Núm. 20 - Mayo-Junio 1956 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

si sería posible dar una explicación de tercer orden, y lo es ciertamente. Existe, en
realidad, una explicación que, además, es muy sencilla y soluciona todas las difi-
cultades, y es la que voy a trazar brevemente.
El gran error de Gil Farrés es que en su argumento sostiene que respecto a los
letreros de los reversos se trata de una o-o; indican o, el taller; o, el territorio
del curso legal. Pero el modo en que 'aparecen da a entender más bien que se
trata de un tanto como, porque los nombres de las ciudades se entienden, natu-
ralmente, como indicaciones de talleres, mientras los nombres NAVARRA y
ARAGÓN parecen indicar el estado o patria de las monedas. Es sobre esta in-
terpretación natural de los letreros y sohre una visión fundamental histórica y
no estática sobre la que se basa mi teoría.
El punto inicial natural para establecer una teoría niieva serán las monedas
de Sancho Ramírez que presentan mayor complejidad en la combinación de los
tipos y letreros de reverso. Son ellos los que vamos a examinar; pero bien enten-
dido, no englobados, sino en su orden cronológico y, por supuesto, también geo-
gráfico. Sancho Ramírez, como se sabe, no era desde el principio señor de todo el
reino que dejó a su muerte. A su advenimiento, en 1063, sólo era rey del Aragón
propiamente diclio; en 1076 incorporó Navarra, y, por fin, conquistó, en la segunda
mitad de 1080, como ya hemos dicho, blonzón. Mientras que debemos dar por
sentado, como es natural, que las monedas con los letreros NAVARA y MONS6N
tienen su origen en dichos territorios, hay que tener cuidado con el nombre de
ARAGON, pues existe la posibilidad de que esta palabra pueda indicar el reino
total de Sancho y, por consiguiente, no necesita dar a entender nada sobre en' qué
territorio se haya acuñado la moneda en cuestión. En cambio, existe otro grupo,
que hay que atribuir lógicamente al Aragón propiamente dicho; a saber: el que
lleva el nombre de la capital Jaca.
Como punto de partida de nuestra teoria, vamos a establecer, como lo hace
Gil Farrés, que la moneda del tipo a con el letrero IACCA (fig. 12) ha sido acu-
ñada en Jaca; pero iremos más adelante y queremos mantener que la ceca queda
indicada por el letrero. Empero, resulta que el tipo exactamente idéntico aparece
bajo Sancho Ramirez con el letrero ARAGÓN (fig. 13). A base de la conformidad
del tipo, concluyó Gil que la moneda llevando este letrero también había sido acu-
ñada en Jaca, y me adhiero a él en este punto, pues los dos grupos presentan tam-
bién en el anverso una conformidad sorprendente, en especial en la figuración de
la oreja, cuya forma de 3 varía de todas las demás figuraciones en las monedas
que nos ocupan.
Llegamos asi a la conclusión de que se han emitido en Jaca monedas que indi-
caban, en parte, la localidad y, en otra, el nombre del reino, y si proponemos,
como es natural, que lo mismo ha sido el caso con las monedas originarias de los
demás talleres del reino de Sancho, llegamos a una explicación sencilla y natural
de todo el sistema de las acuñaciones.
Continuando nuestra ocupación con el tipo a, nos figuramos que ha sido
empleado también en la época cuando se inició una acuñación de monedas en
Monzón, recién conquistado. Como resulta de los documentos, el hijo de Sancho