28.02.2013 Views

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

[206]<br />

Envejecer airosamente, 15 de julio<br />

No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no<br />

me desampares. Salmos 71:9.<br />

David rogó al Señor que no lo desamparara en su vejez. ¿Y por qué oró así?<br />

Observó que la mayoría de los ancia<strong>nos</strong> a su alrededor eran desdichados porque<br />

los rasgos desafortunados de su carácter empeoraban con la edad. Si habían sido<br />

por naturaleza avaros y codiciosos, lo eran en forma mucho más desagradable en<br />

los años maduros. Si habían sido celosos, irritables e impacientes, manifestaban<br />

especialmente esos defectos cuando ancia<strong>nos</strong>.<br />

David sentía gran angustia al ver que los reyes y los nobles que parecían<br />

haber temido a <strong>Dios</strong> mientras gozaban de la fuerza de su virilidad, se ponían<br />

celosos de sus mejores amigos y parientes cuando llegaban a viejos. Temían de<br />

continuo que fuesen motivos egoístas los que inducían a sus amigos a manifestar<br />

interés por ellos. Escuchaban las sugestiones y los consejos engañosos de los<br />

extraños respecto a aquellos en quienes debieran haber confiado. Sus celos<br />

irrefrenados ardían a veces como llamas, porque no todos concordaban con su<br />

juicio decrépito. Su avaricia era horrible. A menudo pensaban que sus propios<br />

hijos y deudos deseaban que muriesen para reemplazarlos, poseer sus riquezas<br />

y recibir los homenajes que se les concedían. Y algu<strong>nos</strong> estaban de tal manera<br />

dominados por sus sentimientos celosos y codiciosos que llegaban a destruir a<br />

sus propios hijos.<br />

David notaba que aunque había sido recta la vida de algu<strong>nos</strong> mientras<br />

disfrutaban de la fuerza de la virilidad, al sobrevenirles la vejez parecían perder<br />

el dominio propio. Satanás intervenía y guiaba su mente, volviéndolos inquietos<br />

y descontentos...<br />

David quedó profundamente conmovido; y se angustiaba al pensar en su propia<br />

vejez. Temía que <strong>Dios</strong> le abandonase y que, al ser tan desdichado como otras<br />

personas ancianas cuya conducta había notado, quedara expuesto al oprobio<br />

de los enemigos del Señor. Sintiendo esta preocupación, rogó fervientemente:<br />

“No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me<br />

desampares”. *<br />

* Año bíblico: Proverbios 20-24.<br />

220

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!