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Ciclo de conferencias Estación Jaume Ferrer de la Mola
Un laboratorio de investigación marina en el puerto de Mahón, un
proyecto iniciado en 1858
Ateneo de Mahón
14 de marzo de 2013
La Estación de Investigación Jaume Ferrer de la Comunitat Autónoma
de les Illes Balears, ubicada en la península de la Mola en la bocana
del puerto de Mahón, es gestionada científicamente, según convenio
de colaboración suscrito en 2009 por el Govern de les Illes Balears,
por el Instituto Español de Oceanografía.
Estación Jaume Ferrer en punta afuera
La creación de una estación científica en el puerto de Mahón es un
proyecto que arranca con el siglo XXI, en 2001, y que culmina con la
inauguración de la Estación de Investigación Jaume Ferrer el 23 julio
de 2009, aunque el proyecto tiene sus raíces en el siglo XIX
Jaume Ferrer Hernández (1883-1922) fue alumno de Odón de Buen
en la Universidad de Barcelona, se doctoró en 1907, trabajo en el
laboratorio de Portopí en Palma y fue catedrático del Instituto de
Mahón. En 1911 se desplazo a Madrid como profesor de la
Universidad Complutense y en 1912 ganó la cátedra de química
orgánica de la Universidad de Sevilla. Asimismo, fue Jefe del
Departamento de química del Instituto Español de Oceanografía,
donde trabajó en la preparación de patrones de agua de calidad para
determinar la salinidad y el oxigeno disuelto en agua de mar,
publicando 20 artículos científicos de alto nivel. Murió el 14 de marzo
de 1922 cuando tenía tan solo 39 años.

Jaume Ferrer Hernández
Jaume Ferrer Aledo y
Francesc Ferrer Hernández
El padre de Jaume Ferrer era Jaume
Ferrer Aledo, estudioso, aficionado
notable que, sin ser un verdadero
investigador profesional, como si lo
fueron sus hijos, realizó valiosas
aportaciones científicas. Francesc
Ferrer Hernández, hermano de Jaume,
fue biólogo y profesor de Ciencias
Naturales en la Universidad
Complutense y investigador del Museo
Nacional de Ciencias Naturales
trabajando sobre los espongiarios.
También trabajo en centros del
Instituto Español de Oceanografía y
publicó diversos trabajos entre 1916 y
1918. Describió algunas especies de
esponjas, entre ellas una que bautizó
Axinella mahoensis y propuso el
cultivo de esponjas (Spongia oficinalis)
en el puerto de Mahón.
Pero el proyecto de creación de una
estación científica en Menorca arranca
mucho antes, en el verano de 1853
cuando Henri de Lacaze Duthiers,
profesor de la Universidad de la
Sorbona y que sería director del
Laboratorio Aragó en Banyuls sur Mer,
visitó Menorca.
En 1900 una Comisión de la
Universidad de Barcelona organizada
para Odón de Buen y presidida por el
Rector fue a Paris para homenajear al
profesor Lacaze Duthiers y hacerle
entrega de un busto realizado por
Mariano Benlliure. En la ceremonia
Lacaze Duthiers, en su parlamento,
dijo: «Fue en 1853 cuando por
primera vez visite España [...]
teníamos ansia por llegar a Mahón,
cuyo admirable puerto nos ofrecía
profusamente las maravillas de la vida
submarina. [...] Fui a Córcega, pero
me parecía estar cerca de Menorca, y
el hada de Baleares me empujaba y volví a Mahón en 1858. [...] un
verano en esta estación, única para un naturalista [...]

