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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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había abundantes aguas y todo el paisaje tal vez recordaba el único espejo americano <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> Granada. 113 Allí se daba el trigo,<br />

maíz, yerba, coca, la vid y el lino. 114<br />

La fecundidad se transmitía por ósmosis a las villas indoespañolas, y el <strong>de</strong>spegue <strong>de</strong>mográfico alimentaba y civilizaba<br />

regiones vecinas.<br />

La élite tarijeña ansiaba la ocupación <strong>de</strong>l Chaco boreal, pero no se animaba. Proponía métodos para poblar las orillas<br />

<strong>de</strong> sus ríos, pero el espacio seguíalo percibiendo con las vibraciones <strong>de</strong>l peligro a lo inabarcable. Algo, lo más allá <strong>de</strong> lo humano.<br />

La expedición <strong>de</strong> Adrián Fernán<strong>de</strong>z Cornejo, comisionado por el virrey <strong>de</strong>l Río <strong>de</strong> la Plata para <strong>de</strong>scubrir un camino<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el valle <strong>de</strong> Centa hasta la villa <strong>de</strong> Tarija, intentaba cruzar parte <strong>de</strong>l Chaco central y convertir a la ciudad <strong>de</strong> Salta en bisagra <strong>de</strong><br />

caminos mercantiles entre una Tarija próxima al Bermejo, y el rico Buenos Aires. Pero otra vez la naturaleza se erizaba como una<br />

maldición. El coronel Cornejo salió <strong>de</strong> su hacienda ocho leguas al nor<strong>de</strong>ste <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Salta en 1791, rumbo al oriente. Los ríos<br />

obstaculizaban uno tras otro la marcha. La expedición llegó a la reducción <strong>de</strong> Centa <strong>de</strong> indios mataguayos, con su copiosa acequia<br />

extraída <strong>de</strong>l caudaloso río <strong>de</strong> Centa antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>saguar en el Bermejo. Pero el caballo <strong>de</strong>l capitán se hundió en unas arenas movedizas a<br />

orillas <strong>de</strong>l Bermejo, y el jinete <strong>de</strong>bió saltar para salvar su vida. 115 Se volvió y <strong>de</strong>jó la marcha a sus subordinados.<br />

La naturaleza parecía fagocitarse a sí misma, sorpren<strong>de</strong>rse a sí misma, y las explicaciones conocidas perdían utilidad:<br />

más ríos y fangos, "montaña <strong>de</strong> cedros", <strong>árboles</strong> <strong>de</strong>sconocidos, pánicos a los tigres, ojos <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> variedad <strong>de</strong> colores. Con aguas<br />

rosadas, amarillas, azules oscuras y celestes, todas estancadas y <strong>de</strong>tenidas "como en unas gran<strong>de</strong>s vasijas <strong>de</strong> tierra petrificada" 116 ,<br />

infinitos monos...<br />

Pero era obvio que allí don<strong>de</strong> los españoles pretendían percibir el universo encantado, la poesía <strong>de</strong> la naturaleza,<br />

fracasaban como ocupantes. Había que <strong>de</strong>spoblarla <strong>de</strong> almas, <strong>de</strong>tenerla, <strong>de</strong>sarmarla. Segregar una mitología <strong>de</strong> <strong>de</strong>snaturalización.<br />

Artificializar los ciclos <strong>de</strong> la vida. Pero sobre todo, mitificar la civilización occi<strong>de</strong>ntal. No sólo la Gran Religión con una doctrina <strong>de</strong><br />

la Salvación nutriente <strong>de</strong>l "agujero negro <strong>de</strong> la muerte" 117 , sino también el Estado/Nación/Imperio como simbología reconcentrada,<br />

cargada <strong>de</strong> siglos, <strong>de</strong> subjetividad paternalista, <strong>de</strong> sentido omnisciente, traductora y forjadora <strong>de</strong> la propia historia en mito. Cuanto<br />

más se comprendía a la naturaleza como aliada a las etnias infieles, más se la odiaba. Se edificaban mitemas con los héroes <strong>de</strong> la<br />

organización estatal colonial. Las mitologías-relatos sobre el bosque <strong>de</strong> las capas populares españolas llegadas a orillas <strong>de</strong>l Chaco, se<br />

disipaban casi totalmente en el XVIII. Pero a veces la i<strong>de</strong>ología recogía su núcleo.<br />

En los XVII y XVIII las empresas proto capitalistas <strong>de</strong> ocupación económica <strong>de</strong>l Chaco, cedían hacia un proyecto<br />

exclusivamente militar. Pero todavía no era posible pensar en un Estado colonial productor <strong>de</strong> actos bélicos puros, sin ganancias<br />

económicas. Las milicias eran los hombres <strong>de</strong> fortuna.<br />

8. ECOLOGÍA ARCAICA<br />

El arte, la magia, la producción en los clanes <strong>de</strong>l Chaco, estaban afirmados en la observación <strong>de</strong> los procesos naturales y en la<br />

creencia incontrastable <strong>de</strong> su regularidad. El animismo -con su lógica interna <strong>de</strong> sueños, visiones, alucinaciones- era la categoría<br />

espejo que tendía a imaginar el mundo a la propia imagen <strong>de</strong>l hombre. El carácter <strong>de</strong> animación <strong>de</strong> la naturaleza tenía que crear un<br />

cierto gran respeto por ella. Tal vez los orígenes <strong>de</strong> una actitud ética ecológica. Sólo que por el mismo proce<strong>de</strong>r lógico, si se<br />

proyectaban los antagonismos intertribales sobre la naturaleza, ésta -en particular en el reino animal- podía sufrir consi<strong>de</strong>rables daños.<br />

Este pensar en términos <strong>de</strong> guerra pudo prolongarse, perfeccionarse durante siglos, invadir la conciencia aborigen. No el<br />

razonamiento <strong>de</strong> que el hombre tiene recursos escasos para controlar la naturaleza, sino que ésta lo "ataca". Los términos <strong>de</strong> ataque,<br />

ofensiva, trampas, pudieron diseñar el principio <strong>de</strong> una animadversión frente a los recursos naturales.<br />

113 Í<strong>de</strong>m, 88.<br />

114 "Los que las han visto, hacen <strong>de</strong> ellas una pintura semejante a la que hicieron a Moisés los primeros exploradores <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong> promisión: siendo lo más<br />

notable que la especie humana propaga en aquellos campos <strong>de</strong> tal modo, que, no pudiendo contenerse en la tierra conquistada, va por una continua emigración a<br />

poblar la provincia <strong>de</strong> Tucumán". Í<strong>de</strong>m, 88.<br />

115 "Diario <strong>de</strong>l Coronel, Adrián Fernán<strong>de</strong>z Corne-jo, comisionado por el Virrey <strong>de</strong>l Río <strong>de</strong> la Plata para <strong>de</strong>scubrir un nuevo camino..." En Prefectura..., op. cit.,<br />

117-125.<br />

116 Í<strong>de</strong>m, 121.<br />

117 Morin: Op. cit., 1988, 182.

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