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198 NOVELAS EXEMPLARES
maestro de hazer lo que el mas desseaua; pero,
al fin, dixo que haria lo que su buen discípulo
pedia, solo por darle gusto, sin otro interés alguno.
Abragole el negro, y diole vn beso en el
5 carrillo, en señal del contento que le auia causado
la merced prometida, y aquel dia dio de comer
a Loaysa también como si comiera en su
casa, y aun quiza mejor, pues pudiera ser que
en su casa le faltara.
10 Llegóse la noche, y, en la mitad della, o poco
menos, comentaron a cecear en el torno, y luego
entendió Luys que era la cáfila que auia
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llegado; y llamando a su maestro, baxaron del
pajar con la guitarra bien encordada y mejor
templada. Preguntó Luys quien y quantas eran
las que escuchauan. Respondiéronle que todas,
sinoaiLseñora, que quedan adurmiendo con su
marido, de que le 41£sq a Loay sa; pero con
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todo esso quiso dar principio a su disignio, y
contentar a su discípulo; y, tocando mansamente
la guitarra, tales sones hizo, que dexó admirado
al negro y suspenso el rebaño de las mugeres
que le escuchaua. Pues ¿que diré de lo
que ellas sintieron quando le oyeron tocar el
25 Pésame dello,,y acabar con el endemoniado
son de ku^aíabámiajiueuo entonces en España?
(*). No quedó vieja por baylar, ni moga que
no se hiziesse pedagos, todo a la sorda y con
silencio estraño, poniendo centinelas y espías
30 que auisassen, si el viejo despertaua. Cantó assimismo
Loaysa coplillas de la seguida (*), con
que acabó de echar el sello al gusto de las es-