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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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1980, el 43% son <strong>de</strong> esa ascen<strong>de</strong>ncia. 732 Buena parte <strong>de</strong> estos dirigen los clanes políticos. Los exce<strong>de</strong>ntes generados por la<br />

explotación <strong>de</strong>l bosque no se reinvirtieron en él, sino que pasaron a la actividad agropecuaria y al comercio.<br />

Cuando el bosque, la gran riqueza, se acaba, la necesidad psicológica <strong>de</strong>l azar es mayor. La riqueza en forma material<br />

concreta ya no existe. Ahora está en el "aire", en la suerte. Ruedas giratorias con premios que se repiten: un reloj pulsera, una<br />

muñeca, un <strong>de</strong>spertador... Tapar el círculo rojo y ganar un grabador; ruletas improvisadas sobre cajones <strong>de</strong> frutas; naipes; dados; un<br />

arco <strong>de</strong> fútbol con un arquero <strong>de</strong> latas <strong>de</strong> aceite al que hay que voltear <strong>de</strong>s<strong>de</strong> veinte pasos con un tiro penal. Botellas para embocar<br />

argollas. El improvisado croupié tiene un enorme murciélago vivo que lleva atado <strong>de</strong> un hilo. Sus botellas lucen en el pico billetes<br />

gran<strong>de</strong>s. La suerte no pue<strong>de</strong> ser mezquina en un territorio <strong>de</strong> milagros y fábrica <strong>de</strong> talismanes. Es el espacio i<strong>de</strong>al para el juego. Por<br />

eso los habitantes <strong>de</strong>l monte llegan allí a apostar todo lo que traen, que es todo lo que tienen. Pero como no hay <strong>de</strong>seo sin su<br />

represión, la policía reprime a los juegos "ilegales", es <strong>de</strong>cir a los <strong>de</strong> antigua raíz popular: la taba, "la chica y la gran<strong>de</strong>". 733 Reprime a<br />

los juegos don<strong>de</strong> no hay un propietario.<br />

En el fantástico mundo <strong>de</strong> la suerte, en este Las Vegas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto latinoamericano, se ven<strong>de</strong>n ristras <strong>de</strong> ajo <strong>de</strong> material<br />

plástico. Una suerte artificial, un mundo que no existe y sin embargo <strong>de</strong> formas concretas. El ajo plástico es la traducción <strong>de</strong> la<br />

hibridación y la nada.<br />

36.7 El Sexo<br />

Todo está permitido abiertamente previa flagelación espiritual: ven<strong>de</strong>r, alcoholizarse, pelear, apostar, menos la<br />

sexualidad. Los prostíbulos improvisados viene a cubrir la fantasía <strong>de</strong> una naturaleza castrada. Mailín es públicamente una fiesta<br />

asexuada. En el espacio andino norteño lo sexual se entrelaza con la fiesta, le otorga un amplio diapasón sensitivo, completa el otro<br />

mundo don<strong>de</strong> las cosas, al revés <strong>de</strong> la vida, se comen hasta hartarse, se beben y fornican a cada momento y en cualquier hora. Allí<br />

se pue<strong>de</strong> amar. En ese mundo, no son necesarios los prostíbulos. La orgía sexual fue arrancada por la fiesta oficial colonial. Des<strong>de</strong><br />

el cristódromo durante la noche <strong>de</strong>l sábado, los sacerdotes impugnan constantemente a la carne y los vicios <strong>de</strong> la carne. El sexo <strong>de</strong>be<br />

ser extirpado <strong>de</strong> la naturaleza, como los quebrachos lo fueron <strong>de</strong>l monte. Seccionada <strong>de</strong> lo sexual, la fiesta se empobrece. La culpa<br />

ha crecido hasta convertirse en cáncer. Pue<strong>de</strong> incluso borrar los efectos benéficos <strong>de</strong> los amuletos, pue<strong>de</strong> dar vuelta un milagro, pue<strong>de</strong><br />

introyectar al ombligo. El hacinamiento impi<strong>de</strong> a<strong>de</strong>más, crear el territorio diáfano para la sexualidad. Lo que queda <strong>de</strong> monte está<br />

cubierto <strong>de</strong> espinas, asperezas y dolor. Impugnado el paisaje y convertido el escenario en un macro conventillo, los hombres quedan<br />

emasculados.<br />

La fiesta como acto regenerador, polivalente, con su mundo pleno <strong>de</strong> sensualismo, por oposición al estrecho y<br />

empobrecido <strong>de</strong> la vida laboral, empali<strong>de</strong>ce. En Mailín la fiesta no es enteramente festiva. Privada <strong>de</strong> la sexualidad, se transforma<br />

en una peregrinación <strong>de</strong> hombres solos y mujeres solas. Los ciclistas-hombres, que peregrinan por la ruta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Santiago, son el<br />

epítome <strong>de</strong> la soledad. El stress <strong>de</strong> un campamento-ciudad construido <strong>de</strong> la noche a la mañana, sobre calles <strong>de</strong> polvo y calor, sin<br />

lugares don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r dormir o escon<strong>de</strong>rse, conducen a un agobio, que es la certeza <strong>de</strong> la continencia. A pesar <strong>de</strong> ello los sermones<br />

insisten contra la fornicación y el divorcio.<br />

El aspecto <strong>de</strong>l sonido es singularmente fuerte en el mecanismo <strong>de</strong>l agobio. Los altoparlantes <strong>de</strong> la feria/rito compiten y<br />

el viento confun<strong>de</strong> sus ondas, las revuelve, las lanza ora aquí, las disemina ora allá todas juntas. Por momentos el silencio, <strong>de</strong> golpe<br />

la lucha feroz entre las ondas. Sermones con cuartetazos, aleluyas con lambadas. Algo inacabable, una horda sonora que golpea<br />

junto con el viento las chapas <strong>de</strong> zinc, que se hila con los ronquidos <strong>de</strong> ómnibus y camiones movidos continuamente en la noche.<br />

Llegan y parten. El domingo por la mañana, hacia la procesión, el clima sonoro sigue intacto, pero en los rostros se advierte el<br />

cansancio <strong>de</strong>l abismo. La vida no ha cambiado. Pero cambiará.<br />

36.8 El Lenguaje y los Símbolos<br />

732 Resi<strong>de</strong>ntes en Santiago capital 21; Monte Quemado 7; Campo Gallo 5; Tintina 5; Suncho Corral 2; Villa San Martín 2; en el resto 3. Í<strong>de</strong>m, 180.<br />

733 "El Liberal". Santiago <strong>de</strong>l Estero, 28/5/1990.

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