28.02.2013 Views

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Tardío despertar, 16 de julio<br />

Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis ma<strong>nos</strong>, y el trabajo<br />

que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de<br />

espíritu, y sin provecho debajo del sol. Eclesiastés 2:11.<br />

Por su propia amarga experiencia, Salomón aprendió cuán vacía es una vida<br />

dedicada a buscar las cosas terrenales como el bien más elevado. Erigió altares<br />

a los dioses paga<strong>nos</strong>, pero fue tan sólo para comprobar cuán vana es su promesa<br />

de dar descanso al espíritu. Pensamientos lóbregos lo acosaban día y noche.<br />

Para él ya no había gozo en la vida ni paz espiritual, y el futuro se le anunciaba<br />

sombrío y desesperado.<br />

Sin embargo, el Señor no lo abandonó. Mediante mensajes de reprensión y<br />

castigos severos, procuró despertar al rey y hacerle comprender cuán pecami<strong>nos</strong>a<br />

era su conducta... A la postre, el Señor envió a Salomón, mediante un profeta,<br />

este mensaje sorprendente: “Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado<br />

mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré<br />

a tu siervo. Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo<br />

romperé de la mano de tu hijo”.<br />

Despertando como de un sueño al oír esta sentencia de juicio pronunciada<br />

contra él y su casa, Salomón sintió los reproches de su conciencia y empezó<br />

a ver lo que verdaderamente significaba su locura. Afligido en su espíritu, y<br />

teniendo la mente y el cuerpo debilitados, se apartó cansado y sediento de las<br />

cisternas rotas de la tierra, para beber nuevamente en la fuente de la vida...<br />

No podía esperar que escaparía a los resultados agostadores del pecado; no<br />

podría nunca librar su espíritu de todo recuerdo de la conducta egoísta que había<br />

seguido; pero se esforzaría fervientemente por disuadir a otros de entregarse a<br />

la insensatez...<br />

El verdadero penitente no echa al olvido sus pecados pasados. No se deja<br />

embargar, tan pronto como ha obtenido paz, por la despreocupación acerca de<br />

los errores que cometió. Piensa en aquellos que fueron inducidos al mal por<br />

su conducta, y procura de toda manera posible hacerlos volver a la senda de<br />

la verdad. Cuanto mayor sea la claridad de la luz en la cual entró, tanto más<br />

intenso es su deseo de encauzar los pies de los demás en el camino recto. * [207]<br />

* Año bíblico: Proverbios 25-27.<br />

221

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!