Etnias y árboles - Escuela de Historia
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Compran hacheros y carboneros. Des<strong>de</strong> Mailín a Garza, en la línea <strong>de</strong>l Ferrocarril Mitre, se ven las carboneras. Allí se elabora<br />
carbón vegetal en hornos <strong>de</strong> ladrillos que humean día y noche. Viven los hombres <strong>de</strong>l humo junto a los hombres <strong>de</strong> la leña. Y a todos<br />
finalmente se los pue<strong>de</strong> ver llegar a Mailín en bicicletas, solos, pedaleando por la ruta hacia un milagro. Campesinos, empleados<br />
públicos, obreros rurales, pero también pequeños comerciantes suburbanos, cuentapropistas y algunos creyentes ricos.<br />
Un ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> escobillones y plumeros. Un puesto <strong>de</strong> bufandas; ratones <strong>de</strong> goma espuma; floreros <strong>de</strong> vidrio con una<br />
flor <strong>de</strong> plástico en el centro. Masas árabes y facturas. Salames y quesos <strong>de</strong> colonia Caroya; chorizos, sombreros <strong>de</strong> cuero, monturas,<br />
amuletos con la cruz svástica y el águila nazi. Cohetes. Alguien promociona su lotería con un murciélago vivo: "¡aquí está Batman!",<br />
grita. La feria es un gran muestrario <strong>de</strong> artículos <strong>de</strong> segunda. Un mundo <strong>de</strong> fantasía con pregoneros, gitanos reales y fotógrafos. Lo<br />
que queda <strong>de</strong> industria argentina luego <strong>de</strong>l infarto <strong>de</strong> trasnacionalización. Una ciudad improvisada; el antibosque; la reconversión<br />
fulgurante <strong>de</strong> la naturaleza. La conciencia <strong>de</strong> una ecología <strong>de</strong>l plástico elaborada por el sistema periférico.<br />
Pelotas, juguetes, medias y ropa interior. Alre<strong>de</strong>dor un parque <strong>de</strong> diversiones, una gran carpa <strong>de</strong> plástico don<strong>de</strong> actúan<br />
toda la noche músicos para excluidos. Cuartetazos, música suburbana cordobesa, amasijo entre tonos tropicales y valsecitos peruanos.<br />
Entre el gentío se pasean unas bellas negras brasileñas, semi<strong>de</strong>snudas, promocionando un show. Minifaldas rojas y un aspecto tan<br />
pobre como el <strong>de</strong> los peregrinos. Pero prometen bailar la lambada más <strong>de</strong>snudas, un mercado <strong>de</strong> sexo <strong>de</strong> trastienda mientras suenan<br />
las cumbias con acento <strong>de</strong> chacareras, y el polvo <strong>de</strong> ceniza sigue levantándose en el aire buscando un río que no existe. El patay con<br />
las salchichas, el cabrito con el vino ordinario envenenado en cualquier parte; cordobeses instalando un puesto <strong>de</strong> choripanes<br />
or<strong>de</strong>nados en serie como en una industria <strong>de</strong> automóviles. El incienso sustituido por el humo blanco <strong>de</strong> los puestos <strong>de</strong> comida; las<br />
parrilladas, y un polvo levantado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las calles por millares <strong>de</strong> transeúntes entre un viento que no cesa. Los campos que todavía se<br />
vuelan. El horizonte "A" en el aire. El humo convierte al campamento en una iglesia abierta, <strong>de</strong>splegada, don<strong>de</strong> la feria es un acto<br />
litúrgico. La al<strong>de</strong>a invisible no tiene una sola calle asfaltada, ni teléfono, ni telégrafo, ni ferrocarril. Un grupo <strong>de</strong> jubiladas arriban<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Rosario en un tour <strong>de</strong> dos días a Mailín, a un precio módico con noche incluida durmiendo en el ómnibus. Vacaciones a un<br />
monte a un costado <strong>de</strong>l mundo. Apenas uno o dos ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> mantas tejidas en telares aborígenes, como avergonzados, fugitivos.<br />
Los puestos <strong>de</strong> azar producen en algunas horas el valor <strong>de</strong> centenares <strong>de</strong> estas mantas; pero aquellos sin inversión, sin arte y sin<br />
trabajo. Es el epitafio <strong>de</strong> las tejedurías indias que <strong>de</strong>scribiera maravillado Canal Feijoo. 720 A veces un tipo <strong>de</strong> creación artística con<br />
robos o herencias españolas, frau<strong>de</strong> legitimado luego con el sello <strong>de</strong> lo propio. 721 Tampoco se oye en la fiesta el quechua santiagueño,<br />
idioma <strong>de</strong>l secreto <strong>de</strong>squite, "<strong>de</strong> la solapada revancha". 722<br />
Cuando el bosque comenzó a acabarse, los santiagueños quedaron atados al éxodo laboral, a las zafras tucumanas, a<br />
las cosechas <strong>de</strong> Santa Fe o Mendoza. Ello implicó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1930 un empobrecimiento <strong>de</strong>l idioma popular, la expresión<br />
lírica y la extinción <strong>de</strong>l cancionero. 723 El tema <strong>de</strong>corativo <strong>de</strong> las mantas santiagueñas era, hasta mediados <strong>de</strong>l XX, la serpiente<br />
emplumada o sin plumas y las frondosas estilizaciones botánicas. El bosque que existía.<br />
Una región <strong>de</strong> sutil clima árido protegida por la cobertura <strong>de</strong>l quebracho, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los <strong>de</strong>smontes reconvertida a un<br />
rancho terroso, un paisaje blanco, un perro flaco, un algarrobito pelado y una manta <strong>de</strong>splegada al sol entre estacas:<br />
"Estaba armada <strong>de</strong> rojos y amarillos y ver<strong>de</strong>s, en haces, y cuchillas y zigzagues y masas, que resplan<strong>de</strong>cían y coruscaban y<br />
crepitaban, en esgrimas, disparos, proyecciones, y flancos (...) Aquello era algo así como el malón <strong>de</strong>l color a plena luz". 724<br />
La tejedora era una viejita <strong>de</strong> negro total. Canal Feijoo le señala la manta, "qué lindo". Ella contesta: "-...y si viera mi<br />
cama. Mi cama es un jardín".<br />
En el <strong>de</strong>sierto incoloro la viejita india había introducido un parque colorido, pleno <strong>de</strong> agua, <strong>de</strong> flores y plantas acuáticas.<br />
Y lo ponía sobre su cama. Pero en Mailín, don<strong>de</strong> no hay servicios, los sesenta mil visitantes utilizan <strong>de</strong> retrete al monte. Entre tanto,<br />
el sistema económico <strong>de</strong>predador <strong>de</strong> mantas/jardines <strong>de</strong> Mailín, hablado por sus voceros políticos, explicaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los periódicos<br />
sobre lo "telúrico" y lo "popular". Todavía en la década en 1980, los gobiernos <strong>de</strong> las "<strong>de</strong>mocracias" neoconservadoras seguían<br />
entregando los últimos bosques fiscales en los <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong> Alberdi, Copo y Mariano Moreno. El proce<strong>de</strong>r, el tono, el contorno<br />
720 Bernardo Canal Feijoo: Ensayo sobre la Expresión Popular Artística en Santiago. Buenos Aires, Compañía Impresora Argentina, 1937.<br />
721 Í<strong>de</strong>m, 86.<br />
722 Í<strong>de</strong>m, 84.<br />
723 Í<strong>de</strong>m, 92.<br />
724 Í<strong>de</strong>m, 123.