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46 NOVELAS EXEMPLARES
rigurosa condición de su hijo ablandasse ni reduxesse
a tener paz con Ricaredo, determinó de
hazer vna de las mayores crueldades que pudo
cauer jamas en pensamiento de muger princi-
5 pal, y tanto como ella lo era; y fue su determinación
matar con tosigo a Ysabela; y como por
la mayor parte sea la condición de las mugeres
ser prestas y determinadas, aquella misma tarde
atossigó a Ysabela en vna conserua que le
10 dio, forjándola que la tomasse, por ser buená^
contra las ansias de coraron que sentia. . .1
Poco espacio passó después de auerla tomado,
quando a Ysabela se le comengo a hinchar
la lengua y la garganta, y a ponérsele denegri-
15 dos los labios y a enronquezersele la voz, turbársele
los ojos y apretársele el pecho; todas
conocidas señales de auerle dado veneno.
Acudieron las damas a la rey na, contándole
lo que passaua y certificándole que la camarera
20 auia hecho aquel mal recaudo. No fue menester
mucho para que la reyna lo creyesse, y assi fue
a ver a Ysabela, que ya casi estaua espirando.
Mandó llamar la reyna con priessa a sus
médicos, y en tanto que tardauan, la hizo dar
25 cantidad de poluos de vnicornio (*), con otros
muchos antídotos que los grandes principes
suelen tener preuenidos para semejantes neces-
sidades. Vinieron los médicos y esforgaron los
remedios, y pidieron a la reyna hiziesse dezir
30 a la camarera que genero de veneno le auia
dado, porque no se dudaua que otra persona
alguna sino ella la huuiesse auenenado. Ella lo