Etnias y árboles - Escuela de Historia
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Las relaciones <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> la tala <strong>de</strong>l bosque componían un cuadro <strong>de</strong> eficacia militar <strong>de</strong>stinado a la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> la<br />
naturaleza. El obrajero (hacheros, carreros, cargadores y otros peones) conchabado con la empresa a través <strong>de</strong>l contratista, ingresaba<br />
al trabajo <strong>de</strong>l monte soltero o con mujer e hijos. El contratista pagaba con vales según la cantidad <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra puesta en condición <strong>de</strong><br />
carga, pero éstos poseían valor sólo en la proveeduría <strong>de</strong> la compañía. La familia limpiaba las marañas en torno al tronco <strong>de</strong>l<br />
quebracho 515 , y el hombre iniciaba el hachado. La empresa privilegiaba al mismo tiempo los concubinatos <strong>de</strong> sus hacheros, porque<br />
ello tendía a volver no vinculantes sus relaciones patronales. Del pago a los contratistas, la compañía retenía un diez por ciento por<br />
"garantía <strong>de</strong> playa", o seguro por ma<strong>de</strong>ras en malas condiciones y picaduras que al limpiarse <strong>de</strong>smejoraban el peso ya abonado.<br />
Todas las herramientas -hachas, machetes, piedras <strong>de</strong> afilar- eran provistas por la empresa al contratista, quien a su vez las vendía al<br />
obrajero. 516<br />
El triángulo empresa-contratista-obrajero <strong>de</strong>bía dar cuenta <strong>de</strong> la floresta. Exterminarla. El contratista era a su vez<br />
supervisado por un mayordomo <strong>de</strong> bosque, empleado <strong>de</strong> la compañía, que <strong>de</strong>bía vigilar los tiempos y calidad <strong>de</strong> explotación. El<br />
contratista, convertido en comerciante expoliador, estaba obligado a adquirir los artículos que vendía a los trabajadores, en la propia<br />
compañía. El comercio formaba parte <strong>de</strong>l gran engranaje <strong>de</strong> aniquilamiento <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong> los <strong>árboles</strong>. Un circuito <strong>de</strong><br />
interrelaciones múltiples que se realimentaba y victimaba a sí mismo.<br />
La Forestal llegó a tener más <strong>de</strong> cuarenta obrajes. Cuando en alguno <strong>de</strong> éstos o en las fábricas <strong>de</strong> tanino, el trabajo<br />
cesaba, la población sobrevivía <strong>de</strong>l marisqueo, esto es, alimentándose <strong>de</strong> la pesca, aves y animales salvajes cazados en las abras y<br />
bosques. 517 En esos períodos la empresa organizaba la limosna para los trabajadores. Es que al concluirse la explotación <strong>de</strong>l<br />
quebracho en un obraje, sobrevenía la <strong>de</strong>socupación temporaria. Luego las líneas férreas <strong>de</strong> las empresas penetraban a otros bosques<br />
vírgenes y recomenzaba el ciclo. Trenes especiales con familias, y caravanas <strong>de</strong> hombres a caballo introducidos en las nuevas picadas,<br />
improvisaban ranchos o benditos. 518 Cuando los obrajes se inundaban, las empresas solían <strong>de</strong>stinar vagones para que los trabajadores y<br />
sus familias se guareciesen. El trabajo gastaba <strong>de</strong> una manera tan intensa, y en tan corto lapso las fuerzas <strong>de</strong> los hacheros, que éstos,<br />
en cuanto podían, abandonaban el obraje por los cultivos <strong>de</strong> algodón y caña <strong>de</strong> azúcar en áreas próximas. Incluso los brutales trabajos<br />
<strong>de</strong> plantación, parecían benignos comparados con la tala <strong>de</strong>l quebracho colorado.<br />
En una <strong>de</strong> las principales factorías <strong>de</strong> La Forestal el 45% <strong>de</strong> los obreros sufría <strong>de</strong> tuberculosis y el 90% eran sifilíticos.<br />
