28.02.2013 Views

hojas rojas - Diputación Provincial de Ciudad Real

hojas rojas - Diputación Provincial de Ciudad Real

hojas rojas - Diputación Provincial de Ciudad Real

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong>


© Manuel Muñoz<br />

Portada:<br />

© Castro 2<br />

Colabora con la impresión:<br />

DIPUTACIÓN DE CIUDAD REAL<br />

Imprime: Imprenta <strong>Provincial</strong>, <strong>Ciudad</strong> <strong>Real</strong><br />

Depósito legal: CR-511-2010<br />

ISBN: 978-84-693-2584-1


<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

manuel muñoz moreno<br />

•<br />

prólogo <strong>de</strong><br />

joaquín gonzález cuenca


prefacio<br />

SEMBLANZA DE UN POETA<br />

ETERNAMENTE ASOMBRADO<br />

Se llama Manuel. Tiene una mirada gran<strong>de</strong>, consecuencia <strong>de</strong> unos ojos<br />

tan abiertos que no pue<strong>de</strong>n ocultar el secreto <strong>de</strong> sus estancias.<br />

No camina, zanquea apresurado, porque tiene urgencia por llegar a Dios<br />

sabe dón<strong>de</strong>. Su prisa por avanzar se convierte en el epicentro <strong>de</strong> sus frustracio-<br />

nes cuando percibe, inevitablemente, que al final <strong>de</strong> todo está el principio y que<br />

el camino no es otra cosa que un círculo quimérico, la noria <strong>de</strong> la vida, que nos<br />

<strong>de</strong>vuelve monótonamente, al punto <strong>de</strong> partida.<br />

No mira para ver, sino para escrutar. De ahí que su mirada le infunda un<br />

aire contemplativo, en ocasiones perplejo, siempre asombrado. En ese estado<br />

y frente a frente, es seguro que no advertirá el insignificante corte <strong>de</strong> pelo, el<br />

color chillón <strong>de</strong> tus zapatos o las inclasificables rayas <strong>de</strong> tu camisa nueva. Sus<br />

pupilas recorren otros vericuetos, investigan otros pormenores, recorren otros<br />

andurriales...<br />

Creció soñando. Y al <strong>de</strong>spertar comprobó asombrado que se había saltado<br />

alguna etapa <strong>de</strong> la vida. Recordó <strong>de</strong> pronto que, <strong>de</strong> niño, nunca practicó retorcidos<br />

ejercicios gimnásticos, ni formó legión con los chicos <strong>de</strong>l barrio en las peleas<br />

infantiles para poner las cosas en su sitio, ni participó en los juegos <strong>de</strong> canicas<br />

~ 7 ~


~ 8 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

que hacían rodar las bolas en cualquier recodo <strong>de</strong> la calle polvorienta convertida<br />

en alfombra por la imaginación infantil. No persiguió jamás a un balón para<br />

golpearlo apasionadamente.<br />

Su pasión se hallaba entonces colgada <strong>de</strong> otras inquietu<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> otras quimeras,<br />

<strong>de</strong> otros atar<strong>de</strong>ceres. Él jugaba con los entresijos <strong>de</strong>l cielo. Con las imágenes<br />

fabulosas y eternamente cambiantes <strong>de</strong> las nubes. Con el secreto <strong>de</strong> las<br />

estrellas. Con el sol <strong>de</strong>l amanecer cuando, en silencio, junto a su padre, aparejaba<br />

tempranamente las mulas y las uncía al carro para empren<strong>de</strong>r el camino <strong>de</strong><br />

la huerta, un camino que se le antojaba mágico, como mágico percibía el rojo<br />

sangriento <strong>de</strong> las amapolas (las <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> <strong>de</strong> este libro) sobre el ver<strong>de</strong> esperanza<br />

<strong>de</strong> los sembrados.<br />

Y asombrado con el <strong>de</strong>scubrimiento que le ofrecía su <strong>de</strong>spertar, buscó<br />

con el alma en vilo. Le dio la vuelta al almanaque. Tachó los renglones. Abrió<br />

ventanas. Y se miró en el espejo, adivinando que al otro lado <strong>de</strong> su eterna duda,<br />

se escondían, por fin, todas las respuestas que necesitaba.<br />

Buscó y encontró el camino. Su camino. Se hizo maestro para apren<strong>de</strong>r y<br />

periodista para contar. Supo hacer lo que quiso hacer aunque, como cualquiera,<br />

no siempre supo lo que quiso ni siempre quiso lo que supo. Por eso, para no<br />

equivocar ni equivocarse, lleva pegado a su pecho el morral <strong>de</strong> la inocencia. Y<br />

ahí, paso a paso, verso a verso, va tejiendo y <strong>de</strong>positando primorosamente los<br />

poemas <strong>de</strong> su vida.<br />

Su mejor poema le ha apuntalado el equilibrio. Se llama Begoña. Y es su<br />

esposa.<br />

Si ahora mismo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su, llamémosle periplo existencial, alguien se<br />

atreviese a preguntarle qué le queda <strong>de</strong> su pasado, Manuel le miraría asombrado<br />

con sus gran<strong>de</strong>s ojos gran<strong>de</strong>s, y no le contestaría. Pero yo, que soy su amigo, y


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

sólo por eso tengo la llave <strong>de</strong> sus sentimientos, sé que por <strong>de</strong>ntro el poeta le<br />

estaría gritando: “¡Me quedan mis versos!”<br />

AtAúlfo SolíS letrAdo<br />

(junio <strong>de</strong> 2010)<br />

~ 9 ~


prólogo<br />

BREVE DIVAGACIÓN SOBRE LA POESÍA<br />

Y UN SALUDO DE BIENVENIDA<br />

A MANOLO MUÑOZ<br />

Yo no sé qué tendrá la poesía cuando se recurre a ella como ejercicio <strong>de</strong><br />

expresión, teniendo a mano algo tan sencillo como es el uso <strong>de</strong>l lenguaje cotidiano.<br />

Bueno, sí lo sé o creo saberlo. Da la impresión <strong>de</strong> que el lenguaje normal resulta<br />

insuficiente para expresar matices <strong>de</strong> intensidad en la transmisión <strong>de</strong> unas vivencias<br />

que sólo traspasando las fronteras <strong>de</strong>l lenguaje común para internarnos por los<br />

vericuetos <strong>de</strong>l lenguaje poético nos <strong>de</strong>jan más o menos satisfechos. Parece como<br />

que las palabras tienen otra dimensión cuando se las coloca intencionadamente<br />

en un código verbal que no sea el <strong>de</strong> la estricta comunicación. Ocurre con la<br />

poesía como con la música. Todo es como más rico, más pleno y, sobre todo, más<br />

intenso.<br />

Cuando alguien se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a escribir versos es que algo le pasa. Si no,<br />

se limitaría a vivir la vida, sin mayor complicación. Un poeta, aunque sólo sea<br />

ocasionalmente, es alguien que siente lo que sienten los <strong>de</strong>más, pero que no se<br />

conforma con expresarse como se expresan los <strong>de</strong>más y busca otros modos <strong>de</strong><br />

expresión que no son los comunes. Y en ese ejercicio, que es puramente verbal,<br />

acaba teniendo sensaciones nuevas e insospechadas y se instala en un mundo <strong>de</strong><br />

secretos e íntimos placeres al que huye periódicamente para sedarse. San Juan <strong>de</strong><br />

~ 11 ~


~ 12 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

la Cruz lo <strong>de</strong>cía a su manera: “Se hace perdidizo”. En el fondo, se trata <strong>de</strong> una<br />

terapia aplicada para conjurar los males <strong>de</strong>l alma.<br />

Des<strong>de</strong> otro ángulo, parece que esa huída hacia <strong>de</strong>ntro es una exploración<br />

<strong>de</strong> regiones no transitadas por los <strong>de</strong>más. El poeta se siente distinto. Y no es que<br />

se <strong>de</strong>smarque <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más haciendo cosas que los <strong>de</strong>más no hacen (si así fuera, no<br />

estaríamos ante un poeta, sino ante un excéntrico), sino que sigue siendo, más o<br />

menos, un ciudadano al uso, aunque tocado por un don, el “don <strong>de</strong> la ebriedad”,<br />

que <strong>de</strong>cía Claudio Rodríguez, en la línea <strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong> la Cruz. Se acaba por<br />

acostumbrarse a vivir lo mismo que los <strong>de</strong>más, pero <strong>de</strong> otra manera. Se trata,<br />

para enten<strong>de</strong>rnos, <strong>de</strong> adquirir una sensibilidad más afinada que la que tienen los<br />

vecinos.<br />

Aquí quería yo llegar. Por profesión, tengo la suerte o la <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> que,<br />

<strong>de</strong> vez en cuando, se me acerca un alumno o un amigo que con cierto temor me<br />

entrega unos versos buscando en mí un gesto <strong>de</strong> comprensión y, a ser posible, <strong>de</strong><br />

complicidad. Se me pue<strong>de</strong> creer si digo, sin exageración, que me echo a temblar,<br />

si no <strong>de</strong> terror, sí al menos <strong>de</strong> responsabilidad. Y no oculto una sensación <strong>de</strong><br />

retraimiento y hasta un movimiento reflejo <strong>de</strong> rechazo. ¿Quién soy yo para enjuiciar<br />

tanta vivencia como está plasmada en unos versos? Yo, que, por oficio, me paso la<br />

vida entre versos <strong>de</strong> altísimos poetas, no soy quién para pontificar sobre el material<br />

poético que se me ofrece. Debo <strong>de</strong>cir, sin embargo, que, a la vez, no puedo por<br />

menos <strong>de</strong> sentir una sensación <strong>de</strong> placer cada vez que caen en mis manos esas<br />

primicias. Tengo el convencimiento <strong>de</strong> que la cercanía <strong>de</strong> un poeta nos redime <strong>de</strong><br />

tanta miseria y tanta barbarie como nos cerca. Hay Alguien que vela mientras las<br />

turbas duermen. ¿No es esto algo consolador?<br />

Abro este poemario <strong>de</strong> Manolo Muñoz y me encuentro con un mundo<br />

sólido, arraigado. Manolo Muñoz no se anda por las ramas. La mujer, la tierra, los<br />

amigos, los padres, los muertos, la soledad, el tiempo..., entida<strong>de</strong>s troncales que


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong>jan entrever un espíritu que rezuma amor y reciedumbre. Por su contenido,<br />

quizás el verso más valioso <strong>de</strong> todo el poemario sea este:<br />

¿Qué verbo, qué adjetivo tiene el peso <strong>de</strong> un hombre?<br />

Eso se llama tener conciencia <strong>de</strong> lo que está haciendo. “Leo para ensanchar<br />

mi corazón”, <strong>de</strong>cía Ortega. Y si eso vale para la lectura, con más razón para la<br />

escritura. “Ensanchar el corazón”: esa es la clave <strong>de</strong>l ejercicio poético; lo <strong>de</strong>más<br />

es cursilería. Por eso pienso que publicar un libro <strong>de</strong> versos, como hace ahora<br />

Manolo Muñoz, es un ejercicio <strong>de</strong> ciudadanía y, a la vez, un revulsivo. Es <strong>de</strong>jar<br />

testimonio que el ser humano es mucho más que un consumidor <strong>de</strong> productos<br />

enlatados y un seguidor adocenado <strong>de</strong> consignas publicitarias. Es, en una palabra,<br />

un hombre.<br />

Un poemario está salvado por el mero hecho <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong> un<br />

prolongado ejercicio <strong>de</strong> introspección, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> que se vive la vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro.<br />

Hasta el extremo <strong>de</strong> que cuando uno se asoma al entorno, se tiene conciencia <strong>de</strong><br />

que uno se está asomando, como quien se asoma al balcón para ver también lo<br />

que pasa fuera, sin per<strong>de</strong>r por ello conciencia <strong>de</strong> que lo importante es lo que pasa<br />

<strong>de</strong>ntro. En este ir y venir <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro a afuera, y viceversa, se le va la vida al poeta.<br />

Y esto es, cabalmente, lo que le pasa a Manolo Muñoz. Por eso le damos la<br />

bienvenida al reino <strong>de</strong> los que escuchan la música interior <strong>de</strong> la palabra poética.<br />

JoAquín González CuenCA<br />

Catedrático <strong>de</strong> Literatura Española<br />

Universidad <strong>de</strong> Castilla-La Mancha<br />

~ 13 ~


<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong>


<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Querría cambiarme, ser algo pequeño y humil<strong>de</strong><br />

que dibujara <strong>de</strong> forma sencilla la simplicidad<br />

a la que aspiro, ardua meta<br />

a la que irremediablemente me <strong>de</strong>slizo<br />

o, tal vez todos en un momento, nos precipitamos.<br />

También por mi inclinación a imaginar<br />

que la felicidad, si la hay, la encierra una hoja<br />

cuando alcanza su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en otoño,<br />

leve paso carente <strong>de</strong> voluntad.<br />

Quizá la hoja roja <strong>de</strong>l manzano silvestre:<br />

el color, una muestra rebel<strong>de</strong> <strong>de</strong>l último servicio<br />

al árbol, un gesto <strong>de</strong> amor y <strong>de</strong>spedida<br />

antes <strong>de</strong>l vuelo hacia la nada.<br />

~ 17 ~


~ 18 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Y aferrarse al primer golpe <strong>de</strong> viento<br />

y cabalgar en la aventura <strong>de</strong>l recuerdo<br />

y sentir <strong>de</strong> pronto todas las venturas dispares<br />

como un sabor agridulce en el paladar.<br />

Tal vez, la más vívida, la <strong>de</strong>l niño jugando a volar<br />

o escondido con el silencio en el hueco <strong>de</strong>l sótano;<br />

y querer y no po<strong>de</strong>r retornar a la infancia<br />

mientras recorre el primer frío la columna vertebral,<br />

barruntando el invierno, el misterioso instante<br />

<strong>de</strong>l final. No quedará mucho tiempo<br />

pero se ganará en intensidad. Ya no merecerá la pena<br />

pensar en la felicidad, sí quizás, admitir la importancia<br />

que tuvo y tiene en el camino la facultad <strong>de</strong> amar.<br />

Derramarse en un verso<br />

escrito en el rudimento <strong>de</strong> la hoja roja<br />

y <strong>de</strong>jar que la agite el viento <strong>de</strong> otoño.<br />

Volcar así tu aliento en esas palabras<br />

y que las guar<strong>de</strong>n las frescas noches <strong>de</strong>l invierno.<br />

Que la palabra se <strong>de</strong>shaga con la hoja y su color rojo,<br />

que se conviertan en el fértil y apreciado humus:<br />

sabia <strong>de</strong> futuro las <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> y las palabras.


