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20.03.2013 Views

LAS MISERIAS CONTRA LA FILOSOFÍA | - ¿Quién te demandó? ¿Te ofrecieron en algún momento un acuerdo extra judicial? La Cámara Argentina del Libro, junto con la embajada de Francia, hizo una denuncia ante la justicia penal por infracción a la llamada Ley de Propiedad Intelectual. Con esto se abrió una causa que por poco no termina conmigo en la cárcel. Por la forma en que sucedieron las cosas, no podía haber ningún acuerdo extra judicial. La CAL y los franceses se limitaron a presentar la denuncia. Con lo cual, el que me acusaba era el Estado argentino. No había ninguna parte para acordar nada, ya que se trata de un delito de acción pública. Por otra parte yo me enteré de esta situación recién en 2009 –la denuncia es de 2007- cuando la policía vino en medio de la noche a golpearme la puerta para verificar mi domicilio. Una situación horrible: los policías sólo me decían: “usted sabrá en qué anda”. Recién al día siguiente en Tribunales pudimos enterarnos de qué se nos imputaba: se me acusaba a mí -un profesor de filosofía- de difundir en forma absolutamente gratuita textos de filosofía. - ¿Cómo fue el trámite de la causa hasta el sobreseimiento actual? Fui imputado, mi abogado presentó una nulidad que fue rechazada, así como la apelación de ese rechazo; luego fui procesado, se me impuso un embargo de 40.000 pesos, fue rechazada también la apelación al procesamiento, y cuando estábamos esperando que nos comunicaran cuándo empezaba el juicio por un delito que tiene previsto un castigo de hasta tres años de cárcel, sorpresivamente el fiscal decidió mi sobreseimiento [4]. [5] - ¿El proceso está concluido o queda alguna instancia de apelación? No, como no hubo una parte querellante, aparte del Estado argentino, no puede haber apelación alguna. - ¿En quiénes encontraste apoyo? Fundamentalmente en los usuarios de la web, con los que me siento muy agradecido. Este proceso que me tiraron encima la Embajada de Francia y la Cámara Argentina del Libro, sirvió para que yo pudiera darme cuenta de lo bien que había resultado la idea de las bibliotecas digitales y cuánta gente había podido hasta terminar su carrera gracias a los textos que en ellas se ofrecen. El apoyo que tuvimos desde todo el mundo fue increíble. Tan sólo con que publicara una nota en Facebook contando lo que me estaba pasando, se generó una bola de nieve que fue creciendo en blogs de todo el mundo hasta llegar a los medios más convencionales. No puedo dejar de agradecer también a la Fundación 47

48 | ARGENTINA COPYLEFT Via Libre y particularmente a Beatriz Busaniche, a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires que sacó una resolución repudiando mi procesamiento[6], al Partido Pirata que hizo una amplia campaña de difusión del caso. Entre los periodistas no quiero olvidarme de Facundo García de Página 12[7] ni de FM la Tribu que estuvieron siempre junto a nosotros. Y por supuesto a mi excelente abogado, Leonardo Hernández. Creo que este caso fue una buena gimnasia para ir progresando en la organización de los usuarios de la web, para defender nuestros derechos y hacer frente a esta ola de oscurantismo que corporaciones y embajadas quieren imponer en nombre puro y exclusivo del señor dinero. Esperemos que la organización crezca y madure, ya que de ninguna manera el mío ha sido un problema aislado: es parte de una ofensiva mundial para reprivatizar lo que las personas hicieron público y disponible en Internet. Tenemos que ser conscientes de esta ofensiva internacional, ofensiva que se manifiesta cada día en la aprobación de leyes cada vez más represivas que pretenden terminar con nuestro derecho a la información. Leyes que sirven, entre otras cosas, para criminalizar la enseñanza y la investigación. ¿Qué se debe hacer si los textos que uno intenta enseñar –yo soy profesor de Ética y de Metodología de la investigación en la Universidad Nacional de Lanús- no están en las librerías ni en las bibliotecas? ¿Amoldar los planes de estudio y de investigación a los intereses económicos de los fabricantes de libros de papel o convertirnos nosotros y nuestros estudiantes en criminales? Porque si un libro no está en las librerías ni se sabe cuándo estará, si es que alguna vez vuelve a estar, y no está en las bibliotecas, ¿qué se debe hacer? Es hora de preguntarnos qué es más importante: si la ganancia de algunos empresarios multinacionales que no quieren adecuarse a los tiempos que corren y a los nuevos esquemas de negocios que estos plantean, o las necesidades urgentes que tienen Argentina y Sudamérica toda en cuestión de educación y cultura. Sobre todo cuando se cuenta ya con un medio técnico para la difusión libre y gratuita del conocimiento. - ¿Sentís que esto que te pasó se enmarca en un debate más amplio acerca de la difusión y el acceso a la cultura? Que la web nos dé la posibilidad de independizarnos de tutores y encargados y poder así escoger nosotros mismos nuestra herencia es algo que pone tan nerviosas a las corporaciones de los antiguos distribuidores de la cultura como el hecho de que ahora esta distribución pueda ser realizada con una eficacia infinitamente mayor y a precios que podrían convertir en realidad el sueño de una cultura libre para todos. No se hace nada por fomentar las bibliotecas del siglo XX, las cuales están desabastecidas y desactualizadas hasta grados lamentables, y a la vez, se pretende cerrar los embriones de las bibliotecas futuras, tirándoles encima juicios penales a sus bibliotecarios. Y para colmo amparándose en leyes que llevan los pomposos nombres de Fomento del Libro y la Lectura, pero que en su defensa del monopolio de la copia, terminan por avalar la desaparición de los textos y de la lectura. No se olvide que

