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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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[186]<br />

Nuestra misión en el mundo, 25 de junio<br />

Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Juan<br />

17:18.<br />

La separación del mundo, en obediencia a la orden divina, ¿<strong>nos</strong> inhabilitará<br />

para la obra que el Señor <strong>nos</strong> ha dejado? ¿Nos estorbará de hacer el bien en<br />

nuestro derredor? No. Cuanto más firme sea nuestro asidero en el cielo, tanto<br />

mayor será nuestro poder para ser útiles. Debemos estudiar el Modelo, para<br />

que el espíritu que habitó en Cristo pueda morar en <strong>nos</strong>otros. Al Salvador no<br />

se lo halló entre los eminentes y honorables del mundo. No empleó su tiempo<br />

entre los que buscaban su propia comodidad y deleite. Trabajó para ayudar a<br />

los que necesitaban ayuda, para salvar a los perdidos y a los que perecían, para<br />

levantar a los caídos, para romper el yugo de opresión de los que estaban en<br />

cautiverio, para sanar a los afligidos y hablar palabras de simpatía y consolación<br />

a los angustiados y tristes. Se <strong>nos</strong> pide que sigamos este ejemplo. Cuanto más<br />

participemos del espíritu de Cristo, tanto más buscaremos hacer por nuestros<br />

semejantes. Bendeciremos al necesitado y confortaremos al afligido...<br />

El tiempo de gracia está por finalizar... El enemigo está jugando el juego<br />

de la vida por cada alma. Trabaja para quitar de <strong>nos</strong>otros todo lo que sea<br />

de naturaleza espiritual, y en lugar de las gracias preciosas de Cristo, desea<br />

amontonar en nuestros corazones los rasgos malig<strong>nos</strong> de la naturaleza carnal:<br />

el odio, las críticas, los celos, el amor al mundo, el apego al yo, el amor a los<br />

placeres y la soberbia de la vida. Necesitamos fortalecer<strong>nos</strong> contra el enemigo<br />

que se aproxima, que obra con toda clase de engaño de iniquidad para los que<br />

se pierden; porque, a no ser que velemos en oración, estos males entrarán en el<br />

corazón y desarraigarán todo lo que es bueno.<br />

¡Cuán grande es la responsabilidad depositada sobre los discípulos de Cristo!<br />

¡Cuán imperativo el deber de reflejar la luz del cielo sobre un mundo envuelto<br />

en tinieblas! Cuanto más cerrada sea la oscuridad circundante, tanto más potente<br />

debiera ser la luz de la fe y el ejemplo cristia<strong>nos</strong>. *<br />

* Año bíblico: Salmos 62-67.<br />

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