Henri de Lacaze Duthiers y su publicación «Mémoire sur la pourpre»
Entre tantas cosas interesantes observadas, había visto un pescador
bien ignorante servirse empíricamente de la purpura de los antiguos
para marcar sus redes. Pude, merced a él, establecer definitivamente
la parte del animal que proporcionaba la rara materia colorante y
hacer con ella fotografías»
Lacaze Duthiers se fue con la convicción de que Mahón era un
emplazamiento ideal para crear una estación de investigación marina
y como consecuencia de sus observaciones, en 1859, publicó
«Mémoire sur la pourpre» en la revista Annales des Sciences
Naturelles. La milenaria receta de la púrpura de Tiro, una tintura
utilizada desde tiempos bíblicos como distintivo de las más altas
jerarquías, al parecer, se había perdido en occidente en 1453,
cuando el Imperio Otomano había conquistado Constantinopla.
Lacaze Duthiers recupero la técnica de producción y explico que era
el mucus procedente de la glándula hipobranquial de Murex
brandaris, M. trunculus y de otros caracoles marinos lo que servía
para elaborar la purpura. Un producto de altísimo valor, similar al del
oro, ya que para producir un gramo de púrpura se necesitaban unos
9000 caracoles.

Joan Joaquim Rodríguez Femenias y un ejemplar de su obra
«Algas de las Baleares» dedicada a Odón de Buen
20 años más tarde, nos encontramos con los proyectos de Joan
Joaquim Rodríguez Femenias para crear una estación biológica en el
puerto de Mahón. Joan Joaquim Rodríguez Femenias (1839-1905),
farmacéutico y empresario, fue también un algologo notable. Entre
sus publicaciones destaca «Algas de las Baleares», aparecida en la
revista Anales de la Sociedad Española de Historia Natural en 1889.
Cabe mencionar también su herbario de algas de 3000 pliegos
correspondientes a 511 taxones, depositado en el Ateneo de Mahón.
Antonia Ribera, profesora de algologia de la Universidad de Barcelona
comenta que: «su obra deja ver el reducido interés que en el campo
de la botánica tenían las ciencias algológicas al final del siglo XIX y el
gran desarrollo que experimentaron gracias a Rodríguez Femenias».
Fueron dos los intentos de Rodríguez Femenias para crear una
estación biológica en Mahón. De la primera, cuando Rodriguez
Femenias tenía 37 años, tenemos noticia por tres cartas de Karl
Semper dirigidas a Rodríguez Femenias en 1876, 1877 y 1878. Karl
Semper (1832-1893), uno de los iniciadores de la ecología zoológica,
había visitado Menorca en 1875, un año más tarde de que el también
zoólogo alemán Anton Dohrn (1840-1909) fundara la estación marina
de Nápoles. Semper se dirigió al ingeniero menorquín Francesc Prieto
y Caules, profesor de la Escuela de Caminos de Madrid, y juntos
diseñaron el proyecto. A continuación, Semper, por indicación de
Prieto, se dirigió a Rodríguez Femenias solicitando su colaboración
para llevar el proyecto a buen puerto, pero el proyecto fracasó por
temas de financiación y de apoyo institucional.

El segundo intento fue once años más tarde, en 1886, cuando
Rodriguez Femenias, que había sido concejal y alcalde (1883-1885),
lo intento de nuevo. El ayuntamiento de Mahón tuvo noticia de la
decisión del Consejo Superior de Instrucción Pública de crear una
estación biológica en algún lugar de la costa española y ofreció el
puerto de Mahón como lugar más indicado para construirla. Existe un
proyecto y planos de un
edificio a construir en uno de
los islotes del puerto, pero
tampoco en esta ocasión el
proyecto tuvo éxito y fue
Santander el lugar elegido
para situar la estación.
laboratorio Arago y su Buque de investigación
Roland
Hubo un tercer intento,
impulsado por Jaume Ferrer
Aledo a principios del siglo
XX. Fue en 1904, un año
antes de la creación del
Ateneo de Mahón. Una
Orden del Rey solicito
proyectos para la creación
de una estación de investigación en el Mediterráneo. Rodríguez
Femenias, que tenía 65 años y moriría en 1905, seguramente
también participo en el proyecto, pero fue Ferrer Aledo a sus 48 años
el impulsor. Plantearon una estación de soporte para proyectos que
no necesitasen grandes infraestructuras de laboratorio y para la
realización de investigaciones in situ y estudios de biología marina en
el Puerto de Mahón a partir del modelo del Laboratorio Aragó de
Banyuls sur Mer.
El catedrático de zoología de la Universidad de Barcelona Odón de
Buen también era partícipe del proyecto. Pero si Rodríguez Femenias
y Ferrer Aledo en lo que pensaban era en una estación de biología
marina clásica, la idea de Odon de Buen ya empezaba a ser otra, la
de una institución más orientada a la oceanografía, a la observación
multidisciplinar del mar. En 1893 Odon de Buen había viajado a
Banyuls y había conocido a Lacaze Duthiers y este le había hablado
de su idea de crear un laboratorio en Balears y las opciones eran
Palma y Mahón.
En ese mismo año de 1904 el laboratorio Aragó, que ya dirigía Emile
Racovitza, organizo una campaña científica en Baleares a bordo de su
Buque de investigación Roland. En esta campaña participó Odón de
Buen y lo comenta en sus memorias: «Hicimos dragados y pescas
fructíferas en derredor de Menorca. Sobre todo en el hermoso y
abrigado puerto de Mahón, según pregona adagio marinero antiguo