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Poco sirve que se haga realidad el <strong>de</strong>seo<br />

si la sabiduría no lo acompaña.<br />

Sé que no apren<strong>de</strong>ré <strong>de</strong> lo que me muestras,<br />

no sacaré enseñanza <strong>de</strong> tu caída, ni <strong>de</strong> tu vuelo,<br />

hoja roja <strong>de</strong>l manzano sin dueño.<br />

No me valdrá ni como símil para saber <strong>de</strong> la brevedad<br />

<strong>de</strong> la vida. No apren<strong>de</strong>ré a atrapar como único<br />

cada soplo <strong>de</strong> viento<br />

y como importante vivirlo. Estaré a la espera<br />

<strong>de</strong> los que lleguen mañana pensando<br />

en los <strong>de</strong> ayer. Otros lejanos soplos<br />

siempre mejores, siempre futuros.<br />

El viento es caprichoso todos los días<br />

<strong>de</strong> otoño.<br />

~ 19 ~


inflexión<br />

I<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Salía para asistir a la boda <strong>de</strong> su hijo y lo aplastó<br />

su propio coche, logro <strong>de</strong>l ahorro <strong>de</strong> muchos años.<br />

Eran dos capitalistas, casados con ricas<br />

y guapas mujeres, con hijos altos y listos:<br />

a uno le quebró la vida el cáncer,<br />

al otro le quebró los caudales el juego,<br />

abandonándolo en la indigencia.<br />

Conocí a un alcal<strong>de</strong><br />

que la tensión le reventó una vena en el cerebro,<br />

<strong>de</strong>spués se le olvidó firmar, única actividad <strong>de</strong> su cargo<br />

~ 21 ~


~ 22 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

y tuvo que dimitir; también se le olvidó vestirse<br />

y sujetaba los pantalones con una cor<strong>de</strong>ta.<br />

No caben moralejas ni enseñanzas morales.<br />

Todo es casual, puro azar:<br />

cascadas <strong>de</strong> aspectos probables que encajan en<br />

un instante<br />

y te abren la cuna <strong>de</strong> lo agrio, quebrándote medios,<br />

tronchándote ilusiones como caricias <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto.<br />

II<br />

No quiero planificar un minuto ni una hora, ni un día<br />

ni un mes ni un año; menos una vida entera<br />

(en el mercado <strong>de</strong> los humil<strong>de</strong>s, ¿cuánto vale una vida entera?).<br />

Pretencioso también planificar un cuarto o media vida<br />

(¿cuánto vale media vida?).<br />

Nada en el andar es recto, siempre se tuerce,<br />

gira bruscamente, y el horizonte <strong>de</strong>l que colgamos<br />

nuestras expectativas, ilusiones, amores por venir,


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

noches placenteras: eróticas e interminables;<br />

mañanas al fresco<br />

<strong>de</strong>l mar ca<strong>de</strong>ncioso <strong>de</strong> dóciles olas<br />

se cae.<br />

Quizás, antes que la nada, nos surja el muro insalvable,<br />

la ola gigante, abrupta y bravía, tsunami que amenaza barrerlo,<br />

dando un respiro <strong>de</strong> un segundo<br />

(en el mercado <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, ¿cuánto vale media vida, una vida entera?).<br />

III<br />

Siempre sube a nosotros el mar con todos sus abismos.<br />

Cuando parece que han puesto guirnaldas a tu paso<br />

y las cerezas su tentador rojo para ti<br />

y las cenefas en los postigos criban la luz<br />

para <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scansar el rayo tenue en tu regazo.<br />

Hechos que se te hacen singulares para ese perfil que <strong>de</strong>staca<br />

en este <strong>de</strong>ambular <strong>de</strong> sombras...<br />

Y crees que la corriente que horada lo oscuro <strong>de</strong>l día<br />

crece hacia arriba<br />

y no ves la otra cara <strong>de</strong> la vida:<br />

~ 23 ~


~ 24 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

te aprestas a perseguir obsesiones sin saber<br />

que en una <strong>de</strong> ellas está la muerte sin preten<strong>de</strong>rla ni perseguirla.<br />

IV<br />

Tomar, si pue<strong>de</strong>s, antes <strong>de</strong>l siguiente giro, la gota<br />

<strong>de</strong> néctar que aparezca<br />

o la luminosa sonrisa <strong>de</strong> la niña que cruce el camino.<br />

Hacer <strong>de</strong>l roce <strong>de</strong> la mano amiga un recuerdo in<strong>de</strong>leble.<br />

Y los sinsabores y penas que cuelguen en la percha <strong>de</strong>l minuto<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la puerta que abre o cierra la muerte:<br />

porque ¿cuánto vale la vida entera entonces?<br />

Llenar los pozos <strong>de</strong> blancas sonrisas, <strong>de</strong> abrazos y<br />

brazos partidos por el amigo. Hasta el bor<strong>de</strong><br />

por copas <strong>de</strong> amor apuradas a fondo...<br />

No quedará el mar <strong>de</strong> la senda rendido,<br />

pero sí habrá tenido sentido la senda.<br />

Quizás entonces, sólo entonces, dará la muerte<br />

valor a la vida entera. No siempre tiene que ser el dolor<br />

y el sufrimiento el que nos haga singulares, el que esculpa<br />

el dorso <strong>de</strong>l naipe: es en este juego el que nos diferencia.


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

la huerta:<br />

orilla <strong>de</strong> atar<strong>de</strong>ceres mágicos<br />

Todo serán atar<strong>de</strong>ceres, que son, fueron y han sido<br />

lo que mi memoria recuerda ahora.<br />

Y quisiera que siguieran contemplándose<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta ribera<br />

cuando cada uno<br />

o uno por uno se fueran, se perdieran con cada atar<strong>de</strong>cer.<br />

Y quisiera que se contemplaran cuando ya no estemos,<br />

cuando ya nadie <strong>de</strong> los que ahora viven esté.<br />

Un atar<strong>de</strong>cer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta orilla es tan bello<br />

que se hace errático <strong>de</strong>scribirlo<br />

porque siempre tras él, <strong>de</strong> lo hermoso que resulta,<br />

se va el espíritu, se va el ser y acunado te <strong>de</strong>ja...<br />

Caen sobre ti las cien mil nanas cantadas<br />

~ 25 ~


~ 26 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que fue consciente el hombre <strong>de</strong> lo liviano<br />

que envuelve a la belleza.<br />

Y con ese atar<strong>de</strong>cer, que nunca podrá ser <strong>de</strong>scrito<br />

por su inusitada, inalcanzable, sonrosada y ligera belleza,<br />

visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la orilla pequeña que crece en la huerta,<br />

quedas acunado y el espíritu se te va y se te queda<br />

en esta ribera: plataforma <strong>de</strong> atar<strong>de</strong>ceres<br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scansan, más bien la mantienen,<br />

seres quizá mágicos;<br />

pues tantas maravillas juntas<br />

se <strong>de</strong>sconocen en otros sitios:<br />

A<strong>de</strong>la, <strong>de</strong> la que emana el perfecto corpiño<br />

que acompaña con sonatas el gesto,<br />

la mirada maternal,<br />

transmitiendo <strong>de</strong> forma constante<br />

una inagotable vitalidad.<br />

Fernando, controlador <strong>de</strong> lo huraño<br />

porque lo <strong>de</strong>sborda la ternura casi infantil<br />

que en lo días felices se escapa,<br />

le rezuma por las grietas


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong> un cuerpo en continuo movimiento<br />

que genera globos multicolores <strong>de</strong> ilusiones.<br />

Dolores, el lanzador <strong>de</strong> anclas que te aúpan,<br />

te arropan y te apartan <strong>de</strong> cualquier dificultad<br />

aún con su mirada austera.<br />

Pepe, el <strong>de</strong>licado, el que te hace soñar<br />

con lo perfecto<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>dos sale la precisión, la labor bien concluida.<br />

Juan<strong>de</strong>, humil<strong>de</strong> hacedor,<br />

el hermano mayor, el que cuida<br />

<strong>de</strong> apartar el rayo que a todos nos cae alguna vez.<br />

Emi, la diseñadora, la que teje las invisibles cuerdas<br />

<strong>de</strong>l arpa que todos conocemos, que nadie pue<strong>de</strong> ver<br />

y con cuyo sonido vivimos<br />

aunque el nervio se hace luz cuando hace falta.<br />

Felipe, el que es amigo para que sonrías,<br />

rías, carcajees..,<br />

amolda, mol<strong>de</strong>a, esculpe, si es necesario<br />

para que te colme el contento y la alegría.<br />

Robu, el <strong>de</strong> basto y noble pulso<br />

déjale lo difícil,<br />

y te allanará los caminos por los que has <strong>de</strong> pasar.<br />

~ 27 ~


~ 28 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Pili, la que sustenta, no sabrás cuán exquisito<br />

fue el sabor, pero para ti lo hicieron<br />

posible sus <strong>de</strong>licadas manos.<br />

Juan, el que sólo con mirarte,<br />

te enseñará don<strong>de</strong> está la bondad<br />

(y con una tranquila y apacible exquisitez).<br />

Marcelo, encantador <strong>de</strong> imposibles<br />

que te materializará en sueños o en hechos<br />

con una veloz madurez.<br />

Pilar, poseedora <strong>de</strong> la llave ingenua<br />

que te abre el cielo.<br />

Ana, tiene el secreto para amansar<br />

ímpetus ariscos, dolores <strong>de</strong> rabia<br />

y <strong>de</strong>volver canción don<strong>de</strong> anidaba el grito.<br />

Manoli, su levedad impalpable es capaz,<br />

en los peores tiempos, <strong>de</strong> proteger <strong>de</strong> la intemperie;<br />

fluyendo calor <strong>de</strong> la esquina con nieve.<br />

Soco, argamasa imprescindible<br />

para la piedra a piedra que levanta<br />

la frágil torre que protege la amistad.<br />

José, te abre las manos<br />

para que notes, sientas, palpes,


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

te inun<strong>de</strong> el círculo amplio <strong>de</strong> la generosidad.<br />

Jacoba, enlace <strong>de</strong> la sensatez<br />

te ata y te cubre, te adorna<br />

con el noble halo <strong>de</strong> la cordura.<br />

Socorri, con su entrega, abre la inteligencia<br />

a ese abismo infinito que sostiene<br />

lo que llamamos<br />

incomprensiblemente humano.<br />

Begoña: don<strong>de</strong> quiere habitar la ausencia<br />

pone el color,<br />

en la lágrima pinta una sonrisa;<br />

ante la nada se impone<br />

y crea un lecho <strong>de</strong> suave cariño<br />

sobre el vacío.<br />

De mí, al que llaman Manuel, me recuerdo<br />

árido y bronco pero me he diluido<br />

entre tanta maravilla y sólo han quedado sueltas<br />

estas mansas palabras.<br />

Alguien que no conocía los atar<strong>de</strong>ceres<br />

<strong>de</strong> esta pequeña orilla, exclamó: qué lindo, qué gran<strong>de</strong><br />

qué hermoso, qué bonito... Y siguió y siguió, hasta que<br />

~ 29 ~


~ 30 ~<br />

se le secó el adjetivo.<br />

En su ayuda surgió el silencio<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

que guarda todo lo hermoso y profundo,<br />

todo lo pleno. Y <strong>de</strong> los amigos amores y cariños<br />

en lugares bien secretos<br />

don<strong>de</strong> no los mancilla la maldad.<br />

En esta orilla pue<strong>de</strong>s vislumbrar<br />

hipopótamos que alientan<br />

los espíritus <strong>de</strong> los hombres,<br />

que nadan alegres,<br />

juguetones, como si ya formaran<br />

parte <strong>de</strong> sus almas.<br />

Les prestarán su aliento.<br />

Porque en este siglo ya comenzado<br />

y en los años veni<strong>de</strong>ros<br />

andan perdidos los más ilustres<br />

nadando infelices sin el dinero.<br />

Es por eso por lo que sólo<br />

en la mágica orilla


estarán saltando los hipopótamos<br />

alegres como en otras revoluciones,<br />

jugando con sus danzas tranquilas<br />

entre las manos <strong>de</strong> los hombres<br />

humil<strong>de</strong>s.<br />

Luego, pasado el tiempo<br />

<strong>de</strong>saparecerán,<br />

como todos antes,<br />

en silencio.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Los atar<strong>de</strong>ceres traen a mi memoria<br />

recuerdos <strong>de</strong> otros nombres: Horten, Nino, Javi,<br />

Juli, Toli, Muñiz, Ángela, Pablo, Tere …, tantos<br />

a los que no les llegará mi olvido.<br />

Cuyas cualida<strong>de</strong>s egoístamente me guardo<br />

porque pue<strong>de</strong> que salven en otros difíciles<br />

momentos mis abundantes torpezas.<br />

Ellos saben que conmigo están a salvo<br />

sus inigualables secretos<br />

~ 31 ~


el lugar<br />

La ca<strong>de</strong>ncia<br />

I<br />

Si hablan <strong>de</strong> que el tiempo<br />

pasa <strong>de</strong> prisa,<br />

en nosotros se ralentiza.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Si <strong>de</strong> prisa para otros el tiempo pasa,<br />

se ensancha en su corriente<br />

y, en nosotros, se para.<br />

El tiempo, que <strong>de</strong> arroyo fino<br />

como hilo ligero y rápido <strong>de</strong> agua<br />

pasa para otros,<br />

en nosotros se hizo ancho y profundo,<br />

inmenso e inacabable,<br />

con ese dolor <strong>de</strong> alma o espíritu retorcido.<br />

~ 33 ~


~ 34 ~<br />

¿Por qué no?, quizá<br />

se ha plagado,<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

como las margaritas multicolores <strong>de</strong>l otoño,<br />

<strong>de</strong> alegrías<br />

que lo abarcan todo,<br />

explosionan en esa terrible,<br />

terrorífica inmensidad que sólo<br />

solos hemos vivido.<br />

El contexto<br />

II<br />

Don<strong>de</strong> los pinos se pliegan a la insistencia<br />

<strong>de</strong> una luz solar que los mece y adormece <strong>de</strong>jándolos en mis pupilas<br />

como gigantes marmotas. Y como cascadas a veces o como velos<br />

sinuosos por <strong>de</strong>sbordantes, inva<strong>de</strong>n la habitación en la que bailas<br />

la danza <strong>de</strong> las dudas: <strong>de</strong> si es cierto o si es real, o si <strong>de</strong> verdad estás<br />

en la prescripción enfermo por la adicción. Maldito fuera <strong>de</strong> esta geometría<br />

que se convierte en tu paz por un instante, que sueñas, que <strong>de</strong>seas<br />

que fuera para siempre. Maldito en la boca <strong>de</strong> otro adicto que grita<br />

en la noche, a tu esquina, su propio dolor, sin saber<br />

que lo escuchas. En él suenan todas las voces, todos


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

los gritos que te insultan y te llaman drogadicto.<br />

Y te encoges sobre ti, hurgando, buscando un principio;<br />

escarbas convertido en tu propio escarabajo<br />

que siente en sus entrañas las otras angustias,<br />

los otros miedos que pasaron los <strong>de</strong>más por tu <strong>de</strong>sesperanza<br />

y hundimiento. Hasta que estallas en una carcajada<br />

irónica. Risa a la que te pliegas, ya que aquí son inútiles<br />

las lágrimas que aún te quedan por <strong>de</strong>rramar.<br />

III<br />

El concierto familiar había comenzado ya sin ti<br />

(Iñigo, Iñaki... santo en los labios <strong>de</strong> mi pensamiento) tu voz no marcaba<br />

los silencios en la orquesta don<strong>de</strong> tocaban las melodías <strong>de</strong> las caricias.<br />

