Etnias y árboles - Escuela de Historia
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había cambiado. Se cedían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las inten<strong>de</strong>ncias justicialistas y a los trabajadores pobres <strong>de</strong>l lugar, cincuenta hectáreas a cada uno<br />
para voltear los quebrachos existentes. Discurso <strong>de</strong> la "justicia social" a cuenta <strong>de</strong>l monte. Pero el objetivo era que los "amigos" <strong>de</strong>l<br />
gobierno -es <strong>de</strong>cir el gobierno mismo- compraran en el segundo acto los permisos <strong>de</strong> los hacheros, canjeándoles los <strong>árboles</strong> por<br />
merca<strong>de</strong>rías. Se autorizó a las poblaciones para que hicieran todo lo que quisiesen sobre el bosque. El acto reunía la legitimidad <strong>de</strong>l<br />
consenso en las condiciones <strong>de</strong> la pobreza manipulada. El episodio terminaba con la apropiación <strong>de</strong> aquel todo por los obrajeros<br />
gubernamentales. 725<br />
En quechua la urdimbre <strong>de</strong>l tejido se dice allui (allwi) y lo que es bueno allí. 726 Una raíz próxima para la urdimbre y la<br />
bondad. La comunidad y lo ético. En el tejido basto <strong>de</strong> Mailín continúa -a pesar <strong>de</strong> todo-, el intento <strong>de</strong> reconstruir una y otra vez una<br />
organización antropológica como parte <strong>de</strong> un ambiente recuperado.<br />
Diez mil <strong>de</strong>votos visitan Mailín el resto <strong>de</strong>l año. Plantas espinudas, pencas cubiertas <strong>de</strong> gruesa corteza, matorrales<br />
enclenques con las raíces <strong>de</strong>snudas por los socavones <strong>de</strong> las lluvias y las cuevas <strong>de</strong> vizcachas. Aromillos, breas, ischilines, jumes,<br />
cachiyuyos, un paisaje <strong>de</strong> multiformidad ver<strong>de</strong> grisácea que es borrado por el colorido <strong>de</strong> la fiesta. Un colorido tan intenso que se<br />
vuelve blanco, como la percepción <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong> ese paisaje al mediodía.<br />
36.5 El Árbol<br />
Los peregrinos pasan <strong>de</strong>l cristódromo con su paraninfo <strong>de</strong> material plástico, a la iglesia <strong>de</strong> ladrillos atestada <strong>de</strong> toses,<br />
cuchicheos, <strong>de</strong> gente que se arrastra, reza, musita entre un acre olor a cirios y cuerpos malolientes, multitud hacinada y sin agua para<br />
lavarse. De allí al árbol. O al revés pero sin ningún or<strong>de</strong>n. El gran árbol está ro<strong>de</strong>ado por una cerca <strong>de</strong> piedra que impi<strong>de</strong> se lo<br />
toque. Otra vez el <strong>de</strong>seo y la represión. Plástico, ladrillo y troncos. Hibridación <strong>de</strong> épocas.<br />
Si el peregrino duda <strong>de</strong> la autenticidad <strong>de</strong> las hojas <strong>de</strong>l árbol que allí ven<strong>de</strong> la Iglesia, un oficiante <strong>de</strong> ella con una tarjeta<br />
<strong>de</strong> acreditación colocada en el pecho, le explicará que el año anterior se cayó una rama en una tormenta, y que ahora la institución<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces fracciona esa rama. Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong> piedra en torno <strong>de</strong>l gran algarrobo están las velas encendidas. Los<br />
<strong>de</strong>votos arrodillados, rezan. Velas negras símbolo <strong>de</strong> intención <strong>de</strong> que a alguien le suceda un mal, velas rojas que curan enfermeda<strong>de</strong>s<br />
y velas blancas para todo pedido. Junto al territorio pictórico <strong>de</strong> las velas, carretillas <strong>de</strong> basura municipales con dos ruedas y cerradas<br />
por arriba, que hacen las veces <strong>de</strong> alcancías gigantes don<strong>de</strong> los pobres colocan dinero para el culto.<br />
El árbol es el eslabón entre la conciencia mitologizada <strong>de</strong>stituida y la <strong>de</strong>letérea religiosidad monoteísta. Al Señor en el<br />
crucifijo se le solicitan milagros y se agra<strong>de</strong>cen los prodigios obtenidos. Conseguir trabajo es un milagro; no enfermarse en condiciones<br />
sanitarias y <strong>de</strong> infralimentación <strong>de</strong> periferias legitimadas como territorios "inviables", es un milagro. Pero el árbol en cambio es un<br />
productor <strong>de</strong> amuletos. No crea milagros sino promete suerte. La suerte es cotidiana, genérica. El milagro es excepcional; la suerte<br />
es necesaria en cada momento. Lo temporal actúa como una terraza. Pero a<strong>de</strong>más el amuleto protege <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>sconocidas que<br />
preten<strong>de</strong>n hacernos mal. Un escudo protector. Las mismas escasas velas negras que auguran un mal paradas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l tronco,<br />
son neutralizadas por los talismanes que fabrica el árbol. La naturaleza vuelve otra vez a una dimensión escatológica. A su forma<br />
genésica y generativa. De los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes a las interacciones, <strong>de</strong> éstas al or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n a la organización. De la turbulencia al<br />
torbellino, <strong>de</strong> las interacciones turbulentas al bucle. 727 Es la forma original y paradigmática <strong>de</strong> la síntesis cultural don<strong>de</strong> el caos <strong>de</strong> la<br />
naturaleza se transforma simultáneamente en ser, existencia y organización. Pero el caos no se <strong>de</strong>svanece totalmente. Se activa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el antagonismo.<br />
Es una vuelta sincrética a la matriz, a la i<strong>de</strong>a arcaica <strong>de</strong>l Dios-Creador, Elohim; a las salidas <strong>de</strong>l Dios-Señor, Adonai; y<br />
<strong>de</strong>l Dios-Legislador, Yavé. Elohim da cuenta <strong>de</strong> la unidad multiplicada <strong>de</strong> genios cuyo conjunto torbellinario constituye la Génesis. 728<br />
Espíritu, Soplo, Torbellino físico. Luego el nacimiento <strong>de</strong> la programación antroposocial, Yavé que instituye la ley, y Adonai el<br />
po<strong>de</strong>r. Elohim es cosmos; Yavé y Adonai se acercan <strong>de</strong>masiado al hombre y su sociedad.<br />
725 Un poblador <strong>de</strong> Monte Quemado diría a Raúl Dargoltz en 1993: "Para salvar a los quebrachos es necesario voltear a los gobiernos". Raúl Dargoltz: El<br />
Santiagueñazo. Buenos Aires, El Despertador, 1994, 80.<br />
726 Jorge A. Lira: Diccionario Kkechuwa-español. Tucumán, UNT, 1944, 199.<br />
727 Morín, 1986, 258.<br />
728 Í<strong>de</strong>m, 261.