Descargar PDF adjunto Usuario: (Email) Contraseña - AAA Colegio ...

José Luis Vivar que vino expresamente desde Málaga, ¡esto
son ganas de vernos! Los saludos, abrazos, risas, chascarrillos
y anécdotas enseguida llenaron el hall-bar del local. Lo más
divertido era calcular en cuánto tiempo, cada Pilarista que
llegaba reconocía a Antonio Sanjuán, de cuántas pistas
necesitaba y si al final lo conseguía o se daba por vencido.
Hemos de reconocer que nadie acertaba; bueno, estaba el
listillo de turno que pedía ayuda y se lo soplaban.
Pasadas las 14:30h y cuando el hall-bar ya estaba a rebosar,
Borja nos invita a pasar al comedor, reservado exclusivamente
para el encuentro. Todos los presentes, sin dejar de hablar,
accedimos a la sala donde nos encontramos con una gran
y completamente equipada mesa alargada.
A medida que vamos entrando ocupamos las sillas
aleatoriamente, aunque alguno busca la complicidad de un
antiguo amigo o compañero de mayor confianza. Estábamos
todos, bueno todos no, faltaba Alfonso Beltrán que
“discretamente” apareció media hora más tarde, entre las
risas de los demás y las disculpas, hay que decir que muy
poco creíbles, del risueño Alfonso.
El “Comité Organizador” (Álvaro Bielza, Pedro Durán,
Alberto González y Jaime Patiño) pasó una hoja donde nos
pedía que rellenáramos los datos que faltaran. ¡Había una lista
de 49 alumnos de toda la historia de la “D”!, pero lo asombroso
es que, gracias a la colaboración de los compañeros, habíamos
conseguido contactar con casi todos. La pena es que en
muchos casos el contacto se logró tan tarde (algunos por
primera vez desde la celebración de los 25 años), que no
pudieron asistir a este encuentro. Seguro que la próxima
reunión la celebraremos batiendo un nuevo récord de asistencia.
El menú se degustó con agrado. Una vez más debemos decir
que Borja no nos defraudó. Tuvo el acierto de no traer a los
populares y magníficos camareros-cantantes, tenores y
sopranos, porque no parábamos de hablar, comentando sobre
las anécdotas, los profesores y tutores, recordando los recreos
y las clases. Con gran esfuerzo (¡cómo nos acordamos del
doctor Alzheimer!) intentábamos completar la lista. Lo primero
de todo hicimos referencia a los directores, de cariñoso recuerdo,
D. Vicente Hernando, El P. Manuel y D. Isidoro Pérez.
¿Y de los tutores?, ¡qué empeño para que no nos bailaran
nombres y cursos!. La expectación que generó el recuerdo
de los nombres de los tutores fue tal que continuó días después
por correo electrónico en el que participaron, incluso,
compañeros que no pudieron estar en la comida como
Alfonso Díez. Al final quedó como sigue:
1966/67 (1 er Grado)
Srta. Carmen Criado en el colegio de Sta. Cristina
1967/68 (2º. Grado)
D. Bernardo Casanova. Nos incorporamos, físicamente, al Pilar
1968/69 (3 er Grado) D. Daniel Hernández
1969/70 (Ingreso) D. Virilo
1970/71 (1º. Bachillerato) D. José María Gil
1971/72 (2º. Bachillerato) D. Antonino
1972/73 (3º. Bachillerato) D. José Luis Malo de Molina
1973/74 (4º. Bachillerato) D. Juan José Aranzábal
1974/75 (5º. Bachillerato) D. José Ramón Sánchez Moro
1975/76 (6º. Bachillerato) D. Bonifacio de Andrés
1976/77 (COU)
En este curso cada uno estaba en un aula según las
asignaturas opcionales.
En medio de estas charlas a 2, a 4, y en algunos casos,
a “6 voces” un camarero derramó, sin querer, líquido en la
mesa y alguno no perdió la oportunidad para gritar el ya
tradicional e histórico ¡HA - SIDO - LLEDÓ!, coreado de
inmediato por el resto de comensales, dejando boquiabierto
al sorprendido camarero. Aludíamos a la broma que
gastábamos a los profesores cuando preguntaban por el autor
de alguna gamberrada y, aprovechando que nuestro querido
compañero Rafael Lledó ya no estaba con nosotros,
gritábamos al unísono y marcando perfectamente los tiempos
“¡Ha - sido - Lledó!”. Ahora Rafael se lo toma con estoica y
santa resignación y siempre sin perder su eterna sonrisa.
5