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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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<strong>de</strong>masiado inserta en la selva, y el ecosistema se removía tratando <strong>de</strong> arrancarse el organismo al que sentía como un parásito voraz. Si<br />

el ecosistema es un conjunto <strong>de</strong> interacciones que en el seno <strong>de</strong> la unidad geofísica contiene diversas poblaciones vivientes, es <strong>de</strong>cir<br />

formateado en una unidad compleja <strong>de</strong> carácter organizador 50 , ello implicaba en la operatoria <strong>de</strong> conquista una primera serie <strong>de</strong> actos<br />

<strong>de</strong>formantes. Se agregaba a un ecosistema una población extra, sin contención productiva, dispuesta a vivir <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> la<br />

población aborigen, y a exportar alimentos o productos o sus equivalentes en moneda. Significaba que en una <strong>de</strong> las especies -el<br />

hombre aborigen-, habría modificaciones sustanciales en su estructura social, <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong>l retorno <strong>de</strong> un plus <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong> trabajo al<br />

nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> mundo en <strong>de</strong>sarrollo. El criterio nomenclador/arrasador precipitado al observar en todo aborigen a un indio<br />

básicamente igual, estereotipo sin mayores diferencias culturales salvo en lo atinente a los resultados <strong>de</strong> la gentilidad/conversión, era el<br />

primer fórceps colocado sobre el ecosistema. 51<br />

El Padre Bernabé Cobo iba contra esta concepción, aunque las diferencias entre un "bárbaro" y otro eran siempre una<br />

apariencia más que una realidad. La multiplicidad <strong>de</strong> lo distinto se reducía a tres ór<strong>de</strong>nes que tenían que ver con la estructura política<br />

<strong>de</strong> la civilización europea: los indios que no tenían al<strong>de</strong>as fijas, "reyes ni señores"; los indios que vivían a semejanza <strong>de</strong> una<br />

"república" con una cabeza o cacique pero sin "señores <strong>de</strong> vasallos"; los indios <strong>de</strong> tercer grado o habitantes <strong>de</strong> "repúblicas gran<strong>de</strong>s,<br />

cuyo principado posee reyes po<strong>de</strong>rosos", eran los acostumbrados a obe<strong>de</strong>cer. 52 Los tres estratos civilizatorios se <strong>de</strong>finían según el<br />

vasallaje.<br />

Un indio cristiano era fácilmente <strong>de</strong>finido como un ser convertido apto para la extracción <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong> trabajo. Un indio<br />

gentil en cambio, era uno apto para su eliminación. Los primeros sacerdotes que entraron al Chaco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Esteco hasta<br />

Concepción, entre fines <strong>de</strong>l XVI e inicios <strong>de</strong>l XVII, 53 pensaron en vocabularios, caracterizaron el biotipo, prepararon las conversiones<br />

religiosas en masa que naturalmente <strong>de</strong>rivarían en conversiones laborales. Sus tareas fueron ciclópeas. Sin mística habrían sido<br />

barridos y eliminados por las selvas y montes. Pero los entornos empezaban a revolverse. Por Real Cédula <strong>de</strong> 1618 Asunción y<br />

Concepción fueron autorizadas a iniciar una guerra ofensiva contra los clanes rebel<strong>de</strong>s. Ello supuso siempre empujar a los prisioneros<br />

hacia relaciones esclavistas. Las represiones en masa <strong>de</strong> los encomen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la frágil Concepción se sucedían sin interrupción sobre<br />

las tribus. Pero una alianza <strong>de</strong> ellas arrasó la ciudad en 1632. Sus habitantes lograron fugar milagrosamente a Corrientes. El Chaco<br />

perdía el tórax.<br />

El Chaco era también para los blancos un martirio, ríos voraces y cascadas, yacarés y tigres; niguas, hormigas,<br />

mosquitos y moscas. Fiebres <strong>de</strong> origen invisible, hijas <strong>de</strong>l aire, <strong>de</strong>l agua y <strong>de</strong>l diablo. Parte había sido espacio y límite oriental <strong>de</strong>l<br />

