Irak-bush-bajo-la-lupa

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22.03.2013 Views

Estados Unidos ha sido posible gracias a "los medios de comunicación complacientes y los intereses empresariales". El trueque de Osama Bin Laden por Saddam Hussein "es uno de los mayores trucos de relaciones públicas conjurados de la historia". La filípica de John Le Carré sustenta que la guerra contra Irak, que califica de "aventura colonial" planificada desde tiempo atrás por la "junta" Bush, representa el vehículo propicio que garantiza el crecimiento económico de Estados Unidos para realizar una demostración ejemplar de fuerza frente a Europa, Rusia, China. Medio Oriente y Norcorea. Ha sido nuestra hipótesis que detrás de la "guerra multidimensional" que despliega Estados Unidos en varios frentes del planeta subyace una confrontación contra la Unión Europea (UE), que admite explícitamente Daniel Pipes en "EU v.v. Europa", que apareció simultáneamente en The New York Post y The Jerusalem Post (14 de enero). Daniel Pipes, director del Foro del Medio Oriente (ligado a la única potencia nuclear de la región y al grupo Likud del general Ariel Sharon, que ha sido descubierto en sus lazos con el crimen organizado trasnacional), y autor del libro El Islam militante alcanza EU (que se inspira del fanático racista Bernard Lewis), acaba de fundar Campus Watch, una organización propagandística que difunde (mejor dicho, intoxica) en las aulas universitarias de Estados Unidos el punto de vista ultraconservador sobre Medio Oriente. Pipes lanza sus dardos venenosos contra la UE donde señala que el libro La gran impostura, de Thierry Meyssan (director de la Red Voltaire, conectada al Partido Socialista francés), ha sido un éxito impactante en las librerías. Cabe recordar que el polémico libro afirma que el" 11 de septiembre" fue un "autoatentado", lo cual no conviene a los intereses facciosos de Pipes, a quien le indignaron las inolvidables manifestaciones de Florencia contra la globalización y su principal beneficiario. Estados Unidos. En lugar de ver la paja en el ojo ajeno y realizar una sana autocrítica introspectiva. Pipes se cura en salud para explicar la antipatía europea (y mundial) hacia Estados Unidos, al basarse en un reciente análisis descabelladamente reduccionista del estadunidense Ken Sanes: "Choque de los supersistemas" (Asia Times, 7 de enero). Pipes oculta que Sanes es un ex periodista que se consagra ahora a los actos de propaganda, que "analiza" los medios en un sitio de Internet. En realidad, el "análisis" a título rimbombante de Ken Sanes constituye una hibridación grotesca del Choque de las civilizaciones del racista Samuel Huntington y las posturas de Daniel Pipes, un enemigo declarado de la teología de la liberación católica. Según la interpretación de Pipes, aunque la división geográfica propuesta por Ken Sanes no sea perfecta (nada más eso faltaba), comportaría a su juicio la "originalidad (sic) de exponer a Estados Unidos y la UE no como dos partes de un mismo sistema, sino como dos sistemas diferentes que. pese a haberse aliado contra la URSS, podrían ser los próximos adversarios del siglo XXI".

Para Ken Sanes, interpretado sesgadamente por Pipes, no existen "dos supersistemas", sino tres, con aspiraciones globales que configuran la política planetaria: 1) el "Islam militante", que conjuga los consabidos defectos consustanciales: "extremismo, intolerancia, resentimiento, crueldad, agresividad y totalitarismo" (nota: ¿cuál sería la diferencia con los ultrahalconazos del equipo Bush?); 2) el sistema estadunidense y su "liberalismo individualista", que se lleva todas las apologías ditirámbicas sin ninguna autocrítica, se caracteriza por la "búsqueda de la felicidad y su énfasis en el libre mercado y el gobierno mínimo" (nota: ¿la felicidad?, ¿de quién?); y 3) Europa y su "burocracia izquierdista", que se ubica entre el "Islam militante" y el "liberalismo individualista". La relación demencialmente forzada de Europa con el "Islam militante" que detecta singularmente Pipes consiste en que ambos "dependen de un gobierno fuerte para conseguir sus objetivos". Ni merece la pena debatir tamaña barbaridad. En su incontinencia mental, Daniel Pipes interpreta, bajo el modelo seudosistémico de Ken Sanes (quien por lo visto ignora la teoría general de los sistemas del genial Ludwig von Bertalanffy), que "las recientes tensiones entre Estados Unidos y la UE sobre temas tales como la irradiación de los alimentos, la pena de muerte, el TPI (Tribunal Penal Internacional; nota: la joya de los derechos humanos universales, del que se lalas manos el gobierno foxiano), Irak, y el conflicto árabe-israelí, son signos de una división significativa y no solamente de querellas transitorias". Entre otras carencias flagrantes (la alimentación chatarra transgénica), al mañoso de Pipes le faltó agregar la brecha conceptual entre la UE, que favorece civilizadamente el tratado ambiental de Kyoto, y Estados Unidos, un genuino depredador universal que con la mano en la cintura lo repudió. Lo único real en lo que acierta la dupla Sanes-Pipes es la amplia brecha que separa a la UE de Estados Unidos (habría que matizar: con el equipo Bush), que busca aplicar unilateralmente la barbárica "guerra preventiva" para imponer su cosmogonía del "nuevo imperio". A propósito, Michael Ignatieff promueve sin rubores la "necesidad" del "nuevo imperio de Estados Unidos" pese a la "carga" (¡pobrecitos!) que ello significa (The New York Times, 5 de enero). La imperiosa "necesidad" proviene del 11 de septiembre que obliga a que Estados Unidos use su poder global para imponer "orden" en el mundo. ¡Vaya filantropía global! Ignatieff aduce que Estados Unidos cesaría de ser una "república" para transformarse en un imperio y que la "guerra inevitable" contra Irak representa el ingreso de Estados Unidos a su papel imperial como "garante de la paz (sic), la estabilidad (¡super-sic!), la democratización (¡ultra-sic!) y el suministro de petróleo, en una región convulsionada que se sitúa entre Afganistán y Egipto" (nota: ¿nada más?). ¿Cómo puede coincidir una república democrática al interior con el neoimperio ruso-romano que busca imponer Estados Unidos al exterior? ¿Cómo resolverá Estados Unidos su esquizofrenia entre democracia doméstica y geopolítica imperial? Si de por sí,