Tu voz era sorda, aparcada entre centros y clínicas <strong>de</strong> malsonantes nombres.<br />

Continuaba el concierto alegre <strong>de</strong> los suaves contactos sobre onduladas<br />

superficies para olvidarse <strong>de</strong> tu problema o <strong>de</strong>l problema<br />

que eras tú. La melodía toma el camino <strong>de</strong> los agudos para resaltar<br />

la autocompasión mostrada por las esquinas <strong>de</strong> las sibilinas olas<br />

<strong>de</strong>l turbio mar <strong>de</strong> hombres y mujeres que la acunan. Lloras y ríes<br />

con esa voz sorda, que algunos somos capaces <strong>de</strong> ver, y la rasgamos<br />

con invisibles uñas, en un afán <strong>de</strong> amarrarte, porque te lleva,<br />

~ 35 ~


~ 36 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

te aleja, <strong>de</strong>jándote zozobrar en la magia que <strong>de</strong> niño te contaban,<br />

que quizás exista al otro lado <strong>de</strong>l arco iris –que con su especial música–<br />

<strong>de</strong>jan las nubes.<br />

El edificio y este vacío creado por normas que están en mí o en el vaso<br />

horroroso y enorme, gigante, <strong>de</strong>smedido, ¿soñado?,<br />

que ro<strong>de</strong>a el edificio; este vacio que la música no es capaz <strong>de</strong> llenar, <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>splazar, <strong>de</strong> arrinconar y <strong>de</strong>struir. La música únicos labios<br />

para mis mejillas, únicos <strong>de</strong>dos que acaricían sin tocar la piel<br />

tanto tiempo abandonada. Este edificio se asemeja a lo insoportable<br />

como mi dolor. Si lo <strong>de</strong>jo atrás, quizá se colme o <strong>de</strong>saparezca.<br />

¿Por qué tengo que conocerlo? Este dolor es un sufrimiento<br />

que conozco.<br />

¿Y este árbol y esta piedra que se quedan y son ajenos al edificio? No<br />

saben, no conocen, no sienten... El dolor sólo agrieta las yemas<br />

<strong>de</strong> mis <strong>de</strong>dos. Quizá sea feliz atormentándome solo, solamente a mí.<br />

IV<br />

Algunos quedarán, sin saberlo, varados en la playa <strong>de</strong>l océano seco,<br />

ese que se usa como trastero <strong>de</strong> lo que llaman vida los expertos, los avisados,<br />

los que son linces en vivirla –la suyas y las nuestras–. Quedarán tendidos


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

en la arena fría, mostrando la mor<strong>de</strong>dura <strong>de</strong> la ola oscura a la espalda<br />

<strong>de</strong>l sol, enloquecidos por el filtro <strong>de</strong>l psicoalterador. Esclavos <strong>de</strong> una pasión<br />

patológica cuya vehemencia pondrá fin, sin que nada termine,<br />

a la locura que nace <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sdén al más simple <strong>de</strong> los amores. A lo lejos,<br />

en las otras aguas transparentes y serenas se repiten los estribillos:<br />

a mi mismo he <strong>de</strong> querer..., y a egoísmo suena aquí, quizá<br />

por la discor<strong>de</strong> nota que <strong>de</strong>ja la sangre al escapar <strong>de</strong> la vena.<br />

V<br />

Saldrán otros cuyos nombres en mi enloquecido o sobrio transcurrir<br />

suenan como acor<strong>de</strong>s. No. Al nombrarlos arrancan en sinfonías<br />

que me transforman, me adornan con escalofríos <strong>de</strong> amor<br />

y ternura: Javi, Ana, Germán y Gonzalo; con Sergio, David, Juan, Lidia,<br />

Tomas, Margarita y Carmen… suenan al unísono violín,<br />

violonchelo con oboes o clarinetes;<br />

pero retumban en mi alma como bombos y tambores...,<br />

y sé que en ese instante bien podría dar mi último aliento.<br />

Tantos nombres que aún no recuerdo alcanzarán la orilla<br />

y llevarán la presteza <strong>de</strong> la inteligencia porque verán cosas que son<br />

esencia, armazón <strong>de</strong>l nuevo edificio;<br />

~ 37 ~


~ 38 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

atrás queda el resto <strong>de</strong> lo que fue hombre o mujer,<br />

sustituidos ellos mismos en naturaleza joven<br />

a pesar <strong>de</strong> que lo sustituido, como la muerte que acecha, engañe y se<br />

[parezca<br />

extraordinariamente y nos quiera hacer ver que somos lo <strong>de</strong>saparecido.<br />

No, estamos en el lugar <strong>de</strong> los afortunados,<br />

en el lugar <strong>de</strong> los que quizá, sin saberlo, son conscientes<br />

<strong>de</strong> que siempre se nace con y <strong>de</strong> la sabia <strong>de</strong> otro muerto.<br />

Se sale solo y con la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> errores como un peso, ciegos<br />

con la coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> añorar la suprema fuerza <strong>de</strong>l amor,<br />

se da el paso<br />

que esquiva el siniestro golpe y con la niebla o tiniebla<br />

que pasa como empujándote al abismo <strong>de</strong>l embrutecimiento.<br />

Y nos convertimos así,<br />

seguramente otra vez sin ser conscientes ni saberlo,<br />

en copa guardiana, receptora, <strong>de</strong> una esencia mínima,<br />

minúscula, imperceptible; un átomo <strong>de</strong>spreciable,<br />

<strong>de</strong>l profundo conocimiento que tachona<br />

un universo gran<strong>de</strong> o pequeño que puedo guardar<br />

como querida metáfora<br />

en la palma <strong>de</strong> la mano: porque he sentido infinito


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

el tiempo al mirar el iris <strong>de</strong> otro ser humano.<br />

Ahora sé por qué sólo saben llorar<br />

los que llevan el alba en una sonrisa.<br />

VI<br />

Dije “hasta pronto” o “hasta luego”<br />

sabiendo que no habrá, que nunca<br />

se dará ese mañana<br />

con este punto <strong>de</strong> encuentro.<br />

Que quizá seamos témpanos a la <strong>de</strong>riva,<br />

atrapados ya por las cálidas alas <strong>de</strong> una muerte<br />

que se muestra como un mar en <strong>de</strong>shielo.<br />

Pero ha servido para anclarnos<br />

a la sustancia que permanece<br />

aunque sólo seamos sombras pasajeras.<br />

~ 39 ~


~ 40 ~<br />

Epílogo<br />

VII<br />

Diles: Ámame hoy<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

tal como soy, seco y punzante: sabana<br />

<strong>de</strong> pequeñas, amarillas, enjutas cañas que sostuvieron la espiga,<br />

<strong>de</strong>strozando la carne como inicio <strong>de</strong> tu yo<br />

en este estéril verano abrasador para tu espíritu<br />

como abrazo final <strong>de</strong> plomo fundido.<br />

VIII<br />

Sigo tendido aún como un rastrojo,<br />

erial en apariencia a la espera <strong>de</strong> otoños preñados <strong>de</strong> lluvia.<br />

IX<br />

En mis entrañas palpitan, ahí, aparentemente secos<br />

–<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro lado <strong>de</strong> la costra– arañan incansables.<br />

Son más una tormenta huracanada o iracunda o un continuo viento<br />

<strong>de</strong>l oeste que estremece la piel que te pones


en las cálidas noches <strong>de</strong> verano<br />

para un sorbo <strong>de</strong> amor pasajero.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Ahí están, arañando la superficie, los granos<br />

que vestirán con un verdor insultante, exultante, la primavera<br />

en la que ya no estaré.<br />

~ 41 ~


indigente<br />

Clavado al callejón por las estrellas<br />

entre el contenedor y la penumbra<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong> una farola, quizá olvidada y enriquecida<br />

por sedimentos <strong>de</strong> insectos,<br />

cobijado por pulidas pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aire<br />

que ciegan las miradas<br />

que a cientos y alre<strong>de</strong>dor vuelan,<br />

tien<strong>de</strong>s la mano o la quitas<br />

sin que importe el gesto:<br />

bulto sin ocultar, gemido, grito callado,<br />

sepulcro <strong>de</strong> espíritu...<br />

Y sorprendo el dibujo tembloroso que la mano<br />

o la sombra <strong>de</strong> tu mano<br />

traza al intentar arropar un ceniciento pie,<br />

matiz ajeno a la luz <strong>de</strong> las estrellas.<br />

~ 43 ~


~ 44 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Te veo, en una especulación inútil ya,<br />

espejo en el que me contemplo<br />

arrastrando mi sombra que ni bulto siquiera<br />

por oscuras camas blancas, ajetreadas camas,<br />

corridas, vapuleadas en pasillos con aristas<br />

que rasgan<br />

las arterias vacías o la piel vencida<br />

hasta la transparencia por el columpio <strong>de</strong>l tiempo.<br />

En qué curva, en qué pliegue <strong>de</strong> este camino en la nada<br />

sin trazo ni diseño, obligado a <strong>de</strong>sandar,<br />

se encuentra el hueco: agujero sin gusano<br />

que me aboca a la plana, biselada superficie <strong>de</strong>l espejo<br />

don<strong>de</strong> me contemplo más indigente aún,<br />

falto <strong>de</strong> la rica, fría y ajena luz<br />

<strong>de</strong> las estrellas.


transgresor<br />

Nos conocimos en ese instante<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

en el que tú cruzabas la barrera <strong>de</strong>l anonimato<br />

y te convertías en titular <strong>de</strong> periódico<br />

y seguías siendo un ser anónimo.<br />

Cosas <strong>de</strong> esta sociedad aún no saciada.<br />

Nadie se preocupó, tanto afán por nombrar<br />

Un grupo <strong>de</strong> 80 emigrantes trataba <strong>de</strong> pasar por la fuerza<br />

y dar nombres, pero nadie quiso averiguar el tuyo.<br />

Para mí nacías con una fuerza obsesiva<br />

y tracé un itinerario, aunque dudo<br />

<strong>de</strong> que las palabras sean suficientes,<br />

<strong>de</strong> que valgan lo necesario para <strong>de</strong>scribirlo.<br />

la frontera <strong>de</strong> Melilla y la policía marroquí ha disparado<br />

provocando la muerte <strong>de</strong> un subsahariano (1/1/2009)<br />

¿Qué verbo, qué adjetivo tiene el peso <strong>de</strong> un hombre?<br />

¿Qué palabra sirve para <strong>de</strong>scubrir el secreto<br />

~ 45 ~


~ 46 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

<strong>de</strong> la más pequeña parcela <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong>l hombre?<br />

¿Y si en él se encierra todo el género<br />

humano?<br />

Necesito palabras como sueños,<br />

palabras como actos.<br />

Descarto las palabras que no sirvieron<br />

para disuadir, que no apartaron a este loco<br />

<strong>de</strong> su locura hambrienta,<br />

pues era hambre lo que le empujaba,<br />

hambre <strong>de</strong> norte (norte como canto<br />

<strong>de</strong> ruiseñor hipnótico y hechicero;<br />

si no, cómo se explica este extravío),<br />

hambre <strong>de</strong> pan<br />

o <strong>de</strong> seductores perfumes en inalcanzables cuerpos,<br />

tanta fue la propaganda que quizá<br />

se hicieron caos raptando la mente hambrienta,<br />

<strong>de</strong>jándola en el espacio transgresor, anudándole<br />

al cuerpo espejismos <strong>de</strong> placer y abundancia.<br />

Y así el pie, el cuerpo entero hendió el diamante<br />

bruto <strong>de</strong> la selva, ebria la mente por el placer<br />

a la espera, los sueños como poros gustativos,


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

la boca como agujero sin fondo absorbiendo imágenes<br />

<strong>de</strong> aterciopelados sabores, <strong>de</strong> pieles <strong>de</strong> hembras<br />

en el apoteosis <strong>de</strong> la carnal entrega, entrando a torrentes,<br />

saturando el conocimiento en <strong>de</strong>licado equilibrio.<br />

Así las manos, los pies, el cuerpo entero fue lanza<br />

en el <strong>de</strong>sierto, rasgando los mares <strong>de</strong> arena<br />

la cordura en el filo y todo el universo <strong>de</strong> sabores<br />

amados en una caricia húmeda <strong>de</strong>l paladar,<br />

llevado por la fiebre a una plenitud ebria<br />

seleccionando, eligiendo, <strong>de</strong>stronando, sometiendo,<br />

elevando con un ansia <strong>de</strong> placer obscena, concentrando<br />

todos los sabores en un momento único <strong>de</strong> éxtasis...,<br />

y bailar con carcajada hueca sobre ese volcán.<br />

Parado por una valla,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> selvas y <strong>de</strong>siertos con las plantas<br />

<strong>de</strong> los pies agrietadas, <strong>de</strong>tenido impotente<br />

por la rara valla <strong>de</strong> acero: espalda <strong>de</strong> la abundancia.<br />

Y en el rostro se esculpe<br />

la <strong>de</strong>sesperación agrandada por el susurro,<br />

los gritos que no cesan <strong>de</strong> los que quedaron atrás.<br />

~ 47 ~


~ 48 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Con las manos vacías, el hambre real y la otra<br />

<strong>de</strong> siglos apretando el estómago, bajo las estucadas<br />

pare<strong>de</strong>s negras <strong>de</strong> la noche con estrellas<br />

te aplasta tu peso y la soledad preñada <strong>de</strong> ecos<br />

que se crecen, se agigantan hasta que África entera<br />

te empuja a la aciaga madrugada don<strong>de</strong> seco el tiro<br />

te hun<strong>de</strong>.<br />

Lejano queda el estampido<br />

en este alba <strong>de</strong> mármol negro.


