Irak-bush-bajo-la-lupa

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22.03.2013 Views

A los químicos y geólogos, y recientemente a los petroleros, les fascina la palabra "depleción" que indica el agotamiento de un tipo de materia y/o sustancia. En el caso específico de la depleción del petróleo (y el gas) ASPO se basa en la curva de Hubbert: "del nombre del distinguido científico estadounidense quien predijo correctamente el momento en que la producción del petróleo en EU alcanzaría su pico". ASPO ha adoptado el "modelo de la depleción" que involucra no solamente a las "reservas físicas, sino también los factores económicos, tecnológicos y políticos". Ante todo, sostiene que "los datos públicos son burdamente desconfiables y en algunos casos son deliberadamente engañosos", lo cual es cierto porque si en algún sector existe exagerada desinformación, además de la mitómana Casa Blanca en la etapa bushiana, es justamente en el ámbito petrolero. ¿Cómo puede ser que se pase del paradigma del "fin del petróleo caro" al nuevo contra-paradigma del "fin de petróleo barato" en un lapso de 7 años, como ahora revelan el grupo de estudio del partido Republicano y el Consejo del Petróleo Nacional de EU? En este tenor ASPO afirma que "el mayor desafío" lo representa "la negación de los intereses grupales" porque "en términos políticos es más fácil reaccionar a la crisis que prepararse a ella". Ahora se entiende en toda su plenitud la invasión anglosajón a Irak, detrás de cuyo operativo se encontraría la "curva de Hubbert", es decir, el agotamiento global del petróleo y el gas. r ' (La Jornada; Bajo La Lupa: 08.10.2003) 27. ¿Hacia la Doble Qaedización de Arabia Saudita y el Petróleo? Peor que la caída de la casa real Saudita resultaría la toma del poder por la trasnacional islámica del terror Al-Qaeda, que pareciera seguir al pie de la letra los lineamientos del "plan Wolfowitz". Desde que Estados Unidos abandonó su última base militar en el reino wahabita, Bajo la Lupa advirtió el riesgo de la qaedización de Arabia Saudita, que deja suelta a la principal producción de petróleo en el mundo. Suena exageradamente contradictorio, por una parte, que el equipo Bush invada Irak por sus pletóricos yacimientos petroleros, con base en la "doctrina Wolfowitz" de "guerra preventiva permanente" para combatir la inventada infiltración de Al-Qaeda en las entrañas del régimen baasista protolaico de Bagdad -al precio de una pérdida en vidas humanas por un ejército desmoralizado- y, por otra parte, que "deje pasar y deje hacer", a la usanza neoliberal, sin nula "prevención" en el suelo Saudita donde Al-Qaeda, perseguido inmisericordemente por doquier, puede derrocar a la casa real saudí. ¿A quién conviene el caos muy anunciado en ese país? Si al equipo Bush le preocupara profundamente el despliegue terrorista islámico de Al-Qaeda desde el Cuerno de África, pasando por Asia central hasta el sudeste asiático, lo que ha orillado a su intervención militar, pues llama la

atención su negligencia maligna respecto al avasallamiento de Al-Qaeda en el reino wahabita donde, al contrario, ha operado extrañamente la graciosa huida con el abandono de su última base militar y el cierre precipitado de su embajada. En cuatro días se concatenó una serie de eventos que aceleraron la qaedización: miércoles 5 de noviembre: se anuncia en EU que sus servicios de inteligencia han detectado que Al-Qaeda está por pasar de la fase programática a la operativa; jueves 6: el presidente Bush, quien impuso la totalitaria "Acta Patriótica" a sus ciudadanos, lanza su magnifícente plan para "democratizar Medio Oriente"; viernes 7: Washington anuncia el cierre de su embajada y sus misiones, que incluyen Dhahran (¡mucho ojo!); sábado 8 por la madrugada: atentado suicida, endosado de inmediato a Al-Qaeda, que provoca una carnicería en Riad. El ataque suicida propició tanto la elevación del precio del oro como del crudo, debido a los temores de que los terroristas islámicos pudiesen golpear las instalaciones petroleras. En la fase de turbulencias posteriores al 11 de septiembre constituiría un simplismo mayúsculo pretender predecir su cotización con base en la oferta y la demanda, cuando las rutas de abastecimiento del oro negro, curiosamente conocidas a la perfección por Al-Qaeda, se encuentran en la zona de alto riesgo geopolítico. Desde luego que no es la primera vez que dicho grupo golpea a Arabia Saudita, el superlativo productor de petróleo mundial: 8.6 millones de barriles al día (mdbd), de los cuales 7 mdb son exportados a los consumidores en Asia, EU y Europa. Pero la relevancia de Arabia Saudita radica más en su capacidad de inundar el mercado con 2 mdb adicionales para impedir fuertes desequilibrios, lo cual le ha valido el título de "banco central" del petróleo, como bien señala Carola Hoyos {The Financial Times, 11-11-03). Quizá sea muy iluso Nasser Nafisse, portavoz de Aramco, la petrolera estatal Saudita, cuando pretende que "las instalaciones se encuentran muy bien protegidas". Después de los atentados terroristas del 11 de septiembre no existe protección que valga. El ataque suicida es tanto más grave porque golpea la zona residencial donde habitan los recursos humanos del reino que manejan prácticamente la industria petrolera y su economía, entre ellos 100 mil libaneses. Siete de los 17 muertos y 53 de los 122 heridos son libaneses, y muchos consideran regresar al País de los Cedros Milenarios, lo cual representaría un éxodo devastador (Le Monde, 10-11 -03). No es fácil despedir al ejército estadunidense, que desde la Segunda Guerra Mundial mantiene sus tropas en Alemania y Japón, y que, desde la guerra de Corea sigue en la península. Durante la guerra contra Irak de hace 12 años, EU tenía preposicionados a 550 mil soldados con la tarea primordial de vigilar las instalaciones petroleras de los ataques de Saddam Hussein, como se afirmó en su momento. Doce años más tarde, ¿sin la presencia militar estadunidense, fuera de sus aviones de espionaje AWACS que sobrevuelan la región, quién garantiza la vigilancia de la producción y las reservas de

