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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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Según el testimonio <strong>de</strong> los exploradores, las mujeres <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s más arcaicas se distinguían por su mo<strong>de</strong>stia y<br />

pudor, rechazando con dignidad a los colonizadores que trataban <strong>de</strong> corromper con dádivas a las mujeres hambrientas para inclinarlas a<br />

la prostitución. 935 "Mucho tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estos sucesos, apareció una mujer caníbal. Pero aquellas gentes lucharon contra ella<br />

hasta que la vencieron echándola a un fuego". 936<br />

LLegó "una época <strong>de</strong> hambre <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una lluvia larguísima con temporales venidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Sur y oscuridad.<br />

Empezaron a crecerles a todas dientes tan filosos como <strong>de</strong> palometas. Los que tenían varios hijos se los comían hasta consumírselos a<br />

todos. Cuando un adulto quedaba vencido por el sueño, se arrojaban sobre él y se lo <strong>de</strong>voraban. Una anciana vi<strong>de</strong>nte, anticipó, por lo<br />

liviano que pisaba su mortero, que la época <strong>de</strong> las frutas llegaba. Salieron los rayos <strong>de</strong>l sol y maduraron las frutas <strong>de</strong> los <strong>árboles</strong>. Todos<br />

estaban flacos. Cuando comenzaron a comer las chauchas <strong>de</strong> la algarroba, vomitaban la carne humana que habían comido. Después<br />

empezaron a separarse en campamentos, y volvieron a crecer en número". 937<br />

La imagen es extraordinariamente colorida. La sociedad <strong>de</strong> cazadores-recolectores no soporta una catástrofe ambiental.<br />

La biomasa, o masa total <strong>de</strong> organismos en un espacio <strong>de</strong>terminado, se reducía formidablemente. La biodiversidad se estrechaba por<br />

algún cambio climático tremebundo. El número <strong>de</strong> especies animales y su abundancia relativa sufrían <strong>de</strong>scensos bruscos. El<br />

canibalismo volvió a aparecer. Los que quedaron estaban <strong>de</strong>lgadísimos. No había sexo con las hembras. Un universo antipoético.<br />

Cuando volvieron a dar frutos los <strong>árboles</strong>, se llenaron <strong>de</strong> comida y eso generó las reacciones <strong>de</strong> los organismos ante los excesos <strong>de</strong><br />

alimentos ingeridos. Vomitaban. Pero la tribu necesitaba hallar otra respuesta al fenómeno. La causalidad estaría en el núcleo<br />

comensal <strong>de</strong> la carne humana. Era imprescindible transformar en tabú al canibalismo sobre viejos, enfermos y niños cuando los<br />

recursos alimenticios faltaran. 938 El canibalismo cual un enorme freno al <strong>de</strong>sarrollo y consolidación <strong>de</strong> la organización social. Era<br />

menester <strong>de</strong>struirlo para siempre. Si se come carne humana habrá hambre. Inversión. La instalación <strong>de</strong>l mito <strong>de</strong> la menstruaciónboca-vagina,<br />

recordaba una y otra vez lo que no <strong>de</strong>bería ocurrir más en la sociedad arcaica: el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la mujer y el canibalismo. Entre<br />

los matacos, las mujeres menstruantes no pue<strong>de</strong>n entrar a los cultivos, porque ello hará infaltablemente per<strong>de</strong>r la cosecha. 939<br />

Después <strong>de</strong> la gran crisis la tribu se agrieta y separa. Este es un momento clave. La superpoblación es un talón <strong>de</strong><br />

Aquiles formidable en una sociedad <strong>de</strong> recolectores. La calidad <strong>de</strong> vida se <strong>de</strong>teriora, se abre la eventualidad <strong>de</strong> discusiones y peleas<br />

internas. La falta <strong>de</strong> correlación entre la producción <strong>de</strong> alimentos y el aumento poblacional provoca crisis en la propia naturaleza. La<br />

tribu se rompe. "Y tuvieron paz. Y volvieron a crecer en número". 940 La aparición <strong>de</strong> clanes "hermanos" es un aspecto visible en el<br />

relato. En la nueva raíz, la cautela. Sobre nuevos temores, mesuras, recelos, y reservas <strong>de</strong> pánico, un fondo <strong>de</strong> naturaleza sospechada.<br />

Animadversión contra la biosfera y contra las hembras. Un biotropismo singular e inconsciente. La tribu con la propiedad <strong>de</strong><br />

microbios o virus, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>sarrollarse más que entre los seres vivos. El hambre permanece agazapado, escondido, al<br />

bor<strong>de</strong> siempre <strong>de</strong> un ataque.<br />

41.5. Los Desastres Ecoantropológicos<br />

Tampoco hay una sola Edad <strong>de</strong> Oro toba, sino varias intercaladas entre catástrofes. Aunque no son épocas maravillosas.<br />

El esfuerzo es siempre intenso. Entre los matacos existía el relato <strong>de</strong> una cucaña, un tiempo dorado don<strong>de</strong> los mistoles (zizypus) se<br />

introducían ellos mismos en las bolsas <strong>de</strong> caraguatá, sin necesidad <strong>de</strong> que las mujeres tuviesen que recolectarlos. 941<br />

Después hubo otra gran innovación. "Aparecieron nadando peces <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las casas. Las gentes ya no tenían dón<strong>de</strong><br />

poner los pies. Entonces comenzaron a alzar los fuegos para arriba <strong>de</strong> los <strong>árboles</strong>". 942 Al apagarse los fuegos, los tobas se morían <strong>de</strong><br />

hambre encima <strong>de</strong> los <strong>árboles</strong>, "se caían al agua y las palometas los hacían pedazos". 943 Los sobrevivientes <strong>de</strong> la tribu volvieron a<br />

escindirse "y otra vez el pueblo comenzó a crecer en número". Cada nuevo clan hijo, se fundaba en una catástrofe natural, no por ella<br />

935<br />

Ling H. Roth: Aborigines of Tasmania, Halifax, 1899, 45-47.<br />

936<br />

Togueshic..., op. cit., 48.<br />

937<br />

Í<strong>de</strong>m, 50-51.<br />

938<br />

Alezan<strong>de</strong>r Spirkin: El Origen <strong>de</strong> la Conciencia Humana (1960). Buenos Aires, Editorial Platina/Stilcograf, 1963, 194.<br />

939<br />

Celia Mashnshnek: "Mitología...", 39.<br />

940<br />

Togueshic..., op. cit., 51.<br />

941<br />

Mashnshnek: "La economía <strong>de</strong> los Mataco...", 57.<br />

942<br />

Togueshic..., op. cit., 51.<br />

943 I<strong>de</strong>m, 51.

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