Núm. 20 - Mayo-Junio 1956 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

LAS MONEDAS NAVARRAS Y ARAGONESAS DE LOS SIGLOS SI Y S II
Ya conviene pasar al segundo punto fundamental sobre el cual ha surgido
agitación a base de las investigaciones de Gil Farrés: la colocación del grupo con
NAIARA.
Contrariamente a la escuela tradicional, Gil no quiere atribuir las dos monedas
con el letrero NAIARA (fig. 1-2) y el dinero correspondiente con AKIIG~N (fig. 11)
a Sancho el Rlayor y a su hijo García 111, sino que sostiene a su vez que son cien
años más recientes, porque el Garcia que aparece en una de las monedas con NAIA-
Rh, lo mismo que en la correspondiente con la leyenda ARAGóN, debía ser García
IV el Restaurador, quien en 1134 restableció la independencia de Navarra,
mientras que el IIIPERATOR de la otra moneda con NAIARA se identifica con Alfonso
VI1 de Castilla, a quien debió Garcia, apenas elegido rey, declararse vasallo.
Mediante documentos hasta la fecha inadvertidas, demuestra Gil Farrés que
García 117, en un período bastante I~reve, fiié rey de Nájera, y que en tal caso no
hay inconvenienle en opinar que ha emitido monedas con el nombre de dicha
ciudad. Tal argumento apenas puede rcfutarse. Pero cuando Gil va más adelante
sosteniendo que la moneda supuesta de Garcia IV con el letrero -4RXGÓN y del
tipo de Najera-lo que se explica por el hecho de que este rey, por algunos años
después de su advenimiento, reinó sobre iilonzbn-es licito que nos volvamos escépticos,
pues en posesión de esta ciudad, ¿,por que hubiera concebido la idea
de marcar sii moneda con el nomhre de un estado completamente extraño? Conviene
establecer que toda evidencia se opone a que una moneda de Garcia IV haya
podido llevar el letrero AKAGÓN. Con tal argumento queda derribado el mismo
fundamento de la teoría de Gil Farrks, y veremos más adelante que cualquier otro
razonamiento impugna la posibilidad de esta teoría.
Para comenzar por un elemento inferior, produce impresión sumamente extraña
que García IV hubiera niarcado sus monedas con el nombre de una ciudad. La
costumbre de inscribir el taller existía en Navarra y hragón bajo Sancho Ramírez,
en cuyas monedas ya hemos encontrado IACC,l y RIONSÓN. Bajo Pedro 1 aparece
JIONSÓN solo, y bajo Alfonso I resulta terminada totalmente la indicación de
los talleres. Entonces Garcia IV hubiera indicado de repente Nájera en sus primeras
acuñaciones para más tarde omitir del todo el taller, en cuyo procedimiento
le imitaron los siguientes reyes de Navarra. Tal aparición de un nombre de taller
en medio de un largo periodo donde no era costumbre indicarlos, carece de verosimilitud
en absoluto, y debemos establecer, por tanto, que el letrero NXIARA
más bien alude a un García anterior a Sancho Ramírez que a iin García posterior,
resultando un argumento en pro de la atribución tradicional del grupo con NAIARA.
Todavia nos resta el argumento de mayor importancia de Gil Farrés para fijar
una fecha tardía del grupo con NAIARA, a saber: una moneda muy característi-
ca (fig. 40-40 a), que en el anverso lleva dos cabezas de hombre, cara a cara; entre
ellas se ve, por arriba, una cruz griega sobre un pedestal, y, por abajo, se abarcan