Para Ken Sanes, interpretado sesgadamente por Pipes, no existen "dos<br />

supersistemas", sino tres, con aspiraciones globales que configuran <strong>la</strong> política p<strong>la</strong>netaria:<br />

1) el "Is<strong>la</strong>m militante", que conjuga los consabidos defectos consustanciales: "extremismo,<br />

intolerancia, resentimiento, crueldad, agresividad y totalitarismo" (nota: ¿cuál sería <strong>la</strong><br />

diferencia con los ultrahalconazos del equipo Bush?); 2) el sistema estadunidense y su<br />

"liberalismo individualista", que se lleva todas <strong>la</strong>s apologías ditirámbicas sin ninguna<br />

autocrítica, se caracteriza por <strong>la</strong> "búsqueda de <strong>la</strong> felicidad y su énfasis en el libre mercado<br />

y el gobierno mínimo" (nota: ¿<strong>la</strong> felicidad?, ¿de quién?); y 3) Europa y su "burocracia<br />

izquierdista", que se ubica entre el "Is<strong>la</strong>m militante" y el "liberalismo individualista".<br />

La re<strong>la</strong>ción demencialmente forzada de Europa con el "Is<strong>la</strong>m militante" que<br />

detecta singu<strong>la</strong>rmente Pipes consiste en que ambos "dependen de un gobierno fuerte<br />

para conseguir sus objetivos". Ni merece <strong>la</strong> pena debatir tamaña barbaridad.<br />

En su incontinencia mental, Daniel Pipes interpreta, <strong>bajo</strong> el modelo seudosistémico<br />

de Ken Sanes (quien por lo visto ignora <strong>la</strong> teoría general de los sistemas del genial Ludwig<br />

von Berta<strong>la</strong>nffy), que "<strong>la</strong>s recientes tensiones entre Estados Unidos y <strong>la</strong> UE sobre temas<br />

tales como <strong>la</strong> irradiación de los alimentos, <strong>la</strong> pena de muerte, el TPI (Tribunal Penal<br />

Internacional; nota: <strong>la</strong> joya de los derechos humanos universales, del que se <strong>la</strong>vó <strong>la</strong>s<br />

manos el gobierno foxiano), <strong>Irak</strong>, y el conflicto árabe-israelí, son signos de una división<br />

significativa y no so<strong>la</strong>mente de querel<strong>la</strong>s transitorias". Entre otras carencias f<strong>la</strong>grantes<br />

(<strong>la</strong> alimentación chatarra transgénica), al mañoso de Pipes le faltó agregar <strong>la</strong> brecha<br />

conceptual entre <strong>la</strong> UE, que favorece civilizadamente el tratado ambiental de Kyoto, y<br />

Estados Unidos, un genuino depredador universal que con <strong>la</strong> mano en <strong>la</strong> cintura lo repudió.<br />

Lo único real en lo que acierta <strong>la</strong> dup<strong>la</strong> Sanes-Pipes es <strong>la</strong> amplia brecha que<br />

separa a <strong>la</strong> UE de Estados Unidos (habría que matizar: con el equipo Bush), que busca<br />

aplicar uni<strong>la</strong>teralmente <strong>la</strong> barbárica "guerra preventiva" para imponer su cosmogonía del<br />

"nuevo imperio". A propósito, Michael Ignatieff promueve sin rubores <strong>la</strong> "necesidad" del<br />

"nuevo imperio de Estados Unidos" pese a <strong>la</strong> "carga" (¡pobrecitos!) que ello significa<br />

(The New York Times, 5 de enero). La imperiosa "necesidad" proviene del 11 de<br />

septiembre que obliga a que Estados Unidos use su poder global para imponer "orden" en<br />

el mundo. ¡Vaya fi<strong>la</strong>ntropía global! Ignatieff aduce que Estados Unidos cesaría de ser<br />

una "república" para transformarse en un imperio y que <strong>la</strong> "guerra inevitable" contra<br />

<strong>Irak</strong> representa el ingreso de Estados Unidos a su papel imperial como "garante de <strong>la</strong> paz<br />

(sic), <strong>la</strong> estabilidad (¡super-sic!), <strong>la</strong> democratización (¡ultra-sic!) y el suministro de petróleo,<br />

en una región convulsionada que se sitúa entre Afganistán y Egipto" (nota: ¿nada más?).<br />

¿Cómo puede coincidir una república democrática al interior con el neoimperio<br />

ruso-romano que busca imponer Estados Unidos al exterior? ¿Cómo resolverá Estados<br />

Unidos su esquizofrenia entre democracia doméstica y geopolítica imperial? Si de por sí,

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