especial actividad antientrópica de la sustancia viva. Esto es, cada célula de la sustancia viva es arena de una lucha cada vez más intensa entre los procesos entrópicos y antientrópicos, y la biosfera natural es una victoria de la vida, un triunfo del principio antientrópico. La variante colonial de uso del entorno en el Chaco sin embargo, cargaba taras sobre los procesos entrópicos. Se iniciaban potenciales cambios en la biosfera. Las cuatrocientas entradas de la clase encomendera yerbatera asunceña al Chaco boreal, las treinta reducciones y fuertes allí fundados, y los senderos abiertos en la selva, tenían que demostrar la "Uti possidetis facto", es decir la preeminencia de sus títulos de ocupación en la disputa con la élite altoperuana, y correlativamente integrarse ello con un "Uti possidetis juris" es decir mediante los títulos por derecho. 159 Las fronteras geopolíticas entre el Alto Perú y Paraguay estaban mediatizadas por el peso del andamiaje burocrático colonial. Las autoridades de Chiquitos y las del Paraguay acudían a todos los vericuetos de las Leyes de Indias para confrontar sus derechos sobre el espacio del Chaco boreal. 160 A fines del XVIII Chiquitos dependía en lo gubernativo del Virrey de Buenos Aires; en lo militar y financiero de la Intendencia de Cochabamba 161 ; en lo indígena y judicial de la Audiencia de Charcas. Estas complicaciones en cuanto a alcances de poderes y subordinaciones, volvían toda vez más imprecisa la legitimidad de la ocupación del Chaco boreal. Chiquitos parecía imposibilitado de abarcar al Chaco, y hacia 1800 se autopresentaba como "rodeada de barbarismo". 162 Al Sur clanes ymonos, siminajás y potoreras; al Oeste guanas, tobas, samucus y paraños. Las legendarias misiones de Chiquitos se extendían en espacio entre los ríos Pilcomayo y Paraguay y las vecindades de Santa Cruz de la Sierra a cuyo obispado pertenecían. 163 11. FRAGMENTOS DE ETNOECOLOGÍA Durante cuatro siglos no hubo documentos aborígenes del Chaco. Una etnoecología fue casi imposible. Es decir una interpretación autóctona de las interrelaciones bióticas de cómo afectaban sus decisiones al ecosistema, su terminología cambiante y la distribución de los objetos en diversas categorías. La percepción que del mundo natural tenían los clanes, pasó por las lentes y filtros de los textos jesuíticos. Algunas veces se reflejaron en éstos las taxonomías del mundo natural clánico, categorías que presentaban relaciones jerárquicas, interrelacionados según los principios de inclusión y contraste. Para algunas tribus los monos eran una clase de hombres. Los simios descendían de los hombres. En un mito mocobí se hablaba de los hombres que no quisieron trabajar y se transformaron por ello en monos. La relación taxonómica de lo general y lo específico, quedaba objetivamente señalada para muchas especies vegetales. Pero los paradigmas 164 eran imprecisos o en todo caso móviles. 165 157 Ídem, 141. 158 Ídem, 142. 159 Efraín Cardozo: Aspectos de la Cuestión del Chaco, Asunción, Imprenta Nacional, 1932, 12 y 24-25. 160 Vicente G. Quesada: Historia Diplomática Latino Americana. III. La Política Imperialista del Brasil y las Cuestiones de Límites de las Repúblicas Sudamericanas. Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1920, 440-444. 161 En 1872 se creaba la Intendencia de Cochabamba con los corregimientos de Cochabamba, Mizque y la capitanía general de Santa Cruz de la Sierra, quedando sujetos a ella en lo militar y real hacienda, los gobernadores de Moxos y Chiquitos. Francisco de Viedma /1793): "Descripción de la Provincia de Santa Cruz de la Sierra". En Colección Pedro de Angelis, Buenos Aires, 1900, 413. 162 Miguel Fermín de Ringlós (1800): "Descrip-ción de la Provincia de Chiquitos". Carta al Virrey de Buenos Aires. En Cardozo, op. cit., 1932, 69. 163 Enrique de Gandía: Historia del Gran Chaco. Buenos Aires, Editores Juan Roldán y Cía, 1929. 164 Definen vocablos a partir de la intersección de rasgos.

