Etnias y árboles - Escuela de Historia
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informe al Ministerio <strong>de</strong> Guerra que las "regiones <strong>de</strong> leyenda, <strong>de</strong> hazañas y <strong>de</strong> misterios, las selvas impenetrables, el terrible Campo<br />
<strong>de</strong>l Cielo...", acababan <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>rrotados topográfica y militarmente. 473 Se habían encontrado a su paso unos ocho mil indios en las<br />
hermosas lagunas <strong>de</strong>l Pilcomayo, en las nacientes <strong>de</strong>l Salado, proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Teuco y el antiguo cauce <strong>de</strong>l Bermejo "que no huyeron<br />
porque fueron sorprendidos por las patrullas que se les aparecieron <strong>de</strong> todos lados". 474 Los caciques Caballero y Jara <strong>de</strong> los mocobíes<br />
al frente <strong>de</strong> dos mil individuos, pi<strong>de</strong>n al C/9 "que los haga trabajar don<strong>de</strong> quiera, poniendo como condición que el regimiento sirva <strong>de</strong><br />
contratista, tan gran<strong>de</strong> es la <strong>de</strong>sconfianza que tienen <strong>de</strong> ser robados". 475 Más <strong>de</strong> mil quinientos pilagaes a cuyo frente está el cacique<br />
Nella-Lagadik en las lagunas <strong>de</strong>l Pilcomayo central, manifiestan "sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> que se les dé trabajo <strong>de</strong> un modo permanente". 476<br />
El ejército actuaba como un intermediario <strong>de</strong> los ingenios <strong>de</strong> Salta, Jujuy y Chaco. Intervenía para ello sobre los<br />
matacos y tobas belicosos <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong>l Bermejo. Cincuenta propietarios solicitaban al ejército las tierras <strong>de</strong>l Estero <strong>de</strong> Patiño, para<br />
colocar miles <strong>de</strong> cabezas <strong>de</strong> ganado aprovechando el nuevo control militar sobre pilagaes, sotaigaes y chunupíes. 477 Sin embargo, el<br />
jefe <strong>de</strong> la expedición consi<strong>de</strong>raba que todas la tentativas anteriores con estos indígenas habían sido inútiles, por su incapacidad <strong>de</strong><br />
someterse a un trabajo regular, metódico, a las horas fijas que marcan las campanas, cornetas o silbatos <strong>de</strong>l capataz. Para él estaba<br />
claro que la naturaleza les imponía otro reloj, el <strong>de</strong>l chañar, algarrobo, miel, aloja y caza. Se trata aquí <strong>de</strong> una observación sugestiva<br />
sobre la ecología <strong>de</strong>l tiempo. Una manera especial y única <strong>de</strong> relacionarse con la medida <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> lo existente. Los fenómenos<br />
se situaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cronologías peculiares relativas a fragmentos <strong>de</strong> la naturaleza. El instante origen, como la unidad <strong>de</strong> medida<br />
constante, tenía que ver con la experiencia <strong>de</strong> vida tribal inmersa en el bosque. El presente único e indivisible y su conexión con el<br />
"antes", permanecían con alguna estabilidad entre los clanes insertos en el nuevo modo <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> obrajes e ingenios, pero<br />
perdía la vinculación con el "<strong>de</strong>spués". Ningún sujeto pue<strong>de</strong> ya imaginar el <strong>de</strong>venir, cuando el presente es <strong>de</strong>struido <strong>de</strong> una manera<br />
física, cultural y civilizatoria por el <strong>de</strong>spués. Se fracturaba la percepción ontológica <strong>de</strong>l tiempo.<br />
La nueva medida subjetiva <strong>de</strong>l tiempo estaba dada ahora por las tareas <strong>de</strong> la zafra o la tala, la vuelta al monte, o el<br />
alcohol comprado a la civilización blanca. El colorido <strong>de</strong> los instantes variaba, el segundo vivido por la conciencia tribal pasaba<br />
continuamente <strong>de</strong>l propio al impuesto, <strong>de</strong>l tradicional al adquirido, <strong>de</strong>l natural al violentado.<br />
El coronel Rostagno propone entregar tierras en propiedad a los aborígenes, crear escuelas agrícolas elementales, y la<br />
adquisición estatal <strong>de</strong> sus primeras cosechas, abonándoles en especies y ganados. 478 Una suerte <strong>de</strong> proyecto <strong>de</strong> colonización indígena.<br />
Como complemento solicita que el ejército se retire <strong>de</strong> los Territorios <strong>de</strong> Chaco y Formosa (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1908 bajo autoridad militar),<br />
reemplazado en este caso por un aumento <strong>de</strong> policías. Pero <strong>de</strong>secha que el lugar <strong>de</strong>l ejército fuese ocupado por cuerpos <strong>de</strong><br />
Gendarmería, difíciles <strong>de</strong> reclutar en un territorio con escasez <strong>de</strong> brazos, y escasas exigencias morales en consecuencia. Las policías<br />
<strong>de</strong>berían tomar también las instalaciones que construía el ejército. Por lo <strong>de</strong>más, hacer navegable el Pilcomayo, mejorar la<br />
distribución <strong>de</strong> las escuelas existentes, cria<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> garzas, y reglamentación <strong>de</strong> la caza. 479 Ninguna <strong>de</strong> las sugerencias <strong>de</strong>l coronel<br />
Rostagno fueron aceptadas por el Ministro <strong>de</strong> Guerra. Todo lo contrario, todo ello sería epicentro <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> Gendarmería.<br />
Cuando concluían las zafras azucareras en el ingenio Las Palmas, los varones tobas compraban escopetas, pólvora,<br />
ropa para sus niños, tabaco, y entregaban el resto a sus esposas. Pero se reservaban cincuenta centavos o un peso para algunos litros<br />
<strong>de</strong> vino. Frente al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> bebidas, había un <strong>de</strong>scampado don<strong>de</strong> infaltablemente los hombres se peleaban a golpes <strong>de</strong> puño,<br />
interviniendo amigos y parientes en una batahola <strong>de</strong>scomunal sobre la que jamás intervenía la policía bajo or<strong>de</strong>n expresa. 480 Las<br />
antiguas luchas intertribales pasaban aquí a trifulcas intratribales. La etnia se <strong>de</strong>rramaba y <strong>de</strong>scomponía. A la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> ese final <strong>de</strong><br />
zafra, la administración <strong>de</strong>l ingenio ponía sobre las vías un vagón pequeño, adon<strong>de</strong> la mujer cargaba a su esposo borracho, y ella<br />
junto con los hijos lo empujaban hasta el final, para luego internarse en la selva. Los siete meses restantes vivirían <strong>de</strong> la caza y la<br />
pesca.<br />
Los tobas pescaban con re<strong>de</strong>s individuales parecidas a hamacas paraguayas, hechas <strong>de</strong> fibras <strong>de</strong> chaguar. Sus bor<strong>de</strong>s<br />
consistían en dos varillas <strong>de</strong> aproximadamente dos metros <strong>de</strong> largo, a las que se tomaba por el medio abriendo la red. Cuando se<br />
473 I<strong>de</strong>m, 21.<br />
474 I<strong>de</strong>m, 21.<br />
475 I<strong>de</strong>m, 22.<br />
476 I<strong>de</strong>m, 22.<br />
477 I<strong>de</strong>m, 23.<br />
478 I<strong>de</strong>m, 24-25.<br />
479 I<strong>de</strong>m, 27-28.<br />
480 Adamson, op. cit, 31.