Núm. 20 - Mayo-Junio 1956 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

C A L I C Ó
Por otra parte, las Casas de Moneda europeas que sienten interés por el arte
medallistico, han tenido ocasicin en aquellos Congresos de establecer o estrechar
relaciones entre ellas, con las naturales ventajas mutuas que ello haya podido pro-
porcionarles.
Creemos firmemente que por las especiales circunstancias que rodean a la pro-
ducción de medallas, no es posible esperar un auténtico ren:icimiento de este arte,
si no es iniciado, y en cierto modo dirigido, por la Casa de Moneda de cada país.
Los aficionados a la medalla no constitiiyen todavía grupos suficientemente
amplios para que, en general, una producción exenta de miras mercantiles pueda
resultar económicamente viable, y tan sólo a una Casa de Moneda le es factible
editar medallas con un objetivo puramente altruista, prescindiendo de considera-
ciones crematisticas, procurando encuadrar a los autenticos valores artísticos y
esculpiendo los motivos de sus medallas, entre los que com7engan a los intereses
nacionales o los que sean más útiles a la expansión de la medallistica.
En este sentido, en España, gracias a la Fábrica Nacional de Xloneda y Timbre,
se esta trabajando miiy eficazmente y estamos convenciclos (le que en Iweve nuestra
producción alcanzará un nivel jamás igualado.
Pero en el orden internacional no esconderemos nuestro criterio de que, conse-
guidos los primeros resultados en los Congresos de la citada Federación, sería con-
veniente ahora deslindar claramente los campos entre el editor de medallas privado
-con los intereses legítimos de todo industrial-y los organismos estatales, al
margen de todo interés de índole económica.
Una federación o asociación internacional de Casas de Moneda proporcionaría
a sus componentes indudables ventajas con un mínimo esfuerzo. Por otra parte,
la federación de editores privados de medallas encontraria en su natural ámbito
una mayor libertad de acción que quizá le permitiera engrosar el número de sus
miembros-especialmente norteamericanos, hoy ausentes, lo que es de lamentar,
sobre todo por su irnportancia-y ampliar sus publicaciones, medida muy necesa-
ria para una normal difusión de las labores de los miembros de la federación y
que seria utilísimo, tanto a los intereses particulares de los editores, como al movi-
miento medallistico general.
Katuralmente, no propugnamos, ni mucho menos, por un divorcio entre ambos
grupos, sino todo lo contrario; pero para que uno pueda ser verdaderamente
útil al otro, entendemos que es necesario, ante todo, que quede bien dibujada su
propia personalidad.
Una de las más eficaces acciones de la asociación o federación internacional
de Casas de Moneda podria ser la supervisión, por lo menos moral, de la producción
medallistica particular, otorgando premios a los editores de medallas profesionales
que los mereciesen por su labor. Dentro de su seno podrían trazarse con perfecta
sincronizacióri los planes generales más convenientes al renacimiento medallis-
tico, los que por propia conveniencia habrían de encontrar el apoyo de la federa-
ción de editores de medallas profesionales.
Por su lado, el grupo de editores privados, aparte las ventajas ya seiíaladas,
podria estudiar prohlemas de orden puramente comercial, como son la apertura