La Orden de los jesuitas reclamó en el XVIII una personalidad especial para los sacerdotes que debían concurrir a las misiones entre infieles. Sus textos oficiales la magnifican hasta aproximarla a la requerida para General de la Orden. Se trataba de fabricar material humano para una conquista espiritual-ambiental sin precedentes. Conocer el hábitat antes de captar a miles de infieles totalmente salvajes para el evangelio. Sería la base de una larga bibliografía editada en Europa, que centraría su preocupación en este gran mundo expectante. 166 La Orden llevaba dos registros con caracterizaciones de cada misionero, una privada y otra secreta. La empresa era demasiado importante como para fallar o cometer equívocos. La capacidad para gobernar se tenía como crucial, pero tampoco debía ser excesiva a riesgo de volverse, el misionero, una personalidad independiente; lo que se presumía en la selva como ocasión para estragos. Fuerzas físicas íntegras y carácter reservado 167 , he ahí dos condiciones para el triunfo. Si en la evaluación aparecían las depresiones o la escasa prudencia, ese misionero no podría encarrilar jamás a sus ovejas "silvestres" al cristianismo. El jesuita alemán Dobrizhoffer llegaba a la reducción de Concepción de clanes abipones, al sur del río Saladillo en el sitio donde desembocaba en el Salado, luego de permanecer cuatro años entre los mocobíes. 168 La empresa de desmontar a los abipones de los caballos y reducirlos, parecía sobrehumana. El duro Padre José Klein los llamaba "la quintaesencia de la malevolencia", en tanto otro misionero, José Brigniel, los calificaba de "tropa escogida de energúmenos". Dobrizhoffer pasaría luego a la reducción de abipones de San Jerónimo en el Chaco santafecino, en la orilla Norte del Arroyo del Rey. 169 El Padre Klein militaba a su turno en la reducción de San Fernando 170 también de clanes abipones. Hacia la década de 1760 se creaba una cuarta reducción jesuítica de abipones sobre el río Paraguay 171 , del Timbó, a la que se trasladaba a Dobrizhoffer. 172 Para la Orden ya era un fracasado. Pero la organización tampoco podía perder una inversión de décadas. El misionero lograba que los abipones sembrasen algo de tabaco, pero no podrá hacer que cultiven el algodón, ni podrá con las invasiones de tobas y mocobíes. En los últimos seis meses de 1765 la peste hizo estragos en la reducción. El desbande fue general. El gobernador de Asunción, un analfabeto audaz e inteligente, organizaría una expedición de aniquilamiento de tobas, a la que se unieron los abipones reducidos del Timbó. La represalia de los tobas, mocobíes y lenguas de la selva, fue inmediata. Para Dobrishoffer sus indios no eran "catecúmenos" sino "energúmenos". La voltereta discursiva no hacía más que demostrar la imposibilidad de una parte de la Iglesia en comprender al hábitat/etnia como una unidad. En Chaco resultaba demasiado fuerte la ligazón entre la evolución biológica 173 con la evolución cultural y la retroalimentación. En este último caso un feedback entre la sociedad y la naturaleza (positivo o negativo). Tampoco se sabía por qué no siempre las leyes y principios establecidos de aculturación no daban los mismos resultados. A veces, en las reducciones, el régimen de los caciques con autoridad pero sin riqueza (sólo en posesión de algunos regalos), saltaba por los aires. Ello era más obvio cuando el mando no venía de la riqueza en sí sino de un poder abstracto, presumiblemente llegado del otro lado del mundo. O se transitaba el camino de cornisa, al observar los clanes, al origen del poder como la sustancia de una traición. Cuanto mayor era la complejidad relacional del clan con los organismos del sistema, tanto menos probable era que se produjera un accidente cultural inesperado, más o menos grave. En este caso, las familias escapaban de la reducción y volvían a la selva sin contratiempos. La estabilidad estaba relacionada con la diversificación. La esperanza de vida de los sistemas complejos es superior al de los sistemas simples (Mergalef, 1968). Se demostró que el paisaje altamente complejo del Chaco central junto a los grandes ríos, ofrecía un sistema favorable al abandono de la forma de vida en reducción y un retorno no conflictivo al antiguo hábitat. Pero en el Chaco austral, en particular en la subregión más simple de las pampas, la opción a la conversión no podía ser otra que el bandidaje. Mientras avanzaba la tala de la floresta desde el Sur y el Oeste, se observaban mermas drásticas a la diversidad. 165 Hermann Remmert: Ecología. Autoecología, Ecología de Poblaciones y Estudio de Ecosistemas. Barcelona. Edito-rial Blume, 1988. 166 P. José Solis: Saggio Sulla Storia Naturale della Provincia del Gran Chaco, Faenza, 1789. Ludwig Kersten: Indianer Stämmen des Gran Cha-co des 18° Jahrhundert. Leiden, 1904. 167 Prefacio a Martín Dobrizhoffer (1784): Historia de los Abipones. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional del Nordeste. Traducción de E. Wernicke, Resistencia (Chaco), 1967, T.I, 22. 168 Entre las villas de Salavina y Sumampa. Guillermo Furlong: José Sánchez Labrador y su Yerba Mate (1774), Buenos Aires, 1960. 169 Hoy ciudad de Reconquista. 170 Hoy ciudad de Resistencia. 171 Hoy provincia argentina de Formosa. 172 También San Carlos o del Rosario. 173 Cambio genético permanente, originado por selección natural.

La Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los jesuitas reclamó en el XVIII una personalidad especial para los sacerdotes que <strong>de</strong>bían concurrir a las<br />

misiones entre infieles. Sus textos oficiales la magnifican hasta aproximarla a la requerida para General <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n. Se trataba <strong>de</strong><br />

fabricar material humano para una conquista espiritual-ambiental sin prece<strong>de</strong>ntes. Conocer el hábitat antes <strong>de</strong> captar a miles <strong>de</strong> infieles<br />

totalmente salvajes para el evangelio. Sería la base <strong>de</strong> una larga bibliografía editada en Europa, que centraría su preocupación en este<br />

gran mundo expectante. 166 La Or<strong>de</strong>n llevaba dos registros con caracterizaciones <strong>de</strong> cada misionero, una privada y otra secreta. La<br />

empresa era <strong>de</strong>masiado importante como para fallar o cometer equívocos.<br />

La capacidad para gobernar se tenía como crucial, pero tampoco <strong>de</strong>bía ser excesiva a riesgo <strong>de</strong> volverse, el misionero,<br />

una personalidad in<strong>de</strong>pendiente; lo que se presumía en la selva como ocasión para estragos. Fuerzas físicas íntegras y carácter<br />

reservado 167 , he ahí dos condiciones para el triunfo. Si en la evaluación aparecían las <strong>de</strong>presiones o la escasa pru<strong>de</strong>ncia, ese<br />

misionero no podría encarrilar jamás a sus ovejas "silvestres" al cristianismo.<br />

El jesuita alemán Dobrizhoffer llegaba a la reducción <strong>de</strong> Concepción <strong>de</strong> clanes abipones, al sur <strong>de</strong>l río Saladillo en el<br />

sitio don<strong>de</strong> <strong>de</strong>sembocaba en el Salado, luego <strong>de</strong> permanecer cuatro años entre los mocobíes. 168 La empresa <strong>de</strong> <strong>de</strong>smontar a los<br />

abipones <strong>de</strong> los caballos y reducirlos, parecía sobrehumana. El duro Padre José Klein los llamaba "la quintaesencia <strong>de</strong> la<br />

malevolencia", en tanto otro misionero, José Brigniel, los calificaba <strong>de</strong> "tropa escogida <strong>de</strong> energúmenos". Dobrizhoffer pasaría luego<br />

a la reducción <strong>de</strong> abipones <strong>de</strong> San Jerónimo en el Chaco santafecino, en la orilla Norte <strong>de</strong>l Arroyo <strong>de</strong>l Rey. 169 El Padre Klein militaba<br />

a su turno en la reducción <strong>de</strong> San Fernando 170 también <strong>de</strong> clanes abipones. Hacia la década <strong>de</strong> 1760 se creaba una cuarta reducción<br />

jesuítica <strong>de</strong> abipones sobre el río Paraguay 171 , <strong>de</strong>l Timbó, a la que se trasladaba a Dobrizhoffer. 172 Para la Or<strong>de</strong>n ya era un fracasado.<br />

