Etnias y árboles - Escuela de Historia
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muchachas <strong>de</strong> 13 a 15 años. Estas dos últimas categorías un 110% más que los osacos (muchachos <strong>de</strong> 10 a 13 años). 465 La<br />
diferenciación rompía una etnia pero creaba un ejército laboral.<br />
A principios <strong>de</strong>l XX toda búsqueda <strong>de</strong> clanes en el Chaco <strong>de</strong>bía hacerse antes <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> marzo, pues <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />
cosecha <strong>de</strong> la algarroba <strong>de</strong>l monte se dispersaban alejándose en todas direcciones <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los alimentos. Los capataces <strong>de</strong> indios,<br />
controlaban en los lotes el cumplimiento <strong>de</strong> las tareas, pero en las primeras semanas ello resultaba difícil por la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> las tribus<br />
provocada por la larga marcha y las nuevas enfermeda<strong>de</strong>s (paludismo y disentería). Los ingenios señalaban que este indio era haragán<br />
por naturaleza, y a un tiempo que usaban <strong>de</strong> su falta <strong>de</strong> interés por ganar dinero, reclamaban contra ello; puesto que motivaba una<br />
carencia <strong>de</strong> incentivo en el trabajo. Tampoco ganarían ese dinero si los incentivos existieran, eso lo <strong>de</strong>mostraría el fracaso <strong>de</strong> los<br />
inmigrantes hindúes, españoles y <strong>de</strong> origen árabe traídos por los ingenios <strong>de</strong> Jujuy. El ingenio reclamaba "entusiasmo" a estas tribus,<br />
explicando a los inspectores <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Trabajo que si ello ocurriera, con la mitad <strong>de</strong> indios <strong>de</strong> los que se traían sería<br />
suficiente. Pero el sistema <strong>de</strong> las tareas, que implicaba que las jornadas no cumplidas o abandonadas no se pagasen, alimentaba la<br />
<strong>de</strong>sazón productiva <strong>de</strong> los clanes. Según los empresarios, muchos hombres escapaban al monte en el medio <strong>de</strong> la zafra 466 , para volver<br />
luego <strong>de</strong> varios días; los matacos no soportaban el manejo <strong>de</strong> la pala, y los ingenios les reclamaban el abuso que hacían en comer<br />
cañas, sobre todo el corazón <strong>de</strong> éstas para arrojar el resto. Se les <strong>de</strong>scontaba un monto fijo por cañas consumidas ($ 15 a cada uno <strong>de</strong><br />
los capitanes gran<strong>de</strong>s, caciques menores, soldados; $ 12 a las chinas y muchachos entre 13 y 15 años; $5 a los osacos, para el año<br />
1914). Las empresas sostenían que los indios costaban más caro que los "cristianos", pero ninguno <strong>de</strong> éstos se aventuraba a trabajar<br />
por ese salario. Los trabajadores indios, según los ingenios, se enfadaban por lo que creían po<strong>de</strong>r exigir con <strong>de</strong>recho; y el <strong>de</strong>recho<br />
era para ellos la costumbre. Cuando alguno se contrariaba <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> trabajar. El ingenio lo contentaba con "regalos" que <strong>de</strong>scontaba<br />
luego <strong>de</strong>l salario. Pero la existencia <strong>de</strong> cacique sin propiedad y gran po<strong>de</strong>r en consecuencia, era la mayor traba para el<br />
disciplinamiento. La lentitud <strong>de</strong> manifestación <strong>de</strong> lo privado en la psicología <strong>de</strong> los clanes, frenaba la diferenciación social interna.<br />
Hacia la segunda década <strong>de</strong>l XX, los ingenios están pensando en una nueva forma <strong>de</strong> captación <strong>de</strong> tribus mediante agencias <strong>de</strong><br />
conchabo <strong>de</strong>l propio Departamento Nacional <strong>de</strong>l Trabajo, que situadas en puntos estratégicos tomarían a los indios más fuertes,<br />
evitándose las empresas traer a los enfermos, ancianos, más débiles, etc. 467 Es <strong>de</strong>cir disciplinar ya no a una tribu sino a trabajadores<br />
