Informe final* del Proyecto B002 Inventario de la ... - Conabio

diámetros ≥ 2.5 cm (Gentry, 1988). Si bien esta cifra corresponde a un sitio con
una diversidad excepcionalmente alta, la riqueza de especies encontrada en la
gran mayoría de bosques húmedos tropicales es de alrededor de 150 especies, y
para los bosques de regiones muy húmedas el promedio es de alrededor de
250 especies. Los sitios neotropicales que tienen una riqueza similar a los de
este estudio (es decir, de alrededor de 70 especies en una muestra
vegetacional de 0.1 ha) se localizan en regiones con precipitación anual
relativamente baja (Gentry, 1988).
Si bien las selvas de los Chimalapas son relativamente pobres en un
contexto continental, éste no parece ser el caso en el contexto de México, pero
no hay muchos datos disponibles para hacer comparaciones. Por ejemplo,
datos no publicados similares provenientes de la región de la Chinantla, Oaxaca,
fluctúan también alrededor de 70 especies, y quizá el valor más alto obtenido
con la aplicación de la misma metodología proviene de la región de los Tuxtlas,
donde Gentry (1982) encontró 106 especies, 29 de las cuales son lianas.
De cualquier manera, es importante resaltar la alta diversidad regional
de las selvas mexicanas, a pesar de que a nivel local (es decir, de diversidad
alfa), la diversidad es comparataivamente baja. La consecuencia de esta
aparente contradicción es que existe una diversidad beta alta, lo que significa
que existe un considerable recambio de especies entre sitios. Respecto a este
punto, cabe resaltar que muchas de las especies que se encontraron en los
muestros sólo aparecieron en un sitio, y si bien no se ha realizado una
evaluación cuantitiativa de la diversidad beta a través de un índice, se puede
apreciar que en conjunto los cuatro sitios contienen una riqueza mucho mayor
que la de cada uno por separado, a pesar de que la mayoría de ellos tienen un
número semejante de especies. Esto refuerza la idea de que la conservación de
la diversidad de árboles tropicales en México deberá incorporar necesariamente
una estrategia de conservación de múltiples áreas o de áreas grandes, ya que
ninguna localidad alberga un procentaje alto de las especies que caracterizan
un bioma o un ecosistema determinado.
En las selvas de los Chimalapas es difícil reconocer asociaciones, y
posiblemente esto no será posible hasta que se lleve a cabo un muestreo
mucho más intensivo de la vegetación, cubriendo áreas más grandes. Sin
embargo, hay indicios de la existencia de una asociación de Astrocaryum
mexicanum con Guatteria anomala, ya que esta combinación de especies se
presenta en los sitios Chalchi 2 y Gringa 2. Es posible que el sitio Gringa 1, el
cual también está dominado por la misma palma, pudiera pertenecer a esta
asociación, aunque en este caso esta especis estaría acompañada por el
arbusto del sotobosque Recchia simplicifolia.
Otro rasgo que llama la atención de la estructura y florística de estas
selvas es la abundancia de rubiáceas, especialmente de plantas del
sotobosque del género Psychotria, así como la relativa pobreza de especies de
la familia Leguminosae. Las especies pertenecientes a esta familia en los cuatro
sitios son dos, dos, cuatro y cinco, respectivamente, y solamente a una especie,
Dialium guianense, le corresponde un rango de importancia relativamente alto,
ocupando el octavo lugar en Gringa 1 y el séptimo en Gringa 2. Esta última
característica es interesante porque esta familia es prácticamente dominante en
todas las selvas mexicanas (Bongers et al., Meave, 1990), y en general en los
trópicos americanos e incluso los de Africa (Gentry, 1988a). A