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Via Libre y particularmente a Beatriz Busaniche, a la Facultad de Filosofía<br />

y Letras de la Universidad de Buenos Aires que sacó una resolución<br />

repudiando mi procesamiento[6], al Partido Pirata que hizo una<br />

amplia campaña de difusión del caso. Entre los periodistas no quiero olvidarme<br />

de Facundo García de Página 12[7] ni de FM la Tribu que estuvieron<br />

siempre junto a nosotros. Y por supuesto a mi excelente abogado,<br />

Leonardo Hernández.<br />

Creo que este caso fue una buena gimnasia para ir progresando en<br />

la organización de los usuarios de la web, para defender nuestros derechos<br />

y hacer frente a esta ola de oscurantismo que corporaciones y embajadas<br />

quieren imponer en nombre puro y exclusivo del señor dinero.<br />

Esperemos que la organización crezca y madure, ya que de ninguna manera<br />

el mío ha sido un problema aislado: es parte de una ofensiva mundial<br />

para reprivatizar lo que las personas hicieron público y disponible<br />

en Internet. Tenemos que ser conscientes de esta ofensiva internacional,<br />

ofensiva que se manifiesta cada día en la aprobación de leyes cada vez<br />

más represivas que pretenden terminar con nuestro derecho a la información.<br />

Leyes que sirven, entre otras cosas, para criminalizar la enseñanza<br />

y la investigación. ¿Qué se debe hacer si los textos que uno<br />

intenta enseñar –yo soy profesor de Ética y de Metodología de la investigación<br />

en la Universidad Nacional de Lanús- no están en las librerías ni<br />

en las bibliotecas? ¿Amoldar los planes de estudio y de investigación a<br />

los intereses económicos de los fabricantes de libros de papel o convertirnos<br />

nosotros y nuestros estudiantes en criminales? Porque si un libro<br />

no está en las librerías ni se sabe cuándo estará, si es que alguna vez<br />

vuelve a estar, y no está en las bibliotecas, ¿qué se debe hacer? Es hora<br />

de preguntarnos qué es más importante: si la ganancia de algunos empresarios<br />

multinacionales que no quieren adecuarse a los tiempos que<br />

corren y a los nuevos esquemas de negocios que estos plantean, o las necesidades<br />

urgentes que tienen Argentina y Sudamérica toda en cuestión<br />

de educación y cultura. Sobre todo cuando se cuenta ya con un medio<br />

técnico para la difusión libre y gratuita del conocimiento.<br />

- ¿Sentís que esto que te pasó se enmarca en un debate más amplio<br />

acerca de la difusión y el acceso a la cultura?<br />

Que la web nos dé la posibilidad de independizarnos de tutores y<br />

encargados y poder así escoger nosotros mismos nuestra herencia es algo<br />

que pone tan nerviosas a las corporaciones de los antiguos distribuidores<br />

de la cultura como el hecho de que ahora esta distribución pueda<br />

ser realizada con una eficacia infinitamente mayor y a precios que<br />

podrían convertir en realidad el sueño de una cultura libre para todos.<br />

No se hace nada por fomentar las bibliotecas del siglo XX, las cuales<br />

están desabastecidas y desactualizadas hasta grados lamentables, y a la<br />

vez, se pretende cerrar los embriones de las bibliotecas futuras, tirándoles<br />

encima juicios penales a sus bibliotecarios. Y para colmo amparándose<br />

en leyes que llevan los pomposos nombres de Fomento del Libro y<br />

la Lectura, pero que en su defensa del monopolio de la copia, terminan<br />

por avalar la desaparición de los textos y de la lectura. No se olvide que

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