Había localida<strong>de</strong>s don<strong>de</strong> la cuarta parte <strong>de</strong> la población mayor <strong>de</strong> once años no sobrepasaba los treinta y cinco años <strong>de</strong> vida. 519<br />
En 1904 el po<strong>de</strong>r ejecutivo <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Santa Fe envió a la legislatura un proyecto <strong>de</strong> ley creando un impuesto al<br />
quebracho extraído <strong>de</strong> sus bosques. Como las empresas utilizarían el puerto <strong>de</strong> Santa Fe en construcción, <strong>de</strong>berían aportar a la obra; se<br />
pensaba que a<strong>de</strong>más luego <strong>de</strong> la <strong>de</strong>forestación los campos quedaban "casi inútiles para la agricultura y la gana<strong>de</strong>ría", calculándose que<br />
la actividad <strong>de</strong>saparecería en unos veinte años. 520 Casi se aceptaba con resignación que se trataba <strong>de</strong> un suicidio ambiental. Las<br />
riquezas <strong>de</strong> los bosques partía hacia Inglaterra. Aún así, el impuesto a las compañías <strong>de</strong> quebracho era sumamente inferior al <strong>de</strong> los<br />
cereales, que la misma provincia ejecutaba sobre las trescientos cincuenta colonias <strong>de</strong> agricultores a principios <strong>de</strong> siglo. En 1905 se<br />
sancionó la ley <strong>de</strong> impuestos a la tala <strong>de</strong>l quebracho; en 1906 se aumentó el impuesto pero ese mismo año se suspendió.<br />
El frente <strong>de</strong> operaciones <strong>de</strong> tala <strong>de</strong>l quebracho colorado se lanzaba también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Paraguay. En total, bosques<br />
subhúmedos o semiáridos <strong>de</strong> unos quince millones <strong>de</strong> hectáreas, con un rendimiento <strong>de</strong>l 60% <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ra tánica (consi<strong>de</strong>rando el cien<br />
por ciento a tronco, ramas y raíces). Ambos países enviaban a la curtiduría mundial <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Chaco, un "extracto tánico inmejorable,<br />
en cantida<strong>de</strong>s ilimitadas y a muy bajo precio". 521<br />
El quebracho actuaba como paraguas protector <strong>de</strong>l bosque inferior. La tala masiva conducía al empobrecimiento en<br />
humus, excesiva evaporación <strong>de</strong>l suelo, obstaculización en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> plántulas. La preferencia <strong>de</strong> los bovinos por los brotes <strong>de</strong>l<br />
quebracho colorado, sin que las compañías lo evitaran (interesadas como estaban en tener carne propia en sus proveedurías para captar<br />
una plusvalía extraordinaria), contribuía a impedir la reforestación natural. En 1910 La Forestal tenía 26.000 cabezas, pero recién en<br />
1954 se <strong>de</strong>sprendió <strong>de</strong>l plantel <strong>de</strong> ganado vacuno. Para alcanzar su madurez, el quebracho colorado necesita entre 75 y 100 años.<br />
515<br />
Í<strong>de</strong>m, 79.<br />
516<br />
Hacia la década <strong>de</strong> 1930 la empresa entregaba a los obrajeros, alpargatas con punteras <strong>de</strong> acero, canilleras, anteojos protectores <strong>de</strong> vidrio inastillable, banda<br />
absorbente para cubrir la frente, guardafilo <strong>de</strong> cuero para el hacha, guantes <strong>de</strong> lona reforzados. El contratista se responsabilizaba por ellos. Í<strong>de</strong>m, 81.<br />
517<br />
Tatú, peludos, mulitas, guazunchos, etc. Í<strong>de</strong>m, 86.<br />
518<br />
Enramada similar a la utilizada por los clanes indios.<br />
519<br />
Braislovsky/Foguel-man, op. cit, 205.<br />
520<br />
Declaraciones <strong>de</strong>l diputado Mundín. Gori, op. cit, 102.<br />
521<br />
Ricardo Marzoratti (ex gerente <strong>de</strong> ventas y exportación <strong>de</strong> La Forestal S.A.: La Industria <strong>de</strong>l Extracto <strong>de</strong>l Quebracho en la Argentina. Buenos Aires, 1960.