Julio, agosto y Mahón
Los mejores puertos del Mediterráneo son
Las salas del Ateneo nos recibieron con gran simpatía, tuve que
darles una conferencia en el teatro, lleno de bote en bote, acerca de
los trabajos realizados por el Roland”.
Publicación de la velada necrológica en
honor de Joan Joaquim Rodríguez
Femenias
Rodríguez Femenias murió en
agosto de 1905 y el 30 de diciembre
el Ateneo organizó una velada
necrológica en su honor. Odón de
Buen viajo a Menorca y realizo el
discurso central del acto. En
noviembre de 1906 se publicaría el
Decreto creando el Laboratorio
biologicomarino de Balears en
Portopí en Mallorca. Probablemente
de Buen ya esperaba que así seria,
aunque puede que también
mantuviera la idea de crear una
pequeña estación vinculada en
Mahón. Su discurso en la velada en
honor de Rodríguez Femenias nos
permite intentar intuir como estaba
evolucionando el proyecto. Odón de
Buen decía: «[...] maduró conmigo
desde largo tiempo el proyecto de
fundar un laboratorio de biología
marítima, o al menos una estación biológica [...] no ignoraba lo difícil
de la empresa, mas difícil de lo que comúnmente se cree [...] y creo
que de haber vivido algún tiempo mas, hubiera realizado tan bello
propósito a sus expensas».
Portada y ultima pagina, firmada por Jaume Ferrer Aledo, del proyecto elaborado en 1904
para la creación de una estación biológica en el puerto de Mahón

En 1904 se había elaborado un proyecto con su presupuesto que era
de 37.000 pesetas para su instalación y 20.000 pesetas anuales para
su mantenimiento, incluidos los costes de personal. Cuando en 2009
se inauguro finalmente la estación en Mahón el coste aproximado fue
de 400.000 euros (66.500.000 pesetas) para la instalación y el coste
del mantenimiento anual es de unos 100.000 euros (16.600.000
pesetas). En cualquier caso, el laboratorio finalmente se creó en
Mallorca en noviembre de 1906 dependiente administrativamente del
Museo de Ciencias Naturales de Madrid y científicamente de la
Universidad de Barcelona y fue inaugurado el día 2 de mayo de 1908
y la posibilidad de crear una estación vinculada en Mahón no
prospero, dándose carpetazo a un proyecto que no se volvería a
plantear hasta casi cien años más tarde, en 2001.
Nota de Odón de Buen a Jaume Ferrer Aledo relativa a sus trabajos sobre los góbidos
Con posterioridad Ferrer Aledo y Odón de Buen mantuvieron contacto
en relación con los estudios de ictiología que interesaban a ambos.

