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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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Alcancemos un elevado nivel espiritual, 18 de diciembre<br />

Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin<br />

mancha delante de su gloria con gran alegría. Judas 24.<br />

Cristo fue obediente a todo requerimiento de la ley... Por su perfecta obediencia<br />

ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de<br />

<strong>Dios</strong>. Cuando <strong>nos</strong> sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la<br />

voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los<br />

pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar<br />

vestidos con el manto de su justicia. Entonces, cuando el Señor <strong>nos</strong> contempla,<br />

él ve no el vestido de hojas de higuera, no la desnudez y la deformidad del<br />

pecado, sino su propio manto de justicia, que es la perfecta obediencia a la ley<br />

de Jehová.<br />

Mediante el plan de redención, <strong>Dios</strong> ha provisto medios para vencer cada<br />

rasgo pecami<strong>nos</strong>o y resistir cada tentación, no importa cuán poderosa sea.<br />

La tentación más poderosa no puede excusar el pecado. Por intensa que<br />

sea la presión ejercida sobre el alma, la transgresión es un acto nuestro. Ni<br />

la tierra ni el infierno tienen poder para obligar a nadie a pecar. Debe haber<br />

consentimiento de la voluntad, sometimiento del corazón, pues de otro modo la<br />

pasión no puede vencer a la razón, ni la iniquidad triunfar sobre la justicia.<br />

Si permanecéis bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel,<br />

haciendo fielmente su servicio, nunca tendréis que ceder a la tentación, pues<br />

estará a vuestro lado Aquel que es poderoso para guardaros sin caída.<br />

No tenemos motivo para conservar nuestras tendencias pecami<strong>nos</strong>as... A<br />

medida que <strong>nos</strong> hagamos partícipes de la naturaleza divina, se irán eliminando<br />

del carácter las tendencias al mal hereditarias y cultivadas, y <strong>nos</strong> iremos<br />

transformando en un poder viviente para el bien. Al aprender constantemente<br />

del Maestro divino, al participar diariamente de su naturaleza, cooperamos con<br />

<strong>Dios</strong> en vencer las tentaciones de Satanás. <strong>Dios</strong> y el hombre obran de común<br />

acuerdo a fin de que éste pueda ser uno con Cristo así como Cristo es uno con<br />

<strong>Dios</strong>. Entonces <strong>nos</strong> sentaremos juntamente con Cristo en los lugares celestiales,<br />

y nuestra mente reposará en paz y seguridad en Jesús. * [362]<br />

* Año bíblico: 1 Ped.<br />

383

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