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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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El cielo: el verano del cristiano, 26 de octubre<br />

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de<br />

nuestro gran <strong>Dios</strong> y Salvador Jesucristo. Tito 2:13.<br />

Cristo pronto vendrá por segunda vez. De ello deberíamos conversar frecuentemente.<br />

Debería ser el pensamiento predominante en nuestras mentes.<br />

Vendrá con poder y gran gloria, y todo ojo lo verá. Todos los santos ángeles lo<br />

acompañarán. Acerca de esta compañía, Juan escribe: “Y miré, y oí la voz de<br />

muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancia<strong>nos</strong>;<br />

y su número era millones de millones”. Apocalipsis 5:11.<br />

La trompeta aún no ha sonado. Quienes han descendido a la tumba todavía<br />

no han exclamado: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro,<br />

tu victoria?” 1 Corintios 15:55. Los justos muertos aún no han sido arrebatados<br />

con los santos vivos para encontrarse con su Señor en el aire. Pero se aproxima<br />

el tiempo en que las palabras pronunciadas por el apóstol Pablo se cumplirán:<br />

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta<br />

de <strong>Dios</strong>, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.<br />

Luego <strong>nos</strong>otros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados<br />

juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos<br />

siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:16-17.<br />

Para ser semejantes al Salvador, debemos ser transformados. Véase Filipenses<br />

3:20-21. Ahora es el tiempo de introducir en nuestra vida diaria las virtudes<br />

de la vida de Cristo. No hay tiempo que perder...<br />

Todos los que deseen pueden ser vencedores. Esforcémo<strong>nos</strong> fervientemente<br />

por alcanzar el nivel que se <strong>nos</strong> indica. Cristo conoce nuestras debilidades,<br />

y podemos recurrir a él diariamente en busca de ayuda. No es necesario que<br />

obtengamos fortaleza con un mes de anticipación. Hemos de triunfar día a día.<br />

Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo que pasamos<br />

aquí es el invierno del cristiano. Los vientos fríos de la aflicción soplan sobre<br />

<strong>nos</strong>otros, y las olas de los problemas <strong>nos</strong> arrollan. Pero en un futuro cercano,<br />

cuando Cristo venga, las penas y los lamentos habrán desaparecido para siempre.<br />

Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas habrán concluido, y no<br />

habrá más enfermedad ni muerte. “Enjugará <strong>Dios</strong> toda lágrima de los ojos de<br />

ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las<br />

primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:4. * [309]<br />

* Año bíblico: Lucas 18-20.<br />

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