Jaume Ferrer Aledo, fue vicepresidente del Ateneo de Mahón hasta
1936, trabajo muy activamente en la sección marina del Ateneo y en
1906 publico «Catálogo de los peces de Menorca» y «Artes de pesca
de Mahón». El caso es que Ferrer Aledo envió a Odón de Buen unos
ejemplares de góbidos capturados en el puerto de Mahón siendo
plenamente consciente de que se trataba de una especie nueva. Pero
Ferrer no se atrevió a publicar su descripción formal. La especie fue
descrita por Odón de Buen y Louis Fage y asignada al género
Pseudaphya como Pseudaphya ferreri (de Buen & Fage, 1908) en
honor a Ferrer.
Hablando de la ictiología y del puerto de Mahón, años más tarde
Emiliano Castaños (1888-1974) catedrático del Instituto de Mahón,
fue un poco más allá y publico un artículo en el Butlletí de la
Institució Catalana d’Història Natural describiendo un ejemplar que
pensaba que era una nueva especie de blénido que llamó Blennius
port-mahonis. En realidad se trataba de una subespecie meridional de
Blennius nigriceps conocida actualmente como Lipophrys nigriceps
puertomahonis reconociendo la prioridad de la descripción de
Castaños.
Mapa del recorrido del Vasco Núñez de Balboa en el Mar Balear en 1915

Buque Oceanográfico Vasco Núñez de Balboa y Jaime Ferrer realizando una determinación
de la salinidad de una muestra de agua de mar por el método del cloruro de plata o método
Knudsen (también podría estar fijando el oxigeno de la muestra con sulfato de magnesio y
sosa yodurada o método de Winkler.
En 1914, incorporando el laboratorio de Santander creado en 1886 y
el de Portopi creado en 1906, Odon de Buen creo el Instituto Español
de Oceanografía y se inicio la realización de grandes campañas
oceanográficas y
Menorca fue de nuevo
objeto de interés para
Odón de Buen y para
su recién creada
institutción. Las
primeras campañas se
realizaron en el Mar
Balear en 1914 y en
1915 a bordo del
cañonero Vasco Núñez
de Balboa haciendo
funciones de buque
oceanográfico. Jaume
Ferrer participo en
estas campañas y
como resultado de sus
trabajos publico en
1916 «Investigaciones
Químicas de la
campaña del Balboa
por el Mediterráneo».
Recalaron en Mahón y
en el Ateneo se
Buque Oceanográfico Giralda y carta de isotermas y
isomiarias realizada en la campaña de 1920
organizaron conferencias para explicar los trabajos científicos que se
estaban llevando a cabo. Posteriormente, en 1920 se realizo otra
campaña oceanográfica a bordo del Giralda en la que con de Buen

participó Francesc Ferrer y también se organizaron conferencias en el
Ateneo.
Buque Oceanográfico Xauen y mapa de las estaciones de muestreo y las pescas de
prospección realizadas durante la campaña de 1958
Desde ese momento, tuvieron que transcurrir 38 años para volver a
encontrarnos con trabajos realizados por el Instituto Español de
Oceanografía en Menorca. Fue en mayo de 1958 cuando el Buque
Oceanográfico Xauen con Miquel Oliver como jefe de campaña realizó
trabajos en Menorca para el levantamiento de una carta de pesca.
Entraron en el puerto de Mahón y con la ayuda de un arrastrero local,
la Rosario, propiedad de Pepe Melsión y equipado con un motor de
120 caballos, realizaron prospecciones pesqueras en zonas no
explotadas frente a Mahón. Realizaron pescas de 2 a 3 horas de
duración entre 500 y 650 metros de profundidad capturando entre
180 y 240 kg de gamba en cada una de las pescas.
Posteriormente en 1973 los cultivadores de escupiña del puerto de
Mahón acudieron al Instituto Español de Oceanografía debido los
problemas de contaminación que afectaban a su actividad, debida
principalmente a la eutrofización causada por los vertidos urbanos al
puerto, pero también a los vertidos de metales de la industria
bisutera y otros vertidos como los de la industria quesera. Guillem
Mateu realizo un estudio utilizando como indicador de contaminación
la proporción de foraminíferos y moluscos vivos y muertos en el
sedimento, siendo este uno de los primeros trabajos de evaluación de
la contaminación utilizando este tipo de indicadores. Entre 1974 y
1981, bajo la dirección de Miquel Duran, se continuaron los trabajos
de estudio de la contaminación en el puerto de Mahón. Hasta 1976 se
realizaron campañas estacionales a bordo del buque oceanográfico
Jafuda Cresques y posteriormente, contando ya con una embarcación
en Mahón y un pequeño laboratorio en el Club Marítimo, la frecuencia
de los muestreos fue mensual. Asimismo, en el verano de 1974

