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| ARGENTINA COPYLEFT<br />
lo una parte de la solución, ya que no protege los datos ni la intimidad<br />
de los usuarios. Difícilmente pueda adaptarse el concepto de software libre<br />
a los servicios en línea o resumir en cuatro cortos enunciados lo necesario<br />
para garantizar la libertad de los usuarios en la nube. En este<br />
caso, ninguna licencia nos protege, sólo la responsabilidad ciudadana a<br />
la hora de gestionar nuestros datos y la posibilidad de construir, mantener<br />
y difundir nuestras propias redes federadas.<br />
Un ejemplo de empresa que construye servicios privativos con software<br />
libre es Google, empresa que está orientada a un modelo de terminal-libre/servidor-privativo.<br />
Con este modelo, aparte de ahorrarse la<br />
construcción de un sistema operativo propio para competir con Microsoft,<br />
se asegura la participación de cierta parte de los partidarios del<br />
"open source" que aún no entendió que los componentes más importantes<br />
de su nube están del lado del servidor y no son libres. Google no apoya<br />
el software libre buscando la libertad de los usuarios, sino que<br />
encontró en el software libre la base para desarrollar su infraestructura<br />
y después liberar sólo lo que le conviene comercialmente. No es casual<br />
que en el repositorio de proyectos libres de Google no permitan la inclusión<br />
de proyectos que usen la licencia AGPL, pero sí soportan GPL, BSD,<br />
Apache y otras licencias con el problema antes mencionado.<br />
Ahora mismo se está subiendo en la nube privativa gran parte del<br />
legado cultural de nuestra civilización y parte de él quizás nunca pueda<br />
ser recuperado.<br />
Están frescos casos como lo que le sucedió en el 2009 al Suplemento<br />
"NO" del diario Página/12, que luego de formar una comunidad en Facebook<br />
encontró cerrada su cuenta de forma arbitraria, sin aviso previo,<br />
explicaciones ni instancia de apelación y no pudiendo acceder a la información.[1]<br />
Debemos bajar esta información y ponerla en lugar seguro antes de<br />
que se pierda definitivamente, y devolverle a los ciudadanos su control.<br />
Ahora, más que nunca, tiene sentido plantear la diferencia entre lo gratis<br />
y lo libre. Lo gratis se apropia de nuestros datos, toma el control de<br />
nuestras comunicaciones, viola nuestra intimidad, nos hace dependientes<br />
de sus sistemas. Lo gratis tiene un precio muy alto.<br />
Por los problemas hasta aquí planteados, podríamos concluir que la<br />
nube no es un modelo que deba prosperar, pero por varias razones,<br />
entre ellas temas de pura economía: es esperable que aumente la utilización<br />
de servidores compartidos y virtualizados con un aprovechamiento<br />
más intensivo de recursos. También vamos a ver la utilización<br />
de ciertos servicios en red que permitan el abaratamiento de las terminales<br />
de acceso. Mayor seguridad, disponibilidad y un impacto ambiental<br />
positivo son otras ventajas inherentes a un modelo de clientes<br />
livianos. La encrucijada que tenemos como sociedad es cómo alcanzamos<br />
un modelo más eficiente sin perder libertades indispensables en el<br />
camino.<br />
El modelo que se imponga en las redes informáticas va a influir directamente<br />
sobre la libertad de cada uno de nosotros. La construcción<br />
de alternativas diseñadas en base a nuestras necesidades e intereses es<br />
indispensable. Necesitamos una arquitectura que no nos exponga al<br />
control y al sometimiento. Una alternativa que respete las libertades de<br />
los usuarios debe ser replicable y distribuible tantas veces como sea ne-