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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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Tratan <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar algo que no se sabe exactamente qué. Discurren entre alucinaciones, pasiones y venganzas sociales sin límites.<br />

Lo emblemático se esfuma. Uno <strong>de</strong> estos relatos es el <strong>de</strong>l toba Asien, jugador, que al estilo occi<strong>de</strong>ntal pier<strong>de</strong> todo, es <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

ser propietario:<br />

ASIEN<br />

"De allí se fue al campo y había yuyito y con eso se tapaba, arrancando pasto seco para fuego. A la noche ya tenía fueguito.<br />

Quiso dormir. Vino Lapichí, y Lapichí preguntó: '¿Qué te pasa?' 'Aquí estoy, me pasao mal, me quedo <strong>de</strong>snudo, pobre yo, ando mal <strong>de</strong><br />

juego. Mi mujer me ha botao, por eso yo ando mal'. Lapichí le dio un poncho y le enseñó: 'Andaté por acá, mañana, <strong>de</strong>recho'. Le entregó un<br />

burrito rengo y salió por el lado <strong>de</strong>l Paraguay y se fue don<strong>de</strong> está Nalagat. La gente era fierecita, colorada, mala. Asien se perdió, otra vez y<br />

se cambió en lagartija hasta las doce". 880<br />

Narraciones que inventa la pobreza. La miseria no existía porque no se advertía la riqueza. Esta se volvió omnipotente<br />

con lo blanco. La carestía, la penuria, adquirieron grosor. Aparecía un punto claro <strong>de</strong> relación y perspectiva. Los objetos se<br />

modificaron. La naturaleza es otra, se la mira <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro diafragma o se la percibe extraña. El "toba puro" recuerda en todo<br />

momento que él es superior a los otros sujetos étnicos. El vínculo guerrero <strong>de</strong>l toba Asien con el imprecisamente étnico Nalagat,<br />

recuerda un film <strong>de</strong> género Terminator. El héroe pue<strong>de</strong> pelear casi sin armas, porque es <strong>de</strong> raza pura. Enfrenta a las balas con los<br />

atuendos antiguos, corazas <strong>de</strong> cuero <strong>de</strong> corzuela y plumas <strong>de</strong> loros colorados. La i<strong>de</strong>ntidad se reduce a la guerra. Al héroe no le<br />

penetran las balas en tanto sus compañeros miran asombrados <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los <strong>árboles</strong>. 881 Asien se transforma así en el propietario <strong>de</strong><br />

Nalagat, a quien a<strong>de</strong>más en venganza, lo pela al rape. Le aplica el castigo blanco sobre los indios vencidos: ejecución con tijeras. El<br />

vencedor <strong>de</strong>ja <strong>de</strong>snudo al rapado y éste <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser cacique. Le quita las posesiones y se construye una "casa". El vencido <strong>de</strong>be irse <strong>de</strong>l<br />

lugar, pero antes culpará a su propio padre <strong>de</strong> la afrenta sufrida. Así el rapado castiga a su progenitor convirtiéndolo en sirviente <strong>de</strong>l<br />

vencedor:<br />

"Y Asien lo alcanzó, se bajó, lo tiró <strong>de</strong> la mano, sacó tijera para cortar los pelos, y lo peló al rape. Nalagat andaba, hablaba,<br />

le dice: '-Bueno, pero Asien, yo voy a ser cocinero en tu casa, yo te voy a entregar todo lo que tengo, yo voy a acarrear agua para tu casa'.<br />

Asien le dice: '-A mí no me falta nada. Tengo todo. ¡Vaya!, no me falta nada'. Nalagat lloraba cuando le cortó el pelo Asien, le dolía la<br />

cabeza.<br />

Por la mañana llamó a toda la gente. Nalagat quedaba <strong>de</strong>snudo. Ya no era cacique. Asien quedaba cacique.<br />

Nalagat -sacó un chicote y le pegó al padre- y le dijo: '-Ya has pagao lo que has hecho a Asien. Ya has pagao, por la mañana<br />

limpiará toda la casa'. Cortaron horcones. Y un día pagaron diez pesos cada uno y se hicieron todos casas. Hizo horcones, hizo potreros,<br />

corrales para vacas y caballos. Sólo horcones hicieron. Ya estaba todo listo, sólo horcones. Asien hizo hacer para sí casa gran<strong>de</strong>. Ya quedó<br />

para pueblos. A Nalagat lo botó la gente, y quedó <strong>de</strong>snudo.<br />

Nalagat tiene armamento, <strong>de</strong>l fusil el caño estaba torcido. Cuando él tiene arma, el fusil ya estaba <strong>de</strong>recho, y lo muestra a<br />

todos, todos fusil armamento bueno. Entonces ya Asien quedó cacique, gran<strong>de</strong>, cristiano verda<strong>de</strong>ro y Nalagat quedó indio". 882<br />

880 Í<strong>de</strong>m, 192.<br />

881 "Nalagat habló otra vez: 'Bueno, Asien, volvete mañana porque como a las ocho nos toparemos con el enemigo. A mí me da lástima porque usted, indio, no<br />

tiene nada para pelear'. Ellos gritoniando a Asien. Asien callado nomás; no se enoja, quedaba quietito. Asien se puso su adorno <strong>de</strong> guerra: a los pies, cuero<br />

<strong>de</strong> corzuela; zapato colorao; adorno colorao para la cabeza; atrás, plumas <strong>de</strong> loro colorao; coleta <strong>de</strong> cuero <strong>de</strong> corzuela, y, quedó cambiao todo. Los<br />

caballos y los burros se cambiaron todos: tenían cencerros. Los cencerros sonaban. Nalagat ya estaba disparando con toda su gente. Y él Asien montó a<br />

caballo. El enemigo se encontró, quiso balear todos los caballos y personas... No entran balas: sus compañeros (<strong>de</strong> Asien) quedaron <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> <strong>árboles</strong> gruesos<br />

mirando.<br />

Asien hizo tirar las riendas. Se pararon los caballos y se reventaron como caños y toda la gente <strong>de</strong>l pueblo se murió. No quedó ni uno. Asien solo venció a<br />

todos". Í<strong>de</strong>m, 193.<br />

882 Í<strong>de</strong>m, 194.

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