A los químicos y geólogos, y recientemente a los petroleros, les fascina <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

"depleción" que indica el agotamiento de un tipo de materia y/o sustancia. En el caso<br />

específico de <strong>la</strong> depleción del petróleo (y el gas) ASPO se basa en <strong>la</strong> curva de Hubbert:<br />

"del nombre del distinguido científico estadounidense quien predijo correctamente el<br />

momento en que <strong>la</strong> producción del petróleo en EU alcanzaría su pico". ASPO ha adoptado<br />

el "modelo de <strong>la</strong> depleción" que involucra no so<strong>la</strong>mente a <strong>la</strong>s "reservas físicas, sino<br />

también los factores económicos, tecnológicos y políticos". Ante todo, sostiene que "los<br />

datos públicos son burdamente desconfiables y en algunos casos son deliberadamente<br />

engañosos", lo cual es cierto porque si en algún sector existe exagerada desinformación,<br />

además de <strong>la</strong> mitómana Casa B<strong>la</strong>nca en <strong>la</strong> etapa <strong>bush</strong>iana, es justamente en el ámbito<br />

petrolero. ¿Cómo puede ser que se pase del paradigma del "fin del petróleo caro" al nuevo<br />

contra-paradigma del "fin de petróleo barato" en un <strong>la</strong>pso de 7 años, como ahora reve<strong>la</strong>n<br />

el grupo de estudio del partido Republicano y el Consejo del Petróleo Nacional de EU?<br />

En este tenor ASPO afirma que "el mayor desafío" lo representa "<strong>la</strong> negación<br />

de los intereses grupales" porque "en términos políticos es más fácil reaccionar a <strong>la</strong> crisis<br />

que prepararse a el<strong>la</strong>". Ahora se entiende en toda su plenitud <strong>la</strong> invasión anglosajón a<br />

<strong>Irak</strong>, detrás de cuyo operativo se encontraría <strong>la</strong> "curva de Hubbert", es decir, el agotamiento<br />

global del petróleo y el gas.<br />

r<br />

' (La Jornada; Bajo La Lupa: 08.10.2003)<br />

27. ¿Hacia <strong>la</strong> Doble Qaedización de Arabia Saudita<br />

y el Petróleo?<br />

Peor que <strong>la</strong> caída de <strong>la</strong> casa real Saudita resultaría <strong>la</strong> toma del poder por <strong>la</strong> trasnacional<br />

islámica del terror Al-Qaeda, que pareciera seguir al pie de <strong>la</strong> letra los lineamientos del<br />

"p<strong>la</strong>n Wolfowitz". Desde que Estados Unidos abandonó su última base militar en el reino<br />

wahabita, Bajo <strong>la</strong> Lupa advirtió el riesgo de <strong>la</strong> qaedización de Arabia Saudita, que deja<br />

suelta a <strong>la</strong> principal producción de petróleo en el mundo.<br />

Suena exageradamente contradictorio, por una parte, que el equipo Bush invada<br />

<strong>Irak</strong> por sus pletóricos yacimientos petroleros, con base en <strong>la</strong> "doctrina Wolfowitz" de<br />

"guerra preventiva permanente" para combatir <strong>la</strong> inventada infiltración de Al-Qaeda en<br />

<strong>la</strong>s entrañas del régimen baasista proto<strong>la</strong>ico de Bagdad -al precio de una pérdida en vidas<br />

humanas por un ejército desmoralizado- y, por otra parte, que "deje pasar y deje hacer",<br />

a <strong>la</strong> usanza neoliberal, sin nu<strong>la</strong> "prevención" en el suelo Saudita donde Al-Qaeda, perseguido<br />

inmisericordemente por doquier, puede derrocar a <strong>la</strong> casa real saudí. ¿A quién conviene<br />

el caos muy anunciado en ese país? Si al equipo Bush le preocupara profundamente el<br />

despliegue terrorista islámico de Al-Qaeda desde el Cuerno de África, pasando por Asia<br />

central hasta el sudeste asiático, lo que ha oril<strong>la</strong>do a su intervención militar, pues l<strong>la</strong>ma <strong>la</strong>

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