<strong>de</strong>slizamiento<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Hay momentos, días enteros, meses y hasta años<br />

que a la soledad real le añadimos una soledad<br />

cargada <strong>de</strong> diálogos no imposibles entre el mismo yo.<br />

Y la cruel realidad se amortigua,<br />

en los comienzos <strong>de</strong> ese estado,<br />

te sientes como visitando el Partenón primigenio,<br />

alegre <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Fidias<br />

los <strong>de</strong>talles contados encantan<br />

el camino armónico pleno<br />

<strong>de</strong> resplandores dóricos.<br />

No hieren las aristas en el conjunto<br />

y suenan marchas turcas en este quehacer<br />

onírico dirigido por el propio Mozart.<br />

~ 49 ~


~ 50 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

El semblante siguiente lo abordas sin asomo<br />

<strong>de</strong> arrepentimiento, pero todo está <strong>de</strong>más.<br />

Te agrada ese recogimiento<br />

como <strong>de</strong> contemplación <strong>de</strong> los girasoles<br />

sin la conversación extenuante <strong>de</strong> Van Gogh,<br />

suspendido en una <strong>de</strong>svanecida línea sin tiempo.<br />

Dejas a la primavera y a Vivaldi en un susurro.<br />

Esto es lo acertado, lo que quieres y apagas<br />

la llamada <strong>de</strong>l eros.<br />

Dejas que los días se sucedan, <strong>de</strong> sol<br />

pasan a lluvia y <strong>de</strong>l agua al frío, y hueles,<br />

ves al final los estambres <strong>de</strong>l miedo<br />

entre la flor –bóveda– <strong>de</strong> cloaca resonante <strong>de</strong> ecos:<br />

gritos huecos, soterrados y profundos <strong>de</strong> errores<br />

olvidados,<br />

<strong>de</strong>masiados hechos anclados<br />

en las orillas que se enlazan en tu cuello<br />

como cadalso a la espera<br />

porque es imposible <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser sincero.<br />

Desnudo, transparente a tu propio yo<br />

sabes que no existe otro remedio,<br />

te contemplas como a cuadro <strong>de</strong> Bacon,


y dudas <strong>de</strong>l gatillo en el <strong>de</strong>do;<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

te sorpren<strong>de</strong> entonces la imaginación<br />

en vuelo sobre esa puerta<br />

y el tú y el yo abandonan el intento.<br />

Otro proceso fallido.<br />

Pospones para más a<strong>de</strong>lante el encuentro<br />

cuando sabes que se acaba el tiempo.<br />

~ 51 ~


los días<br />

Los días ahora me vuelan alre<strong>de</strong>dor<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

como notas <strong>de</strong> corneta: <strong>de</strong>sgarrados,<br />

quebrados según la pasión que toque.<br />

Hoy ya sé que los tiempos no son ni mejores<br />

ni peores, sólo días con soleda<strong>de</strong>s<br />

compartidas o soledad con amor no colmado<br />

o <strong>de</strong> soledad seca, severa, adusta<br />

como son todas las soleda<strong>de</strong>s.<br />

Hay días <strong>de</strong> abundancias <strong>de</strong>sbordando cualquier colmo,<br />

también <strong>de</strong> apetitos insaciables y fatigas,<br />

en la contabilidad final se apañan siempre<br />

estas últimas para trepar, entre opacas botellas vacías,<br />

y como un sudor alcanzar la cima.<br />

~ 53 ~


~ 54 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Y quizá este correr <strong>de</strong> <strong>de</strong>siguales días<br />

carezca <strong>de</strong> sentido, tanto como el final: esa nada<br />

fría y elocuente, justa meta<br />

<strong>de</strong> tantos acasos fallidos.<br />

A veces en días don<strong>de</strong> la luz aparcada me <strong>de</strong>slumbra<br />

también huyo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, quizás atrapado<br />

por la repentina noche, como si <strong>de</strong> palabras se trataran.<br />

Tanto temblor y marginación me generan.


eunidos y el espejo<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Cada reunión, cada estar juntos en este periodo estanco<br />

que repetimos con ansia <strong>de</strong> olas que abarcan orillas<br />

<strong>de</strong> un tiempo finito poblándolo <strong>de</strong> sombras.<br />

O quizá somos nosotros las sombras al otro lado<br />

<strong>de</strong>l espejo<br />

que se crecen con palabras<br />

para llenar un tiempo en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> seguir siendo,<br />

aunque sólo sea un acaso.<br />

O tal vez un pálpito <strong>de</strong> luz<br />

con los ojos en las yemas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos<br />

borrando todas las sombras.<br />

~ 55 ~


pozos <strong>de</strong> palabras<br />

Llega la palabra antes<br />

que nos reconozca la mirada.<br />

Llegamos con la soledad,<br />

sombra que cada uno lleva,<br />

y nace la palabra inmediata<br />

antes que la primera mirada<br />

nos vea y nos conozca.<br />

Primera palabra<br />

amorosa, amistosa, soterrada<br />

sublime, ca<strong>de</strong>nciosa palabra<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

que nos anima a ser especie o género,<br />

hombre o mujer i<strong>de</strong>ntificado, i<strong>de</strong>ntificable,<br />

i<strong>de</strong>ntidad por la palabra.<br />

~ 57 ~


~ 58 ~<br />

Pozos <strong>de</strong> palabras somos:<br />

apretadas palabras.<br />

Palabras hechas carne:<br />

músculos, venas, arterias,<br />

venerables huesos.<br />

Nubes y sueños en las nubes<br />

<strong>de</strong>scritos por palabras.<br />

La soledad <strong>de</strong> los hombres<br />

llena <strong>de</strong> palabras.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Cinco pozos, por innumerables, hoy se vuelcan<br />

sin pudor, ansiosos en palabras,<br />

amorosas palabras abrazando, mimando...<br />

Necesarias palabras como leche mamada,<br />

palabras no dichas.<br />

palabras <strong>de</strong> honor, serias,<br />

comprometidas palabras.<br />

Palabras olvidadas que producen dolor.<br />

Pozos sin fondo, ricos pozos <strong>de</strong> palabras<br />

enguantados <strong>de</strong> piel, sombras <strong>de</strong> hombres<br />

que se reconocen en la palabra:


enditas, malditas palabras,<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

egocéntrica palabra que a sí misma se nombra,<br />

a sí misma se escucha.<br />

Silencio <strong>de</strong> soleda<strong>de</strong>s preñado <strong>de</strong> palabras.<br />

~ 59 ~


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

olvidados por la nintendo y youtube<br />

Hay que vivir para que no mueran<br />

<strong>de</strong>l todo.<br />

A cada uno nos <strong>de</strong>jaron un pedazo<br />

<strong>de</strong> su herencia.<br />

Se sientan y comen con nosotros.<br />

Hablan<br />

y copan parte <strong>de</strong>l torrente <strong>de</strong> palabras,<br />

escogen nuestros miedos,<br />

se ocultan en los sueños<br />

y gesticulan<br />

para que cada mañana los anu<strong>de</strong>mos a la ropa<br />

que nos cobija.<br />

Son nuestros muertos.<br />

~ 61 ~


~ 62 ~<br />

Me pregunto si <strong>de</strong> tanto peso<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

quedará futuro para añadir otros recuerdos.<br />

Nos ocultaran en cualquier <strong>de</strong>sván.<br />

Merca<strong>de</strong>arán y nos pren<strong>de</strong>rán a los trastos viejos<br />

mientras engañan su atención entre youtube y la nintendo


el lienzo<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Hoy quise tener un día sencillo, acunado<br />

por el amor, aunque fuera poco,<br />

pero vinieron las cosas importantes<br />

que no supe ver: quién ponía un tique<br />

<strong>de</strong> control horario en un parking <strong>de</strong> zona azul<br />

o gris o naranja, que todos los colores se me suben a la vez<br />

y me planchan la cara, en la consulta para el dolor <strong>de</strong> oídos<br />

y <strong>de</strong>spués también <strong>de</strong>l alma, si ésta siente el calor, el frío,<br />

el hambre o la sarna, y con la hoz aciaga segaron las horas<br />

<strong>de</strong> lo que <strong>de</strong> día quedaba<br />

y se me agarró al pecho el escozor <strong>de</strong> la infelicidad,<br />

el lastre <strong>de</strong> la incomunicación y las palabras que te faltan<br />

con todos sus significados que, aunque gritaras, el otro no oye,<br />

lleno como está <strong>de</strong> sus propias palabras,<br />

~ 63 ~


~ 64 ~<br />

y las tuyas que vuelven a ti<br />

más escuálidas<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

en los huesos para que las acumules<br />

en el pozo que se ahonda con cada palabra muerta:<br />

lienzo <strong>de</strong> la soledad y <strong>de</strong> tu mortaja.


amores<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Amé el cuenco y el cuenco me <strong>de</strong>struyó<br />

obligado a adaptarme a la extraña forma <strong>de</strong>l barro.<br />

Son los amores que matan,<br />

los nunca saciados, colmados<br />

con pequeñas parcelas <strong>de</strong> hombre.<br />

Hay más al otro lado se dicen y exprimen<br />

el formato que, abierto e ingenuo, las amó<br />

hasta que lo <strong>de</strong>jan en sombra<br />

ni en sombra siquiera cuando lo siguen puliendo.<br />

Satisfechas con el espejo<br />

se crecen cual nuevas arpías al bor<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> iniciar el vuelo.<br />

~ 65 ~


~ 66 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Consciente , esclavo, enca<strong>de</strong>nado al proceso<br />

sigo amando, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi abismo, a la <strong>de</strong>licada ave;<br />

majestuosa entre los bucles <strong>de</strong>l flexible cristal <strong>de</strong>l aire.<br />

¿Es el amor un motor incansable, capaz <strong>de</strong> arrebatar<br />

la cordura?<br />

¿En qué momento rompe la fina cuerda <strong>de</strong>l límite?<br />

Impulsos, puentes, latidos constantes<br />

que te lanzan, te empujan, te aúpan o te hun<strong>de</strong>n.


el que yo prefiero<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Se te asoman por el hombro, por la espalda<br />

se te juntan en la sal <strong>de</strong>l sudor <strong>de</strong> tu frente<br />

y se quedan suspendidos en el horizonte <strong>de</strong>l pasado.<br />

Te rezuman en la bilis, horadan las pupilas<br />

con lágrimas <strong>de</strong> cocodrilo:<br />

son los otros yoes,<br />

los que utilizas para cada ocasión,<br />

que luego se in<strong>de</strong>pendizan y ya no controlas,<br />

los que nacen entre todas tus eda<strong>de</strong>s<br />

como continuos big bangs dispersándose<br />

en egos paralelos que no conoces,<br />

que no basta con la arroba <strong>de</strong> sal para conocerlos,<br />

que no maduran a la vez, ni contigo.<br />

Son los que numeras con nombres:<br />

~ 67 ~


~ 68 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

el dócil, el bronco, el ingenuo, el infantil, el inmaduro,<br />

el egoísta, el cortés, el honrado, el brillante, el torpe, el cruel,<br />

el ególatra...,<br />

tantos como las ilimitadas divisiones <strong>de</strong>l finito tiempo.<br />

Dado lo imposible <strong>de</strong> conocerme, <strong>de</strong> conocerlos,<br />

con el comprometido me quedo:<br />

el que la mano ofrece al doblado por el peso<br />

<strong>de</strong>l trabajo o <strong>de</strong>l hambre<br />

y callado consuela al que se <strong>de</strong>rrama en llanto,<br />

el que hombro con hombro <strong>de</strong> hombres sencillos siembra la calle.


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

cómo duelen esos muertos<br />

Cercarse o ser cercado, oprimirse o ser oprimido<br />

explotarse o ser explotado hoy igual que mañana<br />

cuando el tiempo es otro y para muchos ni tiempo.<br />

Someterse o ser sometido en la frágil piel o tallo,<br />

qué más da cuando todo se confun<strong>de</strong>.<br />

Estás <strong>de</strong>ntro o fuera <strong>de</strong> la flor,<br />

pero exiges que sea petunia porque te viene<br />

<strong>de</strong> un recuerdo antiguo y suaviza la ari<strong>de</strong>z<br />

o la rabia <strong>de</strong> estar vivo ahora.<br />

Se impone el recuerdo y la petunia<br />

alcanza la categoría <strong>de</strong> una primera vez<br />

en la que la caricia significó algo.<br />

Y ahora duele ese recuerdo.<br />

~ 69 ~


~ 70 ~<br />

Y te confun<strong>de</strong>s en la piel o el tallo,<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

quieres y <strong>de</strong>seas estar quieto, escuchar.<br />

Y el silencio da importancia<br />

a un segundo, a un minuto<br />

y a otro minuto más <strong>de</strong>l silencio<br />

que se convierte en ca<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> la savia que llega lenta<br />

a la hoja pequeña.<br />

Y cuando crees que ya no estás<br />

que el tiempo te ha fundido,<br />

la sientes avanzar por el tallo<br />

como un torrente <strong>de</strong>sparramándose<br />

en inmensos arroyos,<br />

ricos y amorosos con la nutriente savia<br />

entre todo un torbellino <strong>de</strong> <strong>hojas</strong>,<br />

gran<strong>de</strong>s o pequeñas <strong>hojas</strong>, flores,<br />

sépalos o pétalos.<br />

Eres entonces locura que siente y no escucha.<br />

Todo en música o quizá concierto musicalmente estructurado.<br />

Porque yaces ya muerto o añorando estar muerto así,<br />

arropado por miles, millones <strong>de</strong> pardas raíces


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

que confun<strong>de</strong>s en bandadas <strong>de</strong> negros mirlos<br />

que traen lo incierto: un cuenco <strong>de</strong> esperanza<br />

por no ser como otros muertos<br />

que caen por miríadas en áridos sen<strong>de</strong>ros<br />

o abruptos surcos <strong>de</strong> olas que parecen,<br />

a las sombras o espejismos sin ojos,<br />

que arropan.<br />

Y tú que ya has perdido la piel y la carne,<br />

y hasta el hueso ya es ceniza,<br />

y el dolor no pue<strong>de</strong> alcanzar ese imposible,<br />

te duelen, cómo te duelen esos muertos.<br />

~ 71 ~


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

con la mochila compartida<br />

Si la vereda<br />

que nos propone la vida<br />

para transcurrir<br />

nos viene cargada <strong>de</strong> olas<br />

abrasivas como adoquines <strong>de</strong>scendiendo en cascada.<br />

O secas, abismales y vacías como pulido mármol,<br />

convertidas en cárceles <strong>de</strong> soledad.<br />

O inmensas,<br />

esculpidas <strong>de</strong> universos en difícil equilibrio<br />

con la línea <strong>de</strong> la cordura.<br />

~ 73 ~


~ 74 ~<br />

Siempre,<br />

siempre la quise andar<br />

con la mochila <strong>de</strong>l amor<br />

compartida.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno


<strong>de</strong>sasosiego<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Sí, es <strong>de</strong>sasosiego cada día que comienza<br />

cuando supone borrar,<br />

con tenacidad <strong>de</strong> ola, el tiempo<br />

que me ancla a este siglo voraz<br />

cuyo rastro son sombras <strong>de</strong> los que fueron.<br />

Nada queda, nada <strong>de</strong> las risas o <strong>de</strong> los ensueños.<br />

Nada queda, nada <strong>de</strong> anhelos<br />

leves, hendidos <strong>de</strong> felicida<strong>de</strong>s quebradas,<br />

tronchadas, pisoteadas y rotas<br />

como gamones secos.<br />

Cumpla con su obligación el vacío<br />

y sepulte en un solo gesto<br />

~ 75 ~


~ 76 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

la noche y el día, la luz y la sombra...<br />

Hasta la palabra que nos dibuja como hombres<br />

que<strong>de</strong> absorbida en ese silencio.


elegía<br />

I<br />

El dolor<br />

He visto el dolor abrasando<br />

retorciendo los espíritus, las almas<br />

<strong>de</strong> los que te amaban.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Era un volcán <strong>de</strong> angustias y silencios,<br />

silencios que estallaban en el interior como truenos.<br />

Escondían en los rincones<br />

los cuerpos atormentados.<br />

Huían <strong>de</strong> sí mismos.<br />

No querían compren<strong>de</strong>r, era tanta su <strong>de</strong>sgracia.<br />

Su <strong>de</strong>sgracia y la mía por haberte perdido, Esteban.<br />

En memoria <strong>de</strong> mi amigo<br />

Esteban Jurado<br />

~ 77 ~


~ 78 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

¿Cómo explicar la muerte, amigo mío?<br />

¿Cómo explicar este adiós sin palabras,<br />

cuando tanto nos quedaba por <strong>de</strong>cirnos<br />

cuando tanto por contarnos te quedaba?<br />

¡Maldigo por absurda esta muerte,<br />

como todas cuando alguien <strong>de</strong> fundamento se marcha!<br />

Nunca <strong>de</strong>be llegar cuando el amor está lleno,<br />

pleno <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y consuelos.<br />

¿Qué pasa ahora?<br />

Tendremos que gritar hasta <strong>de</strong>sgastar las gargantas,<br />

gritar para que no se escuche el silencio,<br />

gritar hasta llenar el hueco:<br />

tanto vacío nos <strong>de</strong>jas.<br />

Me niego, niego<br />

esta inoportuna y hambrienta muerte.<br />

¡Qué soledad tan gran<strong>de</strong> y tan horrible!<br />

Tendré que morir gritando para calmar<br />

lo violento <strong>de</strong> esta ausencia inesperada.


