Irak-bush-bajo-la-lupa

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22.03.2013 Views

Hoy más que nunca en Najaf vuelve a surgir la importancia del teórico prusiano de la guerra de inicios del siglo XIX, Cari von Clausewitz, quien sentenció que "la guerra es la continuación de la política, pero con otros medios". Basado en la experiencia de grandes figuras, como Federico el Grande y Napoleón, y en las enseñanzas filosóficas y literarias, adujo en su obra Sobre la Guerra que ésta no es un fin en si misma y que la estrategia debe ir dirigida a tres principales objetivos: las fuerzas del enemigo, sus recursos, y su voluntad de combatir. Pues la voluntad de combatir del ejército delMahdi no solamente no ha amainado sino, por el contrario, se ha incrementado y ha comenzado a contagiar a la periferia islámica. La sunnita ciudad de Falluja en la cercanía y hasta la ciudad sunnita de Trípoli (Líbano) en la lejanía, se sumaron a las manifestaciones multitudinarias de apoyo a Muqtada, desde luego, pero más que nada contra el gobierno de Allawi y las fuerzas de ocupación estadounidenses. Se pudiera decir que las manifestaciones en Irán, bajo la supervisión de la teocracia de los ayatolas, han sido moderadamente contenidas ,de acuerdo a parámetros anteriores, en especial, a la salida de los incendiarios sermones de los viernes. Los estrategas iraníes saben bien que la destrucción de la mezquita de Ali, mucho más que la inmolación del ejército del Mahdi y su comandante supremo Muqtada, representaría un suicidio de EU que arrastraría consigo al inepto gobierno Allawi. No fue tampoco gratuito que en medio del paroxismo del asalto de los marines a Najaf, la teocracia de los ayatolas de Irán haya probado exitosamente una más moderna versión balística del misil Shahab III, susceptible de alcanzar a las tropas de EU estacionadas en el Medio- Oriente y de "romper los huesos de los israelíes si atacan los sitios nucleares de Irán" (naharnet, 12 agosto 04). En forma ominosa, Michael Howard, reportero del The Guardian (13 agosto 04), señala que "líderes chiítas en el sur de Irak pidieron la separación del gobierno central de Bagdad en protesta contra la represión a la insurgencia", entre quienes se encuentra el Salam Uda al-Maliki, vicegobernador de Basora, la capital petrolera de Irak que controla el 90% de su exportación. El contagio del ejército del Mahdi ha alcanzado a la mayoría de las ciudades sureñas de la región chiíta que se encuentran sublevadas y habrá que estar muy atentos a ver si prospera el movimiento secesionista chiíta que, de cierta manera, iguala a la hasta ahora autonomía privilegiada de los kurdos en el norte, alrededor de Kirkuk, la segunda ciudad petrolera de Irak amenazado por fracturarse. Tampoco se puede perder de vista que en Najaf hayan entrado en colisión dos cosmogonías diferentes de la participación de los religiosos chiítas en los asuntos estatales: por un lado, la escuela del "quietismo" impulsada por el Gran Ayatola Sistani quien desea consagrarse plenamente a la exégesis coránica, y por otro, el linaje Sadr, del que proviene Muqtada,

que aboga la instauración de una teocracia en Irak al estilo jomeinista del "Vilayat al Faqih" (liderazgo de los juristas islámicos sobre la sociedad). Nicholas Blandorff, en un periódico cercano al chiísmo libanes moderado (The Daily Star, 14 agosto 04), aduce que el mismo Muqtada "no es indispensable para el ejército Mahdi: su linaje familiar le brinda estatura, pero su real poder radica en otra parte". La muerte o la captura de Muqtada será un severo golpe pero no será definitivo contra el ejército del Mahdi. Blandorff aporta el testimonio de Nizar Hamzeh, un profesor de política en la Universidad Americana de Beirut: "la verdadera autoridad detrás del movimiento es Sayyed Kadhem al-Haeri, un prominente líder que vive en Qom, Irán.Haeri es un tnarjaa (suprema referencia teológica) que aboga la teocracia del vilayat al-faqih (jurista islámico que gobierna sobre la sociedad) y fue nombrado por Mohammed Sadeq al-Sadr (el padre de Muqtada) como su sucesor. Haeri es el vínculo entre Irán y los sadristas cuyo profundo nacionalismo iraquí es visto con desprecio por los clérigos chiítas que vivieron en el confort del exilio o fueron quietistas durante el régimen de Saddam". No se pueden ocultar la lucha de clases ni el combate cosmogónico entre dos corrientes del chiísmo que ha azuzado el ejército anglosajón de ocupación y que a puesto a la mezquita de Alí en peligro de destrucción. Abbas Kadhim, un académico china que conoce los recovecos de Najaf, pone en tela de juicio el operativo militar para intentar someter a Muqtada (citado por Juan Colé 13 agosto 04). Ante todo considera "muy candido esperar que Irán, que tiene la mayor frontera con Irak y se considera el campeón del chiísmo, se restrinja de actuar en Irak cuando todos los servicios de inteligencia han abierto sus propios locales". Refiere que, más que una intervención directa de apoyo de Irán, "el éxito de Muqtada Sadr en haber adquirido poder es más el resultado del fracaso de los otros a llenar el vacío de poder, que de su propio carisma" que le ha dado haberse encumbrado como el líder chiíta más viable al exigir el retiro de las fuerzas de ocupación, lo cual representa la única "prueba de legitimidad" en las circunstancias que vive Irak, mientras el Gran Ayatola Sistani se encuentra reacio a participar en asuntos políticos. Scott Baldauff considera que Moqtada se colocó en una posición donde sale vencedor en cualquier epílogo: si consigue una tregua, pues será ensalzado como el héroe que se enfrentó a los marines; "si es desalojado muerto, mientras combate por la defensa del sitio sagrado del chiísmo, se convertirá en un mártir que atraerá a miles de chiítas a su causa" ("Sadr Juega al Poder del Martirio"; The Christian Science Monitor, 12 agosto 04). Najaf ha sido librada así a una lucha entre marines despiadados y mártires desposeídos. El martirologio forma parte del alma chiíta desde su fractura con la ortodoxia sunnita por el califato sucesorio. De cierta manera, Muqtada intenta revivir el martirio dinástico familiar de Alí y de sus dos hijos Hassan y Hussein (cuyo sitio sagrado se ubica

