arcopy

arcopy arcopy

20.03.2013 Views

Aprender en libertad Javier Castrillo, María Eugenia Nuñez, Beatriz Busaniche Contrariamente a las conocidas prohibiciones y limitaciones impuestas por las licencias del software privativo, y la casi hegemónica utilización de los mismos en el sistema educativo, algunas escuelas y docentes de nuestro país se comprometieron con el camino del software libre por diversas razones. La situación en las escuelas argentinas es crítica en relación a la formación en TICs. En este sentido, “los docentes son el grupo que más tardíamente logró la alfabetización digital” nos cuenta Eugenia Nuñez, maestra de informática y miembro de Gleducar. “Diez años atrás no era frecuente el uso de la computadora en el día a día y menos aún la comunicación a través de Internet. Sólo un puñado de curiosos merodeaba los primeros foros, muchas veces técnicos, y comenzaba a contactar con pares de iguales inquietudes. En un grupo tan reducido era común cruzarse con colegas de varios continentes intercambiando materiales, ideas, formatos de trabajo e incluso realizando actividades en forma paralela en lugares distantes como podían ser un pueblo del interior de Argentina y una gran ciudad de la península ibérica. Los proyectos podían generase y concretarse en cualquier punto del planeta. Unos años más tarde, surgieron los sitios que ofrecían software para descargar y, a todo el intercambio que había, se sumaron los links. Con este proceso se produjo en algunos de nosotros el descubrimiento de la existencia del software libre.” Cuando las escuelas comenzaron a recibir computadoras, muchos docentes no tenían la formación integral para aprovecharlas plenamente y las autoridades educativas no pusieron el tema en su agenda de prioridades de formación pedagógica. La ausencia de políticas es también una política, que trae como consecuencia directa el fortalecimiento de una posición dominante de mercado de una empresa en un área estratégica como es la educación en nuevas tecnologías (TICs). Microsoft pasó a ser el gran formador de los docentes en Argentina, y lo sigue siendo. Los planes de formación docente están prácticamente dominados por una sola empresa, frente a lo cual, la adopción de software libre parece una quijotada. Y tal vez ese sea el término que describe mejor el trabajo de la Escuela San Cayetano, en la localidad bonaerense de Carapa-

114 | ARGENTINA COPYLEFT chay, donde estudian jóvenes y adultos excluidos del sistema formal de educación que buscan una salida laboral. La Escuela se dedica a la formación para el trabajo, la formación en oficios, y es parte del Centro de Formación Profesional 401 de Vicente López, el más grande de la provincia de Buenos Aires. Es un centro que atiende a miles de personas de zonas donde la exclusión social, educativa y económica es la norma y no la excepción. En ese marco, la escuela decidió trabajar de manera integral con software libre. “Los programas de computadora no se pueden copiar sin autorización de los autores o las empresas que los distribuyen. Sin embargo, lo que en principio es una limitación, surge como favorecedor de nuestro trabajo. Nos libera de cuestiones que no deberían ser inherentes a la formación de la ciudadanía. Es un concepto extraño el que los materiales pedagógicos no puedan ser usados libremente. Comenzó con los libros y sus prohibiciones para fotocopiar, lo que funda el criterio de “tenés plata accedés, no tenés plata para comprarlo, lo lamento mucho” y posteriormente con la entrada de la informática en todos los niveles educativos. A nadie se le ocurriría que un compás o una regla no puedan ser usados y prestados, pero naturaliza la idea de que los programas “no deben tocarse” y que pertenecen a un grupo que al estar en un estadio de superioridad, dominio y oscurantismo técnico; no puede ni debe ser accedido por la escuela” dice Javier Castrillo, coordinador de la Escuela San Cayetano y motor de la adopción de software libre en el CFP. “Nuestra intención como escuela fue, desde el principio, no aceptar esa cuestión, y sin conocer el concepto de software libre, empezamos a buscar de qué manera podíamos salir del circuito “monopolio - escuela pública - cadenas - ilegalidad”. Como respuesta a la inquietud, encontramos el software libre, que además venía con estabilidad, seguridad, conocimiento construido en comunidad, ideales, altísimo nivel técnico; es decir con un valor agregado que superó nuestra búsqueda inicial. Inmediatamente pusimos la proa hacia ese objetivo, y remamos incansablemente para acercarnos a él. Toda la cuestión comunitaria, de colaboración, de solidaridad, de investigación y construcción le daban un marco perfecto a nuestra condición de escuela pública. No dudamos y tratamos de integrar esa filosofía en nuestro proyecto institucional. Entonces ya no nos importan las prohibiciones de las corporaciones, usamos software libre, lo compartimos, lo creamos y lo modificamos. Cada uno comparte sus trabajos, sus saberes y sus logros. También socializa sus dudas y problemas, y entre todos construimos la formación. ¡En nuestra escuela está bien visto el copiarse! Y está muy bien visto socializar lo que se sabe y ayudar al prójimo” enfatiza Castrillo.

Aprender en libertad<br />

Javier Castrillo, María Eugenia Nuñez,<br />

Beatriz Busaniche<br />

Contrariamente a las conocidas prohibiciones y limitaciones<br />

impuestas por las licencias del software privativo, y la casi hegemónica<br />

utilización de los mismos en el sistema educativo, algunas<br />

escuelas y docentes de nuestro país se comprometieron con<br />

el camino del software libre por diversas razones. La situación en<br />

las escuelas argentinas es crítica en relación a la formación en<br />

TICs. En este sentido, “los docentes son el grupo que más tardíamente<br />

logró la alfabetización digital” nos cuenta Eugenia Nuñez,<br />

maestra de informática y miembro de Gleducar. “Diez años atrás<br />

no era frecuente el uso de la computadora en el día a día y menos<br />

aún la comunicación a través de Internet. Sólo un puñado de curiosos<br />

merodeaba los primeros foros, muchas veces técnicos, y<br />

comenzaba a contactar con pares de iguales inquietudes. En un<br />

grupo tan reducido era común cruzarse con colegas de varios<br />

continentes intercambiando materiales, ideas, formatos de trabajo<br />

e incluso realizando actividades en forma paralela en lugares<br />

distantes como podían ser un pueblo del interior de Argentina y<br />

una gran ciudad de la península ibérica. Los proyectos podían generase<br />

y concretarse en cualquier punto del planeta. Unos años<br />

más tarde, surgieron los sitios que ofrecían software para descargar<br />

y, a todo el intercambio que había, se sumaron los links. Con<br />

este proceso se produjo en algunos de nosotros el descubrimiento<br />

de la existencia del software libre.”<br />

Cuando las escuelas comenzaron a recibir computadoras,<br />

muchos docentes no tenían la formación integral para aprovecharlas<br />

plenamente y las autoridades educativas no pusieron el<br />

tema en su agenda de prioridades de formación pedagógica. La<br />

ausencia de políticas es también una política, que trae como consecuencia<br />

directa el fortalecimiento de una posición dominante<br />

de mercado de una empresa en un área estratégica como es la<br />

educación en nuevas tecnologías (TICs). Microsoft pasó a ser el<br />

gran formador de los docentes en Argentina, y lo sigue siendo.<br />

Los planes de formación docente están prácticamente dominados<br />

por una sola empresa, frente a lo cual, la adopción de software libre<br />

parece una quijotada.<br />

Y tal vez ese sea el término que describe mejor el trabajo de<br />

la Escuela San Cayetano, en la localidad bonaerense de Carapa-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!