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Hurgaré, escarbaré, haré polvo el tiempo<br />

hasta que vuelva a encontrar tu palabra,<br />

tan necesaria para muchos, para mí,<br />

como para el labrador saber <strong>de</strong>l cielo.<br />

¡Qué horror tan inmenso, qué nada tan llena <strong>de</strong> nada<br />

circula por mis venas hoy, amigo Esteban!<br />

Ya no será lo mismo mañana.<br />

Ya no será lo mismo: no habrá mañanas en ningún día<br />

que no amanezcan sin que me sienta<br />

vencido por el frío... Y el vacío que me <strong>de</strong>jas, que nos <strong>de</strong>jas.<br />

No, lucharé, quizá, tal vez con impotencia,<br />

tropezaré, caeré, me levantaré y lucharé<br />

por encontrar tu palabra entre la nada<br />

hasta que tu aliento sea el mío.<br />

No <strong>de</strong>jaré que esta maldita muerte<br />

nos aleje. No <strong>de</strong>jaré tiempo,<br />

pediré ayuda al fuego y como un rayo<br />

<strong>de</strong>struiré el vacío y el silencio hasta que sean<br />

polvo las rocas y las piedras.<br />

~ 79 ~


~ 80 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Amigo Esteban, estaba tan pleno <strong>de</strong> amor nuestro tiempo<br />

que huirá, se le verá correr, escapar, escon<strong>de</strong>rse por las esquinas al olvido<br />

para <strong>de</strong>jar espacio entre nosotros al momento que te <strong>de</strong>je nacer.<br />

II<br />

El recuerdo<br />

Después <strong>de</strong> que el tiempo haya cribado<br />

los posos <strong>de</strong>l dolor, aún sin nenúfares<br />

en la orilla en que nos <strong>de</strong>jaste.<br />

Palpo entre los recuerdos tu hacer liberador.<br />

Eras copa <strong>de</strong>l espíritu abierto y generoso, recinto <strong>de</strong>l soplo<br />

que empuja, que ama al hombre con todo el valor<br />

que la palabra encierra, ayudabas al necesitado<br />

sin ser creyente ni seguidor <strong>de</strong> doctrina alguna.<br />

A beber <strong>de</strong> una sabiduría potente y primigenia,<br />

<strong>de</strong>l buen juicio y <strong>de</strong> análisis necesarios<br />

se acercaban, plegándose a proyecciones acertadas<br />

que el futuro confirmaba.


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Tu verbo calmaba y colmaba inquietu<strong>de</strong>s,<br />

aplacaba nervios y templaba zozobras;<br />

inducía ánimos don<strong>de</strong> hervían los quejidos,<br />

<strong>de</strong>sviaba tensiones hacía las zonas baldías.<br />

Tenías la palabra proporcionada, la palabra justa<br />

para cada porción <strong>de</strong> vida,<br />

hasta el momento en el que los insospechados azares<br />

acortaban la tuya.<br />

El dolor por tu ausencia <strong>de</strong>ja así sendas verticales<br />

<strong>de</strong> dignidad y rotundas enterezas.<br />

~ 81 ~


paisaje <strong>de</strong>...<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

…soledad<br />

Quiébrame esta soledad, amigo,<br />

que los siglos no me la ahuyentan.<br />

No es la soledad <strong>de</strong> la inmensa llanura que el verano,<br />

con una constancia ingenua, calienta quemando mi piel.<br />

Ni la soledad que surca las madrugadas, ni tan siquiera<br />

la <strong>de</strong> los misterios que sólo yo vi con los ojos hambrientos<br />

<strong>de</strong> vida que tanto te asustan.<br />

Nunca me espantó, ni me apartó la soledad <strong>de</strong> andar solo,<br />

<strong>de</strong> hablar y andar solo, <strong>de</strong> andar y hablar con la única meta<br />

<strong>de</strong> que mi voz se cruce con el aire;<br />

este aire que por más <strong>de</strong>nso que lo note nunca <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> abrirse<br />

para <strong>de</strong>sasosiego mío.<br />

No es la soledad <strong>de</strong> este campo raído y pastos marchitos<br />

don<strong>de</strong> la imaginación me ha ubicado,<br />

~ 83 ~


~ 84 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

ni esta anchura <strong>de</strong> atmósfera que acoge mi palabra,<br />

<strong>de</strong>volviendo los cerros (humil<strong>de</strong>s, apenas un gesto <strong>de</strong> verdor) su sonido<br />

en murmullos<br />

ajenos al diálogo, y que atormentan el pensamiento<br />

en una persona cuerda.<br />

No es esa clara llanura don<strong>de</strong> se dibuja mi <strong>de</strong>stino<br />

la que me inquieta.<br />

Ni la amistad que me profesas (tú sólo, quizás en ti todos), cauce<br />

que amortigua<br />

mi permanente paso por este mundo, la que me sosiega.<br />

No es la soledad <strong>de</strong>l que al lecho no acompaña,<br />

<strong>de</strong>jando tu piel marchita sin las caricias que son canciones<br />

en la epi<strong>de</strong>rmis <strong>de</strong> una mujer.<br />

No, Sancho, mi enamoramiento es el lenguaje <strong>de</strong> un ensueño<br />

y respeto con toda el alma el fiero y complejo ensamblaje<br />

<strong>de</strong> la mujer que en estas tierras nace.<br />

Sancho, quiébrame este cansancio que con el tiempo aumenta.<br />

Aumenta, también con el tiempo, la soledad <strong>de</strong>l que ama al ser humano<br />

obligado por la imaginación: abismo <strong>de</strong> reveses y amarguras.


Tras tu gesto curvo,<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

…. y vino<br />

bello como el seno perfecto recogido<br />

tras la limpia transparencia <strong>de</strong>l cristal,<br />

eres como una copla sin sonido<br />

para los sabios por años,<br />

para los paladares viejos.<br />

Si no fuera por ti,<br />

hoy, que apenas levantarme puedo,<br />

¿quién traería hasta mi <strong>de</strong>scontrolada memoria<br />

tanto aroma nuevo?<br />

Piropo rojo, erubescente grana en rostro inocente,<br />

púrpura en terciopelo, lágrima <strong>de</strong> lagar, dorado<br />

y hasta añejo: negro te quiero para alegrar<br />

la vida siempre oscura <strong>de</strong> tanto recoveco impuesto.<br />

~ 85 ~


~ 86 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Quizás, en estos momentos, como vino abocado<br />

para hablar <strong>de</strong> amor te quiero;<br />

las negras espinas <strong>de</strong> las penas las silenciamos ya<br />

en otros caldos <strong>de</strong> solitarias bo<strong>de</strong>gas, <strong>de</strong> oscuros odres,<br />

<strong>de</strong> ocres tinas. La <strong>de</strong>jamos entre las medias noches <strong>de</strong> las tabernas,<br />

apagadas, muertas en las roncas gargantas<br />

ahítas <strong>de</strong> dolor.<br />

Viniste <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el trujal, ya maduro, a mostrarme lo brutal<br />

que <strong>de</strong> muerte tiene la tierra, que <strong>de</strong> hermosa vida, <strong>de</strong> azul o cielo<br />

tiene la tierra. Los dos supimos la verdad, en el mismo instante<br />

<strong>de</strong> aquel día <strong>de</strong> invierno en la tumultuosa fiesta y el recogido altar,<br />

fundidos con la lluvia y en los recuerdos <strong>de</strong> los ausentes.


etratos sin rostros<br />

Habla<br />

I<br />

y el viento acalla las soleda<strong>de</strong>s.<br />

Mira<br />

y se materializan los conceptos.<br />

Sólo la estética<br />

<strong>de</strong> su barba no es recomendable.<br />

II<br />

Hálitos <strong>de</strong> generosos <strong>de</strong>seos<br />

copan el bien hallado cáliz<br />

<strong>de</strong> la inteligencia<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

a Esteban, Marino, Marián, Paco, Manolo, Antonio<br />

~ 87 ~


~ 88 ~<br />

que emanan <strong>de</strong> cada uno<br />

<strong>de</strong> sus hermosos gestos.<br />

Es una belleza permanente<br />

sembrando segundos, minutos<br />

horas, días, semanas, meses,<br />

años...<br />

Es una copa <strong>de</strong> estética inaudita.<br />

III<br />

Obtiene,<br />

succiona energía <strong>de</strong>l ceniciento gris<br />

que comparte.<br />

Saca revoloteos mágicos a la vida<br />

que, imposibles <strong>de</strong> almacenar,<br />

reparte<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus manos anchas<br />

-neptunianas por gigantescas-<br />

y que sólo sirven para impartir<br />

seguras caricias.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno


IV<br />

Soporta,<br />

tiene sobre sus hombros<br />

la bufanda gris que <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

la niebla <strong>de</strong> los adoquines.<br />

Pero sonríe<br />

y su palabra y su risa<br />

son borboteos <strong>de</strong> cristalina agua<br />

en este <strong>de</strong>sierto.<br />

V<br />

¡Qué amargura!<br />

Sabe a hiel el aire.<br />

El paladar quemado por la lava<br />

<strong>de</strong> lo sufrido.<br />

Respira aún sepultado vivo<br />

entre residuos <strong>de</strong> olvido<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

...Y aún escucha la palabra <strong>de</strong>l amigo.<br />

Ingenuamente sonríe<br />

mientras le sangran las yemas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos.<br />

~ 89 ~


~ 90 ~<br />

VI<br />

Tierra reseca.<br />

Agostado campo.<br />

Ari<strong>de</strong>z que resquebraja la mirada<br />

...Y nace un gamonito blanco<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

(2007)


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

retrato <strong>de</strong> un fusilamiento antiguo<br />

I<br />

Pared blanca<br />

<strong>de</strong> pueblo blanco<br />

con la seca soledad<br />

<strong>de</strong> espalda contra pared<br />

blanca<br />

y diez cañones<br />

<strong>de</strong> fusil con la muerte.<br />

Rojo<br />

contra la blanca pared.<br />

Pueblo pintado <strong>de</strong> blanco<br />

que no hizo blanco al pueblo<br />

que no ocultó la negra mancha<br />

~ 91 ~


~ 92 ~<br />

que no tapó la oscura sepultura.<br />

Pincelada <strong>de</strong> silencio<br />

casi con gravedad absoluta.<br />

II<br />

En esta tierra solo hablan<br />

los silencios<br />

quebrados por palmas.<br />

Ari<strong>de</strong>z y hambruna.<br />

Creencias <strong>de</strong>rramadas<br />

en lágrimas y un dolor<br />

que apenas se <strong>de</strong>sgasta.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

(2002)


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

tanto negro, tanto luto<br />

Abonada la tierra, arada y sembrada<br />

–como dios manda–<br />

y hogaño también <strong>de</strong> luto,<br />

negro para la tía, negro para el abuelo<br />

y también negro para la boda.<br />

¿Negro será también el tiempo para el amor?<br />

¡Ay!, que negro hogaño me espera.<br />

Negro para el hijo que me hiciste<br />

que con callos en el alma nacerá.<br />

Yo con grietas en las manos, la grama arrancando,<br />

la eterna grama, hambrienta <strong>de</strong> surco,<br />

hambrienta <strong>de</strong> agua.<br />

Ella siempre joven, viejos mis pechos <strong>de</strong> amamantar.<br />

~ 93 ~


~ 94 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Viejos pellejos y huesos ya negros como los sueños<br />

<strong>de</strong> las jóvenes carnes<br />

que nunca aprendiste a disfrutar,<br />

joven gañan.<br />

(2002)


viento<br />

Viento sin sentido parándote<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

sin el previo aviso que utiliza con la arruga,<br />

la bella arruga que en la piel nos conduce<br />

con suave paso e inexorable ca<strong>de</strong>ncia al final marcado.<br />

¿Quién te hizo faltar a la cita <strong>de</strong>l aliento<br />

que todo joven pulmón necesita más que los sueños?<br />

Miro a la montaña y sigue en armonía<br />

con el murmullo <strong>de</strong>l agua que en su cauce<br />

marca en latidos con pulso <strong>de</strong> sinfonía<br />

lo hermoso <strong>de</strong>l instante.<br />

Acompaña un resplandor,<br />

<strong>de</strong>l escaso sol que la cumbre <strong>de</strong>ja ver,<br />

al lento temblor <strong>de</strong> la hoja <strong>de</strong> hierba<br />

(último aviso <strong>de</strong> la calma <strong>de</strong>l aire)<br />

~ 95 ~


~ 96 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

que arropa, como queriendo que el calor<br />

no escape <strong>de</strong>l cuerpo jóven<br />

que <strong>de</strong> forma plácida duerme,<br />

parece dormir, los ojos cerrados<br />

confiando en el natural y sereno manto<br />

que esta primavera la tierra ha creado.<br />

Tiene los ojos cerrados, sereno<br />

su bello rostro <strong>de</strong> apenas diecisiete años.<br />

Oculta el frondoso follaje la <strong>de</strong>sgarrada blusa<br />

y un impreciso <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n en la ver<strong>de</strong> falda.<br />

Confiada una trucha se <strong>de</strong>ja ver<br />

entre el reflejo plateado <strong>de</strong>l agua.<br />

Duerme, parece dormir tranquila<br />

como si el hálito mágico <strong>de</strong>l amor<br />

la hubiera conocido.<br />

Duerme, la<strong>de</strong>ada la cabeza<br />

sobre una almohada <strong>de</strong> hierba con reflejos dorados.<br />

Anochece. Un hilo <strong>de</strong> sangre riega su sien izquierda.<br />

Quizá, sólo quizás, tuviera más <strong>de</strong> diecisiete años.<br />

(2002)


cuadro con ciudad<br />

Es el gris,<br />

color que se mece<br />

sobre esta ciudad <strong>de</strong>forme.<br />

¿No se merecen otra luz<br />

las mezquinda<strong>de</strong>s<br />

anidadas en los corazones?<br />

¿Acaso no era ése el camino<br />

predicado por las personas <strong>de</strong> bien?<br />

¿Dón<strong>de</strong> quedó el brillo<br />

<strong>de</strong> las variadas y múltiples<br />

i<strong>de</strong>as?<br />

¿Quién nos explicará,<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> qué obtusa esquina<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

