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66 NOVELAS EXEMPLARES
ha dicho Ysabela que mis padres me querían casar,
lleuando en mi compañia a Guillarte, aquel
page que mi madre escriue que lleuó a Londres
las nueuas de mi muerte, atrauesa[n]do (1) por
5 Francia, llegué a Roma, donde se alegró mi
alma y se fortaleció mi fe; besé los pies al Sumo
Pontífice; confesse mis pecados con el mayor
penitenciero (2), absoluiome dellos y diome los
recaudos necessarios que diessen fe de mi con-
10 fession y penitencia, y de la reducción que auia
hecho a nuestra vniuersal madre la Yglesia.
Hecho esto, visité los lugares tan santos como
¡numerables (3) que ay en aquella ciudad santa;
y de dos mil escudos que tenia en oro, di los
15 mil y seyscientos a vn cambio, que me los libró
en esta ciudad, sobre vn tal Roqui florentin (*).
Con los quatrozientos que me quedaron, con
intención de venir a España, me parti para Genoua,
donde auia tenido nueuas que estañan
20 dos galeras de aquella señoría de partida para
España. Llegué con Guillarte, mi criado, a vn lugar
que se llama Aquapendente (*), que, viniendo
de Roma a Florencia, es el vltimo que tiene
el Papa, y en vna hostería o posada, donde me
25 apeé, hallé al conde Arnesto, mi mortal enemigo,
que, con quatro criados, disfrazado y encu-
bierto, mas por ser curioso que por ser catholico,
entiendo que yua a Roma. Crei sin duda que no
me auia conocido; encerreme en vn aposento
(1) M.: «atrauessando».
(2) M.: .penitenciario».
(3) M.: cinnumerables».