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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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en el contexto <strong>de</strong> la guerra. Para sentirse fuertes, los dominados se hacían cargo <strong>de</strong> la imaginería <strong>de</strong> sus amos. Estos a su vez sentían<br />

una <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z repentina, una <strong>de</strong>sprotección inédita y reconquistaban la imagen. Daba lugar a un bandidaje social indio envuelto en la<br />

mística <strong>de</strong> la recuperación <strong>de</strong> imágenes. La eficacia <strong>de</strong> los ídolos blancos se había <strong>de</strong>mostrado reiterativamente. Se entablaban entre<br />

los siglos XVII al XIX una guerra sorda por la posesión <strong>de</strong> emblemas místicos, don<strong>de</strong> blancos e indios permanecían convencidos <strong>de</strong><br />

que recuperándolos se hacían cargo <strong>de</strong> sus po<strong>de</strong>res.<br />

Las culturas étnicas <strong>de</strong> cazadores/recolectores o <strong>de</strong> agricultores incipientes, se transformaban paulatinamente en culturas<br />

<strong>de</strong> bandidos. El bandidaje indio tenía este componente, <strong>de</strong>rrota material, <strong>de</strong>rrota i<strong>de</strong>ológica, <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> venganza, apropiación <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminados elementos <strong>de</strong> la cultura material blanca, creación <strong>de</strong> otros nuevos en el transcurso <strong>de</strong> la guerra. A veces se presentaba<br />

como un cosmos indio <strong>de</strong>sbordado <strong>de</strong>l antiguo jesuitismo.<br />

En el medio, el mundo <strong>de</strong>l tránsito, o <strong>de</strong> los traidores, los renegados, los aborígenes cautivos en el espacio blanco, y<br />

blancos cautivos en el espacio indio. Ellos se convertían en las piezas claves <strong>de</strong> la guerra. Muchas veces <strong>de</strong>cidían las tácticas,<br />

aseguraban la ofensiva, <strong>de</strong>scubrían las pistas, planificaban las huidas. Numerosos cultos populares se <strong>de</strong>sarrollaban en el tumulto <strong>de</strong><br />

interacción <strong>de</strong> los dos espacios. Formaban parte <strong>de</strong> las representaciones <strong>de</strong> los que sabían serían vencedores, pero <strong>de</strong>sconocían a qué<br />

costo. Su fuerza i<strong>de</strong>ológica obnubilaba a los clanes al Este <strong>de</strong>l Salado. Era negociada por el mundo medio <strong>de</strong> cautivos y bandidos.<br />

Los cautivos se encargaban <strong>de</strong> difundir la mística <strong>de</strong> estas representaciones y nuevos bienes simbólicos entre los clanes <strong>de</strong>l Chaco, al<br />

oeste <strong>de</strong>l Salado. 611<br />

Ama<strong>de</strong>o Jacques <strong>de</strong>scribía en 1856 las puntas <strong>de</strong> playa <strong>de</strong>l mundo "blanco" sobre el Salado. Un mapa étnico indiomestizo,<br />

conchabándose los varones hacia otras provincias durante el invierno; las mujeres hilando la lana y el algodón. Todos los<br />

ranchos con telares. Y un comentario casi casual, el río Dulce se había <strong>de</strong>smadrado corriéndose hacia el Este, y empujado a la<br />

<strong>de</strong>serción <strong>de</strong> hacendados, presionados a más por las conductas confiscatorias <strong>de</strong>l caudillo Ibarra. El hinterland entre los dos ríos<br />

quedaba como un espacio sin ganado. Ello era inédito, provocaba que "el gaucho, con su incurable pereza y su inveterada<br />

indolencia", <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> existir. 612 Al propio tiempo fijaba a los hombres al monte, los volvía "más industriosos y mansos" y creaba<br />

cultos y ritualida<strong>de</strong>s únicas. Se afirmaba el trigo y la cultura <strong>de</strong>l pan <strong>de</strong> trigo entre indios y mestizos. Fenómeno no ordinario en<br />

