Imprimir aquest article - Raco

116
The work did not develop from an initial plan but from a single sheet which was
an enlargement of a previous map on a scale of 1:100.000. The project was defined
over time; the sheets of the map were formatted around 1895, and its definitive
distribution did not take shape until 1905. For this reason, Almera stated, on request
from the council, that it was not possible to create a budget or fix terms. The Map
went no further than the initial stages. In 1914, after publishing five sheets of the
map, Almera decided not to continue and proposed Faura i Sans as successor. The
council then decided to transfer administration of the project to the Institut
d’Estudis Catalans, the research centre of the new regional government. The mapped
surface was around 2,500 Km 2, almost 1/3 of the surface of the province,
corresponding to the coast and areas close to Barcelona. It is no surprise that Almera
began with the nearest, best communicated and better known localities from a
topographic point of view. These areas were also the most interesting because of
their geology and the fossils contained therein. Almera does not appear to have had
a plan to continue the map to the NW either in the continental Paleogene or in the
pre-Pyrenean Mesozoic.
Almera and Brossa’s Map largely influenced the future of Catalan geology,
whose history would probably have differed considerably without this precedent. At
the same time, it constitutes a very solid base for what we refer to today as the
Metropolitan Area of Barcelona, taken into account in all later geological mapping.
Furthermore, it established a tradition of geological studies within the Catalan
administrative institutions which continues today. Finally, it indirectly contributed
to the Museu Martorell and the Museu del Seminari becoming the centres of
long-standing geologic investigation that we know today.
Key words: History of science, 19th-20th Centuries, Geology, Cartography,
Spain, Catalonia, Barcelona, Almera.
RESUMEN
Se estudia el proceso de cartografía topográfica y geológica de la provincia de
Barcelona a escala 1:40.000, realizado por el geólogo Jaume Almera y el artista grabador
Eduard Brossa gracias a las subvenciones de la Diputación provincial. Con un
detalle excepcional para la época, presentado en un formato inusual y magníficamente
ejecutado por el grabador Brossa, el Mapa fue unánimemente elogiado desde
la aparición de la primera hoja. La parte geológica, obra personal de Almera, es de
gran calidad gracias a un riguroso trabajo estratigráfico y petrológico llevado a cabo
con ayuda de destacados especialistas europeos, así como a un minucioso control en
el campo de los afloramientos por parte de Almera y sus ayudantes. La topografía de
base, si bien cumplió con creces su papel como soporte de la geología, es tan sólo
aproximada, puesto que se basa en los pocos vértices existentes en la época, carece
de replanteo previo y adolece de falta de un procedimiento regular para el trazado de
las curvas de nivel.
La dirección de la obra se debe considerar exclusiva del Dr. Almera. Bofill, teórico
codirector ante la Diputación, nunca actuó como tal y su participación se limitó
a empezar una hoja que abandonó poco después. La Diputación aceptó todas las
decisiones de Almera, al menos hasta 1899, momento en que empezaron a surgir
voces discrepantes entre los diputados; hacia 1909, momento de cambios políticos
y sociales, disminuyó el soporte institucional a la obra del Mapa y las subvenciones
quedaron drásticamente reducidas, cosa que retrasó la publicación de las dos últimas