Pero la organización tampoco podía per<strong>de</strong>r una inversión <strong>de</strong> décadas. El misionero lograba que los abipones sembrasen algo <strong>de</strong> tabaco,<br />

pero no podrá hacer que cultiven el algodón, ni podrá con las invasiones <strong>de</strong> tobas y mocobíes. En los últimos seis meses <strong>de</strong> 1765 la<br />

peste hizo estragos en la reducción. El <strong>de</strong>sban<strong>de</strong> fue general. El gobernador <strong>de</strong> Asunción, un analfabeto audaz e inteligente,<br />

organizaría una expedición <strong>de</strong> aniquilamiento <strong>de</strong> tobas, a la que se unieron los abipones reducidos <strong>de</strong>l Timbó. La represalia <strong>de</strong> los<br />

tobas, mocobíes y lenguas <strong>de</strong> la selva, fue inmediata. Para Dobrishoffer sus indios no eran "catecúmenos" sino "energúmenos". La<br />

voltereta discursiva no hacía más que <strong>de</strong>mostrar la imposibilidad <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong> la Iglesia en compren<strong>de</strong>r al hábitat/etnia como una<br />

unidad.<br />

En Chaco resultaba <strong>de</strong>masiado fuerte la ligazón entre la evolución biológica 173 con la evolución cultural y la<br />

retroalimentación. En este último caso un feedback entre la sociedad y la naturaleza (positivo o negativo). Tampoco se sabía por qué<br />

no siempre las leyes y principios establecidos <strong>de</strong> aculturación no daban los mismos resultados. A veces, en las reducciones, el régimen<br />

<strong>de</strong> los caciques con autoridad pero sin riqueza (sólo en posesión <strong>de</strong> algunos regalos), saltaba por los aires. Ello era más obvio cuando<br />

el mando no venía <strong>de</strong> la riqueza en sí sino <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r abstracto, presumiblemente llegado <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l mundo. O se transitaba el<br />

camino <strong>de</strong> cornisa, al observar los clanes, al origen <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r como la sustancia <strong>de</strong> una traición.<br />

Cuanto mayor era la complejidad relacional <strong>de</strong>l clan con los organismos <strong>de</strong>l sistema, tanto menos probable era que se<br />

produjera un acci<strong>de</strong>nte cultural inesperado, más o menos grave. En este caso, las familias escapaban <strong>de</strong> la reducción y volvían a la<br />

selva sin contratiempos. La estabilidad estaba relacionada con la diversificación. La esperanza <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los sistemas complejos es<br />

superior al <strong>de</strong> los sistemas simples (Mergalef, 1968). Se <strong>de</strong>mostró que el paisaje altamente complejo <strong>de</strong>l Chaco central junto a los<br />

gran<strong>de</strong>s ríos, ofrecía un sistema favorable al abandono <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> vida en reducción y un retorno no conflictivo al antiguo hábitat.<br />

Pero en el Chaco austral, en particular en la subregión más simple <strong>de</strong> las pampas, la opción a la conversión no podía ser otra que el<br />

bandidaje. Mientras avanzaba la tala <strong>de</strong> la floresta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Sur y el Oeste, se observaban mermas drásticas a la diversidad.<br />

165<br />

Hermann Remmert: Ecología. Autoecología, Ecología <strong>de</strong> Poblaciones y Estudio <strong>de</strong> Ecosistemas. Barcelona. Edito-rial Blume, 1988.<br />

166<br />

P. José Solis: Saggio Sulla Storia Naturale <strong>de</strong>lla Provincia <strong>de</strong>l Gran Chaco, Faenza, 1789. Ludwig Kersten: Indianer Stämmen <strong>de</strong>s Gran Cha-co <strong>de</strong>s 18°<br />

Jahrhun<strong>de</strong>rt. Lei<strong>de</strong>n, 1904.<br />

167<br />

Prefacio a Martín Dobrizhoffer (1784): <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los Abipones. Facultad <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s. Universidad Nacional <strong>de</strong>l Nor<strong>de</strong>ste. Traducción <strong>de</strong> E. Wernicke,<br />

Resistencia (Chaco), 1967, T.I, 22.<br />

168<br />

Entre las villas <strong>de</strong> Salavina y Sumampa. Guillermo Furlong: José Sánchez Labrador y su Yerba Mate (1774), Buenos Aires, 1960.<br />

169<br />

Hoy ciudad <strong>de</strong> Reconquista.<br />

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Hoy ciudad <strong>de</strong> Resistencia.<br />

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Hoy provincia argentina <strong>de</strong> Formosa.<br />

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También San Carlos o <strong>de</strong>l Rosario.<br />

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Cambio genético permanente, originado por selección natural.

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