Hoy más que nunca en Najaf vuelve a surgir <strong>la</strong> importancia del teórico prusiano<br />

de <strong>la</strong> guerra de inicios del siglo XIX, Cari von C<strong>la</strong>usewitz, quien sentenció que "<strong>la</strong> guerra<br />

es <strong>la</strong> continuación de <strong>la</strong> política, pero con otros medios". Basado en <strong>la</strong> experiencia de<br />

grandes figuras, como Federico el Grande y Napoleón, y en <strong>la</strong>s enseñanzas filosóficas y<br />

literarias, adujo en su obra Sobre <strong>la</strong> Guerra que ésta no es un fin en si misma y que <strong>la</strong><br />

estrategia debe ir dirigida a tres principales objetivos: <strong>la</strong>s fuerzas del enemigo, sus recursos,<br />

y su voluntad de combatir.<br />

Pues <strong>la</strong> voluntad de combatir del ejército delMahdi no so<strong>la</strong>mente no ha amainado<br />

sino, por el contrario, se ha incrementado y ha comenzado a contagiar a <strong>la</strong> periferia<br />

islámica. La sunnita ciudad de Falluja en <strong>la</strong> cercanía y hasta <strong>la</strong> ciudad sunnita de Trípoli<br />

(Líbano) en <strong>la</strong> lejanía, se sumaron a <strong>la</strong>s manifestaciones multitudinarias de apoyo a<br />

Muqtada, desde luego, pero más que nada contra el gobierno de Al<strong>la</strong>wi y <strong>la</strong>s fuerzas de<br />

ocupación estadounidenses. Se pudiera decir que <strong>la</strong>s manifestaciones en Irán, <strong>bajo</strong> <strong>la</strong><br />

supervisión de <strong>la</strong> teocracia de los ayato<strong>la</strong>s, han sido moderadamente contenidas ,de acuerdo<br />

a parámetros anteriores, en especial, a <strong>la</strong> salida de los incendiarios sermones de los<br />

viernes. Los estrategas iraníes saben bien que <strong>la</strong> destrucción de <strong>la</strong> mezquita de Ali,<br />

mucho más que <strong>la</strong> inmo<strong>la</strong>ción del ejército del Mahdi y su comandante supremo Muqtada,<br />

representaría un suicidio de EU que arrastraría consigo al inepto gobierno Al<strong>la</strong>wi. No fue<br />

tampoco gratuito que en medio del paroxismo del asalto de los marines a Najaf, <strong>la</strong> teocracia<br />

de los ayato<strong>la</strong>s de Irán haya probado exitosamente una más moderna versión balística del<br />

misil Shahab III, susceptible de alcanzar a <strong>la</strong>s tropas de EU estacionadas en el Medio-<br />

Oriente y de "romper los huesos de los israelíes si atacan los sitios nucleares de Irán"<br />

(naharnet, 12 agosto 04).<br />

En forma ominosa, Michael Howard, reportero del The Guardian (13 agosto<br />

04), seña<strong>la</strong> que "líderes chiítas en el sur de <strong>Irak</strong> pidieron <strong>la</strong> separación del gobierno<br />

central de Bagdad en protesta contra <strong>la</strong> represión a <strong>la</strong> insurgencia", entre quienes se<br />

encuentra el Sa<strong>la</strong>m Uda al-Maliki, vicegobernador de Basora, <strong>la</strong> capital petrolera de <strong>Irak</strong><br />

que contro<strong>la</strong> el 90% de su exportación. El contagio del ejército del Mahdi ha alcanzado<br />

a <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s ciudades sureñas de <strong>la</strong> región chiíta que se encuentran sublevadas y<br />

habrá que estar muy atentos a ver si prospera el movimiento secesionista chiíta que, de<br />

cierta manera, igua<strong>la</strong> a <strong>la</strong> hasta ahora autonomía privilegiada de los kurdos en el norte,<br />

alrededor de Kirkuk, <strong>la</strong> segunda ciudad petrolera de <strong>Irak</strong> amenazado por fracturarse.<br />

Tampoco se puede perder de vista que en Najaf hayan entrado en colisión dos cosmogonías<br />

diferentes de <strong>la</strong> participación de los religiosos chiítas en los asuntos estatales: por un <strong>la</strong>do,<br />

<strong>la</strong> escue<strong>la</strong> del "quietismo" impulsada por el Gran Ayato<strong>la</strong> Sistani quien desea consagrarse<br />

plenamente a <strong>la</strong> exégesis coránica, y por otro, el linaje Sadr, del que proviene Muqtada,

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