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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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¿Lograremos la perfección ahora? 20 de agosto<br />

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es<br />

perfecto. Mateo 5:48.<br />

Cuando <strong>Dios</strong> dio a su Hijo al mundo hizo posible para hombres y mujeres<br />

que fueran perfectos por el empleo de cada facultad de su ser para gloria de<br />

<strong>Dios</strong>. Les dio en Cristo las riquezas de su gracia, y un conocimiento de su<br />

voluntad. Al vaciarse de sí mismos y al aprender a andar en humildad, confiando<br />

en la dirección de <strong>Dios</strong>, los hombres serían capacitados para cumplir el elevado<br />

propósito de <strong>Dios</strong> para ellos.<br />

La perfección del carácter se basa en lo que Cristo es para <strong>nos</strong>otros. Si<br />

dependemos constantemente de los méritos de nuestro Salvador, y seguimos en<br />

sus pisadas, seremos como él, puros e incontaminados.<br />

Nuestro Salvador no requiere lo imposible de ninguna alma. No espera nada<br />

de sus discípulos para lo cual no esté dispuesto a darles gracia y fortaleza a<br />

fin de que puedan realizarlo. No les pediría que fueran perfectos, si junto con<br />

su orden no les concediera toda perfección de gracia a aquellos sobre los que<br />

confiere un privilegio tan elevado y santo...<br />

Nuestra obra es esforzar<strong>nos</strong> para alcanzar, en nuestra esfera de acción, la<br />

perfección que Cristo en su vida terrenal alcanzó en cada aspecto del carácter. El<br />

es nuestro ejemplo. En todas las cosas, hemos de esforzar<strong>nos</strong> para honrar a <strong>Dios</strong><br />

en carácter... Debemos depender completamente del poder que ha prometido<br />

dar<strong>nos</strong>.<br />

Jesús no reveló cualidades ni ejerció facultades que los hombres no pudieran<br />

tener por la fe en él. Su perfecta humanidad es lo que todos sus seguidores<br />

pueden poseer si quieren vivir sometidos a <strong>Dios</strong> como él vivió.<br />

Nuestro Salvador es un Salvador para la perfección del hombre en su totalidad.<br />

No es <strong>Dios</strong> sólo de una parte del ser. La gracia de Cristo obra para<br />

disciplinar toda la textura humana. El la hizo toda. El lo ha redimido todo. Ha<br />

hecho participante de la naturaleza divina a la mente, la energía, el cuerpo y el<br />

alma, y todos son su posesión adquirida. Hay que servirle con toda la mente, el<br />

corazón, el alma y las fuerzas. Entonces el Señor será glorificado en sus santos<br />

incluso en las cosas comunes y temporales con las que se relacionan. “Santidad<br />

al Señor” será la inscripción colocada sobre ellos. * [242]<br />

* Año bíblico: Jeremías 33-35.<br />

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