Buque Oceanográfico Jafuda Cresques y
Buque de Investigación Pesquera El
Pescador que posteriormente sería el
Buque Oceanográfico Odón de Buen
Miquel Massuti a bordo del Buque
de Investigación pesquera El
Pescador, que años más tarde
sería rebautizado Odon de Buen,
realizo una campaña de
prospección pesquera en
Menorca, en fondos no accesibles
a la flota de arrastre, para valorar
el interés de la pesca de gamba
con nasas en esos fondos.
Finalmente, fue en el año 2001,
en Mongofre cuando Enrique
Tortosa, Director General de
Investigación, Desarrollo
tecnológico y Innovación del
Govern Balear entro en contacto
con representantes del Consell
Insular de Menorca para trabajar
conjuntamente en la creación de
una estación de investigación en
el puerto de Mahón. El modelo era
la estación de investigación del
Consejo Superior de
Investigaciones Científicas en el
Parque Nacional de Doñana y la Base Naval fue el lugar elegido, pero
al final el proyecto no prospero.
No obstante, en 2004 Eugeni Garcia y Marta Jacobs desde la
Dirección General de Investigación, Desarrollo tecnológico y
Innovación pusieron en marcha el proyecto para establecer una red
de estaciones de investigación y el proyecto del puerto de Mahón
volvió a ponerse sobre la mesa. Bàrbara Terrasa, jefa del Servicio de
investigación en la Dirección General y Josep Miquel Vidal director
del Institut Menorquí d’Estudis se incorporaron al proyecto y se pensó
en Es Grau o en el Faro de Favaritx pero finalmente se decidió buscar
un emplazamiento en la península de la Mola, por lo cual se entro en
contacto con el Consorcio del Museo Militar de Menorca y patrimonio
histórico-militar del puerto de Mahon y Cala San Esteban para valorar
la posibilidad de adecuar alguno de sus edificios a les necesidades del
proyecto. Así, se incorporaron al grupo de impulsores del proyecto el
coronel Riva y el capitán Girona y se decidió proponer, para la
instalación de la estación, el fortín de la batería de punta afuera. Se
realizo un estudio de viabilidad y el arquitecto Joan Gomila realizo el
proyecto de rehabilitación. A principios de 2007 Gema Gimenez,
técnica de la Dirección General, coordino el suministro de
equipamiento para la estación y en 2007, siendo ya Director General
Pere Oliver, se preparo, con el Ministerio de Defensa, el convenio de

uso de la batería una vez que el Consorcio la hubo retornado al
Ministerio.
Exterior y espacios interiores de la
estación
Se iniciaron las obras y se firmo un
convenio con el Instituto Español de
Oceanografía para que este
asumiera las tareas de gestión
científica de la estación. Finalmente
en 23 de julio de 2009, se inauguro
la estación.
Menorca constituye un observatorio
ideal para el estudio de la dinámica
de los ecosistemas litorales y
costeros del Mediterráneo y de sus
respuestas al cambio climático.
Reconocida como Reserva de la
Biosfera, en Menorca confluyen
intereses diversos que generan
conflictos entre les partes
implicadas y presión sobre su frágil
equilibrio ecológico. En este
contexto, la misión de la estación se
centra en la generación de
conocimiento en el ámbito del medio
marino a partir una investigación
científica interdisciplinar y de
excelencia en Menorca y para
Menorca capaz de generar
respuestas para la resolución de
estos conflictos y gestionar las
presiones ejercidas sobre los
ecosistemas. En este contexto se
plantea la atracción de proyectos de investigación y de formación de
investigadores así como lograr el compromiso de investigadores y de
grupos de investigación que garanticen una actividad investigadora
sostenida en el tiempo. La visón del proyecto es la de llegar a contar
con una estructura de investigación científica interdisciplinar i de
excelencia en el ámbito de la sostenibilidad medioambiental y de las
interacciones clima-medio marino y actividad antrópica- medio
marino, visible a nivel mundial y capaz de dar respuesta a los
conflictos que plantean las actividades antrópicas y a los retos del
cambio climático.