individuales, separados <strong>de</strong> sus familias y nexos tribales. El proceso se producirá casi naturalmente más tar<strong>de</strong>, pero antes los ingenios<br />
optarán por etnias <strong>de</strong>l Altiplano y por chiriguanos <strong>de</strong> Bolivia. Sus culturas agrarias, y una organización productiva antigua,<br />
convertida ella misma en cultura, se aproximaba a los intereses <strong>de</strong>l capitalismo. Fueron seleccionados <strong>de</strong> inmediato. 468 Antes que<br />
las etnias <strong>de</strong>l Chaco pudieran ser disciplinadas en la organización rural capitalista <strong>de</strong>l azúcar, se extinguieron. Cuando los ingenios<br />
jujeños optaron entonces por la mano <strong>de</strong> obra boliviana, comenzó un lento restablecimiento <strong>de</strong>mográfico <strong>de</strong> las etnias chaqueñas.<br />
Pero lo que el ingenio observó y capitalizó en el Altiplano argentino-boliviano es una antigua y profunda experiencia laboral colectiva,<br />
una disciplina que la obtendrá en forma gratuita, para la que no requerirá inversiones. En este sentido, la plusvalía obtenida por los<br />
ingenios <strong>de</strong> Salta-Jujuy, resultó sustancialmente mayor que la <strong>de</strong> los ingenios tucumanos. 469<br />
465 I<strong>de</strong>m, 81.<br />
466 I<strong>de</strong>m, 109.<br />
467 I<strong>de</strong>m, 113.<br />
468 En 1960, en la zafra jujeña se emplearon 6.199 trabajadores bolivianos, 490 catamarqueños, 2.275 jujeños (Censo Agropecuario, 1960). Pero las cosechas<br />
mecanizadas y semimecanizadas crearon la innecesariedad <strong>de</strong> vastos ejércitos <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra estacional. Si en 1956 La Esperanza ocupaba a 5.000 trabajadores<br />
<strong>de</strong> campo estacionales, en 1966 eran 637. La disciplina <strong>de</strong> trabajo que impone la quema <strong>de</strong> la caña es todavía menor <strong>de</strong> la que requería la pelada.<br />
469 En éstos, la población laboral siempre anarquizada, a veces lumpenizada por las tareas estacionarias, tenía un costo incomparablemente mayor que aquellas<br />
otras poblaciones que retornaban a la disciplina <strong>de</strong>l maíz y los tejidos una vez concluida la zafra. Pero a<strong>de</strong>más, pautadas en una larga dominación colonial,<br />
subjetivamente pasivas a la explotación luego <strong>de</strong> una larga ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrotas, indianizadas, es <strong>de</strong>cir, sometidas a la humillación racial, forma-das en la disciplina<br />
<strong>de</strong>l capataz, <strong>de</strong> las contribuciones en trabajo, dinero y especie. Las masas temporarias tucumanas no se percibían a sí mismas como indias, sino criollas:<br />
integrantes <strong>de</strong> los ejércitos <strong>de</strong> la revolución, formadoras <strong>de</strong> caudillos bandoleros y poseedores rurales in<strong>de</strong>pendientes. Su <strong>de</strong>spojo final a través <strong>de</strong>l azúcar, por<br />
momentos activaba la indisciplina a grados altísimos: roturas <strong>de</strong> trapiches a fines <strong>de</strong>l XIX, huelgas "salvajes" entre los dos siglos, venganzas por mano propia<br />
contra los capataces, fugas <strong>de</strong> los ingenios, incendio <strong>de</strong> cañaverales, etc. El ingenio Le<strong>de</strong>sma abandona las expediciones al Chaco para la captación <strong>de</strong> indios<br />
hacia la década <strong>de</strong> 1930. Empieza a conchabar trabajadores santiagueños primero, y luego catamarqueños. Pero los abandona rápidamente por "protestones".<br />
De inmediato inicia el conchabo en masa <strong>de</strong> trabajadores <strong>de</strong> la Puna argentina y boliviana. Pero con el triunfo <strong>de</strong>l peronismo los ingenios <strong>de</strong> Salta y Jujuy optaron<br />
por los trabajadores <strong>de</strong> Bolivia para obviar la legislación social. Recién, a partir <strong>de</strong> este momento, estas empresas se sacu<strong>de</strong>n la tutela <strong>de</strong> los ingenios<br />
tucumanos y se convierten en las <strong>de</strong> mayor cuota <strong>de</strong> ganancia <strong>de</strong>l azúcar.