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LA PRIVATIZACIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO | nueva legislación derivará en la convalidación del derecho de las compañías a no editar determinados discos y en la imposibilidad de obtenerlos por parte de los potenciales interesados. Una somera evaluación de antecedentes revela, por ejemplo, que Universal, actual propietaria de Philips, nunca editó en CD la mayoría de los discos originales de Mercedes Sosa, mantiene fuera de catálogo el segundo volumen de la Historia del Tango por Astor Piazzolla, tiene inédito su Veinte años de vanguardia con sus conjuntos desde hace nada menos que cuarenta y seis años, y jamás publicó el Romance de la muerte de Juan Lavalle, de Eduardo Falú y Ernesto Sabato. EMI nunca editó en CD los discos originales del Sexteto Mayor y relegó las geniales grabaciones de Troilo para Odeón a un disco llamado “From Argentina to the World”, donde no se consigna absolutamente ninguna información y, para peor, de las 24 piezas registradas por la orquesta entre 1957 y 1959 incluyó, arbitrariamente, sólo 20. El dominio público es el de todos. El que acaba de refrendarse, si no se lo corrige de alguna manera, será el del perro del hortelano.” [6] Hasta aquí, los casos nombrados remiten sólo a un asunto de negocios y voluntad de los tenedores de derechos. Si no es negocio, no se edita, no importa cuán trascendente sea para la cultura nacional. El control está en manos de quienes tienen los derechos, y ni siquiera los artistas pueden decidir qué se hace con sus obras de aquellos primeros tiempos. Incluso si algún internauta se atreve a difundir obras que no se han vuelto a editar, será combatido con la fuerza de la ley, sin importar el servicio que preste a una sociedad deseosa de recuperar nuestra cultura, tal como le ocurrió a quien mantenía el blog “Los inconseguibles del Rock Nacional”, un sitio con miles de visitas que cubría el hueco que las discográficas no quieren cubrir por desinterés económico. El blog fue cerrado unilateralmente en abril de 2010, sin mediar aviso, por quejas sobre violación del monopolio de copia de las empresas discográficas. “La memoria colectiva no sólo se amenaza con palos y armas: a veces basta el capricho de un puñado de empresas. Los inconseguibles del rock argentino era un blog que permitía descargar discos imposibles de encontrar en el mercado. En poco más de tres años había reunido tres mil posts con innumerables archivos y reseñas. Siete millones de visitas demostraban que ahí había un aporte valioso, rebosante de comentarios y debates” explicaba Página/12 en abril[7]. Orfandades Pero la extensión de fonogramas tiene otra consecuencia de la que poco se habla: la imposibilidad de difundir o reeditar las obras huérfanas. Se entiende por obra huérfana a una obra de cualquier tipo, musical o narrativa, que está todavía bajo el monopolio del derecho de autor, pero cuyos titulares de derechos son desconocidos o imposibles de encontrar. Aunque suene extraño, esta situación es muy común y la mayoría de nuestro acervo cultural del siglo XX se encuentra en esta circunstancia. La iniciativa de Google de digitalizar libros masivamente permitió difundir la problemática: entre el 75 y el 80% de los libros disponibles en bibliotecas entran dentro de la categoría de obras huérfanas[8]. Ante la duda sobre los potenciales juicios y el costo de los mismos, muchas empresas prefieren abortar cualquier iniciativa de di- 61

62 | ARGENTINA COPYLEFT gitalizar o reeditar estas obras. Sólo Google se anima a esto, sencillamente porque es una de las pocas multinacionales que tiene dinero suficiente para soportar una andanada de juicios por violación de copyright. La Biblioteca Nacional de Francia, por ejemplo, en su proyecto Galica, digitaliza obras de dominio público y obras bajo copyright con su respectiva autorización. Cuando se les consultó sobre las obras huérfanas, simplemente respondieron: "esas no se digitalizan[9]". En un marco de digitalización creciente de los acervos culturales, el problema de las obras huérfanas se torna crítico: ninguna de estas obras está en el mercado, nadie hace su explotación comercial, nadie sabe quién tiene los derechos; por lo tanto, nadie puede reproducirlas sin tener riesgos legales. En Argentina, la Ley 11.723 denominada de Propiedad Intelectual, considerada por Consumers International[10] como una de las legislaciones más restrictivas de derechos de autor en el mundo, no contempla en absoluto este problema como tal: atribuye a los autores “propiedad exclusiva” sobre las obras, por lo tanto, impide cualquier estrategia de recuperación del acervo cultural común sin antes contar con autorización firmada de los tenedores de derechos. En este escenario, las alternativas para recuperar el acervo cultural son pocas, pero se podrían ordenar en cuatro estrategias posibles[11]: • LA OPCIÓN DE OPT-OUT: digitalizar los materiales, disponibilizarlos en Internet y esperar a que aparezca un derecho-habiente a reclamar. Esto implica, de hecho, una violación de la ley y abre la puerta a innumerables juicios. Sólo aquellos con capacidad amplia de litigar pueden soportar esta estrategia. Ni siquiera una iniciativa estatal podría tomar este camino, porque un gobierno no puede violar su propia ley. • LA OPCIÓN DE BUSCAR A LOS DERECHO-HABIENTES: es la más acorde a la legalidad vigente, pero también la más difícil. Muy pocas de las obras huérfanas serán efectivamente digitalizadas y recuperadas, y el costo de rastrear a los involucrados la torna una medida ineficiente. • LA OPCIÓN DE NEGOCIAR CON LAS GESTORAS COLECTIVAS: en términos legales, es el más factible, porque la gestora sería la que asuma las consecuencias de la autorización. Pero es la más costosa en términos económicos y políticos, porque la misión de la gestora es simplemente recaudar fondos, y con un monopolio entre manos, no tiene por qué ser razonable. Esta opción destina fondos públicos a los responsables directos de profundizar este problema, quienes, para mantener su negocio funcionando, se niegan a revisar las leyes actuales de copyright e incluso ejercen presión para que el monopolio se extienda. Es el caso de la ley de fonogramas. • CAMBIAR LA LEY: es la alternativa más razonable, pero también la que llevará más trabajo político. Modificar la ley para que las obras huérfanas puedan ser legalmente recuperadas y efectivamente difundidas para enriquecer el dominio público de nuestras sociedades implicará movilizar una serie de estructuras políticas y económicas ancladas en el monopolio sobre la copia.