América Latina.<br />

Las representaciones <strong>de</strong>l mundo intermedio no pue<strong>de</strong>n enten<strong>de</strong>rse sin un aferramiento intenso a la naturaleza, y a la<br />

creación <strong>de</strong> una religiosidad propia, que eyectase continuamente milagros, prodigios, salvaciones, magias y quimeras. La vida y la<br />

muerte resultaban allí tan baratas, que no se concebía permanecer sin una religiosidad espontánea, macerada por el peligro.<br />

Una tol<strong>de</strong>ría fue atacada en la expedición relatada por Jacques, <strong>de</strong>finida como "una pequeña tribu <strong>de</strong> montaraces", es<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> seres que se crían en el monte, luego salvajes. Al cacique muerto, que pasaba por ser uno <strong>de</strong> los más bravíos <strong>de</strong>l Chaco, el<br />

guía le dio el último golpe. Se le exigía rendirse y el gobernador le perdonaría entonces la vida, pero el indio contestaba: "No, no<br />

mátame y ¡viva San Antonio!" 613<br />

Se vivaban los santos, réplicas <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> carne y hueso con po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> amparo y salvaguardia. Escoltas y<br />

tutelares. La naturaleza casi no tenía refugios. ¿Pero cuál San Antonio y por qué? El San Antonio ermitaño, uno <strong>de</strong> los fundadores<br />

<strong>de</strong> la vida monástica; el hacendado egipcio que a los veinte años distribuyó los bienes entre los pobres, se retiró a los <strong>de</strong>siertos <strong>de</strong> la<br />

Tebaida, fundó monasterios y se vio asediado por las visiones y tentaciones célebres en toda la tradición? ¿O el San Antonio <strong>de</strong> Padua<br />

que conoció a San Francisco <strong>de</strong> Asís, orador sagrado, fundador <strong>de</strong> cofradías, autor <strong>de</strong> tratados <strong>de</strong> mística y ascética y cuyo culto se<br />

hiciera popular a partir <strong>de</strong>l siglo XIV? ¿Qué imagen <strong>de</strong> San Antonio proyecta este cacique que muere vivándolo antes <strong>de</strong> rendirse a los<br />

blancos cristianos? ¿Qué i<strong>de</strong>a le proyectaron tal vez los clérigos o quizá los propios blancos cautivos bomberos? El cacique se levantó<br />

aterrorizado y audaz, golpeándose la boca con la palma <strong>de</strong> la mano. Había comido corazón <strong>de</strong> tigre y corazón <strong>de</strong> víbora para hacerse<br />

611 "Antes <strong>de</strong> nuestra llegada la vanguardia sorprendió la tol<strong>de</strong>ría, se mató al cacique Francisco, a su padre y a otro indio joven y se tomó herido a un joven<br />

cautivo <strong>de</strong> Santa Rosa, provincia <strong>de</strong> Córdoba llamado Diego Udin y nacido en el Manantial: se tomó toda la hacienda caballar y yeguariza en número <strong>de</strong> más <strong>de</strong><br />

cien y todo el ganado vacuno (...) Estos indios en número como <strong>de</strong> 25, son los que han robado en ambas fronteras y tienen un cautivo llamado Ramón por ellos o<br />

José Marciano Díaz nativo <strong>de</strong> Fuerte Garavatos, éste es el que invita a los tobas y sirve <strong>de</strong> baqueano para invasiones a Santo y Córdoba; tienen también una<br />

cautiva llamada (...) que se escapó con los <strong>de</strong>más <strong>de</strong> la chusma. Se mandó <strong>de</strong>struir toda la tol<strong>de</strong>ría". Diario <strong>de</strong> viaje <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Santiago a la frontera <strong>de</strong>l Bracho, <strong>de</strong>l<br />

gobernador Manuel Taboada, 1855. En Orestes Di Lullo: Caminos y Derroteros Históricos en Santiago <strong>de</strong>l Estero. Santiago <strong>de</strong>l Estero, 1959, 122.<br />

612 Jacques, op. cit, 116.<br />

613 Jacques, op. cit, 148.

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