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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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[314]<br />

Somos objeto del amor infinito, 31 de octubre<br />

Pero <strong>Dios</strong>, que es rico en misericordia, por su gran amor con que <strong>nos</strong><br />

amó, aun estando <strong>nos</strong>otros muertos en pecados, <strong>nos</strong> dio vida juntamente<br />

con Cristo. Efesios 2:4-5.<br />

El corazón que se rinda a la sabia disciplina de <strong>Dios</strong>, habrá de confiar en<br />

cada manifestación de su providencia... La tentación procurará desalentar<strong>nos</strong>,<br />

pero, ¿qué se logra al ceder a la tentación? ¿Obtendrá, acaso, el alma algo mejor<br />

murmurando y quejándose de aquello que es la única fuente de poder? ¿Está<br />

el ancla echada dentro del velo? ¿Soportaremos la enfermedad? ¿Cuál será<br />

nuestro testimonio en los instantes finales de la vida, cuando los labios estén<br />

temblorosos por la muerte? ¡El ancla está firme! Yo sé que mi Redentor vive...<br />

Oh Jesús precioso, amoroso, longánime, clemente ¡cuánto te adora mi alma!<br />

¡Que un alma pobre, indigna, contaminada por el pecado pueda estar de pie<br />

delante del <strong>Dios</strong> santo, perfecta en justicia, sólo lo debemos a quien es nuestro<br />

Sustituto y Garantía! Maravíllense los cielos y asómbrese la tierra, que la raza<br />

caída sea objeto de su infinito amor y gozo. El Creador se regocija por ellos con<br />

cánticos celestiales, mientras el hombre que fuera contaminado por el pecado, ha<br />

venido a ser limpio por la justicia de Cristo, para presentarse ante el Padre libre<br />

de mácula pecami<strong>nos</strong>a; sin “mancha ni arruga ni cosa semejante”. Efesios 5:27.<br />

“¿Quién acusará a los escogidos de <strong>Dios</strong>? <strong>Dios</strong> es el que justifica”. Roma<strong>nos</strong><br />

8:33.<br />

Que toda alma débil y sacudida por la tempestad de las pruebas pueda<br />

anclarse en Jesucristo, y no centrarse tanto en sí misma como para pensar sólo<br />

en sus pequeños fracasos y en la interrupción de sus planes y esperanzas. ¿Acaso<br />

el plan de salvación no lo abarca todo? Si es el <strong>Dios</strong> infinito que me justifica,<br />

“¿quién es el que condenará? Cristo es el que murió”. Roma<strong>nos</strong> 8:34. ¡El es<br />

quien, al morir por el hombre, demostró que lo ama tanto como para morir por<br />

él! La ley condena al pecador y <strong>nos</strong> lleva hasta Cristo. <strong>Dios</strong> es quien justifica y<br />

perdona.<br />

Satanás <strong>nos</strong> acusará y pedirá destruir<strong>nos</strong>, pero es <strong>Dios</strong> quien abrirá la puerta<br />

al refugio. Y es <strong>Dios</strong> el que justifica a quien traspasa el umbral de esa puerta.<br />

Entonces, si <strong>Dios</strong> es por <strong>nos</strong>otros, ¿quién podrá estar contra <strong>nos</strong>otros? ¡Oh, qué<br />

verdad gloriosa, brillante! ¿Por qué los hombres no pueden discernirla?...<br />

<strong>Dios</strong> vive y reina. Todos los salvados deben luchar virilmente como soldados<br />

de Jesucristo; entonces sus nombres serán registrados en los libros del cielo<br />

como fieles y verdaderos. *<br />

* Año bíblico: Juan 7-9.<br />

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