~ 97 ~


~ 98 ~<br />

se escon<strong>de</strong>, según informan,<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

el sublime resplandor <strong>de</strong> lo uniforme,<br />

<strong>de</strong> lo único, <strong>de</strong> todos en fila?<br />

Se cierne siempre el gris,<br />

que ignora prepotente<br />

la rueda <strong>de</strong> las estaciones,<br />

sobre adormecidas conciencias.<br />

Se aferra el gris como un lazo <strong>de</strong> horca<br />

sobre esta al<strong>de</strong>a imprecisa<br />

con <strong>de</strong>sdibujadas calles por el monótono<br />

canto <strong>de</strong> los arrepentidos en domingo.<br />

Edificios como pesadillas<br />

silenciando los matices<br />

<strong>de</strong> la hermosa música olvidada<br />

en la variedad <strong>de</strong> las voces.<br />

El gris como una con<strong>de</strong>na<br />

cubriendo con un pesado <strong>de</strong>sierto<br />

a la ya última garganta<br />

que sólo sueña, que sola grita.<br />

(2002)


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

historia en el mismo lugar<br />

Bello era el paisaje, según al uso<br />

bucólico, que resaltaba <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la ventana.<br />

Como siempre tras un cristal<br />

que imponemos y nos aísla.<br />

Aunque tú parecías real, bonita<br />

y encuadrada en el recién <strong>de</strong>corado hotel.<br />

Consciente <strong>de</strong> tus pezones saltando<br />

al mínimo aire que el giro <strong>de</strong> tus <strong>de</strong>lgados,<br />

estilizados brazos blancos, <strong>de</strong> piel<br />

semitransparente daban cuando hablabas<br />

con palabras que no escuchaba,<br />

bajo tu blusa blanca generosamente abierta.<br />

Rasgando el <strong>de</strong>seo en su cumbre,<br />

apuntando alto en los sueños firmados<br />

por parpa<strong>de</strong>os semejantes a raras<br />

y bellísimas mariposas. Tal vez así fue.<br />

~ 99 ~


~ 100 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Ver<strong>de</strong>s, <strong>rojas</strong> y amarillas luces<br />

creaban otros falsos cristales<br />

en el mismo lugar en el cual te vi<br />

con la visión que dan las noches<br />

<strong>de</strong>sconcertadas don<strong>de</strong> se te pega la soledad.<br />

Más precisa e insinuante era tu mirada.<br />

Noté la ausencia <strong>de</strong> tu blusa blanca.<br />

El cambiado <strong>de</strong>corado se acoplaba<br />

idóneamente al movimiento <strong>de</strong> tus brazos<br />

–cuando hablabas sin que escuchara tus palabras–<br />

apuntando expertos<br />

don<strong>de</strong> el <strong>de</strong>seo se expresa bajo.<br />

Se hizo hermoso el paisaje,<br />

casi bucólico al nuevo uso.<br />

Y no fueron necesarias las palabras<br />

ni se quebró el cristal impuesto <strong>de</strong> las formas<br />

que antes y <strong>de</strong>spués siempre<br />

nos aisla.<br />

(2002)


sufrimiento baldío<br />

I<br />

Inclinada sobre el lecho,<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

arropada por el frío manto que <strong>de</strong>posita<br />

la soledad cuando no es posible el retorno,<br />

apretados los <strong>de</strong>dos hasta el dolor,<br />

contemplas a tu compañero.<br />

En vida su mente se ha negado a seguir contando<br />

la historia <strong>de</strong> los días.<br />

Te mira sin verte, extraña para el que tanto<br />

abrazo te dio.<br />

Inmóvil, lacerada el alma, encogido el cuerpo<br />

como único lamento.<br />

a José Manuel<br />

~ 101 ~


~ 102 ~<br />

II<br />

Inútil llanto que el dolor no calma.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Si pudiera darte a beber alguna esperanza, pero mis manos,<br />

hoy también secas, no bastan ni para recoger mis lágrimas.<br />

Y hace tiempo áridos duermen<br />

los lechos <strong>de</strong> los arroyos que alegraban tus días<br />

<strong>de</strong> niña soñadora y <strong>de</strong>spreocupada, raros fueron<br />

aunque también se dieron, cuando mecías a todos los hijos<br />

que tu fantasía amamantaba.<br />

No hay ninguna posibilidad <strong>de</strong> alegría renovada<br />

en el agua que hoy bebe lejos <strong>de</strong>l otro, <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro<br />

y lejano manantial; cuna <strong>de</strong>l Gállego, ribera <strong>de</strong> alegre ver<strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> adormece Gurrea, plagada <strong>de</strong> juegos y fantasías,<br />

hoy borradas por la vigilia semiinconsciente.<br />

Un <strong>de</strong>scanso permanente y extraño aguarda<br />

a tantos <strong>de</strong>svelos, preocupaciones y ansias.<br />

No hay esperanza, madre hoy <strong>de</strong> todos los hijos<br />

a los que también el <strong>de</strong>sconsuelo alcanza, más sosegado<br />

a golpes <strong>de</strong> razón en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l equilibrio.


III<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

El galope <strong>de</strong>sequilibrado <strong>de</strong> una víscera alarga<br />

el sufrimiento <strong>de</strong>sgranando las horas<br />

para sembrar nada.<br />

Hay sufrimientos baldíos: parvas <strong>de</strong> cenizas<br />

sepultando presentes –muestra elocuente <strong>de</strong> lo innecesario<br />

<strong>de</strong> concluir sufriendo–.<br />

Y tu imagen, madre, <strong>de</strong>shaciéndose<br />

en este perfil inacabable.<br />

Impotente asisto<br />

al barrido <strong>de</strong> un gélido viento que te sume<br />

en el último e insondable abismo,<br />

quizá cargado <strong>de</strong> tantos<br />

sin sentidos,<br />

tantas esperanzas vanas: metas fallidas<br />

que rasgan como el filo <strong>de</strong> un acero<br />

cuando somos amaneceres asustados<br />

por el vértigo <strong>de</strong> la soledad<br />

que la claridad <strong>de</strong> vivir genera.<br />

(2002)<br />

~ 103 ~


hoy o ayer<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

¿Quién se atreve en estos días a hablar <strong>de</strong> cordura?,<br />

cuando se <strong>de</strong>sgarra la Tierra,<br />

se <strong>de</strong>sgarran los hombres<br />

mostrándonos los jirones <strong>de</strong> repente<br />

como insolencias interminables.<br />

¿Quién tiene el punto que <strong>de</strong>be dar equilibrio<br />

a esta noche <strong>de</strong>smesurada?<br />

Falta el aire que se expanda con la palabra<br />

amor, sentida hasta el estremecimiento<br />

que <strong>de</strong>smorona y construye.<br />

¿Dón<strong>de</strong> se encuentra la locura razonable<br />

que nos impulse en pos <strong>de</strong> la quimera,<br />

<strong>de</strong> lo i<strong>de</strong>al, <strong>de</strong> la belleza extenuante,<br />

<strong>de</strong> la belleza extrema?<br />

~ 105 ~


~ 106 ~<br />

¿Dón<strong>de</strong> hay un simple apoyo<br />

que me impida caer<br />

ante tanto abismo abierto?<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Este mal que nos arrasa, ¿qué hay <strong>de</strong>trás<br />

<strong>de</strong> él, que tan atractivo resulta?<br />

Esculpimos, sobre el aire, caminos imprecisos,<br />

como si fueran a durar para siempre,<br />

que nos atan a cosas que perecen<br />

como los ciegos pasos<br />

que hoy doy.


fuiste madre<br />

Caía la penumbra con reflejos rosa<br />

<strong>de</strong>sdibujando calles y tejados<br />

y el temblor que nos arrancaba<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

me terciaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy a<strong>de</strong>ntro, traspasándome<br />

hasta que lo hiciste tuyo<br />

en los principios <strong>de</strong> aquella primavera<br />

que sin quererlo, sin conciencia plena sellaríamos<br />

para el recuerdo como el comienzo, el principio<br />

<strong>de</strong> lo que sería el nacimiento <strong>de</strong> dos caudales,<br />

dos torrentes, dos ríos plenos <strong>de</strong> genes:<br />

materia convertida en torbellino <strong>de</strong> emociones<br />

y sentimientos.<br />

Dos hijas, hoy jóvenes, nacidas con la vocación,<br />

como la <strong>de</strong> todos, <strong>de</strong> perdurar: inconsciencia<br />

~ 107 ~


~ 108 ~<br />

<strong>de</strong>l límite en el teatro <strong>de</strong> la vida.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Dos síntesis <strong>de</strong> tiempo que te arroban<br />

en el <strong>de</strong>limitado cauce <strong>de</strong> la madurez.<br />

Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este tiempo te miro, con la emoción<br />

contenida y el sentimiento conciso,<br />

consciente al fin <strong>de</strong> cuál será la conclusión <strong>de</strong> la obra.


…suave, reposo…<br />

Cristalina agua,<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

sonrisa plena: claridad para la noche<br />

en la que me muevo.<br />

Certeza radiante para el poroso suelo<br />

<strong>de</strong> dudas que sostiene mi andar,<br />

¿quién no mecerá, no mimará hoy,<br />

onomástica para todos a los que has colmado<br />

con existir, con vivir, tus horas con besos?<br />

¿Quién no apartará con enérgicos gestos los pequeños<br />

quehaceres para alagar tu cuerpo con ondulados abrazos?<br />

Se ensanchará el día, se tejerá en alfombra<br />

y amortiguará así la presión <strong>de</strong> tu paso.<br />

La<strong>de</strong>ra suave, reposo <strong>de</strong> la mirada.<br />

a Begoña<br />

~ 109 ~


el ciclista<br />

El olor a hinojo, aroma <strong>de</strong> anises,<br />

inva<strong>de</strong> la mañana estival.<br />

Cerca <strong>de</strong> la encina ya centenaria<br />

sientes lo bueno <strong>de</strong> esta tierra dura<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

apenas cubierta por chaparros o matorrales,<br />

pastos secos y abruptos, áridos barbechos,<br />

eriales con dueños emigrantes<br />

y cotos <strong>de</strong> enorme extensión<br />

en manos <strong>de</strong>l egoísmo.<br />

Crecen las liebres y gazapos a la sombra <strong>de</strong> la encina,<br />

don<strong>de</strong> están aún frescas las hierbas,<br />

en sutil entrega generosa.<br />

~ 111 ~


~ 112 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Mientras templa el aire, <strong>de</strong>spertando añoranzas<br />

<strong>de</strong> libertad, el sereno vuelo <strong>de</strong>l águila,<br />

circula por el reseco camino <strong>de</strong> piedra caliza<br />

y tierra blanquecina, levantando leves nubes <strong>de</strong> polvo,<br />

ajenos, los ciclistas.


la boda<br />

Dos formas, dos barros,<br />

dos gestos, dos evoluciones<br />

y el amor quebrando límites:<br />

una revolución estelar,<br />

un universo <strong>de</strong> cariño.<br />

Hoy hemos visto las cosas<br />

importantes <strong>de</strong>l cielo.<br />

Arropados con sedas,<br />

son más los impasibles<br />

que los involucrados,<br />

más los sosegados<br />

que los atados por nervios,<br />

más los ajenos que los propios.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

~ 113 ~


~ 114 ~<br />

Quien llora es la madre;<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

el padre la contempla con <strong>de</strong>sconcierto,<br />

en su mirada la ansiedad, la angustia.<br />

Es la hija: la mujer, la copa que embriaga,<br />

que tensiona y emociona, carne<br />

por joven prieta,<br />

transpirando tanta ilusión como genera;<br />

la que hace titilar la noche,<br />

que provoca, sin querer, recuerdos, emociones,<br />

envidias sostenidas.<br />

Al amparo <strong>de</strong> la oscuridad se retiran<br />

los más viejos: <strong>de</strong>sfile<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rrotas mal asumidas,<br />

<strong>de</strong> vencidos al fin por años<br />

por no pensados mal vividos.


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

suavida<strong>de</strong>s siempre nuevas<br />

¿Supe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre que eras mi <strong>de</strong>stino<br />

o sólo aprendí <strong>de</strong> la duda?, que sin aquella mirada<br />

viva, clara, transparente, inmensa, retadora<br />

que <strong>de</strong>bilitaba el reverbereo <strong>de</strong>l sol sobre las siembras<br />

<strong>de</strong> mayo, su tibieza era hielo ante la brasa que arrebató<br />

mi raciocinio alentado por la pausada insinuación<br />

<strong>de</strong> tu piel, no tendría, lo supe,<br />

el cielo en un instante.<br />

Intacto permanece mi <strong>de</strong>seo,<br />

convirtiendo mi sangre en una espada,<br />

en una corriente insaciable<br />

que anhela abarcarte toda en un beso.<br />

~ 115 ~


~ 116 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Y se fun<strong>de</strong> la luz y lo negro <strong>de</strong> lo oscuro<br />

en la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z <strong>de</strong> las carnes,<br />

extendiendo dibujos bellos y curvos<br />

que la más hermosa <strong>de</strong> las águilas<br />

imita en lo más alto <strong>de</strong>l espacio azul.<br />

Siento serena tu frente<br />

y me acerco a tu ondulado pelo,<br />

sintiendo siempre suavida<strong>de</strong>s nuevas.<br />

Pero no sé si es en el encuentro, a veces furtivo,<br />

lejos <strong>de</strong> las miradas, o en otros lances <strong>de</strong> forma abierta y clara,<br />

cuando <strong>de</strong> lo más profundo, inmerso en este fuego,<br />

nace la sensación <strong>de</strong> bucle que te aúpa a ser universo<br />

único en mi camino, poniendo el fin a mi <strong>de</strong>stino.<br />

No puedo calmar el doloroso presagio<br />

<strong>de</strong> la soledad.<br />

Hiriéndome con un <strong>de</strong>sgarro sin cura<br />

la irremediable ausencia que tendrá que llegar.


Gire hoy este instante<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

como un único mundo, como única meta.<br />

Llene yo <strong>de</strong> besos tus pezones, tus redondos pechos<br />

y abarquen tu boca y la mía toda nuestra piel,<br />

nuestros cuerpos <strong>de</strong>snudos,<br />

y nazca para los dos, mejor que una estrella, un lecho<br />

<strong>de</strong> fresco musgo, margaritas y suave hierba.<br />

(2002)<br />

~ 117 ~


la pérdida<br />

Agosto estaba con mi noche<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>samparo en un torbellino <strong>de</strong> fiesta<br />

cuando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo suelo se irguió una estrella.<br />

Supe entonces que el cielo, hasta entonces<br />

tan lejano, crecía, nacía, florecía<br />

en mi renegada tierra.<br />

Vinieron doradas plumas,<br />

arrancadas <strong>de</strong> sus rayos al mismo sol,<br />

a crear, liviana, mi mirada,<br />

a insuflar <strong>de</strong> henchidos y generosos<br />

latidos los movimientos <strong>de</strong>l corazón.<br />

Era una sonrisa que bailaba, que cantaba<br />

con versos sin palabras en unas brillantes<br />

~ 119 ~


~ 120 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

pupilas, las más hermosas que el universo<br />

haya esculpido en el rostro <strong>de</strong> mujer.<br />

Volé con mis nuevas alas<br />

y supe todo el conocimiento<br />

que mi espíritu quería tener:<br />

quizás era el amor.<br />

II<br />

Parda se ha vuelto la tierra.<br />

Torpeza a torpeza he cegado mi mente,<br />

con amargas lágrimas queda<br />

el espíritu obtuso ante la serena<br />

gran<strong>de</strong>za perdida<br />

como uno más <strong>de</strong> los ángeles caídos:<br />

un simple hombre imperfecto,<br />

sometido, quedo.<br />

Uno a uno están siendo arrancados, ya,<br />

sin piedad extirpados los rayos que inundaban<br />

mi mísero espíritu.


