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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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El río Bermejo muestra animales, clanes con un lenguaraz en idioma quechua; luchas intertribales entre matacos buenos<br />

y matacos malos 145 ; clanes distantes entre sí a tres leguas sobre la orilla <strong>de</strong>l río y <strong>de</strong> cien a trescientos miembros cada uno; vinales,<br />

bosques <strong>de</strong> palo santo, algarrobos y palmas; masas <strong>de</strong> peces como el dorado, pacú, rábalo, surubí, raya, patí, palometa y sábalo;<br />

lobos blancos, negros y bermejos; nutrias, capivaras; yaguares, pumas, osos hormigueros, jabalíes y venados. Hacia la espalda<br />

austral <strong>de</strong>l río, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el occi<strong>de</strong>nte hacia el oriente, clanes matacos, chunupíes, sinipíes, malbaláes, corroas, atalalás, pasaynes,<br />

tobas, mocobíes; en el norte mataguayos, orejones, chiriguanos, pelichocos, pitaleáes, cocolotes, inimacás, muchicois, sotenahás, tobas<br />

o tocoyteis, cayjapáes. Al parecer estos clanes entre el Bermejo y Pilcomayo y según el fraile, poseían íntegramente variantes<br />

dialectales <strong>de</strong>l toba. Pero a todos estos aborígenes <strong>de</strong>l Chaco los españoles llamaron guaycurús, sólo porque esta voz india significaba<br />

inhumano o feroz. 146 Decir guaycurú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces connotará una agresión, una conducta. La palabra se autoconvertía en<br />

signo/síntoma <strong>de</strong>l etnocidio. El río oculto, al ser nomenclado como río <strong>de</strong> guaycurúes pasaba a <strong>de</strong>socultarse como salvaje y enemigo.<br />

Otra actitud. Ya no homogeneizar lo heterogéneo, sino <strong>de</strong>struir lo peligroso. La alteridad cultural <strong>de</strong> negada a asolada. El ferrocarril<br />

llegaría antes a la región noroestina (1876) y con más facilidad <strong>de</strong> que se pusiera en ejecución una factibilidad naviera en el Bermejo.<br />

El Chaco central volvió a hundirse en la oscuridad. Se abandonó el proyecto <strong>de</strong> circulación capitalista intermediario. La burguesía<br />

terrateniente <strong>de</strong> 1880 <strong>de</strong>bió encontrar otra función para el espacio sub<strong>de</strong>sarrollado y feroz.<br />

10. GEOPOLÍTICA DE LA NATURALEZA<br />

A mediados <strong>de</strong>l XVIII europeo parecía claro que la relación <strong>de</strong> los organismos y su ambiente pasaba en Chaco por la<br />

geopolítica. Si en la ecología el hábitat afecta a los organismos (acción), el organismo a los factores físicos (reacción), y los<br />

organismos influyen entre sí (coacción), la geopolítica <strong>de</strong>cidía qué hábitat, organismos y factores físicos, quedaban subordinados a las<br />

acciones, reacciones y coacciones <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong> Estado. Para la estructura político-i<strong>de</strong>ológica colonial, la comunidad no era un<br />

paisaje viviente sino un paisaje político, sobre el que recaían po<strong>de</strong>res, <strong>de</strong>cisiones culturales, y <strong>de</strong>sguaces jurisdiccionales. No una<br />

unidad en la que tuvieran lugar todos los intercambios precisos sujetos a un equilibrio dinámico; ni tampoco una fisiología <strong>de</strong>l<br />

complejo ecoespacial, con sus teorías <strong>de</strong> cambios y acoplamientos. Es cierto que la época no estaba madura para estas<br />

aproximaciones, pero el papel <strong>de</strong>l Estado colonial y la concepción <strong>de</strong> ocupación/dominación <strong>de</strong>l espacio aún sin ningún proyecto<br />

productivo, cerraban todas y cada una <strong>de</strong> las ventanas. La naturaleza se clausuraba en una estrategia político-militar.<br />

Sumida en la tarea ciclópea <strong>de</strong> ocupación <strong>de</strong> un imperio don<strong>de</strong> jamás se veía la luna, España aportaba poco o nada <strong>de</strong> las<br />

i<strong>de</strong>as sobre la naturaleza cosechadas en las aca<strong>de</strong>mias europeas. Los viajes mercantiles aglomeraban las colecciones. Se realizaba un<br />

progreso consi<strong>de</strong>rable en la conservación <strong>de</strong> las piezas gracias al uso <strong>de</strong>l alcohol: un líquido que en el XV no era más que un<br />

medicamento en manos <strong>de</strong> boticarios pero a fines <strong>de</strong>l siguiente se usaba ya como bebida. Swammerdam iniciaba la práctica <strong>de</strong> las<br />

inyecciones que posibilitaban estudiar un sistema <strong>de</strong> vasos, sustituyendo el líquido que contienen por substancias fluidas capaces <strong>de</strong><br />

endurecer por ejemplo el sebo. Se fundaban los jardines botánicos para las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la medicina, y el más antiguo en Venecia<br />

<strong>de</strong> 1533. En Leyda, Holanda, la Facultad <strong>de</strong> Medicina tuvo un jardín en el XVI, y la Facultad <strong>de</strong> Medicina <strong>de</strong> Montpellier nombraba<br />

en París a Jean Robin para que cultivase en un terreno privado plantas traídas <strong>de</strong> América por los viajeros. El jardín <strong>de</strong> Plantas era<br />

fundado por médicos <strong>de</strong> Luis XIII. Luis XIV lo enriquecía con una colección <strong>de</strong> animales que al morir proporcionaban materiales para<br />

el estudio. El botánico John Ray (1628-1704) precisaba y <strong>de</strong>finía la noción <strong>de</strong> especie. Réaumur (1683-1757), en los seis volúmenes<br />

<strong>de</strong> sus Mémoires pour servir à l'historia <strong>de</strong>s insectes, realizaba observaciones <strong>de</strong>licadas en torno a las metamorfosis, las costumbres y<br />

la vida colectiva <strong>de</strong> estos animales. Pero era el sueco Linneo (1707-1778) el que daba un cartabón a la Ciencia, entendida ahora entre<br />

otras significaciones como el medio <strong>de</strong> simbolizar o expresar las i<strong>de</strong>as extraídas <strong>de</strong> los fenómenos mediante signos retenidos y<br />

comprendidos por la gran mayoría. 147 De <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> objetos <strong>de</strong>l mundo natural pesadas, <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nadas e inexactas, <strong>de</strong>signados<br />

con pedantes vocablos, Linneo pasaba a <strong>de</strong>finir y subordinar las categorías <strong>de</strong> reino, clase, or<strong>de</strong>n, género y especie. Después proponía<br />

nombrar a cada ser por medio <strong>de</strong> dos palabras latinas que expresaran su género y especie. Pero la nomenclatura binaria no existía para<br />

los <strong>de</strong>scriptores occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong>l Chaco. Por lo común a cada objeto natural se lo nomenclaba con uno idéntico o similar a la península<br />

145<br />

Fray Morillo, op. cit., 415.<br />

146<br />

Í<strong>de</strong>m, 430.<br />

147<br />

Fe<strong>de</strong>rico Houssay: La Naturaleza y las Ciencias Naturales. Madrid, Libre-ría Gutemberg <strong>de</strong> José Ruiz, 1908, 33-34.

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