Inkario -el Antisuyo- un más allá <strong>de</strong> la cordillera: la selva infranqueable. Los inkas no ejercían dominación en llanuras tórridas, entre<br />

otras causas porque el calor mataba a los andinos, y para llegar a los Chunchos, los Mojos, el Paititi y los Guarayos, <strong>de</strong>bían cruzarse<br />

selvas horribles a pie, macheteando, navegando en balsas por ríos torrentosos y pantanos infectos por miasmas <strong>de</strong> bestias muertas. 54<br />

El Antisuyo o Tierra <strong>de</strong> los Antis significaba en el Inkario el territorio situado al oriente <strong>de</strong>l Cuzco y <strong>de</strong> Charcas,<br />

quinientos kilómetros al Este <strong>de</strong> Cochabamba a vuelo <strong>de</strong> pájaro: los llanos <strong>de</strong> Chiquitos, medio Chaco y medio fuera <strong>de</strong> él. A<br />

setecientos cincuenta kilómetros al Este <strong>de</strong>l Titicaca, los llanos <strong>de</strong> Guarayos, <strong>de</strong>cididamente por fuera <strong>de</strong>l Chaco. 55 Apenas entraban en<br />

Antis, los europeos hallaban una biocenosis <strong>de</strong>sconocida, un polimundo étnico indisciplinado, aprovechador <strong>de</strong> los ríos y ciénagas para<br />

resistir a sus ejércitos. Los orejones y <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> los inkas, fugados <strong>de</strong>l Perú para no convivir con los invasores blancos o<br />

escapar a la <strong>de</strong>rrota, se instalaban en la región <strong>de</strong> los morros y lomas peladas <strong>de</strong>l curso superior <strong>de</strong>l Parapití, don<strong>de</strong> Túpac Inka y<br />

Huayna Capac habían creado fuertes. Des<strong>de</strong> allí <strong>de</strong>scendían por el río Pilcomayo al interior <strong>de</strong>l Chaco. Sobre la antigua Chuqui-chaca<br />

<strong>de</strong> las etnias charcas, ro<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> yamparaes sometidos y a escasas leguas <strong>de</strong> las nacientes <strong>de</strong>l Pilcomayo, fundaba Peranzures en 1538<br />

la ciudad <strong>de</strong> La Plata. Al Este se movían los chiriguanos o guaraníes advenedizos. Las primeras invasiones <strong>de</strong> españoles <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

Asunción y Santa Fe, obligaron a estos clanes a trepar el curso superior <strong>de</strong>l Pilcomayo y alcanzar las tierras habitadas por chanes,<br />

50<br />

Edgar Morin: Op. cit., 1993, 36.<br />

51<br />

Escribía el Padre Simón: "quien ha visto un indio <strong>de</strong> América ha visto todos". Fray Pedro Simón: Noticias <strong>Historia</strong>les <strong>de</strong> las Conquistas <strong>de</strong> Tierra Firme en<br />

las Indias Occi<strong>de</strong>ntales. Bogotá, 1892, 72-73.<br />

52<br />

Padre Bernabé Cobo: <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> Nuevo Mundo. Sevilla, Ediciones Marcos Jiménez <strong>de</strong> la Espada, 1890-1895.<br />

53<br />

Alonso Barzana: 1587 y 1592; Francisco Angulo y Juan Fonte: 1591; Gaspar <strong>de</strong> Monroy y Juan Toledano: 1592; Manuel Ortega y Gerónimo Villarnau: 1607.<br />

54 Roberto Levillier: El Paititi, el Dorado y las Amazonas. Buenos Aires, Emecé Editores, 1976,4-5.<br />

55 A 16° <strong>de</strong> latitud Sur según el mapa <strong>de</strong> Lozano.

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