LA PRIVATIZACIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO |<br />

nueva legislación derivará en la convalidación del derecho de las compañías<br />

a no editar determinados discos y en la imposibilidad de obtenerlos<br />

por parte de los potenciales interesados. Una somera evaluación de<br />

antecedentes revela, por ejemplo, que Universal, actual propietaria de Philips,<br />

nunca editó en CD la mayoría de los discos originales de Mercedes<br />

Sosa, mantiene fuera de catálogo el segundo volumen de la Historia del<br />

Tango por Astor Piazzolla, tiene inédito su Veinte años de vanguardia con<br />

sus conjuntos desde hace nada menos que cuarenta y seis años, y jamás<br />

publicó el Romance de la muerte de Juan Lavalle, de Eduardo Falú y Ernesto<br />

Sabato. EMI nunca editó en CD los discos originales del Sexteto Mayor<br />

y relegó las geniales grabaciones de Troilo para Odeón a un disco<br />

llamado “From Argentina to the World”, donde no se consigna absolutamente<br />

ninguna información y, para peor, de las 24 piezas registradas por<br />

la orquesta entre 1957 y 1959 incluyó, arbitrariamente, sólo 20. El dominio<br />

público es el de todos. El que acaba de refrendarse, si no se lo corrige<br />

de alguna manera, será el del perro del hortelano.” [6]<br />

Hasta aquí, los casos nombrados remiten sólo a un asunto de negocios<br />

y voluntad de los tenedores de derechos. Si no es negocio, no se edita,<br />

no importa cuán trascendente sea para la cultura nacional. El control<br />

está en manos de quienes tienen los derechos, y ni siquiera los artistas<br />

pueden decidir qué se hace con sus obras de aquellos primeros tiempos.<br />

Incluso si algún internauta se atreve a difundir obras que no se han<br />

vuelto a editar, será combatido con la fuerza de la ley, sin importar el<br />

servicio que preste a una sociedad deseosa de recuperar nuestra cultura,<br />

tal como le ocurrió a quien mantenía el blog “Los inconseguibles del<br />

Rock Nacional”, un sitio con miles de visitas que cubría el hueco que las<br />

discográficas no quieren cubrir por desinterés económico. El blog fue<br />

cerrado unilateralmente en abril de 2010, sin mediar aviso, por quejas<br />

sobre violación del monopolio de copia de las empresas discográficas.<br />

“La memoria colectiva no sólo se amenaza con palos y armas: a veces<br />

basta el capricho de un puñado de empresas. Los inconseguibles del rock<br />

argentino era un blog que permitía descargar discos imposibles de encontrar<br />

en el mercado. En poco más de tres años había reunido tres mil posts<br />

con innumerables archivos y reseñas. Siete millones de visitas demostraban<br />

que ahí había un aporte valioso, rebosante de comentarios y debates”<br />

explicaba Página/12 en abril[7].<br />

Orfandades<br />

Pero la extensión de fonogramas tiene otra consecuencia de la que<br />

poco se habla: la imposibilidad de difundir o reeditar las obras huérfanas.<br />

Se entiende por obra huérfana a una obra de cualquier tipo, musical<br />

o narrativa, que está todavía bajo el monopolio del derecho de autor,<br />

pero cuyos titulares de derechos son desconocidos o imposibles de encontrar.<br />

Aunque suene extraño, esta situación es muy común y la mayoría<br />

de nuestro acervo cultural del siglo XX se encuentra en esta<br />

circunstancia. La iniciativa de Google de digitalizar libros masivamente<br />

permitió difundir la problemática: entre el 75 y el 80% de los libros disponibles<br />

en bibliotecas entran dentro de la categoría de obras huérfanas[8].<br />

Ante la duda sobre los potenciales juicios y el costo de los<br />

mismos, muchas empresas prefieren abortar cualquier iniciativa de di-<br />

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