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Etnias y árboles - Escuela de Historia

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Hacia inicios <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1910, en Quimilí, los aserra<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la Sociedad Quebrachales Chaqueños, con 400.000<br />

has <strong>de</strong> bosques vírgenes ocupaba mil hacheros y seiscientas familias <strong>de</strong> peones. 593 Durante once meses en la región no había lluvias y<br />

en verano la temperatura llegaba a 48°C. Con un territorio sin ríos, la sociedad había perforado cuatrocientos cincuenta metros sin<br />

encontrar agua. El agua se recogía <strong>de</strong> la lluvia en un estanque y <strong>de</strong> allí <strong>de</strong>bían beber trabajadores y animales. 594 El ferrocarril Central<br />

Norte <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong>l Estado, organizaba convoyes <strong>de</strong> agua hacia la zona: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Añatuya y Aurora salían nueve trenes por semana,<br />

con cada uno cuarenta vagones cilíndricos <strong>de</strong> veinte mil litros por unidad a fin <strong>de</strong> abastecer a "fábricas", trabajadores y ganado <strong>de</strong><br />

Quimilí y Tintina. El metro cúbico se pagaba el equivalente a un durmiente. Cuando llegaban los trenes había estallidos, rebeliones<br />

<strong>de</strong> poblaciones sedientas:<br />

"Ocurre a veces, en efecto, que en las paradas y hasta durante la marcha <strong>de</strong> los trenes estallan motines. Las muchedumbres<br />

sedientas y enloquecidas se precipitan sobre los trenes, maltratan al conductor si se niega a parar, le amenazan <strong>de</strong> muerte, rompen los vagones a<br />

fuerza <strong>de</strong> hachazos para proveerse <strong>de</strong>l agua necesaria, llegan hasta vaciar la cal<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l tren y, con frecuencia, <strong>de</strong>jan que se vierta sobre la vía<br />

(...) Aquí en Quimilí, no se consumen menos <strong>de</strong> 60.000 litros diarios <strong>de</strong> agua, 6.000 para las máquinas (...) Hay que tener en cuenta que la<br />

explotación (<strong>de</strong> Tintina) cuenta con 450 mulas y que una mula bebe <strong>de</strong> 30 a 40 litros diarios y un buey 100 litros". 595<br />

A los obrajes <strong>de</strong> los bosques llegaban trenes con vagones mercados, para que la población pudiese adquirir alguna<br />

verdura fresca. Pero por sus excesivos precios, no le correspondía sino a los altos empleados.<br />

El carbón <strong>de</strong> leña, combustible <strong>de</strong> origen vegetal cuya especialización marcó al norte santiagueño, durante los XIX y<br />

XX se convierte en la clave <strong>de</strong> cocimiento en la cultura alimenticia argentina, el asado. Hacia mediados <strong>de</strong>l XX, con la interrupción<br />

<strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> combustibles importados, algunos <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong> Santiago pasan a representarse con las imágenes <strong>de</strong> las<br />

carboneras, una suerte <strong>de</strong> primitivos "igloos" productores <strong>de</strong> carbón.<br />

En la provincia <strong>de</strong>l Chaco, en el límite con la <strong>de</strong> Santiago, el pueblo y estación ferroviaria <strong>de</strong> Gancedo (una línea férrea<br />

que partiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Quimilí, corría hacia nuevos bosques <strong>de</strong>l Chaco). Fundado el pueblo en 1898 por la burguesía terrateniente y<br />

<strong>de</strong>sfoliadora <strong>de</strong> Buenos Aires (Luis Zuberbühler, Ramón Santamarina y otros) con el nombre <strong>de</strong> Estancia San Luis, tomaría luego el<br />

nombre <strong>de</strong> ingeniero Alejandro Gancedo (1853-1926), un importante propietario <strong>de</strong> bosques circundantes y especialista en cuestiones<br />

<strong>de</strong> límites <strong>de</strong> la élite Santiagueña. A 30 km <strong>de</strong> Gancedo, El Cuadrado, una porción <strong>de</strong> monte que "los Zoberboler" (en las fuentes<br />

orales) vendieron a sus empleados luego <strong>de</strong> haber arrebatado a la zona todo el quebracho colorado. Un gran obraje seccionado en<br />

veintidós colonias <strong>de</strong> <strong>de</strong>smonte, don<strong>de</strong> hacia la década <strong>de</strong> 1930 trabajaban entre 500 y 600 peones. 596 Las colonias particulares<br />

levantaban ahora la "basura" fina <strong>de</strong>jada por la gran compañía. Cada colonia formaba a su vez una proveeduría ("la administración")<br />

adon<strong>de</strong> volvían los salarios <strong>de</strong> los peones. La "merca<strong>de</strong>ría" solía entregarse semanalmente, porque <strong>de</strong>spués los peones ya se enterraban<br />

en el monte. Hacían durmientes, postes, leña y carbón. Traslado por carros, montañas <strong>de</strong> "mineral" ma<strong>de</strong>rero se "encanchonaba" en<br />

Gancedo para su carga en trenes rumbo a Buenos Aires. Estaba prohibido el vino hasta las elecciones, luego el dueño <strong>de</strong>l obraje se<br />

llevaba los votos. En la colonia <strong>de</strong>l piamontés José Lazzarone -radical-, a 70 u 80 metros <strong>de</strong> profundidad estaba el agua casi salada,<br />

extraída con malacate y un caballo que daba vueltas con los ojos vendados. Caía en un tanque australiano. La leña se pagaba a los<br />

peones según el volumen, pero la trampa <strong>de</strong> ellos era hacer huecos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la pila para aumentar los metros. La salida a la trampa era<br />

patear la pila para que cayera. Pero los colonos, cuyos lotes se iban empobreciendo con el <strong>de</strong>smonte, quedaban con<strong>de</strong>nados a concluir<br />

sus vidas allí mismo. Sus hijos partían. El italiano construyó una escuela para la que buscaba continuamente a maestros huidizos que<br />

pagaba <strong>de</strong> su bolsillo. Uno <strong>de</strong> ellos era un prófugo <strong>de</strong> la cárcel, presumiblemente político. Apareció un día sin presentarse. En Chaco<br />

nadie preguntaba nombres, ni pasados. Y el italiano lo contrató para enseñar (el "barbita"). 597 Estaba dando clases cuando se lo volvió<br />

a llevar la policía.<br />

32. ECOLOGÍA DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR<br />

593<br />

Jules Huret, op. cit, 1913, 361.<br />

594<br />

"El agua salobre y como herrumbrosa está estancada, y las personas la beben sin embargo sin filtrarla". Í<strong>de</strong>m, 362.<br />

595<br />

I<strong>de</strong>m, 363-364.<br />

596<br />

Testimonio <strong>de</strong> Ángela Lazzarone <strong>de</strong> Ba<strong>de</strong>r, hija <strong>de</strong> colono en El Cuadrado, 70 años, Tucumán, 1995.<br />

597 Í<strong>de</strong>m.

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