Hoy sé que la muerte pue<strong>de</strong> ser<br />

un suave soplo ante tanto dolor.<br />

Hoy sé que hasta los versos<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

se convierten en silencios inacabables.<br />

Se me está yendo la voz, lo esencial.<br />

Me están retirando el amor.<br />

(2002)<br />

~ 121 ~


quise pasar ligero<br />

Quisiera negarme a vivir,<br />

a arañar en el alma.<br />

Pero ahí están<br />

las horas<br />

en las otras volunta<strong>de</strong>s,<br />

con un dolor que las encorva<br />

y que te absorbe, te consume,<br />

te arrastra en su ansia<br />

<strong>de</strong> crear evasiones imposibles.<br />

Pensé que ya estaba,<br />

cómodamente asentado,<br />

con mis juegos <strong>de</strong> palabras<br />

en la torre <strong>de</strong> marfil.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Recuerdo <strong>de</strong> otro verso <strong>de</strong> León Felipe<br />

~ 123 ~


~ 124 ~<br />

Ahora sé que no existe<br />

porque no hay perdón<br />

para el pasado<br />

que esté ligado a sus almas.<br />

Vengo, pues, <strong>de</strong>l cansancio,<br />

<strong>de</strong>l hondo abatimiento<br />

que el dolor produce.<br />

Con el conocimiento <strong>de</strong>scarnado<br />

<strong>de</strong> que no es hoja <strong>de</strong> otoño<br />

que en la primavera renace.<br />

Es más bien un pozo turbulento<br />

que sólo al invierno conoce.<br />

Quise pasar con pies ligeros<br />

por esta vida<br />

como si <strong>de</strong> un permanente carnaval<br />

se tratara: ligero en los actos,<br />

en las palabras ligero,<br />

sutil en los gestos<br />

y con canciones vanas.<br />

Que nadie, ni <strong>de</strong> más ni <strong>de</strong> menos,<br />

ni en falta me echara.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno


Hueco, pues,<br />

y sin producir en ellos<br />

ni muchas, ni pocas resonancias.<br />

Pero ahí están<br />

mis otras almas<br />

Vengo ahíto por el dolor<br />

<strong>de</strong>l conocimiento:<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

con paisajes que altero,<br />

con ilusiones y sueños<br />

que con mi andar hiero.<br />

la soledad, como acto voluntario,<br />

también sacu<strong>de</strong> la alfombra<br />

en la que los <strong>de</strong>más bailan.<br />

(2002)<br />

~ 125 ~


si hablas<br />

Si hablas<br />

y preten<strong>de</strong>s que las palabras suplan<br />

los gestos, las conviertes en bisturís<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

cuando las manos no son <strong>de</strong> cirujano,<br />

o en picos y palas, sin que el oficio <strong>de</strong> minero<br />

ennegreciera espesando aún más la sangre,<br />

coartando tu aliento con el negro polvo <strong>de</strong>l carbón,<br />

incapaz, por tanto, <strong>de</strong> sentir el miedo que te <strong>de</strong>ja<br />

solo en la oscura garganta <strong>de</strong> la tierra veteada.<br />

Si hablas<br />

<strong>de</strong>seando que sea el gesto<br />

<strong>de</strong> cariño arrobado capaz <strong>de</strong> borrar la frontera,<br />

tú sabes que imposible e infranqueable,<br />

<strong>de</strong>l abismo, más que físico, que nos separa:<br />

~ 127 ~


~ 128 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

cuidado con las palabras si el cultivo<br />

en el que se mueven, como espacio<br />

vital que te envuelve y os circunda,<br />

siendo la única realidad posible,<br />

se asemeja entonces a la arena pastosa,<br />

movediza y pesada como el líquido <strong>de</strong> la vida.<br />

Llámalo emoción afectiva.<br />

Calla, porque la más pequeña <strong>de</strong> las palabras, sonido<br />

inicialmente <strong>de</strong>licioso, será,<br />

es una duda razonable entre la angustia <strong>de</strong> existir<br />

un solo instante o <strong>de</strong> vivir en cómodas parcelas<br />

dulcemente anodinas,<br />

quizás, el último clamor que nazca <strong>de</strong><br />

tu garganta.<br />

(2007)


san valentín<br />

No se sostiene en equilibrio<br />

la palabra amor<br />

porque juegan a los dados con ella<br />

los dioses.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Y es entonces, como siempre, limitada,<br />

egoísta, sacra o dirigida.<br />

No se sostiene en equilibrio la palabra<br />

amor<br />

porque su peso específico es el mundo<br />

o el universo. Matemos a los dioses<br />

o a los dados o a ambos a la vez,<br />

a los que la hacen sacra y no sencilla,<br />

hermosa, sincera y por lo tanto real.<br />

~ 129 ~


~ 130 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

La palabra amor, sin santos que la impongan, me abarque<br />

también en el tiempo que no me toque tenerla,<br />

que lo abarque todo.<br />

Que <strong>de</strong>je su cálido abrazo y pueda morirme<br />

con su aliento.<br />

(2008)


presencia <strong>de</strong> tacones<br />

Presencia <strong>de</strong> tacones<br />

siempre en ese alto,<br />

en esa lejanía <strong>de</strong> cielo raso<br />

que nunca alcanzas.<br />

Sonidos fuertes<br />

que te pesan en el alma.<br />

Presencia que <strong>de</strong>seas<br />

y que también añoras<br />

cuando el sonido es liviano.<br />

Presencia fuerte<br />

<strong>de</strong> taconeo fuerte,<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

~ 131 ~


~ 132 ~<br />

agobiante <strong>de</strong> cerca,<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

añorada cuando es dulcemente ligera.<br />

Quizá <strong>de</strong>spués,<br />

cuando el tiempo haga su jugada,<br />

sabremos qué pasó<br />

aquel maldito día con plomo en la voz.<br />

Lo triste será tener <strong>de</strong> árbitro a la muerte,<br />

ese tiempo en el que carecen <strong>de</strong> sentido<br />

las dolorosas incomprensiones o incomunicaciones<br />

o las palabras mal interpretadas<br />

o las interpretaciones mal expresadas<br />

o las inexpresables i<strong>de</strong>as: inútiles<br />

para las necesarias palabras.<br />

(2002)


la mujer<br />

Dulce <strong>de</strong>cisión acabada:<br />

el arroyo <strong>de</strong>l amor,<br />

sedante, <strong>de</strong> canto continuo,<br />

melodioso y suave,<br />

como agua dulce<br />

en brava inteligencia.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

(2002)<br />

~ 133 ~


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

la dueña <strong>de</strong> la felicidad<br />

Manos o pétalos:<br />

todo lo pequeño hace que crezca,<br />

que nazca; crea la felicidad.<br />

Pero quién es la dueña <strong>de</strong> la <strong>de</strong>licada<br />

mano que domina el gesto,<br />

que aprecie el aroma <strong>de</strong> una flor.<br />

~ 135 ~


la <strong>de</strong>spedida<br />

Mi barca está varada<br />

en la orilla <strong>de</strong> este mar,<br />

<strong>de</strong> este tormentoso océano.<br />

El mástil quebrado como tierno<br />

tallo <strong>de</strong> la naciente primavera<br />

que mis ojos ya no ven.<br />

Háblame <strong>de</strong> ti.<br />

De ti que surcarás, que trazarás<br />

surcos invisibles y valientes<br />

entre las olas <strong>de</strong> la vida.<br />

Háblame <strong>de</strong> ti.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

~ 137 ~


~ 138 ~<br />

Engaña mis oídos, dame la mano<br />

y dime que bor<strong>de</strong>o olivos en flor.<br />

En esta primavera que ya no veré<br />

cuéntame lo aguda que es tu quilla,<br />

tan capaz <strong>de</strong> surcar océano<br />

tan embravecido.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Y <strong>de</strong> tu mano, bor<strong>de</strong>ando olivos en flor<br />

que no veré, nacerá mi yo, creo.<br />

Sin alargar <strong>de</strong>masiado la arena<br />

<strong>de</strong>l reloj que acaba con mi tiempo.<br />

Sin alargar <strong>de</strong>masiado la arena<br />

ni tu paso, déjame varado en esta orilla,<br />

don<strong>de</strong> ya siento el aroma fuerte y espeso<br />

<strong>de</strong>l olivo florecido. Recuérdame recio,<br />

ni vertical<br />

ni torcido, como el tronco <strong>de</strong>l olivo.<br />

(2008)


conocer<br />

Deseo conocer el proceso<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong> un acto generoso, pequeño e intenso<br />

don<strong>de</strong> se diluye la frontera <strong>de</strong> lo mío<br />

y ya somos todo y nada.<br />

Ese instante maravilloso y supremo don<strong>de</strong><br />

dicen que la química juega<br />

y se hace dios.<br />

~ 139 ~


cuando todo acabe<br />

La ausencia <strong>de</strong> flores en el invierno<br />

marcan el tiempo <strong>de</strong> un <strong>de</strong>spués,<br />

quizá sin primavera,<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong> una nada, <strong>de</strong> un invierno sin una i<strong>de</strong>a.<br />

Nada en que pensar.<br />

Solo la nada por pensar e imaginar.<br />

Siempre que la cuerda <strong>de</strong>l ciprés,<br />

movida por el viento,<br />

cante el final <strong>de</strong>l tiempo<br />

con su garganta y su diseño<br />

sabrás, amada, que he muerto.<br />

~ 141 ~


cascadas<br />

Cascadas <strong>de</strong> otoños<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

como primaveras preñadas <strong>de</strong> cerezas<br />

maduras que ahuyentan fantasmas <strong>de</strong> soledad:<br />

inmensas <strong>de</strong> tonos, matices, colores<br />

dispersos en infinitas, inquietantes, sobrecogedoras,<br />

ansiadas y exclamadas corrientes<br />

salpicadas <strong>de</strong>l preciado dorado<br />

se esparcen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> tus miradas,<br />

extendiéndose por tus brazos y pechos, ambarinas,<br />

generosas, amplias ca<strong>de</strong>ras en ca<strong>de</strong>ncias<br />

<strong>de</strong> caricias que insinúan -apenas un <strong>de</strong>svelo-<br />

<strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> sublimes placeres<br />

que sólo el amor sabe inspirar.<br />

~ 143 ~


~ 144 ~<br />

Me mecen en mi <strong>de</strong>smerecimiento<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

con la enorme generosidad que me prodigas,<br />

esposa, compañera mía.<br />

(2007)


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

las palabras <strong>de</strong> la vida<br />

Cuando el ser amado,<br />

in<strong>de</strong>pendiente y amado<br />

con la misma intensidad que uno<br />

a sí mismo se tiene, pronuncia palabras<br />

parecidas a látigos, quizá no,<br />

aún peor, utilizadas como cuchillas trituradoras <strong>de</strong>l espíritu:<br />

azotes, tremendas <strong>de</strong>scargas para el alma.<br />

Cuando las palabras son látigos<br />

hasta que la maltratada alma, el hálito se queda<br />

quebrado, tronchado. Rasgada la piel y el músculo,<br />

triturado como si <strong>de</strong> espina dorsal se tratara.<br />

Y se convierte en gusano,<br />

en nada, apenas aliento, tenue niebla, y te arrastras.<br />

~ 145 ~


~ 146 ~<br />

Caminas con tu cuerpo humano<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

como un gusano, con más <strong>de</strong>sprecio por ti,<br />

y miras con envidia la lombriz<br />

que vislumbras en la dichosa tierra.<br />

Entonces el insoportable dolor<br />

te sume en un infierno distinto, ácido<br />

y permanente, mas duro que aquel<br />

que, asustados, imaginábamos.


<strong>de</strong>seo<br />

Una sinfonía <strong>de</strong> perlas<br />

acarician, resaltan,<br />

no el suave cuello,<br />

sino el espíritu, el alma<br />

<strong>de</strong> acrecentada belleza<br />

pulida en los escalones <strong>de</strong> años.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Si con las redondas esencias nacaradas<br />

tu corazón alcanzara<br />

a <strong>de</strong>rramar<br />

sobre mi atormentada vida<br />

una mísera gota <strong>de</strong> misericordia,<br />

es posible que se acortara<br />

el nunca, quizá nunca, es tremendo ese tiempo.<br />

~ 147 ~


~ 148 ~<br />

Y pudiera volver<br />

a encontrar la senda<br />

<strong>de</strong> tranquila felicidad.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno


vencer los miedos<br />

Cuando lleguen los miedos<br />

en el silencio <strong>de</strong>l piso vacío<br />

o con la resonancia en el cerebro<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

<strong>de</strong> alguien que ha gritado mi nombre<br />

y no veo en esa estación <strong>de</strong> ninguna parte,<br />

don<strong>de</strong> he perdido el tren <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>stino...,<br />

cuando la soledad me persiga por las calles y avenidas<br />

concurridas por gentes extrañas<br />

y sienta atenazar el miedo mis entrañas<br />

ampliado su sonido por las cavernas <strong>de</strong>l alma...,<br />

cuando lleguen los miedos a vivir por oleadas<br />

en el asustado espíritu ante la persistente amenaza<br />

<strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> pan y vestidos, calor y cobijo por un <strong>de</strong>spido<br />

suspendido como espada presta a cortar mis esperanzas...,<br />

Para Ana y Begoña<br />

~ 149 ~


~ 150 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

me llegarán los miedos por vivir así, doblegado y <strong>de</strong> rodillas.<br />

Y podrán llegar acompañados, a veces ocurre, <strong>de</strong> los certeros<br />

hachazos que la vida impone, y ahí será el dolor quien <strong>de</strong> rodillas<br />

me ponga<br />

hasta alcanzar el cuerpo posiciones imposibles <strong>de</strong> equilibrio<br />

y el beso a la tierra será el más suave <strong>de</strong> los tormentos <strong>de</strong>satados.<br />

Llegarán, pero quiero que me encuentren siendo orquesta<br />

y director, paso y camino con el pie firme y erguido,<br />

como el mar: incansable en movimiento continuo.<br />

Tengo la fuerza <strong>de</strong>l que amar sabe y el valor<br />

<strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong>l que pue<strong>de</strong> dar y recibir en la entrega.<br />

Me encontrarán preparado para abrir sendas<br />

entre las nieblas <strong>de</strong> las pesadas noches <strong>de</strong> insomnio.<br />

Seré el mejor vigía, el mejor patrón <strong>de</strong>l barco<br />

<strong>de</strong> mi vida: cargado como va, como vuela sobre océanos<br />

en tormenta, con el mejor tesoro <strong>de</strong> ternura,<br />

<strong>de</strong> cariño, con el <strong>de</strong> la mano tendida y abierta.<br />

