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42 NOVELAS EXEMPLARES
marera, hasta que le huuo otorgado que haría
lo que le pedia; tanto desseo tenia la reyna de
saber la causa de aquella demanda.
Y assi, después que la camarera alcangó lo
5 que por entonces desseaua, contó a la reyna
los amores de su hijo, y como temia que, si no
le dauan por muger a Ysabela, o se auia de
desesperar, o hazer algún hecho escandaloso, y
que si auia pedido aquellos dos dias, era por
10 dar lugar a su Magestad pensasse que medio
seria a proposito y conueniente para dar a su
hijo remedio.
La reyna respondió que si su real palabra no
estuuiera de por medio, que ella hallara salida
15 a tan cerrado laberinto, pero que no la que-
brantaría, ni defraudaría las esperanzas de Ricaredo,
por todo el interés del mundo.
Esta respuesta dio la camarera a su hijo, el
qual, sin detenerse vn punto, ardiendo en amor
20 y en zelos, se armó de todas armas, y sobre vn
fuerte y hermoso cauallo se presentó ante la
casa dé Clotaldo, y a grandes vozes pidió que
se assomasse Ricaredo a la ventana, el qual a
aquella sazón estaua vestido de galas de des-
25 posado y a punto para yr a palacio con el acompañamiento
que tal acto requería; mas auiendo
oydo las vozes, y siéndole dicho quien las daua
y del modo que venia, con algún sobresalto se
assomó a vna ventana, y como le vio Arnesto,
30 dixo: "Ricaredo, estame atento a lo que dezirte
quiero. La reyna, mi señora, te mandó fuesses
a seruirla y a hazer hazañas que te hiziessen