Mientras en mis pulmones quepa el viento y que<strong>de</strong><br />

besana bajo mis pies, una veces con miedo


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

y quizás alguna otra también, seguiré trazando<br />

surcos suaves y livianos que no <strong>de</strong>jen heridos<br />

ni heridas en este andar, en este pasar.<br />

Sólo cuando el tiempo se me acabe,<br />

recogeré las velas y echaré el ancla.<br />

~ 151 ~


la purpurina<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Sentado en el sofá contemplaba la purpurina<br />

alzar sus <strong>de</strong>licados tallos hasta la vertical para ser acariciada<br />

por la luz, en una dignidad sencilla, coherente<br />

con su función, quizás ensayada <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un tiempo per<strong>de</strong>dor.<br />

Tal vez como ahora son per<strong>de</strong>dores los que preten<strong>de</strong>n salvar<br />

al mundo, fracasados sociales que hablan <strong>de</strong> conceptos viejos:<br />

libertad, verdad, honra<strong>de</strong>z..., y otros, quizá, más nuevos<br />

<strong>de</strong> paisajes con <strong>hojas</strong> como soles<br />

a cientos: reflejos <strong>de</strong> instantes plenos <strong>de</strong> melodías sencillas<br />

dirigidas por el viento, cargadas <strong>de</strong> aromas a tierra herrumbrosa,<br />

calcárea, plúmbea...; tierras <strong>de</strong> cantarines y transparentes ríos;<br />

son los que nos traen retazos <strong>de</strong> un futuro<br />

más sosegado. Es sano pensar que, como el amor <strong>de</strong> hombre<br />

serán colonizadores en ese posterior tiempo. Herencia<br />

~ 153 ~


~ 154 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

pequeña rescatada <strong>de</strong> este individualismo<br />

egoísta y ciego.<br />

¿Qué hay más allá <strong>de</strong> la mirada corta<br />

que hoy se ha asomado al sol? Desconcierto<br />

ante el paisaje, ante lo ancho y largo <strong>de</strong>l camino a recorrer.<br />

Y dudó <strong>de</strong> hacerlo solo, inmerso en esa soledad preñada<br />

<strong>de</strong> conceptos claros que hace gran<strong>de</strong>s a los hombres<br />

que se aventuran en plasmarlos, en esculpirlos,<br />

en soñarlos realizados.<br />

Tanta alteración <strong>de</strong>l corazón...,<br />

que prefirió seguir con su miopía y se puso las gafas<br />

<strong>de</strong> ver lo evasivo que hacían festivas su horas y su días.


dón<strong>de</strong><br />

Las horas <strong>de</strong> este tiempo ácido<br />

que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> corroyendo el tronco<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

en el que me busco, <strong>de</strong>jando al <strong>de</strong>snudo<br />

los egoísmos atroces y las miradas <strong>de</strong> locura.<br />

Mis pupilas perdidas en esta noche<br />

<strong>de</strong> musgos entre alas<br />

<strong>de</strong> asustados murciélagos, arrastran<br />

alaridos <strong>de</strong> anhelos<br />

que caen<br />

hacia abismos innombrables,<br />

don<strong>de</strong> mis manos inútiles se quiebran,<br />

entre triturados carpos me <strong>de</strong>jan<br />

con un sordo quejido.<br />

~ 155 ~


~ 156 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

¿Dón<strong>de</strong> hoy mis sólidos amigos?, ¿dón<strong>de</strong><br />

sus risas, sus ánimos?, ¿dón<strong>de</strong><br />

los generosos amores?<br />

Tan lejos, tan perdidos.<br />

Quedo rico<br />

en ausencias, ahora<br />

que nada tengo.


con<strong>de</strong>nado<br />

Con<strong>de</strong>nado a esta luci<strong>de</strong>z<br />

permanente por los amantes<br />

<strong>de</strong> lo perfecto en el ojo ajeno.<br />

El espíritu entero<br />

como una llaga,<br />

tan cruel y ajena<br />

a lo bello es esta realidad.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Me siento como un buey mitológico,<br />

que arrastra el pesado carro<br />

<strong>de</strong> una humanidad cruel<br />

a la que he aportado mi plomizo grano,<br />

mi enorme y saturada porción<br />

<strong>de</strong> aliento.<br />

~ 157 ~


~ 158 ~<br />

Sin el don <strong>de</strong>l loco aparcado<br />

en un grato bucle,<br />

<strong>de</strong>ambulo <strong>de</strong>sgarrándome<br />

por las esquinas. Los ojos<br />

enrojecidos, cargados <strong>de</strong> pavor,<br />

abiertos en diámetros como platos<br />

abarcando, a mi edad,<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

sólo los sinsabores y los caldos amargos.<br />

Y así se me fun<strong>de</strong> el paladar y la vista.<br />

Como mal menor, las palabras<br />

engañan a esta herida abierta<br />

en canal sin orillas.


hay tanto<br />

A veces, te asomas<br />

a la ventana<br />

y <strong>de</strong>scubres cosas inverosímiles:<br />

que ha ennegrecido la nieve<br />

o que la nieve ha enrojecido<br />

y sigues el horizonte con la mirada<br />

empañada.<br />

Y no sabes que estás llorando<br />

o estás llorando y no sabes<br />

por qué.<br />

Y el porqué <strong>de</strong> ese llanto<br />

se te olvida<br />

y se te olvida la roja o negra nieve.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

~ 159 ~


~ 160 ~<br />

Y se te secan o fluyen nuevas<br />

lágrimas que olvidas.<br />

Y no sabes por cuantos porqués<br />

lloras<br />

cuando hay tanto porque<br />

llorar.<br />

Y como una impotencia<br />

permanente, siempre<br />

queda el gesto baldío.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno


el extraño<br />

Si supieras los peligros que acechan<br />

esta noche,<br />

impedirías que cruzara la puerta.<br />

Cuando vuelva ya no seré<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

el <strong>de</strong> antes, no seré el que era, el que<br />

con <strong>de</strong>terminación rasgo el umbral y<br />

las nocturnas tinieblas.<br />

Vendrá otro, un extraño en mi lugar,<br />

con las mismas ropas y los mismos gestos.<br />

Una forma con el contenido<br />

<strong>de</strong> cualquiera<br />

que se alojará en silencio<br />

~ 161 ~


~ 162 ~<br />

entre las sábanas <strong>de</strong> tu lecho, tanto<br />

se habrá quedado atrapado<br />

allá, fuera.<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Aferraté a mí y no me <strong>de</strong>jes abandonar<br />

la cálida luz <strong>de</strong> estas pare<strong>de</strong>s. Me horroriza<br />

el que vuelva, tan ajeno a las caricias<br />

que hoy me dispensas.<br />

No abras, no <strong>de</strong>jes que traspase el dintel<br />

lo que expulse, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus entrañas,<br />

esa noche.<br />

Será horrendo.<br />

Vendrá un <strong>de</strong>sconocido<br />

<strong>de</strong> hablar con otros hombres y<br />

<strong>de</strong> otros hombres pleno.


esta tierra mía<br />

Cuando la edad no me alcanzaba<br />

ni para quejarme.<br />

En un paisaje<br />

como un quejido humano<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

que sólo se suaviza a la orilla <strong>de</strong> Sierra Alta.<br />

Tenía por compañeras las cuchillas<br />

<strong>de</strong>l trillo que tronchaban, cortaban, <strong>de</strong>shacían la mies;<br />

un día tras otro con el calor que se apo<strong>de</strong>raba<br />

<strong>de</strong> la piel, <strong>de</strong> la carne a la que rasga, agrieta,<br />

y agota hasta el dolor, hasta la primera gota<br />

<strong>de</strong> sangre salitrada. El sudor que velaba la rojiza mirada<br />

y el temblor en las piernas soportaba<br />

la incipiente hombría <strong>de</strong> pie, como mandaba<br />

la palabra antigua.<br />

~ 163 ~


~ 164 ~<br />

Todo inmenso, todo rotundo:<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

los rastrojos y la mies, la parva y el aviento,<br />

las madrugadas frescas <strong>de</strong>l estío,<br />

el trabajo arisco <strong>de</strong> la trilla,<br />

el anhelo <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l padre que ayuda.<br />

Enca<strong>de</strong>nado al trabajo <strong>de</strong> la tierra, esclavo<br />

<strong>de</strong> la cosecha: la verdad <strong>de</strong> mis mayores,<br />

<strong>de</strong> mi padre, <strong>de</strong> la tierra abierta como una herida<br />

profunda y vertical.<br />

El gesto <strong>de</strong> liar el cigarrillo al final<br />

<strong>de</strong> la besana hacía imprescindible<br />

el momento <strong>de</strong>l encuentro <strong>de</strong> las yuntas<br />

y gañanes. Lo cotidiano que vacía por <strong>de</strong>ntro<br />

a los hombres cuando otros faltan.<br />

Hechos por los que fluye el llanto cuando se pier<strong>de</strong>n,<br />

como todo con el tiempo, se borran.<br />

Noches al raso, <strong>de</strong> irse adormeciendo<br />

con el canto <strong>de</strong>l grillo. De reconocer<br />

la estrella antes que su luz


se dibujara en el firmamento.<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Y notar como se te iba el alma y los sueños<br />

por el camino <strong>de</strong> la imaginación<br />

tras la más pequeña, la más lejana<br />

en intento vano <strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse, sacudirse<br />

el polvo <strong>de</strong> la era y con él todas las miserias.<br />

Tierra plena <strong>de</strong> estío, plena <strong>de</strong> frío, noches <strong>de</strong> hielo.<br />

Los <strong>de</strong>dos en posturas imposibles,<br />

agarrotados entre piedras y aceitunas...<br />

¿Por qué pienso?, ¿por qué siento que aquello era<br />

lo importante?<br />

Trabajo esencial que llenaba <strong>de</strong> contenido<br />

la vida. Enseñanza digna <strong>de</strong> ser transmitida,<br />

asumida, heredada. Testigo incorporado<br />

generación tras generación sólo con la palabra<br />

y apretón <strong>de</strong> manos. Sabiduría <strong>de</strong> ancianos<br />

escrita en pergaminos <strong>de</strong> sol y <strong>de</strong> viento.<br />

El esfuerzo que da valor al pan diario.<br />

~ 165 ~


AGRADECIMIENTOS:<br />

manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

A Joaquín González Cuenca, por sus sabias aportaciones. A Teresa Mu-<br />

ñoz y Pablo Muñiz sin cuyo aliento nunca este libro hubiera visto la luz. A<br />

Ataúlfo Solís, por su amor en la opinión constructiva. A José Antonio Castro y<br />

María Castro Sánchez cuya sensibilidad artística se plasmó en la plasticidad <strong>de</strong><br />

las portadas. A Pedro González Carretero sin cuya minuciosidad hubiera sido<br />

imposible apreciar la elegancia en la maquetación. A Jacinta Monroy Torrico por<br />

su apoyo incondicional, así como Magdalena Rincón Goicoechea y María <strong>de</strong><br />

la Paz Gómez Vega, miembros <strong>de</strong> la Comisión que aprobó la publicación <strong>de</strong> la<br />

obra. Y a María, Begoña y Ana por su amor y cariño: argamasa <strong>de</strong> la que nacen<br />

las palabras. Y a todos los amigos cuyas maravillas humanas preñaron muchos<br />

<strong>de</strong> los versos <strong>de</strong> este libro.<br />

~ 167 ~


INDICE<br />

Prefacio: Semblanza <strong>de</strong> un poeta eternamente asombrado, por<br />

Ataúlfo Solís Letrado .......................................................... 7<br />

Prólogo: Breve divagación sobre la poesía y un saludo <strong>de</strong> bienvenida<br />

a Manolo Muñoz, por Joaquín González Cuenca ...... 11<br />

HOJAS ROJAS<br />

Hojas <strong>rojas</strong> ................................................................................ 17<br />

Inflexión .................................................................................... 21<br />

La huerta: orilla <strong>de</strong> atar<strong>de</strong>ceres mágicos ................................... 25<br />

El lugar ..................................................................................... 33<br />

Indigente ................................................................................... 43<br />

Transgresor ............................................................................... 45<br />

Deslizamiento ............................................................................ 49<br />

Los días ..................................................................................... 53<br />

Reunidos y el espejo .................................................................. 55<br />

Pozos <strong>de</strong> palabras ...................................................................... 57<br />

Olvidados por la nintendo y youtube ........................................ 61<br />

El lienzo .................................................................................... 63<br />

~ 169 ~


~ 170 ~<br />

<strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong> ● manuel muñoz moreno<br />

Amores ...................................................................................... 65<br />

El que yo prefiero ...................................................................... 67<br />

Como duelen esos muertos ........................................................ 69<br />

Con la mochila compartida ........................................................ 73<br />

Desasosiego ............................................................................... 75<br />

Elegía. En memoria <strong>de</strong> mi amigo Esteban .................................. 77<br />

Paisaje <strong>de</strong>... (soleda<strong>de</strong>s y vino) .................................................. 83<br />

Retratos sin rotros ..................................................................... 87<br />

Retrato <strong>de</strong> un fusilamiento antiguo ........................................... 91<br />

Tanto negro, tanto luto .............................................................. 93<br />

Viento ........................................................................................ 95<br />

Cuadro con ciudad ..................................................................... 97<br />

Historia en el mismo lugar ........................................................ 99<br />

Elegía a la madre <strong>de</strong>sconsolada ................................................. 101<br />

Hoy o ayer ................................................................................. 105<br />

Fuiste madre ............................................................................. 107<br />

…suave, reposo ......................................................................... 109<br />

El ciclista .................................................................................. 111<br />

La boda ..................................................................................... 113<br />

Suavida<strong>de</strong>s siempre nuevas ....................................................... 115<br />

La pérdida ................................................................................. 119<br />

Quise pasar ligero...................................................................... 123<br />

Si hablas ................................................................................... 127<br />

San Valentín .............................................................................. 129<br />

Presencia <strong>de</strong> tacones ................................................................. 131<br />

La mujer .................................................................................... 133<br />

La dueña <strong>de</strong> la felicidad ............................................................ 135<br />

La <strong>de</strong>spedida ............................................................................. 137<br />

Conocer ..................................................................................... 139<br />

Cuando todo acabe .................................................................... 141<br />

Cascadas ................................................................................... 143


manuel muñoz moreno ● <strong>hojas</strong> <strong>rojas</strong><br />

Las palabras <strong>de</strong> la vida .............................................................. 145<br />

Deseo ........................................................................................ 147<br />

Vencer los miedos ...................................................................... 149<br />

La purpurina ............................................................................. 153<br />

Dón<strong>de</strong> ........................................................................................ 155<br />

Con<strong>de</strong>nado................................................................................. 157<br />

Hay tanto .................................................................................. 159<br />

El extraño .................................................................................. 161<br />

Esta tierra mía .......................................................................... 163<br />

~ 171 ~


se<br />

terminó <strong>de</strong><br />

imprimir en los talleres<br />

<strong>de</strong> la imprenta provincial,<br />

ronda <strong>de</strong>l carmen, s/n, <strong>de</strong><br />

ciudad real, en el otoño <strong>de</strong> 2010.<br />

Año <strong>de</strong> crisis, según otro negro<br />

rostro <strong>de</strong>l ser humano no afectado.<br />

Año <strong>de</strong> dolor, carencia y penurias<br />

para millones <strong>de</strong> personas. Hasta<br />

la tierra abrió sus abismos mostrándonos<br />

jirones como llagas<br />

abiertas por todo el planeta.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!